Un deseo concedido
El insomnio me hace desear ser como la chica del video porno
Aquella noche estaba desvelado, no podía dormir y me puse a ver porno. Entré en twitter y empecé a mirar porno gay pero me aburrí, luego encontré diversos vídeos de orgías hetero, donde había chicas guapísimas rodeadas de tios con las pollas enormes que las usaban a su antojo. Yo que hacía tiempo que no follaba con mi novio me empalmé y me fui al baño a hacerme una paja mientras él dormía, para poder conciliar el sueño y dormir ni que fuese un par de horas. Me corrí mientras veía a esa chica del vídeo siendo follada por tres tíos a la vez, uno se la metía por el culo mientras ella cabalgaba a otro y el tercero le follaba la boca. Me limpié y pensé ojalá pudiera ser ella por un día y sentir lo que ella siente siendo follado así. Me metí de nuevo en la cama donde mi pareja dormía como un tronco, y sin más me quedé dormido.
A la mañana siguiente el ruído de los niños de los vecinos mientras se preparaban para ir al colegio me despertó. Abrí los ojos y miré hacia abajo esperando encontrarme empalmado como cada mañana, mi rabo siempre estaba listo para la paja matutina...pero aquella mañana no tenía ninguna erección...metí la mano entre las sábanas y no encontré nada...nada de nada! Mi polla no estaba! En su lugar había un coñito suave y pequeño, aparté la sábana y pude verlo con mis propios ojos, mi cuerpo era el de una tía! Tenía unos pechos grandes y redondos con los pezones rosados, un cuerpo firme y unas piernas bien torneadas...estaba dentro del cuerpo de una tía buena! Estaba soñando todavía? Me levanté y me miré en el espejo de la habitación y era una tía! Mi pelo ahora era largo y negro, mis ojos verdes y tenía unos labios carnosos, era perfecta! Qué podía hacer? Nadie me podía ver así! No me iba a creer nadie si decía que era yo. Me intenté vestir pero aquel cuerpo era mucho más bajito y pequeño que yo, todo me quedaba grande, así que me puse una camiseta interior blanca de tirantes, que me quedaba a modo de vestido escandalosamente corto, y cogí unas chanclas de playa. Metí mi movil, y dinero en una bolsa y bajé a la calle. Necesitaba ir a ver un médico? No me iba a creer! Al bajar a la calle todo el mundo me miraba, las mujeres porque iba enseñándolo todo y los hombres porque realmente estaba muy buena con aquel cuerpo prestado. Claro! Era algún tipo de maldición?
Ayer dije...ojalá fuese como aquellas chicas! Era eso lo que tenía ahora, el cuerpo de una de aquellas modelos porno...pero qué tenia que hacer? Quería volver a mi cuerpo de hombre y que todo acabase. Entré a una tienda de ropa, para comprarme algo de ropa, porque todo el mundo me miraba con aquella camiseta blanca de tirantes...en un primer momento pensé en comprarme algo fácil, un chandal y unas zapatillas, pero viendo mi cuerpo prestado pensé que debía vestirlo como se merecía, y me compré el conjunto de uno de los maniquís, un vestido negro corto, y unos zapatos de tacón a los que me costó un rato acostumbrarme. -Eres muy guapa- me dijo la dependienta en la caja. -Eres modelo o algo así?- me preguntó. -Si, algo así- dije mientras pagaba, y pude escuchar mi nueva voz, timbrada y muy bonita. Salí a la calle con aquél vestido y por un momento sentí el poder de ir enfundado en aquél cuerpo perfecto. Ahora todo el mundo me miraba con asombro y aquello me gustaba. Sin pensarlo fui a coger el transporte público y me planté en casa de mi mejor amigo. Él sabría como ayudarme. Tardé un rato en llegar y ya en la puerta de su casa antes de llamar al timbre dudé. No me creerá, pensé. Pero allí estaba, llamando insistentemente. A esa hora y conociéndolo seguramente estaba todavía en casa. Me abrió en calzoncillos, medio dormido.
Estaba muy guapo con aquella cara de sueño. Hay que decir que mi amigo no era gay como yo, así que encontrarse con una tia perfecta enfundada en aquél vestido ajustado debió dejarlo totalmente alucinado. -Hola, creo que te equivocas de timbre- me dijo repasando mi cuerpo de arriba a abajo. -Por fin abres!- le dije empujándole a un lado y entrando en su casa. -Me tienes que ayudar- el dudo por un momento y me siguió al comedor cerrando la puerta. -Oye, donde vas? Que quieres?- me dijo con preocupación. -Tio, que soy yo...mierda claro no me conoces! Y me he dejado el dni, no me creerás si te digo quien soy- me senté en el sofá con desesperación, él no paraba de mirarme y no se atrevía a decir nada. Le pillé mirando mi entrepierna alucinado, claro! No me había comprado bragas, desde donde estaba debía estar viendo perfectamente aquél coñito depilado. Vi como su calzoncillo se abultaba y se marcaba completamente su polla, incapaz de disimular la erección. Era el sueño de todo hetero, una modelo con pinta de actriz porno a domicilio...claro! Y si era eso lo que tenía que hacer? Follar! Follar todo lo que pudiese para que se rompiera aquel hechizo. -Oye, no te conozco pero creo que te tienes que ir-me dijo él con corrección. -Necesito follar contigo-le dije. Él se puso rojo. -Es una broma? Quien te envía? -me dijo él flipando. -No tio, no es una broma, necesito follar ahora. Será solo un momento y luego me iré. Que te parece? - el se apoyó contra la pared, mirándome...y dijo -Va..vale. No se de que vas, pero estas muy buena. Que quieres hacer?- me preguntó muy cortado. Yo sin dudar me acerqué a él y empecé a besarlo, me encantó notar su barba contra mis labios, sentir su lengua todavía tímida dentro de mi boca. Agarré su mano derecha y la puse en mi pecho duro y su mano izquierda supo que debía ir a mi culo. Empecé a acariciarle el pecho peludo, y bajé hasta su calzoncillo, ahora mojado por la excitación. Acaricié la punta de su polla húmeda y me llevé los dedos a la boca, probando su líquido preseminal. -Vaya, te he puesto muy cachondo- le dije sonriendo. -Quiero que me folles como si nunca hubiera follado- le dije. Eso le excitó mucho y se abalanzó sobre mi, llevándome hacia su cama, que todavia estaba caliente. Sus manos subieron mi vestido corto dejándome a su merced, y noté como cogía un preservativo. -Tranquilo, no me puedes dejar embarazada- le dije mientras se lo quitaba. Él dudo por un momento pero la metió con suavidad, yo gemí de dolor, porque aquella vagina nunca había sido usada antes, pero le agarré el culo con fuerza para que siguiera taladrándome. Era lo que queria, sentia cada centímetro entrando en mi cuerpo, el calor de su pecho sobre el mio, sus labios y su lengua llenándome la boca...empezó a moverse sin delicadeza, totalmente cachondo por aquella situación absurda, ahora le daba igual hacerme daño, solamente quería follarme, sin ningún pudor me agarraba los pechos y los estrujaba, los mordía, y yo le arañaba la espalda y el culo atrayendo más y más todo su peso dentro de mi. Me follaba como un animal y eso me encantaba, mi interior se había adaptado a la forma recta de su polla, y ya solo sentía un placer indescriptible. Él, no satisfecho con follarme cara a cara, me dio bruscamente la vuelta, poniéndome a cuatro patas.
Empezó a follarme el coñito por detrás mientras jadeaba encima de mi, agarraba mi cadera con la mano mientras con la otra agarraba mi cuello. -No sabes lo buena que estas- me dijo. -Eres como un sueño- lamió sus dedos y los metió en mi culito rosado, abriéndolo sin miramientos. La sacó de golpe y empujó en mi culo, escupiendo en la entrada. Pude notar como se abría paso dentro de mi mientras volvía a embestirme una y otra vez. Mientras me follaba el culo empezó a acariciarme para excitarme más, sus dedos eran expertos y notaba como cada movimiento me hacía gritar de placer. Me agarró del pelo y me dijo al oído- Quieres que me corra?- y le contesté -Si follame duro, correte dentro- al oirlo el aceleró las embestidas, notaba los golpes de sus huevos en mi culo y sentí su polla creciendo y palpitando, empezó a correrse a chorros dentro de mi, sentía su leche caliente inundándome y tuve el mejor orgasmo de mi vida.
La sacó con delicadeza y me besó el cuerpo hasta fundirnos en un beso muy largo que terminó con los dos exhaustos y abrazados. Yo me miré en el reflejo de la ventana pero seguía siendo una tía...no había funcionado. Me fui a la ducha y él me siguió y se puso a mear mientras yo entraba en la bañera. No paraba de mirarme, estaba embobado viendo cada centímetro del cuerpo que acababa de follarse, cuando abri el agua. Empezó a caer caliente sobre mi cuerpo y este empezó a cambiar, crecía y me adaptaba a mi cuerpo real de hombre al contacto con el agua caliente, al cabo de unos instantes ya era yo de nuevo, mojado y sonriente por el cambio. Me miré en el espejo y miré a mi amigo que se había quedado inmóvil. -Me das una toalla?-le señalé riéndome. -Tranquilo, no se lo explicaremos a nadie- le dije mientras me secaba.