Un desconocido en el metro

De pronto sentí una mano abrazando con fuerza mi cintura y otra que subía rápidamente por la espalda hasta rodear mi cuello. - No te muevas

Lo primero que sentí fue una brisa cálida en su nuca, un aliento húmedo que erizó mi piel, y continuaba rozando mi cuello persistente. Iba a girarme para ver la boca responsable, cuando de pronto sentí una mano abrazando con fuerza mi cintura y otra que subía rápidamente por la espalda hasta rodear el cuello con firmeza

  • No te muevas

Me estremecí. Instintivamente miré a mi alrededor en busca de ayuda. Estaba en un metro lleno de gente, alguien tendría que darse cuenta... o no

Mi respiración se volvió rápida y entrecortada, al ritmo de los latidos. Estaba muy asustada, sin saber qué hacer.

El hombre que tenía detrás tiró de mi para eliminar la escasa distancia que nos separaba... era grande y parecía fuerte. Fue en ese momento en el que sentí su polla creciendo, caliente, palpitante, rozando mi culo a través de la ropa. Al sentirla inconscientemente mis piernas se abrieron un poco y mi espalda se encorvó, pero corregí rápidamente su postura

El aliento húmedo se había transformado en una lengua caliente deslizándose por mi cuello y dejando tras de sí un rastro de saliva que subía por el cuello y se perdía tras la oreja. Mientras, la mano que aprisionaba mi cintura se introdujo bajo la camiseta y empezó a ascender acariciando el vientre, se coló lascivamente bajo el sujetador y me pellizcó un pezón con fuerza... extrañamente me gustó

Una parada, estábamos llegando a una parada... salvada! Se abrieron las puertas y una avalancha de gente la arrastró, pensé en aprovechar el movimiento para salir de esa situación bizarra pero no fui capaz... él me empujó.

Ahora me aprisionaba contra el cristal de la puerta que no se abriría en todo el trayecto. Con una mano agarró con fuerza mi mandíbula, obligándome a abrir la boca para introducir un dedo en ella; mientras su otra mano se deslizó por mi vientre hacia abajo, se metió por dentro de la falda y se detuvó en mi coño, acariciándolo sobre las bragas. Empecé a chupar con ganas el dedo que estaba en mi boca

  • Te gusta así zorra? Parece que sí que te gusta

Apartó mis bragas y empezó a dar golpecitos con los dedos sobre mi coño, bajando cada vez más hasta llegar al agujero húmedo y caliente donde se paró a jugar. Las llemas de sus dedos me rozaban poniéndome cachondísima, deseaba que entrasen y me moví para hacérselo entender

  • Esto te está poniendo... eh? Mira cómo chorreas! Pero aún vas a tener que esperar

Saco su mano de entre mis piernas. Con su rodilla las separó un poco más, aprovechando el viaje para apretar su muslo contra mi, intenté restregarme un poco... quería que me follase ya fuese quien fuese, necesitaba una polla taladrando mis entrañas

Su mano libre volvió para subir mi falda despues de liberar su polla completamente tiesa. Primero la pasó por mi culo, estaba muy caliente y la punta estaba húmeda.

  • Fóllame de una puta vez, métemela ya joder

  • Shhhh cállate la puta boca, guarra. Me tiró del pelo para asegurarse de que obedecía. Asentí en silencio

Me azotó un par  de veces con su polla... se me estaba haciendo el coño agua

Cuando ya estaba desesperada, moviendo mi culo para conseguir rozar su polla e intentar encaminarla... llegó el momento.

  • Ahora quiero que cierres tu boca, no quiero ni oírte respirar, entendido? Asentí en silencio expectante

Apartó mis bragas empapadas a un lado aprovechando para acariciar un poco más mi coño, le dio unos golpecitos suaves al principio pero luego más fuertes que provocaron un sonido de chapoteo. Fue entonces cuando noté su capullo a mis puertas... me puse en pompa para facilitar su entrada - joder, estaba deseando que entrase de una puta vez y me rebentase - se empapó con mis fluídos y empezó a dibujar círculos. Se detuvo en la entrada, y al hacer un mínimo de presión entró deslizándose por mis entrañas, oh, joder, por fin. No pude evitar que se me escapase un gemido. Me tiró fuerte del pelo

  • Que te calles, joder

Me apreté contra él, quería tenerla toda dentro. Entró despacio y pude disfrutar cada centímetro de su polla rozándome, haciéndome estremecer. La sacó de golpe, completamente impregnada de mis flujos, esperó... y me la metió de golpe en una embestida que me hizo gritar. Pensaba que me tiraría de nuevo del pelo, pero no...

  • Ahora puedes gritar zorra

Y empezó a follarme violentamente, con fuerza, cada vez más rápido. Mis tetas botaban y sentía sus huevos revotando contra mi. Me empujó por la nuca hacia adelante, inclinándome para poder follarme mejor. Entonces me agarró por las tetas y me folló como a una perra. No podía parar de gemir y gritar, toda esa situación me había puesto cachonda como nunca... no saber quién me estaba follando... dejar que un desconocido me follase sin condón sin rechistar... me había convertido en su puta

Él gimió, soltó mis tetas para agarrarme el culo y moverme para que lo hiciese al ritmo que quería, me sacudía muy rápido. Me dió un azote muy fuerte en el culo, grité. Me dió otro azote más fuerte todavía y luego me pellizcó con toda su mano, me hizo daño. Pero eso me puso más todavía

  • Más, dame más fuerte! Soy tu puta, puedes hacer conmigo lo que quieras, vamos dame!

Me agarró del pelo y tiró, echando mi cabeza hacia atrás, mientras me daba otro azote, muy fuerte... ohhh... no pude aguantarme más y me corrí como nunca, gritando y restregándome contra él. Él siguió follándome al mismo ritmo, lo que me hizo tener el mejor orgasmo de mi puta vida, calambres de placer recorrían mi cuerpo cuando su polla rozaba los puntos adecuados, joder... nunca me habían follado con una polla tan grande y nunca me habían follado tan bien.

Volvió a gemir, subió un poco más todavía el ritmo y pellizcaba mis pezones mientras se corría. Sentía como su leche calentita me inhundaba por dentro... joder, sentía su polla palpitando, casi podía notar como cada vena se hinchaba y deshinchaba...

Bajó poco a poco el ritmo hasta detenerse por completo, dentro de mí. Me agarró por el cuello y me levantó, apretándome contra él, su mano bajo a mis tetas cuando me dijo

  • Te has portado muy bien, zorra. A lo mejor repito contigo