Un demonio en casa (3)
Cuando se juega con lo desconocido, lo desconocido se aprovecha. (Control Mental, Amor Filial, Sexo con Maduras)
Lidia entró en casa sin hacer ruido, y se deslizó como un fantasma hasta la habitacion, alli pudo desprenderse de su ropa cargada de olor a semen y meterse en la ducha, el agua no limpió su conciencia, ni la paja descomunal que se hizo con el chorro de agua dirigido a su sexo. Pero al menos se quitó ese aroma a hombre que la turbaba. Al salir a la habitación se quedó de piedra, su hija María su arrugado y manchado vestido combinado con sus zapatos y jugueteaba con su ropa interior.
- Que haces - dijo con un hilo de voz
- Mama, eres una guarra, el vestido manchado de semen, la ropa interior igual, ¿a cuantos te has follado?
- Por favor hija, baja la voz, que no te oiga tu padre
- No está, se ha ido con el vecino a no se que
- ¿y este vestido de zorra buscona? - Dijo levantándose y exhibiendose
María era una talla menos que su madre pero mas alta, asi que a sus 17 años el vestido le sentaba incluso mejor, claro que los manchones de semen por doquier y su aspecto arrugado no terminaban de dar una buena imagen.
- Ven, siéntate aquí mamá - dijo
Lidia se sentó en la cama y María se dirigió a su cuarto volviendo al poco tiempo.
- Te voy a afeitar ese coño, ya que ejerces de buscona, que también lo parezcas.
- No por favor, que dirá tu padre
- Seguro que le encanta, es un pervertido, siempre mirando las piernas de mis amigas.
María la recosto en la cama, y después de cortarle el pelo con la máquina, la afeito con maestría.
- Ves ya está
Lidia contempló la obra de su hija, su sexo parecía más grande y expuesto, y era evidente que había sido muy usado recientemente, sus labios estaban hinchados y rojos.
- María esto no está bien
- Ya, ¿a cuantos te has follado esta mañana
- Cuatro - su hijo no contaba
- Que puta eres, venga cómeme el coño - dijo despojándose del vestido evidenciando que no llevaba nada más
María se tumbó con las piernas abiertas en medio de la cama y su madre se arrodillo entre sus piernas, y tímidamente comenzó a besar y lamer su sexo.
- Asi zorra, mas fuerte como si quisieras devorarlo - dijo comenzando a gemir sintiendo como su madre se aplicaba con pasión a la tarea. Claro que la mano de María atenazando y presionando la cabeza de su madre ayudó a guiarla.
María se retorcia de placer y su joven sexo comenzó a mojarse, cosa que Lidia noto en su boca, que se pringó con rapidez, y más aún cuando el cuerpo de María se tensó en un orgasmo intenso y muy húmedo.
- Menudas perras - se oyó en la habitación
- Ni se te ocurra moverte mama, sigue
Lidia que se había intentado incorporar siguió lamiendo el coño de su hija mientras noto como alguien palpaba su culo totalmente expuesto. Y entonce su hija se apartó de su vista.
- Follatela, venga, métesela de un golpe
- ¿así a pelo?
- Claro capullo, ¿no es lo que más te gusta?
Lidia aun no sabia que el reciente novio de su hija, estaba detrás suyo, pero lo que sí noto es el cabezon de su polla encajándose en su coño, y en un instante una barra enorme la traspaso de repente haciéndola gritar.
- Joder que gusto
- Si, venga, dale caña, pero guarda para mi
- No te preocupes, nos hemos tomado una pastillita, no te las vas a acabar.
Lidia intentó procesar la información, ¿nos? ¿Eran varios? Las embestidas de Juan no tardaron en ponerla a cien y hacer que gimiera sonoramente.
- Joder, que coño tiene tu madre
- ¿has visto como gime?
- Menuda zorra
- ¿y no prefieres a su zorrita?
Juan comenzó a morrearse con María mientras martilleaba el coño de Lidia. Y como espectadores deseosos de entrar en escena, Miguel, que salía con clara y Chus, esperaban con sus pollas tiesas a entrar en acción.
- Ya he calentado la polla, ahora te voy a dar a ti
Juan dejó a Lidia y se tumbó en la cama. Lidia vio entonces en primer plano la polla que la había atravesado, mojada de sus jugos, y enseguida apareció su hija gateando entre las piernas de aquel chico, y sin mediar palabra se tragó aquella polla como si nada, arrancando los gemidos de él.
Ensimismada en aquella vista, otra polla la invadió brutalmente y comenzó a follarla sin descanso. Miguel la había poseído, tenía la polla reventar, y solo quería llenar ese coño con su leche.
- Joder Miguel, le estas dando bien
- Voy a llenar a esta puta
- Se nota que clara no se te pone asi
- Esa zorra es una estrecha, a ver si María le enseña a hacer mamadas como esa que te está haciendo
María dejó entonces de mamar y poniéndose sobre el mástil que acababa de limpiar con dedicacion, se fue sentando sobre el, encajandose hasta el mango.
- Pues ayer yo la vi follarse a unos negros en su casa - dijo María botando sobre la polla de Juan lentamente.
- ¿clara? - Exclamaron al unísono Juan y Miguel
- Sí - dijo entre gemidos María - con unos pollones de escándalo
- Que cabrona, y a mi ni una misera paja - dijo Miguel que machacaba con rabia a Lidia.
- ¿y tú mirabas? - Le dijo Juan a María
- ¿no querías una putilla de novia?
Juan estaba en la gloria, le daba igual lo que hiciera la zorra que botaba lentamente sobre su polla, estaba como un tren y se la follaria hasta que se cansara, y si caía su madre también pues mejor.
- Ya tengo a la mejor puta
Los gemidos de Lidia corriendose, y las contracciones de su vagina hicieron que Miguel comenzara a correrse en su coño, descargando un torrente de caliente semen que se encargó de depositar en lo más profundo.
- Toma puta, mi leche - dijo mientras lo hacía
María estaba en éxtasis sentía su orgasmo llegar y comenzó a mover sus caderas más rápidamente, lo que llevó a Juan a un punto sin retorno.
- Asi puta, asi, te voy a preñar - dijo Juan mientras María, que se corría de forma muy ruidosa - mas rapido , mas rapido
Juan sintió un tremendo placer cuando sintió su leche subir por su polla, y el primer latigazo de leche fue un extasis, cogia las caderas de la entregada María y las apretó contra él mientras su rabo se vaciaba con incontables chorros.
La habitación se lleno de jadeos. Claro que él no jadeaba, disfrutaba y se alimentaba con la escena, y más aún con aquellos chicos, a los que no controlaba, con lo que su energía era más pura. Y lo que era mejor, Juan era un cabrón y lo iba a demostrar.
Juan se quitó de encima a María dejándola boca arriba sobre la cama.
- ¿te ha gustado puta?
- Dios si
- Pus ahora vas a ser una guarrilla, ven aqui Lidia, y dale de comer tu coño a tu hija
María miró sorprendida como su madre se colocaba sobre su cabeza y su coño goteando de leche contacto con su boca. Ella comenzó a comérselo con deseo arrancando los gemidos de aprobación de su madre.
- ¿te gusta que tu hija te coma el coño?
- Si, me gusta - exclamó Lidia
- Menudas putas estais hechas, venga, límpiame la polla
Juan se subió a la cama y le ofreció la polla pringosa a Lidia que la devoró sin dudas.
- ¿a quien de estas dos putas te vas a follar Chus?
- ¿me puedo follar a tu novia? - Pregunto Chus con dudas
- No has hecho bien la pregunta, tenias que haber dicho ¿me puedo follar a la puta de tu novia? - Dijo arrancando las risas de los tres chicos.
- ¿me puedo follar a la puta de tu novia? - Repitió Chus
- Follatela como quieras
Con el tratamiento bucal a Juan ya se le había vuelto a empalmar, así que decidió que era hora de darle más caña a Lidia. La tumbó de lado en paralelo a su hija y se puso detrás de ella, buscando con su falo romperle el culo. Sin delicadez ninguna comenzó a empujar obviando las quejas hasta que la hubo empalado por completo.
Lidia jadeaba intentando soportar el dolor que sentía, pero cuando empezó a recibir fuertes estocadas no eran gritos de dolor, sino gemidos de placer que la destrozaron por completo.
En su posición podía ver como Chus se follaba sin ningún reparo a su hija.
- ¿has visto a la puta de tu hija , zorra, como folla, mientras te rompo el culo? - Le dijo al oído mientras la sodomizaba
- Dios, que locura - pudo mascullar Lidia
Chus abrazaba el cuerpo de María mientras sus caderas golpeaban sin descanso la pelvis de ella, que se deshacía de placer,
- Te gusta zorra
- Si follame, dame fuerte cabron
- Te voy a dar hasta reventarte
Chus comenzó un salvaje movimiento incrementando los gritos de María que culminaron con tremendos alaridos cuando Chus comenzó a vaciar sus huevos dentro de ella.
María no descanso mucho, Miguel la enfrentó a su madre, y ante la sorpresa de ella, comenzó a perforar su culo, que se resistía a la intrusión, pero acabó cediendo ante el ímpetu del joven, que volvió a sacar los gemidos más descarnados de María.
Mientras que las enculaban, le hicieron besarse, sobarse las tetas y hasta pellizcárselas, todo en un mar de gemidos inagotable, casi 20 minutos de martilleo que acabó primero Juan inundando el culo de Lidia y poco después Miguel imitando a su amigo, llenando el culo de María.
Dejando a las mujeres tiradas en la cama, dieron por terminada la sesión, más por obligación que por deseo, ya que María les había dicho que su padre volvería a las 12, y eran las 11:30, así que se vistieron y desaparecieron del lugar, ante la feliz mirada de él, que, sin casi intervención, había disfrutado de lo lindo con el sufrimiento y el placer sexual de aquel encuentro.
No eran aún las doce cuando Luis llegó a casa. Al llegar a la habitación vio a su hija y a su mujer desnudas en la cama, chorreando semen por sus agujeros y sus cuerpos marcados por rojeces y arañazos. Su polla se levantó al momento y no dudó en desnudarse, y aprovecharse de aquel fin de orgia.
Se coloco detrás de su hija, y desde atrás le fue encajando su polla en su encharcado coño. María salio de su ensoñación, por la inesperada intrusión con un gemido profundo, y su madre despertó también.
Lidia observo como su marido, follaba con desdicacion a su hija.
- Dios, Luis, que haces, es tu hija
- Mi hija esta en mi cama, como la puta de su madre, llenas de leche, yo solo voy a contribuir con un poco más. Y tu no te quedes ahí y cómele el clitoris mientras tanto.
Lidia se afanó en martirizar más a su hija, que no solo era mancillada por su padre, la polla de este entraba y salía rítmicamente de ella, mientras sobaba sus tetas con descaro, si no que además su madre se dedicaba con pasión a su sexo.
Perdió la cuenta de los orgasmos que sintió, pero cuando al fin su padre se apretó contra ella con indudables gestos de placer, quedó exhausta. Luis se tumbó en la cama e hizo que su mujer se dedicara a su polla. Lidia como si le fuera la vida en ello se lanzó a comerle la polla, que inexplicablemente no tardó en ponerse en forma, y le pareció que crecía más de los normal, pero no le importo, y menos cuando comenzó a follarse a su marido ella sola.
- Asi puta
- ¿te gusta?
- Si, os voy a follar a las dos cuando me plazca
Lidia, pese a estar destrozada, no paraba de moverse, alargando el tremendo placer que le provocaba aquella polla moviéndose en el interior de su maltrecho sexo.
- Asi, mas rapido, sigue, que te voy a regar el coño con más leche
Los gemidos subieron de tono mientras Lidia se corría, sin poder evitarlo, y más aun cuando oyó a su marido anunciar su corrida, que no tardó en depositarse en su interior.
Él contempló la escena familiar, padre, madre e hija, sumidos en un escenario con semen y flujos por doquier, y se lleno de vida, se sintió fuerte, tanto que su mano cobró forma y pudo sentir el cuerpo de María, con su tacto, el fuerte olor a sexo a su alrededor. Y su tarea solo estaba empezando.