Un crucero de placer y sexo (2)
Continuación del viaje fantastico en un crucero de placer y sexo.
UN CRUCERO DE PLACER Y SEXO (2ª PARTE)
Continuamos en el viaje
2º DIA
Lo primero que hicimos al despertarnos fue darnos una ducha para quitarnos toda la secuela dejada del día anterior. Desinhibidos por lo visto el día anterior, salimos desnudos a desayunar.
Durante el refrigerio mi esposa me dijo:
- "Juan, esto si que es un viaje de placer y sexo. De ver a tanta gente y dispuesta a todo se me calienta la almeja una barbaridad."
Los dos nos reímos de la expresión que había dicho.
A continuación nos trasladamos al solarium de la piscina que estaba casi lleno. Como no había dos hamacas juntas cuando apercibimos una vacía le dije a Chelo que la ocupara pues yo iba a dar una vuelta por el barco.
(RELATA CHELO)
Al echarme en la hamaca pude contemplar que a mi derecha había un joven de unos 30 años, musculoso, alto y bien plantado. A mi izquierda estaba un señor entrado en años (unos 60 aproximadamente), pero que tenia un miembro en reposo bastante decente. Mi sonrisa de saludo fue para el joven apuesto. Este se me quedó mirando provocativamente y yo le sostuve la mirada. En ese momento aproximó su mano a mi rostro acariciándome la mejilla y dulcemente me estampó un beso en los labios. Me abrió la boca con la suya e introdujo su lengua en mi cavidad bucal. Durante unos segundos interminables su lengua pasó por todos los rincones del interior de mi boca. Mientras yo chupaba, lamía, estrujaba e intentaba que no se me escapara. Mientras nos besábamos noté como una mano delicada me estaba tocando el pecho izquierdo, era tal su delicadeza que un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. La mano experta se desplazó hasta mi endurecido pezón y empezó a pellizcarlo. Entre los besos del joven y las caricias del mayor un cosquilleo se fue adueñando de la parte superior de mi sexo siendo este cosquilleo cada vez mayor. Notaba como mis labios vaginales se iban hinchando y palpitaban en cada beso o en cada pellizco del pezón. Los flujos fueron apareciendo por mi coño humedeciéndose este cada vez más. Me recliné un poco más hacia mi derecha de tal forma que pudiera seguir besando al joven y pudiera tomar su pene con mi mano izquierda. En esta posición, mi almeja estaba más a mano del señor experto en artes manuales. Y así fue, pues al momento noté como unos dedos tocaban mi chorreante coño. Se dedicaron primero en abrir este, después a frotarme el clítoris y por ultimo a meterme uno, dos y hasta tres dedos en el interior de mi caverna. Mientras, yo seguía masajeando y masturbando al joven sin parar de meternos la lengua en nuestras respectivas bocas. Así estuvimos hasta que noté como dejaban de follarme manualmente, quedándome con una calentura extraordinaria y pensé:
- "Vaya cabron de viejo, me ha dejado a medio hacer".
Entonces el joven separándose de mí y tomándome de la mano me dijo:
- "Vamonos para el jacuzzi y allí nos divertiremos mas"
Y así fue. Cuando penetramos en la estancia del baño burbujeante, este tenía en su interior a tres parejas. Nos metimos en el interior del baño y mi acompañante se sentó en el suelo. Entonces me indicó:
- "Dame la espalda y siéntate encima de mi polla antes de que se afloje"
Le hice caso rápidamente me situé dándole la espalda, tomé su miembro y lo puse en la entrada de mi coño. Poco a poco se fue aposentando en mi interior notando como mis entrañas se abrían para ubicar ese pedazo de carne muscular. Cuando la tuve totalmente enterrada en mi cuerpo me quedé quieta, expectante, mirando a mí alrededor, viendo como las otras tres parejas follaban. Y empecé lentamente a subir mi cuerpo notando como la polla se salía de su escondite. Pero antes de que se saliera totalmente volvía a agacharme para introducir de nuevo el mástil en mi chocho. El placer y el gusto que tenía eran infinitos. Y fui incrementando el ritmo de subida y bajada. El joven me tenía agarrada por mis caderas pero el ritmo lo ponía yo. Las subidas y bajadas eran tan fuertes que el agua chapoteaba a nuestro alrededor, pero yo no me detenía por ello, al contrario fui brincando cada vez más hasta que un formidable orgasmo le hice tener a mi amante. Yo seguí con mi ritmo, frotándome furiosamente el clítoris hasta conseguir otro estupendo orgasmo. Cuando me separé del follador, de mi coño afloraron gotas de semen que salieron a la superficie del agua. Nos quedamos sentados en la bañera recuperándonos del esfuerzo que habíamos hecho.
Al término de unos minutos, él me propuso:
"Me encantaría poder ser tu anfitrión durante el resto de la jornada"
"Soy tu sumisa amante y puedes indicarme lo que quieras que estaría encantada de darte el placer que me propongas"
"Pues vamonos para mi camarote y nos preparamos para los próximos acontecimientos"
Antes de llegar a su habitación pasamos por el comedor y tomamos algunos alimentos.
Ya en su camarote me hizo pasar a la ducha enjabonándome totalmente con gel. Después de secarme me untó el cuerpo con perfumes y motitas brillantes. Y sacando una túnica blanca transparente abierta por los costados me la puso. Mirándome al espejo me veía como una ninfa (parecida a las que salen en las películas de romanos antiguas), estaba esplendorosa, atrayente, sugestiva. Me veía muy bien con esa indumentaria. Pero no acabó mi transformación. Tomando las pinturas (supongo que de su esposa o compañera) se dispuso a pintarme los labios y los ojos. Con mano experta me dio un toque de rojo pálido en mis labios y con un lápiz negro me agrandó los ojos a su alrededor terminando con el rimel en las pestañas. Se me veía apetecible sexualmente.
Mi anfitrión me hizo señas para que lo acompañara y fuimos directamente a la puerta del "pub de los ligues". En la entrada me acogí a su antebrazo estrujando mis pechos en él. Pasamos y en el interior nos sentamos en una mesa tomando una bebidas. Mí apuesto joven rodeo mis hombros con su brazo derecho y su mano se entretuvo en tocarme mi pecho por dentro de la túnica. Aproximando sus labios a mi oído me empezó a decir:
- "Mira a todo lo que te rodea y sueña con quien te apetecería hacértelo en este momento"
Mientras veíamos a los hombres y mujeres que estaban en dicha estancia mi compañero me empezó a rodear con la yema de su dedo medio la aureola y pezón de mi pecho. La protuberancia pectoral empezó a tomar dimensiones y a endurecerse. Y yo empecé a excitarme sexualmente. Cuando mi pezón estaba totalmente erguido continuó con dos dedos a estrujarlo y pellizcarlo. Mi calentura fue en aumento y me removía restregando mi vulva en el asiento. Pero él no paraba de tocarme. Y entonces le dije:
"Me estas poniendo caliente y si sigues así tendremos que hacer algo mas"
"¿Has visto a ese gordo que está enfrente de nosotros? ¿Te gustaría saber como tiene la polla? ¿Has pensado como seria el echar un polvo con él?
"Si lo he visto, así como a todos los demás, pero yo quisiera que fueras tú quien me metieras la polla.
"Fíjate en aquella señora mayor que se va con esos dos a las habitaciones. Piensa en lo bien que se lo tiene que pasar"
"Cariño me estoy poniendo cachonda, porque no vamos a una de esas habitaciones a follar"
"Todavía es pronto para eso, humedece mis dedos con tu saliva para seguir excitándote"
"Lo que tú quieras". Y poniéndome los dedos de ambas manos en mi boca los chupé y les pase mi lengua a todo su alrededor. A continuación los llevó a mis pechos y empezó a juguetear con ellos. Y siguió diciéndome.
"Me encantaría verte como seduces al varón de la pareja que está un poco a tu izquierda, no dejan de mirarte y el tío está deseando poder llevarte a la cama"
"Pues la mujer, desde que me estas dando en mis tetas no deja de mirarme a los pezones. Creo que también quiere tener sexo conmigo"
"Sonríeles maliciosamente y pásate la lengua por tus labios. Mira como también ellos sonríen y se llevan sus manos a sus respectivos sexos. Observa como ella se restriega su almeja y abre su coño incitándote. Enséñale el tuyo y separa tus labios para que vean su interior"
"Pero cariño, lo tengo lleno de flujo y se van a dar cuenta de lo cachonda que estoy"
"Eso quiero que vean lo caliente y excitada que estás. Te voy a ayudar a enseñarles tu esplendida intimidad"
Llevó su mano izquierda hasta mis rodillas y fue separándolas hasta estar totalmente espatarrada. Su mano fue recorriendo el interior de mis muslos causándome un escalofrió en mi cuerpo, hasta llegar a mi humedecido conejo, entreteniéndose en pasarme los dedos por fuera y por dentro de mi coño. Yo estaba a mil. Y le dije:
"Deseo que me folles. Vamos para una cama o si quieres aquí mismo delante de todos. Pero, por favor, méteme tu polla"
"Todavía es pronto. Pero no desesperes que tendrás tu ración de sexo. Quiero que estés aún mas excitada"
Mi movimiento de pelvis contra el asiento eran significativos y el personal del interior del local estaban pendientes de mí. Eso me excitaba todavía más.
"¿Me dejas que te masturbe con mi boca? Pues tu polla está bastante tiesa y necesitas un alivio momentáneo"
"Así me gustas, que tengas hambre de polla. Pero quiero que sigas pasando necesidad hasta volverte loca por un miembro viril"
Ya solo miraba a los sexos de las personas que nos rodeaban. Veía como la pareja de la izquierda se masturbaba mirándome, como dos varones se estaban pajeando con la polla contraria mientras sus ojos recorrían mi sexo, como un tío sentado en la barra me enseñaba su tiesa herramienta o como follaban otra pareja sin quitarnos la vista de encima. Yo solo veía pollas tiesas y quería o necesitaba todas ellas en mi interior.
Cada vez más, me restregaba mi coño en el asiento y este estaba empapado por mis flujos. Mi desesperación era cada vez mayor. Mi necesidad de sexo era inaguantable.
Entonces fue cuando vi un poco de luz, pues mi joven amante levantándose del asiento me indicó amablemente que lo siguiera. Pensé: "Menos mal, ya era hora de poder tener su polla en mi chocho para que me calme esta ansiedad" Y nos trasladamos al ultimo salón. Cuando llegamos todo el personal allí reunido estaba acoplado follando unos con otros. Había parejas, tríos, orgías, todo lo apetecible en sexo comunitario. Con lo excitada que iba me aproximé a mi acompañante y le dí un beso ardiente metiéndole toda mi lengua en su boca, restregando mi sexo en su pierna. Entonces él me dijo:
- "¿Ves aquella pareja que el hombre es medio calvo? Pues aunque está follando con la mujer cómele los huevos e intenta que folle contigo"
Y así lo hice. Me fui hacia dicha pareja y reclinándome en el asiento intenté chuparle sus testículos pero no podía bien por el movimiento natural de estar follando. Aun así pude darle unas cuanta lamidas mientras me frotaba el clítoris. El calvo al darse cuenta de la situación puso a su pareja de rodillas y de la misma forma me puso a su lado. Y empezó a follarnos a las dos en la posición del perrito. Unas veces se la metía a ella y otras a mí. Cada vez que se dedicaba a mí, penetrándome, mi furor uterino se calmaba pues la necesidad de polla era inaudita. Pero cuando sacaba su polla de mi coño era un martirio corporal inaguantable, miraba a mi contrincante como satisfacía su deseo sexual mientras se la follaba. Y aproximando mis labios a su boca empecé a besarla y a pasarle mi lengua por su rostro. Ella me contestó igualmente teniendo entrelazadas nuestras lenguas mientras recibíamos las embestidas de la polla del calvo. Pero yo quería y necesitaba más.
Levantándome de mi posición y mirando a mi joven amante para pedirle permiso me fui hacia el lugar donde varios hombres y otras tantas mujeres estaban realizando una formidable orgía.
Mi anfitrión me acompañó en esta aventura.
Antes de entrar en la reunión me despoje de la túnica para no tener ningún impedimento. Me tumbé en la colchoneta y con ansiedad busqué el rabo mas cerca de mí para traerlo cerca de la entrada de mi cueva. Y pedí con desesperación:
- "Follame con todas tus fuerzas hasta que se me salten las lagrimas"
Y mi follador me introdujo su miembro con tal ímpetu que sus huevos casi se meten en mi coño. Lancé un grito de dolor y de placer.
- "Así quiero, sigue así hasta notar tu polla en mi garganta"
Y continuó follandome. Y empecé a tener orgasmos, uno, dos, tres, mil, no sé cuantas veces me corrí. Fue cuando me deje llevar por los acontecimientos. Sentía manos en mis pechos, en mis nalgas, en mi concha, sentía labios y lenguas en mi boca, en mi rostro, en mi cuerpo. Notaba como me follaban una y otra vez, pero nunca con la misma herramienta. Recibía una y otra vez el semen de mis amantes dentro o fuera de mi cuerpo. Yo hacia lo mismo, lamía una lengua, chupaba un pecho, tocaba polla o coño, pero no me quedaba quieta. Deseaba dar y recibir placer. Mis flujos mezclados con la leche se deslizaban por mis muslos. Era una verdadera orgía de sexo y placer. Estaba en el éxtasis.
Vi un hombre tumbado, con su polla tiesa mirando hacia el techo y aproveché (aunque estaba exhausta de sexo) para echarme sobre él y meterme su polla en mi dilatado chocho. Y comencé a follarlo. Como mi culo estaba expuesto a la vista de los demás, mi joven amante aprovechó la ocasión para ponerse detrás de mí e intentar darme por el culo. Lo miré con lascivia y le dije:
- "Deseabas verme así. Pues aquí me tienes. Méteme tu tranca por el culo y descarga tu corrida dentro de él. Así podré disfrutar doblemente por mi dos orificios"
Y sin contestarme me puso su prepucio en la entrada de mi ano y empezó a metérmelo. Conforme iba introduciéndose dentro de mí, las embestidas que le daba al follador de mi coño eran mayores, hasta notar como las dos pollas estaban dentro de mi cuerpo. Entonces les dije:
_ "Dejarme unos segundos en esta posición para poder saborear vuestras riquísimas pollas en mi interior. Estoy disfrutando como nunca"
Al cabo de un momento empezaron a moverse. Metían y sacaban sus falos, cada vez más rápidos hasta que tomaron una velocidad endiablada. Notaba como sus cojones chocaban en el trozo de carne que divide mis dos agujeros. Así estuvimos hasta corrernos casi al mismo tiempo. Cuando noté como se vaciaban en mi interior recibiendo la leche caliente exploté en un orgasmo espectacular. Jadee, chille, dije palabras ininteligibles. Pero al final me quedé exhausta y satisfecha.
Después de haber recibido tanto placer, me incorporé y me fui a mi camarote. Tal y como estaba, cubierta por tanto semen, me eché en la cama al lado de mi esposo y me dispuse a descansar.