Un coqueto calzoncito

No me quedó de otra y me incliné dejando ver mi calzoncito al amigo de mi prima que no había despegado la vista de mi desde que salimos del coche, y ahora yo le estaba enseñando una parte de mi que no le enseñaba a cualquiera...

Hola a todos los lectores, este es mi primer relato como autora, espero que les guste.

Mi nombre es Nicole, tengo 21 años y a opinión de muchos chicos soy una mujer muy simpática, mido apenas metro y medio y peso cuarenta kilos, todo en mi es pequeño pero bien proporcionado, con unos pechos pequeños y firmes y un buen trasero antojable y muy pelliscable , mi cara hace que parezca mucho más chica de lo que soy, ya que tengo unos ojos grandes de  color caramelo que muestran dulzura en su interior, y mi boca con labios rosados forma una línea delgada que enmarca mi sonrisa, mi piel es morena clara y mi cabello es castaño hasta debajo de los hombros.

Lo que les voy a contar a continuación sucedió hace casi dos meses; asistimos a la fiesta de cumpleaños número tres de una de mis sobrinas, a decir verdad se celebró en un pequeño salón de fiestas infantiles algo lejos de mi casa, mi prima se ofreció a llevarnos (a mi hermana, mi mamá y a mi) si llegábamos a su casa temprano y así lo hicimos, rumbo a las dos de la tarde nos encontrábamos ya en casa de ella, todas muy bien arregladas, yo decidí estrenar la falda nueva con flores color durazno y azules  que me había comprado especialmente para la ocasión, me llegaba 4 dedos arriba de la rodilla, la combiné con una blusita de tirantes algo escotada de color durazno con botones en la parte del busto y con unas botas de tacón y agujetas estilo militar, mi ropita interior había sido escogida de igual manera, para la ocasión, me puse un bra rosita con detalles de encaje en la parte de enfrente que se salían coquetamente por el escote de mi blusa y mi calzón era un boxer cachetero realmente cómodo blanco, con resorte de color rosa y el cual estaba decorado con circulitos de colores, no me puse licra ni nada por el estilo por que mi novio siempre me había regañado cuando lo hacía y estaba acostumbrada a no hacerlo por su culpa.

A las 2:30 tocaron a la puerta, mi prima no nos había dicho que la persona que nos iba a llevar era su amigo llamado Luis, al cual le decían “el güero”, Luis tiene 32 años y es un hombre de estatura media, (1.68 aprox.) de facciones más jóvenes a las de su edad y de piel y cabello claros, con barba de candado, estaba vestido de un traje color azul marino que lo hacía ver realmente elegante, todas salimos hacia el  estacionamiento y nos introdujimos en su coche, un jetta 2008 color rojo, muy desordenado por dentro, cuando me senté aplaste algo con mis nalgas, metí la mano por debajo de estas y saqué una tira de condones, agucé la vista y me dí cuenta de que todo su coche estaba lleno de tiras y tiras de más condones, “el güero estaba realmente apenado y regañó a mi prima por no avisarle antes que nosotras iríamos, el camino se pasó rápido, mi prima se la pasó hablando con su amigo de la fiesta a la que el  había asistido la noche anterior y en la cual según él, se había tirado a una chica en la parte trasera de su coche, justo donde ahora mi mamá, mi hermana y yo nos encontrábamos sentadas.

Llegamos a la fiesta más rápido de lo planeado y nos metimos al salón, el cual contaba con una parte llena de juegos de mesa, una mesa de billar y una de hockey en la parte de arriba de este.

Casi toda la fiesta me la pasé en esa parte del salón con otra de mis primas y su novio jugando en la mesa de billar la cual estaba pegada al barandal por la que si te acercabas mucho a la orilla, los de abajo podían apreciar claramente tu trasero o algo más, en algunos tiros la bola blanca había quedado colocada de tal manera que solo podías darle con el taco si te acercabas mucho a la orilla empinando tus pompas hacia fuera, yo ya me había puesto en esa posición un par de veces y no me había percatado de nada, pero en el tercer tiro, alguien me gritó desde la parte baja del salón, era mi prima, con la que nos habíamos venido:

-Nicole!!, desde aquí te puedo ver toda la cola, algunos de los que estaban al lado de ella rieron por lo bajo,

yo me sonrojé inmediatamente y fije la vista en la persona que había estado todo el tiempo al lado de ella, Luis, el cual ahora fijaba su vista en mi de una manera diferente, me pregunté si había visto algo las veces anteriores que me había agachado para tirar y creo que la respuesta era más que obvia, había visto mi boxer cachetero, cerré los ojos aguantando la vergüenza que ahora me embargaba y me prometí no hacer esa posición en lo que restaba del juego, pasaron 15 min. y todo iba bien, nos faltaba el último tiro para definir quien ganaba y era mi turno, la bola blanca hizo de las suyas y se colocó justamente de la manera en donde yo tenía que acercarme demasiado a la barandilla y agacharme dejando ver todo mi trasero a los invitados en la parte baja, no me quedó de otra y me incliné dejando ver mi calzoncito al amigo de mi prima que no había despegado la vista de mi desde que salimos del coche, y ahora yo le estaba enseñando una parte de mi que no le enseñaba a cualquiera, sentí como su mirada penetraba en mi falda y se fijaba en mis nalgas las cuales graciosamente hacían desaparecer la parte más delgada de mi cachetero, dejando ver la mitad de mis pompis y mostrando coquetamente esos pequeños circulitos de colores que lo adornaban. Instintivamente posé la mirada en él después de colocarme nuevamente de manera en la cual el ya no podía observar mis partes intimas y nuestros ojos se encontraron, el sonrió picadamente y yo bajé la mirada sintiendo como se encendían de nuevo mis mejillas.

En el camino de regreso a mi casa el estuvo preguntándome muchas cosas sobre mí dejando en claro que lo que había visto, le había gustado y que quería ver más, por el retrovisor pude observar también como sus ojos de posaban en el encaje que se asomaba por mi escote haciéndome sentir más incomoda de lo que me sentía, ¿Sería acaso por que el es hombre mucho más grande que yo? ¿Qué hubiera pasado si hubiese sido un chico de mi edad por el cual yo me sintiera atraída? ¿Hubiese reaccionada igual? O tal vez, la habría dejado ver algo más intencionalmente, sería que me gustaba ser deseada por los hombres?

Tal vez lo comprobaría después….

Para R.S.9.