Un clavo saca a otro clavo - 8

Nacho se folla a Lola, su ex, aclarando de paso algunas cosas entre ellos. El lunes por la mañana empieza con problemas en la oficina, tanto laborales, como personales con las dos hermanitas

UN CLAVO SACA A OTRO CLAVO - 8

Tenía a Lola a escaso medio metro mío, vestida de lo más sexy y esquivándome la mirada casi todo el tiempo. Me acababa de decir que estaba iniciando una relación seria con su amante… Me acerque a ella, situándome a su espalda, separados únicamente por uno o dos escasos centímetros… Me incline un poco, hablándole suave al oído, prácticamente soplándole la oreja, le pregunte si deseaba alguna cosa…

Tartamudeando me dijo que no, que solo quería irse, pero sin embargo no se movió del sitio ni un solo milímetro, por lo que le eche un poco cara, pasándole los brazos por la cintura, pegando mi polla contra su culito mientras que mis labios se cebaban en su cuello, besándoselo, lamiéndoselo, acariciándoselo… Por toda respuesta gimió, me susurró un “no, eso no” para después levantar la cabeza, facilitándome aún más el acceso a su cuello a la vez que mis besos sobre su piel aumentaban de intensidad.

Mis manos entraron por debajo de su ropa, una hacia arriba y otra hacia abajo, mientras la izquierda se cerraba sobre uno de sus pechos, la derecha se introducía bajo sus braguitas en dirección a su coño. Solo unos segundos después ambas alcanzaron sus objetivos, aumentando entonces los gemidos de Lola, a la par que empezaba también a jadear como si le faltase el aire. Mi dedo corazón se introdujo en su coño hasta lo más profundo mientras el pulgar friccionaba suavemente sobre su clítoris, mientras los dedos de mi mano izquierda pellizcaban uno de sus pezones con suavidad. Sentí como sus manos palpaban e intentaban bajar a ciegas mi bragueta para acceder a mi polla, trate de facilitarle la labor en todo lo posible. Cuando por fin la saco y empezó a meneármela, fue cuando me separe de ella, la ayude a que nos desnudásemos, luego la empuje, derribándola sobre el sofá mientras que ante sus ojos me colocaba un preservativo… Lola jadeaba, sus ojos brillaban, sus pezones estaban duros como escarpias y su coño parecía un lago…

Solo un minuto después estaba sobre Lola, que seguía tumbada sobre el sofá, me situé entre sus piernas, puse mi pene dentro de su coño de un solo movimiento brusco, entrando y saliendo después de su interior a toda velocidad. Lola permanecía abrazada a mí con fuerza, jadeando, gimiendo y dándome algún que otro mordisco en los hombros mientras me apretaba fortísimo contra ella con sus brazos. Mientras ella gemía y jadeaba, yo bufaba por el esfuerzo que hacia al follármela de ese modo. Con Lola cuando éramos pareja siempre había hecho el amor, dándole lo fuerte que ella me pidiese, intentando complacerla, en este caso no fue nada de eso. Ahora lo que hacía era simplemente follármela, buscar mi propio placer dándola duro, si con ello también conseguía que ella se corriese perfecto, sino, una lástima para ella.

Solo unos pocos minutos después Lola se corría como una perra debajo de mí, empezó a tensarse y a gritar presa del placer del orgasmo. Yo aún me mantenía entero y tuve una idea al verla de ese modo, Lola siempre hubo algo que no me dio, según ella porque le dolía, entonces la respete, sin embargo en esos instantes eso no me preocupaba en absoluto. Seguí entrando y saliendo de ella de forma rápida, buscando alargarle en lo posible su orgasmo, tratando de que perdiese el control durante un rato cuanto menos, como así paso.

Durante unos veinte o treinta segundos estuvo como ida, cuando se recuperó y se dio cuenta de la situación intento evitarlo, pero ya era tarde, según se empezaba ella a mover para quitarme, yo empezaba a empujar, introduciéndole mi polla dentro de su culo. Empezó a gritarme, a insultarme y a moverse de forma cada vez más violente, entonces decidí que no podía ir tan suave con ella, por lo que di un fortísimo empujón que introdujo mi polla por completo en el interior de su culo, rompiéndoselo de forma muy violenta.

Empezó a insultarme de todas las forma posibles, lo que me dio igual, cuando me llamo hijo de puta, le conteste que la única puta allí era ella, que tenía la polla de otro tío dentro de su culo mientras que su novio sin duda debía de estar en casa cascándosela pensando en rompérselo también él, ya que era una guarra con un culo de infarto. Tras el intercambio de cumplidos por parte de ambos, Lola soltó un "¡¡siiiiii!!" "¡¡más fuerteeeeee!! ¡¡rompemelooooo!!" y se puso a mover el culo como si me quisiese espachurrar la polla en su interior, reconozco que fue toda una gozada de sensaciones.

Lo de Lola estuvo genial, unos pocos minutos después ambos nos corrimos casi a la vez, primero ella, y a los pocos segundos yo, llenándola el recto de semen, que cuando salí pude ver como caía por sus piernas hacia abajo. Cuando se recupero fue al servicio a limpiarse un poco, aunque le propuse darse una ducha con la mejor de mis intenciones, obviamente volver a follármela en ella, declino mi oferta aduciendo que era tarde. La acompañe hasta la puerta de salida, una vez en ella y antes de abrirla, se volvió y con una sonrisa cínica...

-      ¿Te das cuenta como tú no eres mucho mejor que yo? -al ver su gesto y la forma de decirlo entendí por dónde iba.

-      ¿Tú crees?

-      Es obvio, no te parece, no te ha hecho falta mucho para engañar conmigo a esa zorra con la que estas ahora... No eres muy diferente a mí, señor santurrón...

-      Así que esto de follar conmigo ha sido por eso, ¿no? -sonreí sarcástico.

-      ¿Tú que crees? ¿Que era porque de verdad me apeteciese volver a hacerlo contigo?

-      Me das pena Lola, de verdad que si... Con esto lo único que me has demostrado es que eres una puta, llevas cuanto... ¿dos semanas?, y ya le has puesto los cuernos a tu flamante noviete...

-      Y tú a tu novia, cabrón de mierda, yo seré puta, pero tu desde luego no eres mucho mejor…

-      Yo no tengo novia zorra estúpida, Esperanza solo es una follaamiga, no engaño a nadie con esto, cosa que tú no puedes decir... ¿Sabes?, me alegro de haberle devuelto a Pedro la cornamenta con la misma guarra con la que me los puso a mí, lo de ponérsela con su ex mujercita no fue igual de divertido... -dije riéndome en su cara.

-      Hijo de puta...

Tras dedicarme tan delicada observación, salió de mi casa como alma que lleva el diablo. No negare que me encantó volver a follármela, y lo mejor de todo, fue que gracias a eso pude comprobar que ya no me afectaba en lo más mínimo, sin contar con que por fin le había podido romper el culo a placer. El fin de semana lo dedique por completo a mi pequeño proyecto de empresa, dedicando todo mi tiempo en exclusiva para eso, adelantando trabajo y haciendo algunas cosillas nuevas que me habían ido saliendo.

El Lunes empezó mal, a los pocos minutos de salir de casa pinché, con lo que llegué tarde al trabajo, donde nada más entrar por la puerta, no había terminado aún de dejar las cosas en mi mesa cuando se me acerco una compañera...

-      Nacho, me ha dicho la jefa que a las 11 quiere verte en su despacho y que por favor seas puntual.

No sabía que es lo que pasaría, pero sin lugar a dudas no me gusto ni un pelo la llamada en cuestión. Luego Lola paso por delante mío y ni me miro, a las diez había pasado como media docena de veces y en todas ella o bien me había ignorado, o me había rehuido la mirada, lo que me mosqueo, ya que aun pasando lo que paso entre nosotros, con lo que nos dijimos, Lola no era de actuar así... El siguiente problema que vi, fue que Esperanza sí que me miraba, pero de mala manera, con una cara de poquísimos amigos que tiraba de espaldas... Me dio por pensar algo tan tonto, como la posibilidad de que Lola al entrar hubiese hablado con ella y contado algo de lo del fin de semana...

A las 11 en punto me presente en el despacho de la Sra. Valcárcel, cuando entré me fui a encontrar allí adentro con ella, Lola y su nuevo novio, Pedro, el de los cuernecitos, os juro que estuve tentado de saludarle a él con un "Muuuuuuu", pero al final me corté y opte también por el consabido, "buenos días". Al cerrar tras de mi fui invitado a sentarme y enseguida, la Sra. Valcárcel entro en materia...

-      Ignacio, tenemos un problema con el proyecto...

-      No me lo diga, han decidió que no está bien así y ahora hay que rehacer parte del trabajo, ¿a qué he acertado?

-      Pues sí, es justo lo que está usted diciendo... Ha surgido un pequeño problema que nos va a obligar a reestructurar la idea inicial, por lo que ustedes también tendrán que ajustar lo que lleven ya hecho.

-      Bien, deme los cambios, lo estudiare y veré que se puede hacer...

-      Usted no tiene nada que ver, limítese a hacer su trabajo en lugar de vaguear y así nos ira mejor a todos -salto Pedro en plan borde total.

-      Señora, creo recordar que ya advertí de esta posibilidad, y usted me aseguro que el proyecto era el definitivo con total rotundidad. No pienso tolerar que este... "señor"... venga a cargar contra mí o cualquiera de mi equipo por tratar de tapar su incompetencia.

-      Lo sé, sé que se lo dije, y créame que lo siento, también soy consciente de que ni usted, ni su equipo tienen responsabilidad ninguna en ello –respondió pasando por alto lo que había dicho sobre Pedro, y este al verlo se mantuvo calladito como una rata.

-      Bien, perfecto, porque no voy a consentir ninguna nueva falsa acusación del "caballero"-continúe machacando-. Desde ahora, cada vez que haga alguna por intentar taparse, se resolverá por escrito y ante la dirección, he llegado a mi límite al respecto... Con su permiso, me gustaría llamar a quien junto conmigo, por lo que estoy viendo, más perjudican todos estos cambios.

-      Por supuesto, adelante por favor -sonrió Lorena.

Me levante y salí hacia afuera para ir a buscar a la persona a la que me refería, estaba relamiéndome del efecto que iba a causar su presencia en ese despacho. A los cinco minutos entre de nuevo seguido de la dulce y tierna Esperancita, las caritas eran para enmarcar, Lorena aunque no le gusto mantuvo cara impasible, Lola puso cara de haber bebido medio litro de limón, Pedro casi babea al ver la faldita que llevaba, y Esperancita... bueno, miro a Lola que si las miradas matasen, sin duda la habría descuartizado viva tras despellejarla.

Dado que el tema creativo era asunto de Lola, ya que Pedro se había encargado de la negociación y creo que también en parte por lo mismo que yo pensaba, ya que bajo mi punto de vista fue quien la jodío, Lorena decidió que fuese Lola quien explicase el asunto mientras Pedro volvía a su puesto. Aunque sinceramente en ese momento también pensé que quizá lo hacía para evitar fricciones entre él y yo, vista la tensa conversación mantenida solo unos momentos antes.

La conversación sobre el asunto no es que mejorase en mucho la situación entre ambas mujeres, en un momento dado, Lorena tuvo que salir del despacho, dejándonos a los tres a solas, cosa que aproveche...

-      Vamos a ver, las dos, centraos en lo que estamos haciendo y dejad los temas personales fuera de aquí, vamos muy atrasados como para preocuparnos de tonterías. Haced el favor de dejar vuestra vida privada en casa...

-      ¡¡¡Ahhhh, claro!!!, así que son tonterías personales, ¿no? -dijo exaltada Esperanza.

-      Querrás decir que no quieres que hablemos de esto contigo, ¿no?

-      Pues no, me da igual, lo hablamos cuando queráis, solo decidme donde e iré...

-      Si, seguro que sí, además estoy convencida de que negaras todo -dijo enfadada Esperanza.

-      Bueno, se terminó la discusión, la dejáis para la calle...

-      Por supues... -Esperanza se calló a media frase.

Justo en el instante en que Esperanza se callaba entraba Lorena de nuevo en el despacho, obviamente tonta no era, y se dio perfecta cuenta de la aún más tensa situación que allí se respiraba. La cosa es que todo terminó sin mayores incidentes, pese a lo que yo me temía, sin embargo, cuando todos nos marchábamos ya del despacho, la Sra. Valcárcel....

-      Ignacio, por favor, espere un momento que quiero hablar con usted.

-      Si señora, claro, dígame... -vi que esperaba a que nos quedáramos solos.

-      Bien, ¿se puede saber que ocurre entre ustedes tres?

-      Que yo sepa... -me interrumpió.

-      No, no intentes evadirte, soy muy consciente de que lo que ocurriese tenía que ver contigo, así que por favor...

-      Son asuntos privados, nada que tenga relación con nuestro trabajo...

-      Nacho -junto las manos mirándome fijamente-, como te dije en tu casa, quiero a mi hermana, y está claro que algo sucede contigo como protagonista, me lo puedes explicar aquí, o fuera, como prefieras, pero hazte a la idea de que los dos vamos a hablar de esto... aunque tenga que volver a presentarme en tú casa otra vez…

-      Está bien -me cruce de brazos-, el sábado me follé a Lola, me dijo algunas cosas que no me gustaron y la conteste, supongo que esta mañana ha debido de hablar con Esperanza sobre ello...

-      Vamos que engañaste a mi hermana con tu ex -apretó los labios.

-      Ya le dije en su momento que entre su hermana y yo no existe nada de nada, y... -me interrumpió.

-      Eso lo dices tú, no creo que mi hermana piense del mismo modo, eres un... -ahora fui yo quien con un gesto de la mano la interrumpió a ella.

-      Vale, de acuerdo, entonces quizá pueda usted explicarme porque el viernes noche estaba en un local de marcha con un tío, con el que se fue de allí... y por cierto, en plan muy sobón los dos, no hacía falta tampoco ser muy listo al verlos para saber que se iban directos a follar –dije mezclando la verdad con mis suposiciones-. De ser como usted dice, ella me los habría puesto a mí antes, con lo que estaría en mi derecho de no querer saber nada más de ella e irme con quien me diese la gana... ¿no cree?

-      ¿Estas completamente seguro de eso...? –vi cómo se había puesto un poco pálida.

-      Mira Lorena, tu hermana ya tiene montada su vida a su modo, a ella parece que le va bien, de modo que bueno, es asunto suyo. Yo no voy a entrar en su vida o como la lleve, pero lo que tampoco voy a permitir, es que ella intente entrar en la mía y en lo que haga o deje de hacer, mucho menos aun a intentar jugar conmigo. Y ahora, tengo trabajo que hacer, ¿quieres algo más de mí?

-      No, solo era eso, lo siento Nacho, de verdad. Venga, vuelve al trabajo –cuando salí deje a una Lorena muy pensativa.

A medio día salí de la oficina para ir a comer fuera, normalmente lo hubiese hecho en la cafetería del edificio o incluso en el mismo comedor que teníamos, habría sacado mi tapper y vuelto corriendo al trabajo, pero ese día prefería no correr el riesgo de un nuevo enfrentamiento con ninguna de las dos lobas. Pero no tuve esa suerte, había terminado de comer, estaba tomándome el café cuando apareció Esperanza, se pidió otro café y sin una sola palabra se sentó frente a mí… No pude evitar la pregunta…

-      Vale, ¿y ahora que quieres Esperanza?

-      Pedirte perdón, mi hermana ha hablado conmigo de lo que le has dicho… Siento lo del viernes, yo… veras… -la corté.

-      Mira, te digo lo que a tu hermana, tú y yo no tenemos nada, por lo que puedes hacer lo que consideres oportuno.

-      Es que yo pensé… -la interrumpí.

-      Se lo que pensaste, y por eso mismo es por lo que no tendremos nada de nada. Me has intentado montar un pollo porque me acosté con otra arrojándote derechos sobre mí, supongo que pensando en que teníamos algún tipo de relación, pero sin embargo, el viernes te follaste al tío con el que estabas… Es lo más lógico del mundo ¿a qué si?

No le dio tiempo de contestar, ya que para mi sorpresa, porque a ella sí que no la vi, quien contesto fue Lorena, sentándose también a la mesa con un café en las manos y una bonita sonrisa en los labios.

-      Creo que mi hermana ese viernes no pensó en nada, solo en divertirse y se le fue de las manos…

-      ¿Qué haces tú aquí? –pregunto Esperanza poniendo muy mala cara.

-      Lo que le dé la gana, igual que tú, porque que yo recuerde no os he invitado a ninguna a sentaros, y mientras yo no os invite a iros, podéis estar las dos, ¿alguna aclaración más Esperanza? –la mire fijamente.

-      No, para nada –bajo la mirada esquivando la mía.

-      Pues la verdad es que quería saber cómo ibais a acabar… -dijo mirándonos mientras daba un sorbito al café.

-      ¿Y eso a ti que te importa?, no lo vas a notar en el trabajo, te garantizo que el proyecto estará terminado en su día, esto no afectara para nada… -le respondió Esperanza.

-      Me importa por mis propios motivos, pero me alegra mucho saber que estas tan convencida de que lo harás –dijo con calma, mientras yo las miraba como si se tratase de un partido de tenis, temiendo llevarme yo un pelotazo.

-      Entiendo, te gusta y le quieres para ti, ¿no?... –interrumpió a Lorena cuando fue a hablar-. Ni te molestes, me conto que le besaste la noche que fuiste a verle al despediros… te conozco… te gusta…

-      Está bien, si, Nacho me gusta, y me gusta mucho… Cuando me entere de que ha pasado la noche con su Ex me sentó muy mal, me pareció otro tío más, pero tras lo tuyo del viernes… bueno… no diré que no entienda por qué lo hizo, viendo con quien está ahora saliendo ella y lo que tu hiciste… -me miró fijamente frunciendo el ceño-, aunque eso sí, no diré que me ha sentado bien, porque no me ha hecho la más mínima gracia.

-      Perdonad, pero yo me largo que se me acabo el tiempo y esto no va conmigo, así que os dejo, que veo que se os da a las dos muy bien eso de guisároslo y coméroslo todo vosotras solitas sin contar con nadie más, bye…

Me levante dejando un billete de cinco euros para pagar los tres cafés, diciendo que dejaran las vueltas para la propina y sonriendo, añadí irónico que no se preocupasen, que mi comida ya la había pagado y gracias a dios terminado antes de que me la amargasen. Intentaron hablar pero se lo impedí a ambas, lo cierto es que no me interesaba nada de lo que estaban diciendo, me temía que me metiesen en una de sus, aparentemente, frecuentes peleas. El asunto es que no me había gustado nada con respecto a esa conversación, no me fiaba ni un pelo de ninguna de las dos hermanas, y en esos momentos, menos que nunca, me estaba oliendo algún tipo de trampa, pero no podía ni suponerme de que narices podría tratarse. Por cierto, que me sorprendí a mí mismo, reconociéndome que Lorena lo cierto es que me gustaba, y me gustaba bastante…, no podría decir si me preguntaban, que no me gustaría follármela bien folladita.

Estaba trabajando cuando ambas regresaron, yéndose cada una a su puesto de inmediato, aunque no sin antes echarme las dos unas miras que solo podría calificar, como especulativas. Visto que no iba a poder concentrarme en lo mío de seguir en ese plan, opte por ponerme mi Mp3. Me coloque los auriculares y seleccione la colección de música clásica que llevaba grabada en modalidad aleatoria, es una música que para trabajar me resulta tremendamente relajante, de no ser porque el selector la primera elección que fue a hacer, resulto ser el Réquiem de Mozart… que era lo que le faltaba ya a mi espíritu…

La verdad es que pese a mi aparente confianza y aplomo estaba muy confundido con ambas hermanas. La parte de Lola…, pues mira, que queréis que os diga, como que me la sudaba lo que hiciese o dejase de hacer, no tenía la menor intención de volver con ella. Me mantuve con la cabeza gacha trabajando el resto de mi jornada, no me tome un respiro ni para estirarme siquiera, no levante los ojos de la pantalla, cuando me escocían un poco prefería cerrarlos unos instantes a tener que mirar, porque estaba seguro que hacia donde mirase terminaría por toparme con alguna de las dos hermanas con su vista clavada en mí.

El viernes a última hora, la cosa seguía exactamente igual, me ponía mis auriculares, el Mp3 con música y me aislaba del mundo, el problema fue que el trabajo debía de estar hecho para el Lunes y me tocó quedarme más tiempo del que había calculado. Esperanza se quedó conmigo para “ayudarme” según dijo, aunque no pasaba de estar para hacerme compañía puesto que poco o nada podía hacer, tras un breve intercambio de palabras entre ambos, conseguí convencerla de que se marchase para casa, pues como he dicho, allí no pintaba nada. Aparentemente lo conseguí, logrando respirar un poco más tranquilo cuando la vi salir por la puerta con su bolso.

Cuando por fin terminé, lo primero que hice fue estirarme con ganas ya que tenía el cuerpo completamente anquilosado por el tiempo que llevaba en la misma postura, cuando moví la cabeza mirando a mi alrededor me lleve la sorpresa…

-      Vaya educación… te parece bonito, podías haberlo hecho un poco más discretamente, ¿no? –dijo en tono irónico Lorena.

-      Lo… lo siento… yo no sabía que… bueno creí que no había nadie… yo… -me aturulle al no esperarme allí a mi jefa.

-      Tranquilo Nacho, era broma –dijo haciendo un gesto de disculpa-. Lo que de verdad no se es como puedes estar tanto tiempo sin moverte para nada…

-      Bueno es costumbre, pero, ¿qué hace aquí?

-      Esperarte, obviamente… ¿que querías que hiciese casi dos horas después de mi horario “normal”…?

-      Si, vale, pero Sra… -me interrumpió.

-      Lorena y hazme el favor de dejar el usted quietecito cuando estemos a solas…

-      Pero es que no estáis a solas… “hermanita” –dijo socarrona Esperanza apareciendo de repente y sobresaltándonos.

-      Creía que ya te habías ido –le dijo Lorena sorprendida.

-      Ni de coña me voy yo de aquí antes de que se marche él, no voy a dejarle el terreno libre a nadie, incluida tu…

-      Esperanza, te estás pasando un poquito con tu hermana, ¿no te parece? –repuse serio ante la insinuación.

-      ¿Tú crees? –me sonrió, para luego ponerse seria-. Y para qué coño te supones que lleva mi hermana casi dos horas esperándote, ¿para irse a jugar contigo a las chapas?

Me hubiese gustado decir que le conteste, pero la verdad es que no, la preguntita de marras me tapo la boca de manera muy eficaz, al extremo de que me volví hacia Lorena esperando su contestación. La verdad es que no sabía concretamente que se suponía que podía esperarme, porque estaba claro que por trabajo no podía ser… Confieso que entre las dos me habían superado en esta ocasión, tuve la impresión de estar metiéndome en medio de una pelea de gatas…

-      Está claro, ¿no?, estaba esperando para que me invitase a su casa a cenar… -dijo Lorena con total desparpajo.

-      ¿Y te parece bien que una señora casada se marche a casa de un hombre a estas horas de la noche? –le pinchó su hermana.

-      Separada, soy una mujer separada, anteayer metí los papeles del divorcio por el juzgado en serio, aparte de una docena de denuncias contra el gilipollas de Mauricio. O me lo da, o termina en la cárcel, no voy a esperar ni un minutos más para ser libre…

-      ¿Así sin más…? –pregunto Esperanza visiblemente sorprendida.

-      Bueno Nacho, ¿me vas a invitar o qué? –dijo volviéndose hacia mi sin contestar a su hermana.

-      Claro, no hay problema…

-      Pues yo me apunto… ¿o le ves algún problema a ello? –dijo Esperanza mirándome fijamente, retándome a que dijese que no.

-      Te digo lo mismo, no hay problema, ya sabéis donde vivo, de modo que quedamos allí los tres…

-      No te preocupes, vamos detrás de ti, venga…

-      Como queráis… -dije cogiendo mis cosas y poniéndome en marcha.

Bajamos al aparcamiento y salimos con los coches en fila india en dirección a mi casa. Lo cierto es que no es lo que había planeado para ese día, pero prefería que fuese como había ido la cosa y no que les diera a las dos por presentarse por sorpresa en mi casa encontrándose las dos allí. Aunque parecía que todo estaba muy claro y que ambas hermanas estaban por mis huesos, no creáis que tenía yo todas conmigo, el asunto me tenía un tanto desconcertado, no me parecía que se estuviesen comportando como deberían de ser ese el caso… Iba preocupado por tenerlas a las dos juntas a la vez en mi casa, y por otro lado, también aliviado porque estuviesen precisamente las dos a la vez en mi casa… paradójico, ¿no creéis?

CONTINUARA