Un clavo saca a otro clavo - 7

La visita de las dos hermanas trae cola… Nacho tiene una conversación un pelín seria con Esperanza, y después… todo parece enrarecerse

UN CLAVO SACA A OTRO CLAVO - 7

Tras lo sucedido entre Esperanza y yo, tras correrme, trastabille un poco, yendo a sentarme directamente en el sofá, yo me senté en un extremo mientras que Esperanza se acercó sentándose en el extremo opuesto al mío. Se sentó, con una pierna cruzada bajo la otra...

-      ¿Y bien, a que ha venido todo esto?

-      ¿Cómo que a que ha venido?, me has violado cabrón.... -dijo Esperanza.

-      No, de hecho sabes que no ha sido así, de haberte querido librar de verdad, no hubieses tenido problemas para hacerlo... de resistirte con fuerza y firmeza te hubiese soltado enseguida.

-      ¿Entonces según tú, que ha sido?

-      Hemos follado, y por lo que he visto hasta el momento, te gusta ese pequeño punto de violencia sobre ti, independientemente que estuvieses enfadada... No has podido resistirte a entregarte a mí.

-      No, no he podido, es la verdad -encogió las rodillas y apoyo su cabeza sobre ellas-. ¿Qué paso entonces aquí anoche?

-      Antes de nada, ¿te lo dijo tu hermana? -la vi dudar.

-      No -meneo la cabeza-, no dé dijo nada, no la quise ver cuando regreso.

-      Entonces como lo sabes, ¿me has estado vigilando?

-      No, veras, Lorena no se fiaba de mis "parejas", así que instalo un programa localizador en mi móvil, ya sabes, de esos que indican la posición, el problema del que ella usó, es que funciona en ambas direcciones, ella puede saber dónde estoy, pero yo también donde esta ella...

-      Entiendo, y viste que estuvo aquí hasta muy tarde –la mire valorando si decirle algo o no visto el numerito, al final opte por hacerlo-. Hablamos... solo hablamos... principalmente de ti, pero también de ella y de su matrimonio -vi como apretaba los dientes y enterraba su cabeza entre sus rodillas.

Me acerque a ella, hice que abandonase esa posición, que se medió tumbase y su cabeza reposase contra mi hombro, no tardó mucho en acurrucarse allí, terminando de acomodarse del todo. En principio creía está comenzando a comprender ciertas cosas en todo este asunto, pero necesitaba hablar con ella, y sobretodo, que confiase otra vez en mi, como por alguna extraña razón, parece que antes de la visita de su hermana hacía de verdad.

-      ¿Te contó lo que ocurrió conmigo?

-      Si, te pilló con su marido en una actitud... digamos que comprometida, aunque es consciente de que te estabas resistiendo.

-      No es verdad... Si hubiese tardado solo unos segundos más en aparecer, me hubiese entregado por entero, no pude resistirme como creía... La verdad es que jugué con fuego y me quemé, traicione a mi hermana... Y es algo que no puedo compensarle...

-      Pero lo has intentado conmigo, es la conclusión a la que tu hermana y yo llegamos anoche, querías que nos acostásemos para de ese modo, intentar paliar un poco lo que le hiciste a tu hermana. También llegamos ambos a otra conclusión... que debías de estar un poco loca para intentar algo semejante –levante su cabeza por la barbilla para que me mirase a los ojos-. ¿Pero cómo se te pudo ocurrir una cosa tan peregrina? Es una autentica majadería

-      Puede ser, pero la verdad es que cuando se me ocurrió me pareció buena idea, como no parecía que os llevaseis bien, y cuando me ayudaste pese a todos los problemas... bueno, resulto que eras muy buen tío –volvió a acurrucarse otra vez-. Pensé que si salía contigo saltaría enseguida, como así sucedió, pero también la conozco, y sé que cuando se pone así con alguien que no ha hecho realmente nada "malo", es porque la persona le interesa de verdad.

-      Entiendo, así que pensaste que restregándome suficiente por sus morros, poniéndole los dientes largos y enfadándola todo lo posible, te devolvería lo de su marido como venganza. ¿Y yo? -la mire fijamente.

-      ¡¡Ohhh!!, no pienses que te iba a dejar tirado, tenía más o menos controlado como compensarte por esto. Con los problemas que tenías y aun tienes con tu ex, a cambio de todo esto, pensaba mantener a esa arpía lejos de mi "novio". Creí poder conseguir que lograses más espacio, no pretendía nada más, era simple.

-      Entiendo, pero supongo que ahora se ha complicado, ¿no?

-      Puede ser que si se haya complicado...

-      Cuando viniste y me empujaste, no me pareciste especialmente enfadada, sin embargo, el guantazo sí que fue real, eso marca una antes y un después en tu comportamiento. Cuando me diste el tortazo, estabas celosa, muy celosa y a tu alrededor olía a cuerno quemado, perdona la expresión.

-      Si, lo admito... puede que un poco celosa si estuviese...

-      ¿Qué fue lo que te hizo reaccionar así?

-      Posiblemente la mesa, cuando la vi me recordaste al día que fui a tu casa y como me trataste sobre ella... Creo que empecé a ver allí a mi hermana, en mi misma situación... y explote... era superior a mí, no quería que hubiese ocurrido... En cierto modo fue porque pensé que tú eras mío y solo mío, por estúpido que pueda parecerme ahora…

-      ¿No te estarás enamorando, verdad?

-      ¿Sinceramente?, no lo sé... ¿Qué hablaste con mi hermana?

Medite seriamente si debía de contestarle a la pregunta y conversar ambos sobre ello, no decir nada, o simplemente intentar mantener algo muy superficial, especialmente visto el cambio de tercio que intentaba aplicar. Al final opte por más o menos, contarle buena parte de la conversación y responder a sus preguntas. En algunas ocasiones vi como hacia el mismo gesto que su hermana de morderse el labio inferior, eran clavados... Os parecerá una estupidez, pero la verdad es que me puso cachondo verla de ese modo, no sabéis las ganas de follármela que tenía.... Al final, donde sí que se detuvo fue en lo que yo me imaginaba, y aunque puso buena cara, no era difícil saber que no estaba nada contenta...

-      Venga, dime, estoy preparado para la tormenta -le sonreí. Vi cómo se reincorporaba, de forma que quedo frente a mí.

-      De modo, que según tú, de haber tenido pareja no hubieses caído ante mí... -el tono era un pelín sarcástico, además parecía haberse recuperado “milagrosamente”, parecía lista para pelear.

-      Eso mismo. Eres una mujer de bandera, una autentica preciosidad Esperanza, volverías loco a cualquiera, por eso mismo, nunca te hubiese permitido llegar tan lejos, te habría puesto de patitas en la calle casi en el acto.

-      Pero eso no sería resistirme...

-      Nunca dije que te resistiría, dije que no caería. Seria precisamente el tener a mi pareja lo que me permitiría tomar esa decisión de mantenerte a distancia.

De repente Esperanza se quedó completamente en silencio mirándome fijamente. Se levantó, se empezó a quitar la ropa hasta quedarse completamente desnuda, luego despacio, muy despacio me ayudo a desvestirme, luego se situó a horcajadas sobre mí... entonces...

-      "Fóllame"... -me susurró al oído

-      Por su puesto que si....

Se empalo en cuestión de segundos, en cuanto empecé a pasar mi glande por su raja y se dio cuenta de que no tenía la menor intención de penetrarla por el momento. Esperanza con esta reacción confieso que me había sorprendido, tras descubrirla que su hermana y yo sabíamos que pretendía no creí que quisiese seguir follando más conmigo. Estaba acelerando el ritmo, parecía ansiosa por correrse, algo que a mí no me interesaba que fuese tan pronto.

Me incorpore un poco, lo justo para alcanzar sus pechos con los labios, mientras ella me cabalgaba como una amazona enfurecida, yo con un dedo la martirizaba el culito y con mis labios o mi lengua, le acariciaba los pezones, que estaban enhiestos, duros como piedras. Llevaba un poco haciéndolo de este modo, cuando me susurro al oído...

-      No, así no, por favor... retuérceme los... pechos... hazme ese puntito de... daño... por favor... ahggggg... uhmmmmmm... -parecía estar casi al borde del orgasmo.

Estuve a un tris de hacer lo que quería, pero para su mala suerte, cuando separe mis labios del pezón que estaba saboreando, me di cuenta de un detalle que nunca antes había visto en Esperanza, tenía la piel de gallina, incluso la suave piel de sus pechos parecía estar erizada... Hice una pequeña prueba pasando mi lengua suavemente por el valle de sus pechos, arrancándola un enorme gemido de placer... me di cuenta de cómo sus pezones se empitonaron aún más...

Me di cuenta, de que hasta el momento, ni una sola vez, Esperanza y yo habíamos follado con delicadeza, siempre habían sido unos polvos explosivos, viéndola como estaba, decidí cambiar el chip ese día para con ella. Sujetándola por la cintura intente controlar su cabalgada, rebajar su intensidad... al final no me quedo otra que derribarla y ponerme yo encima de ella. Terminamos ambos jadeantes, tendidos sobre el suelo, conmigo entre sus piernas y sujetándole las manos contra el suelo por encima de su cabeza, con mi polla enterrada en lo más profundo de su coño.

Empecé a moverme suavemente, despacio, controlando con cuidado mis embestidas, mis labios intentaban devorar los suyos mientras mis mano se cerraban sobre las suyas, mi pene entraba y salía de su interior con mucha lentitud. Unos pocos minutos después Esperanza estaba prácticamente con los ojos en blanco y apunto de que le diese alguna cosa, parecía estar casi en trance... al final logro alcanzar su ansiado orgasmo, dando un alarido desgarrador de placer...

Después de esto me mantuve quieto, expectante, tranquilo, pero eso sí, besándola mientras se reponía de lo vivido. Ni dijo nada, ni hizo la menor intención de quitarme de encima suyo, viéndola tan dispuesta le pregunte algunas curiosidades que tenía...

-      Esperanza, ¿esto de ahora, porque? Ya no necesitabas seguir conmigo... sé que no soy tu tipo para nada...

-      Si, lo sé, sé que no tenía ya porque acostarme contigo puesto que mi hermana lo sabe todo y no le interesas, pero es lo que hay... me apeteció muchísimo hacerlo...

-      Bueno, tanto como no interesarle... al irse me pego un pequeño morreo...

-      ¡¡¡¡Cómo que te beso!!!! -se intentó reincorporar víctima de la sorpresa.

Yo seguía dentro de ella, y cuando empecé a hablar estaba ya moviéndome lentamente, empezando a darle los primeros ramalazos de placer y ponerse de nuevo cachonda pérdida. Pese a esperarme algún tipo de reacción cuando le dije que su hermana me había besado, nunca espere eso, la muy bruta casi me manda a volar al moverse para intentar quitarme de encima, cosa que evidentemente no le permití hacer.

-      Pues eso, que me beso en los labios cuando nos despedimos la otra noche...

-      ¿Y porque... ahrgggg... no... me lo... argghhhhh... dijiste antes…?

-      Uhmmmm... porque... no le di... importancia...

Dejamos el tema aquí, más que nada porque ninguno de los dos podía decir palabra, era más interesante y entretenido besarnos, enredar nuestras lenguas o simplemente, saborear la piel del otro...  Esta segunda vez sí que me desfonde por completo en su interior, poco después fue ella quien alcanzo su órgano... Esta vez sí que se incorporó, sentándose en el sofá, poniendo ante ella varios cojines, por lo que me pareció, a modo de barrera entre ambos... Me señalo el otro lado del sofá y me pidió que me sentase allí... socarrón y con una sonrisa en la cara...

-      No me iras a decir ahora que me tienes miedo, ¿verdad?

-      Un poco si... quiero que hablemos, y para eso te quiero lejos...

-      Seguro que no quie... -me interrumpió.

-      No, no quiero que estés a mi lado o cerca mía... quiero esta lucida para que hablemos. ¿Qué es eso de que mi hermana te beso?

-      Pues eso, Lorena antes de irse, se despidió con un beso en los labios, uno muy suave, tampoco tiene más importancia... -intente restarle hierro.

-      Sí, sí que lo tiene... -vi que se mordía el labio.

-      Bien, y dime ahora tú, ¿todo esto de ahora a que ha venido?, ya no tenías necesidad... -levanto la vista y la clavo en mí.

-      Te voy a ser muy sincera Nacho, realmente no tengo ni idea del porqué de todo esto. Aun antes mientras follábamos y te miraba, no podía encontrar nada que me atrajese de ti, entiéndeme, eres guapo, pero no te veo nada especial, solo eres un chico más...

-      Vaya, gracias por tu sinceridad... -me quede un poco así.

-      Es la pura verdad, y sin embargo no puedo evitar el querer follar contigo. He venido a hacerte el numerito de hermana ofendida, pero me he enfadado de verdad y te he dado un guantazo, no he podido evitarlo. Créeme que lo he intentado, pero al final enfadada y todo he terminado sucumbiendo a follar otra vez, es superior a mí...

-      ¿Y lo de antes?

-      ¿El qué?

-      Cuando te estaba besando y acariciando, que me pediste que te hiciese algo de daño... ¿qué te paso para pedirme eso?, porque parecías estar disfrutándolo...

-      Y lo estaba... -se pasó las manos por la cabeza-. Joder es que me descolocas a cada paso, de verdad, veras Nacho, cuando me han ido suave siempre me he terminado viniendo abajo, normalmente no han logrado que me corriese, casi siempre me he quedado con las ganas o muy poco satisfecha cuando lo he alcanzado... Eso hasta ahora... ha sido algo... no se...

-      ¿Distinto quizá? -le pregunté.

-      Si, muy diferente... me ha gustado, pero... ha sido extraño, la verdad es que me he sentido genial... Me ha encantado hacer el amor contigo, de verdad, ha sido muy bonito...

-      Bien, lo entiendo, pero sigues sin responderme, esto de antes, ¿por qué?

-      Lo que te he dicho antes, te miro y no te veo, incluso follando no te veo... pero sin embargo, tengo que reconocerlo, pese a eso, me apetece muchísimo pasar el tiempo contigo... y follarte... o que me folles… me pongo como las motos solo con pensarlo…

-      Pues que quieres que te diga, no lo veo coherente con lo que estabas haciendo o intentando...

-      Lo sé, lo sé... venia dispuesta a fingir montarte un pollo a cuenta de lo que debería de haber pasado con mi hermana según mis planes, pero cuando entre en el salón y vi la mesa, me recordó a como estaba la primera vez, cuando me follaste sobre ella... Confieso que me dio un ataque de celos... ella era mi hermana, sí, pero como ya te he dicho, tú en ese momento, para mí, solo eras mío... y ella no era quien para haberte puesto una mano encima...

Después de eso, se levantó rauda, se vistió a toda prisa y decidió que se tenía que marchar de modo urgentísimo para su casa. Me quede allí pensativo, pensando en la que se me estaba formando con Esperanza, debía de reconocer que si al principio tenía las cosas muy claras con ella y lo que podía querer o esperarme... ahora desde luego, ya no era así. Me pase las manos por la cara, no les gustaba a ninguna de las dos hermanas, pero una me había besado en los labios sin venir a cuento al despedirnos y la otra no hacia otra cosa que querer follar conmigo donde pillase... se me estaba enredando el asunto cosa mala, muy mala.

El lunes cuando llegué al trabajo estaba temiendo el día que me esperaba, pero, increíblemente para mi alegría, fue de lo más tranquilo, sin el más mínimo sobresalto, sin el menor problema, sin... en fin, un lunes prácticamente perfecto. Tanta perfección duro hasta el jueves, día en el que ya por narices me tuve que dar por aludido con ciertas cosas "extrañas" a mí alrededor.

En primer lugar Esperanza, el martes tuvo un pequeño problema y en lugar de venir a mi como era lo habitual, esta vez acudió a una compañera, no me extraño puesto que el problema entraba más dentro de su ámbito de conocimientos que de los míos, vamos, que en eso ella tenía mejor dominio que yo. Pero llegó el miércoles y en esta ocasión, Esperanza tuvo una duda, una de tantas como teníamos todos, que necesitábamos saber que hacían los otros para poder seguir... en este caso, para la duda concreta, a quien debía de haberle preguntado era a mi directamente, o bien, a las cuatro personas implicadas en esa parte del desarrollo del trabajo, pues bien, eso último fue precisamente lo que ella hizo, las cuatro, fue una por una. Eso más el cambiar de horas de descanso para tomar algo, todas las que tomaba eran en ratos en los que yo no podía ni por asomo... hizo que por narices me tuviese que dar cuenta de que me estaba evitando.

En segundo lugar la inevitable Lola, mi ex. Según parecía había empezado una relación con Pedro, mi corneador, quien no paraba de pasar ante mi muy ufano simulando ir de un lado a otro... En estos cuatro días les habría visto besarse como... unas trece o catorce veces, lo que eran muchas veces, habida cuenta de que supuestamente, intentaban siempre hacerlo en sitios muy discretos, en los que por un milagro, siempre tenía que terminar por aparecer yo y encontrármelos la mar de acaramelados... Me parecía algo de lo más estúpido, estaba claro que solo buscaban rebozarme su relación por los morros, no sé si para darme celos, para... bueno, es igual, para lo que fuese, pero lo cierto es que ya me jodía tanta coincidencia.

Y en tercer lugar para terminar de rematarme del todo, Lorena, la dura como el pedernal Sra. Valcárcel... Esta daba miedo, pasaba cerca de mí y no me perdía de vista. Lo que más miedo me daba es que la viese o no la viese, parecía notar siempre que me miraba, estaba tranquilo y de pronto sentía como si me asaetasen con los ojos, me daba la vuelta y allí estaba ella mirándome fijamente mientras andaba e incluso, haciéndolo disimuladamente mientras atendía a alguien...

Para mi resultaban tres situaciones muy incomodas, cada una a su manera, pero de ese modo el trabajar a gusto creedme que resulta complicado. El jueves y viernes todo siguió con la misma tónica que los días anteriores, cuando llegó la hora de salir, con todo el fin de semana por delante, os aseguro que respire aliviado. Ese fin de semana además tenía planes, había quedado con amigos para salir por ahí, mi "negocio" estaba en perfecto orden y tenía tiempo disponible para poder disfrutar un poco.

¿Sabéis eso de que el mundo es muy pequeño?, pues ese mismo viernes lo pude verificar, el mundo es de verdad, tremendamente pequeño. Uno de mis amigos se empeñó en que fuésemos a un local que habían abierto solo un par de meses antes en una ciudad cercana del extrarradio, y para allá que nos marchamos. Reconozco que el sitio me impresiono muy favorablemente, espléndidamente decorado, un ambientazo y no os hacéis una idea de la colección de chicas a cual más guapa que había allí adentro. Estuvimos dando una vuelta por allí viéndolo todo, y a todas, cuando me fije en que también estaba en ese local Esperanza, junto con un grupo de chicas y chicos.

Mi primera intención fue acercarme para saludarla, y de inmediato llego una segunda, que fue ocultarme para evitar que me viese, pues en esos momentos se estaba pegando un morreo de padre y muy señor mío con uno de los chicos que la acompañaban. La verdad es que no sé qué pasó, porque uno de mis amigos dijo que nos fuésemos, que el local estaba muy bien, pero que allí desde luego nadie que no tuviese mucha pasta podría ligar, visto el nivel de las tías presentes. Antes de marcharnos lance una última mirada hacia donde estaba Esperanza, y vi que del morreo habían empezado a pasar a darse el filete... pero completo, con la guarnición de patatas y ensalada incluidas.

Si dijese que no me jodío un poco mentiría, porque lo cierto es que sí, sí que me jodío ver aquello. A ver, no es que estuviese enamorado ni nada de eso, pero estaba claro que Esperanza empezaba a gustarme de verdad, y yo pensaba que también le empezaba a  gustar a ella... esa situación fue una autentica jarra de agua fría para mí. Esa noche mis amigos y yo desfasamos un montón, nos reímos aún mucho más y terminamos solos, cada uno en su casa, en la cama durmiendo la mona. El levantarse el sábado fue divertidísimo de la muerte... me dolía hasta el alma, especialmente cuando al vecino le dio por empezar a hacer ruido... quise morirme...

Ese sábado hable con los amigos y decidí no salir, mi cabeza no andaba en condiciones. Me acosté relativamente pronto, a las doce de la noche ya estaba sobre la cama tumbado intentando cerrar los ojos, cuando sonó el timbre de la puerta, lo que me hizo levantarme a ver quién era, pensando en algún vecino que quisiese algo... fue abrir y llevarme una sorpresa más que considerable...

-      ¿Puedo pasar?, por favor...

-      Si claro, pasa... -me hice a un lado.

-      Supongo que te estarás preguntando qué es lo que quiero de ti a estas horas, ¿verdad?

-      Pues sí, me has leído el pensamiento...

-      Solo quería que supieses esto por mí, ya que pienso que te... -la interrumpí.

-      Vale Lola, ya está, déjalo, se terminó... lo nuestro es pasado, vive tu futuro.

-      Es lo que estoy intentando, y por eso mismo quería decirte personalmente que estoy saliendo con alguien... aunque supongo que ya lo sabes...

-      Si, estas saliendo con Pedro, el que fue tu amante -vi como bajaba la cabeza.

-      Si así es... solo quería que lo supieses por mí, que vamos en serio. No, por favor, no digas nada Nacho, tras lo que te hice creo que esto es lo mínimo que te debía...

-      No me debes nada Lola, ahora tú tienes tu vida y yo la mía -vi como levantaba la cara con gesto de no estar contenta de escuchar eso.

-      Si, en eso tienes razón... tu ahora tienes tu vida, te deseo que te vaya bien con tu... amiga... -claramente su voz destilo rencor hacia Esperanza.

El caso es que esto trajo a mi mente lo que vi de Esperanza, empecé a pensar que posiblemente mi "amiga" a estas alturas ya tuviese a su nuevo "amigo" para consolarse. A ver, puedo parecer un cabrón lo que posiblemente sea cierto, pero también soy un tío al que le gusta echar un polvo, Lola es mi ex, me jodío la vida, ahora según parecía empezar a tener una relación seria con su amante, con el tío con el que me corneo. Pero Lola sin embargo estaba en mi casa, con un conjuntito la mar de "sexy"... yo conocía perfectamente sus puntos débiles... sabia como calentarla, como dejarla muy, muy calentita... En el acto y con una sonrisita maliciosa me pregunte eso de… “¿pudiese ser que quizá yo...?”

CONTINUARA