Un clavo saca a otro clavo - 2

Llegó a trabajar Esperanza, la hermanita pequeña, y empiezan los problemas para Nacho, tanto con ella como su hermana mayor, su jefa, la Sra. Lorena Valcárcel… y para rematarlo, Lola, su ex

UN CLAVO SACA A OTRO CLAVO - 2

Llevaba una semana trabajando con Esperanza, la hermanita pequeña de la Sra. Lorena Valcárcel, y ya tenía muy claro que iba a pasarlas negras con ella. Empecé a rumiar un modo de poder quitármela de encima como fuese, meditando un modo tras otro, pero ninguno de ellos me parecía lo suficientemente eficaz como para tomarlo en consideración siquiera… hasta que llegó el viernes, que ella misma me lo puso en bandeja. Encima, por si con la niña no tuviese ya suficiente, estaba Lola, que parecía seguir sin enterarse o sin querer enterarse de que lo nuestro estaba total y definitivamente muerto tras su traición.

Os explicare algunas cosas para que podáis entender como estaba yo en esos momentos. Esperanza, era un bombón, lo primero que pensabas al verla entrar a trabajar, es que te gustaría ponerla contra cualquier sitio y follártela hasta reventar uno de los dos dando ya por sentado que con semejante mujer ese serias tú, así de espectacular iba la chica, por ello todos los tíos de mi zona cuando estaban con ella, parecían tener el cerebro en la polla, se les veía a la legua lo que querían… patéticos. El jueves, por casualidad coincidí con ella y su padre al entrar, a media mañana había algo que me estaba molestando… aparte de ella misma entendámonos, pero no terminaba de saber el que. Me di cuenta a medio día que se trataba de su falda, hubiese jurado que cuando entró por la mañana, a primera hora, me pareció más larga, por lo que al día siguiente procure volver a coincidir para fijarme…, como el día anterior entró junto con su padre… y bingo, la falda efectivamente era más larga que tan solo una hora después, dado que llevaba un cinturón bastante ancho, supuse que debía de remangársela un poco debajo para subírsela o algo de ese estilo. Pero no siempre hacia eso, me costó una semana más darme cuenta exacta de cuando lo hacía y de los motivos. Siempre era cuando quería algo de alguien, de género masculino se entiende… y la hija de su padre encima lo conseguía, lo que me hervía la sangre.

También tenía encima mío lo de mi novia, perdón, mi ex novia. Hacía más de un mes que le había dado la patada en el culo por su infidelidad, pero como ya he dicho, parecía no entenderme, o no querer entenderme, cuando decía que ya no había marcha atrás para nosotros. Teníamos amigos comunes, parejas sobre todo, por lo que pasaba lo normal, ellos eran por lo general más amigos míos, y ellas más suyas, por lo que procure no verles mucho para no ponerles en un compromiso, porque supe a los tres días por alguno, que ella había recurrido a sus “amigas” para que intentasen hablar conmigo. Por ello prefería no ponerles en ninguna situación incómoda que pudiese terminar en crearles algún conflicto…

Después estaba el trabajo, todos nos llevábamos más o menos bien hasta ese instante, porque evidente que al hijo de puta con el que me engaño no le podía ni ver… culpa principalmente, cuernos aparte, de las palmaditas que siempre me había estado dando en la espalda haciéndose “mi amigo” mientras se follaba a mi novia, porque lo que es culpar a alguien por engañarme, tenía muy claro que la culpable era ella en exclusiva, que era quien me tendría que haber respetado, en ese aspecto él era problema de su mujer, aunque obviamente me la hizo, y me la pagó.

Ahora la situación en la oficina resultaba un poco incomoda, sobre todo para alguna de las chicas que más cerca estaban de mí, o que mejor me llevaba con ellas, porque tenían a Lola encima como un halcón, para ver si “hacían” algo conmigo aprovechando la situación… como imaginareis esto no resultaba nada agradable para nadie. Como podéis suponer también, en los sentimientos además no se manda, y los míos hacia Lola eran ambivalentes, pasaban del cariño por un lado, que no ya amor, al odio, al desprecio y al asco por otro según como me pillase el cuerpo, lo cual tampoco es que ayudase mucho que dijéramos a la convivencia. Como veréis, tenía una vida de mierda últimamente…

Retomando lo de la dulce y bella Esperanza, me di cuenta que parte de su trabajo lograba que alguien, masculino especialmente, le echase un cable para terminarlo “casi siempre” dentro de su tiempo marcado, porque otra cosa no, trabajar no trabajaría, pero lo que era hablar por teléfono, cualquier día veía que quemaba las líneas por sobrecarga… Todo le fue más o menos, hasta ese segundo viernes, a las dos semanas, en que se columpio conmigo de mala manera. Para los trabajos de animación o efectos de las presentaciones de los creativos, cada uno hacia una cosa, luego me lo pasaban a mí, yo lo que hacía era conjuntar y sincronizar lo que cada uno había llevado a cabo terminando el producto para mostrárselo al cliente… ella me entregó su parte a última hora, se suponía que debía de ser a primera, pues era para una presentación el Lunes y tenía que estar terminado para antes de irnos.

Le metí una bronca por ello, lo cierto es que sin mala intención o con excesiva mala leche, solo era para que entendiese que así no se podía trabajar, bronca que se pasó por el forro, toda chula me soltó que si tenía algún problema se lo dijese a su padre, que era el jefe, que estaba harta de mí y así, con suerte me despediría… Os lo juro, a los cinco minutos de esto, mientras estaba trabajando con un cabreo de cojones me detuve echándome a reír a carcajadas, viendo por fin el cielo azul entre las nubes negras de mi existencia… La muy idiota me lo acababa de poner en bandeja… Me prepare para el jueves, pues el viernes siguiente había otra presentación, posiblemente pasase igual, y por si sucedía, quería estar listo para librarme de la niña a ver también si de paso posiblemente, también pudiese hacerlo de la hermana…

El lunes presente en personal una petición de sanción para la niña, una semanita de empleo y sueldo, junto con una minuta por mis horas extras muy bien especificada sobre lo que había hecho trabajando en ellas, más un informe de Esperancita que no tenía desperdicio, la ponía a caer de un burro a nivel profesional. Tal y como supuse, la Sra. Lorena me llamo a capítulo en menos de dos horas tras presentarlo, mostrándome clarísimamente cuales eran mis limites en la empresa, su hermanita Esperanza se las apaño para poder estar cerca y enterarse, ya que yo mismo me ocupe de que se enterase de mi petición de sanción… Logré lo que quería, incluso poner mi teléfono en grabación para tener constancia de la conversación. Me dejaron claro que no era quien para pedir sanciones para ningún compañero, que no era nadie con respecto a Esperanza, que no me pagarían esas horas porque había hecho el trabajo que debía de haber terminado en mi jornada normal, y por último, casi, casi, que diese gracias de que no fuese yo el sancionado. Todo a pedir de boca.

Tal y como pensé que pasaría con ella por como empezaba a saber de dónde cojeaba, se confió. Esperanza nuevamente estuvo tocándose el coño durante el trabajo, colgada todo el día del teléfono principalmente con su novio, y de nuevo pasó. Me entregó su parte del trabajo el jueves, como la vez anterior, también lo hizo a última hora, estas entregas se hacían directamente atraves de los servidores de la empresa, por lo que había constancia de la hora. Salíamos a las seis, lo entrego a las seis menos cinco. Yo sabía que la Sra. Lorena o su padre, nunca se marchaban antes de las siete o las ocho, en ellos sí puedo decir que curraban como jabatos, eran por lo general de los primeros en llegar y los últimos en irse, en ese aspecto como jefes eran de lo mejor que había visto, hacían lo mismo que exigían. Me pase por la oficina de Lorena tras pasar cinco minutos de mi hora de salida para asegurarme…

-      Sra. Lorena, le entregaré la presentación de “Delta” mañana por la tarde en cuanto la termine.

-      ¡¡Como que por la tarde, tiene que estar para primera hora!! –exclamó, levantándose como una escopeta.

-      Pues lo siento, pero son las dieciocho cero cinco y ya termino mi jornada, exactamente concluyo hace cinco minutos. El registro causante de este problema es 00-deltaairop-26, mire las horas de entrega de las partes y luego, si lo quiere para mañana, póngase usted misma a ello, con suerte lo lograra a tiempo, porque yo me largo que es mi hora.

Me fijé en como tecleaba en el ordenador mientras hablaba, que estaba buscando el registro que le indiqué, también por su cara me di cuenta que había visto ya que era su hermanita querida quien había entregado fuera de tiempo, como la vez anterior.

-      Bueno, pues quédese usted, en tres o cuatro horas podría terminarlo, se le añadirá una gratificación por ello…

-      Si claro, y cobrare esas horas como las cobré la vez anterior, ¿verdad?, no gracias, ya escarmenté. Yo me largo que como ya sabe, es mi hora de irme a casita a descansar –dije sarcástico.

-      Pero oiga, le estoy dic… -la corté.

-      No se moleste, ya fue muy clarita la vez anterior…

Me dirigí a su mesa, saque el teléfono móvil y le puse la grabación de nuestra conversación, vi por el rabillo que entraba su padre en esos instantes, quedándose el hombre parado al escuchar la grabación.

-      Entenderá que no me fie de usted, la última vez, intente arreglarlo y meter a su hermana en vereda además de terminar el trabajo. El resultado fue esa espectacular bronca que me llevé, solo por hacer lo más adecuado, junto con quedarme a trabajar y que encima no solo no me pagasen por ello, sino que en lugar de darme las gracias, me organizase la que me lio con amenaza de sanción para mi incluida… Ahora, no gracias, prefiero disfrutar mi tiempo libre, que no me mete en líos, hágalo usted, y antes de que me diga nada, por si no se ha dado cuenta, solo cumplo con lo que usted misma me dijo que debía de hacer. Mucha suerte Sra., que se divierta, byeeeee...

-      Quédese y hágalo, termine el trabajo, yo le garantizo que no tendrá problema para cobrar esas horas –intervino el Sr. Darío, el padre.

-      Bien, lo hare únicamente porque es usted quien lo dice, pero quiero el quíntuple del precio normal por hora… o no me quedo…

-      Pero qué coño… -explotó Lorena, siendo interrumpida por su padre.

-      De acuerdo, lo cobrara, pero para mañana tiene que estar perfecto.

-      Eso ni lo dude…

-      Pero como que le vamos a pagar cinco veces más… Eso es un gasto extraordinario por… -fui yo ahora quien la interrumpí.

-      No es ningún gasto Sra. Lorena, haga su trabajo de una puñetera vez, así no gastara de más. Compensar este gasto le resultara muy fácil, solo le tiene que meter a su hermanita quince días de empleo y sueldo, que es lo que tenía que haber hecho a vez anterior con la semana que pedí en lugar de taparla, con ese dinero que ella no cobrará pueden pagarme mis horas. Por cierto, que su hermanita querida, parte de su trabajo lo hace con ayuda de los compañeros, cuando se atasca, le es más cómodo enseñar chicha, muslamen y canalillo para que le ayuden, que arremangarse, clavar los codos y ponerse ella misma a trabajar…

-      No le consiento… -su padre de nuevo volvió a interrumpirla.

-      Yo mismo la vigilare, y si es como usted dice… veremos… Lorena –dijo volviéndose hacia ella-, de esto a tu hermana ni palabra, yo hablare con ella cuando lo crea oportuno, procura que no me entere que me desobedeces, o la sanción quizá te la lleves tu… -dicho lo cual en tono muy serio, me saludó y se marchó.

Lo que si vi, es que después de eso, la mirada de la señora Valcárcel sobre mí era de todo menos dulce y amable… Mascando las palabras por el incipiente cabreo conmigo…

-      ¿Qué problema tiene usted contra mi hermana?

-      Yo, nada, no tengo absolutamente ninguno gracias a usted. Mi problema ahora no es su hermana, mi problema es usted Sra.

-      ¿Yo? –preguntó perpleja.

-      Si, usted. Tras su numerito de la semana pasada donde me dejo claro que no pinto nada con su hermanita, no tengo problema ninguno. Hablando en plata, por mí tras aquello, que haga lo que le salga del coño, que por otro lado es exactamente lo que lleva haciendo desde que entró. Mi problema es con usted, cuando como ahora, por no tomar medidas contra ella, al que le toca pringar es a mí…

-      Nadie le obliga y además lo va a cobrar bien cobrado…

-      Mire, lo voy a hacer porque me comprometí con su padre, pero de haberlo hecho con usted… tras esto que acaba de decir, ahora mismo la dejaba empantanada y me largaba a mi casa a descansar… -dije.

-      Sera mejor que empiece –masculló.

-      Si, será lo mejor… -admití.

Me costó toda la noche, a las siete cuando regreso la Sra. Valcárcel, reconozco que vi que se sorprendía de verme, por mi ropa y cara de cansancio, resultaba obvio que no me había ido aún a mi casa. También me fije en que el Sr. Darío, se había pasado por allí por primera vez en los cinco años que llevaba en la empresa al entrar, y que también tomaba buena nota de ello. Al final, logré sacarlo adelante justo por los pelos… la muy inútil había cometido un montón de fallos de novata… justo lo que era, por otra parte, la vez anterior estuve más o menos encima de ella corrigiéndola, en esta ocasión pasé, y se había notado.

Ese mismo día, que por cierto lo llevaba fatal por el sueño, debieron de cargar a la tal Esperancita con más trabajo de lo normal, porque en cuestión de unos minutos, su falda había subido algunas pulgadas y los dos botones superiores de su blusa se habían abierto misteriosamente… estaba hablando con tres surtidores de babas que no paraban de comérsela con la vista. El caso es que estaba en lo más divertido de su conquista, cuando apareció su padre con su hermana por allí, pillándola infraganti… no os haréis una idea fidedigna de la panzada a reír que me pegué en sus mismos morros, con el debido disimulo eso sí, cuando vi la cara que puso al darse cuenta de su presencia. Creo que fue mi única alegría en toda esa semana, ver la cara que puso Esperancita…

Por otro lado estaba Lola, mi adorable ex, que no cejaba, era incansable, seguía igual que el primer día de nuestra ruptura, no parecía entenderme cuando la decía que lo nuestro estaba muerto, según ella yo aún la quería, lo que hasta cierto punto desgraciadamente no dejaba de ser verdad, ella no podía pasarlo sin mí porque estaba enamoradísima y tenía, por cuasi cojones, que perdonarla y darle otra oportunidad, fuera de eso o de lo que se refiriera a ir en esa dirección, era como hablar con un ladrillo, igual de útil. Ese mismo viernes, a la hora de comer se me presentó en mi mesa, sentándose en ella por el morro, en la cafetería del edificio donde estaban nuestras oficinas, vi que todos los que había de nuestra empresa y que sabían lo sucedido entre ambos, eran incapaces de dejar de mirarnos esperando que tronara y cayesen rayos del techo o algo así.

-      ¿Qué se supone que estás haciendo? –pregunté al ver que se sentaba.

-      Pues ya ves, sentarme a comer con mi novio.

-      Ex novio, ya te he dicho que nunca más habrá un nosotros, no sé porque no me quieres entender, aunque lo cierto es que tampoco me importa, es tu problema, no el mío.

-      Porque sé que aún me quieres, como yo te quiero a ti, dame otra oportunidad, por favor –me suplico de nuevo.

-      De acuerdo –dije cansado, estaba que me dormía de pie-, te la daré…

-      Bien, muchas gracias, no te arrepentirás, hare lo que sea –me interrumpió, pero no le hice caso, seguí.

-      Como te digo, te la daré… -la mire con dureza a los ojos antes de continuar hablando- si consigues demostrarme que nunca te lo follaste y me engañaste con él, que nunca me fuiste infiel… volveremos a intentarlo.

-      No puedo… lo hice… no creo que eso sea… -la corté.

-      No es mi problema, querías una oportunidad, pues ya te la he concedido. Es muy simple, inventa si quieres una máquina del tiempo, y cambia el pasado, haz lo que quieras, pero ahora ya tienes las condiciones. Si no son esas olvídame, porque solo entonces, volveremos a estar juntos –después de soltar semejante memez, me levante marchándome, dejándola visiblemente desolada, estaba reventadísimo, solo quería dormir donde fuese-.

Si alguno pensáis que después de eso por fin cedió… os coláis, pensó lo que dije antes yo mismo, que era una memez, así que, volvió a la carga de nuevo. Otro problema añadido, es que tras separarme de mi novia y salvo los dos polvos con la mujer del ahora también cornudo de Pedro, el amante de mi novia, no había follado más, y estaba bastante necesitadillo, para que engañarnos. Lo cierto es que estaba tan, tan, pero tan salido a esas alturas, que hacia lo que nunca, me fijaba en todas, toda tía que se cruzaba en mi camino me valía, lo único que pedía era que tuviese coño, dos tetas y quisiese follar conmigo… La parte buena es que siempre he sido de los que con mirar una vez me sirve para retener la imagen y recrearme, sino… buffff, menuda fama de baboso que me hubiese caído encima.

En la oficina había tres o cuatro que estaban la mar de suculentas, también, no lo negare, se me antojaban ambas hermanitas Valcárcel, estaban ambas para follárselas hasta reventar, y claro, Lola. A Lola era obvio que solo tendría que chasquear los dedos para que viniese a mi e hiciese lo que se me antojase tal y en el plan que estaba, incluso cosas a las que antes jamás se hubiese prestado… No negare tampoco que se me había pasado por la cabeza precisamente eso también, aprovecharme de la situación, quedar, follármela como me diese la gana y luego a otra cosa… pero me temía los problemas que pudiese traerme a remolque si hacia eso. Por otro lado lo de salir por ahí… no tenía ni ganas, ni esperanza de que de hacerlo no apareciese de repente la sin par Lola para joderme cualquier plan…

Al final ese mismo sábado me anime a salir por ahí, no aguantaba ya más, pero lo hice con mis amigos personales, no los comunes a Lola, de este modo estaba seguro de no tener tonterías. Estuvimos en un par de locales bailando con las chicas, en el segundo fue donde surgió el problema. Nos acompañaban tres chicas, dos de ellas novias de dos de los chicos, y la otra hermana de una de ellas, pues bien, un par de idiotas no parecieron entender cuando les dijeron que no estaban solas y decidieron que eran los perfectos para acompañarlas. La cosa se puso seria con ellos, nos hicieron frente pese a ser seis y ellos solo dos, de hecho a uno le cogí por el cuello y apunto estuve de estamparle la cabeza contra una columna, al final los echaron los de seguridad.

Después de esto, conocimos a cuatro chicas que se unieron a nosotros, gracias todo hay que decirlo a uno de mis amigos, que se ligó a una de ellas. Eso hizo que nos moviésemos todos juntos, nos llevaron a un local al que nunca habíamos ido, era muy chic, y pegaban unos palos de narices con las bebidas. A la media hora de estar allí me medio enrolle con una de las chicas, estábamos besándonos, medio comiéndonos la boca, cuando me pareció ver a una de las dos hermanitas Valcárcel, concretamente la sin par Esperancita acompañada de varias personas, y ¡¡joooderrr!!,  como estaba la hija de su madre, menudo bomboncito que era.

En un momento dado, supongo que la tierna y dulce Esperancita debió de verme con la chica con la que estaba. Algo le debió de decir a su novio, porque se me acercó un instante y se dirigió a mí con un tono… que bueno, dado que estaba con mis amigos, que habíamos ligado con esas chicas que estaban tan buenas, y que teníamos previsión de follar esa noche… le pase por alto, pero me quedé con ganas de partirle la cara en ese mismo instante. Lo que más me mosqueo fue “su dedito”, el golpearme el pecho con su dedito índice mientras se dirigía a mi… no sabéis que ganas de cogérsele y partírselo para que dejase los golpecitos… Mis amigos la verdad es que pueden ser muy brutos, aunque normalmente reconozco que yo suelo serlo mucho más, no os hacéis idea de lo que me costó no reaccionar con semejante imbécil, porque estábamos un poco separados, si me movía se iban a enterar, y entonces, como se acercasen viendo aquello sí que tendríamos lio...

Según me dijo, yo era el cabrón que estaba puteando a su novia en el trabajo, y por lo que me “comentó”, si quería evitarme problemas futuros con él y sus amigos, más me valía empezar a ayudar a su chica… o me tendría que arrepentir… Todas estas amenazas, con un olor a alcohol que tiraba de espaldas, con una voz de niño pijo de mamá que no podía con ello y una cara a medio palmo de mí que parecía decirme… “rómpeme”, “rómpeme”, por favor, “dame”, “sacúdeme”… me costó mucho no hacerlo, la verdad, pero en la balanza entre hacerle papilla y follarme a la chica con la que estaba, gano la chica por goleada… con ayuda de las neuronas de mi polla, todo hay que decirlo. Cuando se reunió de nuevo con el grupito le dijo al oído algo a Esperancita, que me miro… “orgullosa” y con una sonrisa en los labios… No dije nada de nada, me limite a estar con mis amigos y ver de intentar irme de allí con la chica que estaba conmigo, cosa que al final conseguí… afortunadamente.

Vivía con una de sus compañeras, y entre ambas decidieron que los cuatro nos fuésemos a su casa. Mi amigo y yo al llegar no nos cortamos ni media, empezamos a besar a nuestras respectivas parejas, que nos los empezaron a devolver, luego de allí fuimos arrastrados por ellas hasta sus habitaciones. Una vez entramos en la habitación y cerramos la puerta nos desnudamos mutuamente a toda velocidad, eso sí, sin dejar de besarnos ni por un solo instante. Una vez ambos desnudos empecé a lamerle los pechos, jugando con mi lengua sobre sus pezones mientras que ella me sujetaba la cabeza gimiendo… Me separe de ella, mirándola a los ojos la empuje, haciendo que cayese tendía todo lo largo que era sobre la cama…

Con delicadeza separe sus piernas, abrí sus muslos y pegue mis labios sobre su sexo, recorriendo toda su raja con mi lengua, arrancándole nuevos jadeos y gemidos. Cuando vi que estaba por fin completamente empapada del todo, que su clítoris parecía haber aumentado de tamaño, que cada vez parecía más desesperada por alcanzar por fin el orgasmo lo deje. Subiendo rápidamente sobre su cuerpo puse mi polla sobre su entrada, ni se lo pensó, gimió al sentirme allí y solo dijo… “Fóllame”… De un solo empeñon se la clave hasta el mango, arrancándole un jadeo seguido de un intenso gemido, luego empecé a moverme con rapidez, entrando y saliendo de su interior sin parar… Bufaba por el esfuerzo, dándole con toda la fuerza de que era capaz, tan solo un poco después ambos llegamos al orgasmo… Por mi parte quede tendido sobre ella jadeante, con sus brazos sobre mi cuello, pese a todo volvimos a besarnos de nuevo… al final me hice a un lado.

Ambos nos miramos y nos echamos a reír al vernos, ambos dijimos lo mismo, que queríamos más, pero antes mejor nos tomábamos un respiro para recuperarnos… Fue entonces cuando empezamos a hablar un poco, y salió el tema del imbécil del novio de Esperancita…

-      ¿Conocías a Tomas?

-      ¿Qué Tomas?

-      El chico con el que estuviste hablando antes de irnos…

-      No, para nada, a quien yo conozco es a su novia, trabaja conmigo, si te fijaste en el grupo en el que estaba ese chico, era la del vestido verde corto…

-      ¡¡Ahhh!!, mejor…

-      Que pasa, ¿es que tú le conoces?

-      Sí, me he cruzado con él, me da pena esa chica.

-      ¿Y eso? –pregunté un poco sorprendido.

-      Porque ese cerdo le tira a todo lo que se mueve, mis amigas y yo hemos tenido un par de encontronazos con él y alguno de sus amigos. Es chica tiene que tener más cuernos una que manada de ciervos…

-      Pues no, no le conozco, solo vino a verme para leerme la cartilla, según me dijo estoy “puteando” a su novia en el trabajo… Estuve a punto de discutir con él, pero preferí pasar de ello y centrarme en ti –le dije, besándola al terminar de hablar.

-      ¿Y la estas puteando de verdad? –me preguntó divertida.

-      Por supuesto que si… claro que la puteo, -le guiñe un ojo- lo hago no dejándome putear por ella… -terminé riéndome.

Supongo que por el modo de decírselo se lo tomo a coña, más que nada por las carcajadas que daba cuando le dije que sí, le guiñe el ojo y luego dije lo otro. Luego me conto un par de cosas sobre el tal Tomas, una con la que me estuve riendo un montón al pensar en Esperancita de esa guisa con ese idiota. Por lo visto tenía cierta fijación con las “ovejas”, según me conto que algunas amigas le dijeron, le gustaba que la chica se pusiese a cuatro patas, y mientras se la follaba en esa posición hiciese eso de “beeeeee” como si fuese una ovejita, mientras él decía ser el pastor follándosela… Creedme que no sabéis el ataque de risa que me dio solo con imaginarme a Esperancita en esa situación…., haciendo eso de “beeeeeeee”…

Tras eso y volver a empezar con los besos, nos olvidamos del tema y volvimos a follar ambos de nuevo como descosidos. Por la mañana temprano y antes de que ninguna de ambas se despertarse, mi amigo y yo nos largamos de allí, más contentos que unas pascuas…

CONTINUARA