Un clavo saca a otro clavo - 1

Si te engañan tienes pocas opciones, tragar y ser un cornudo para los restos, otra es darle una patadita en el culo a tu pareja, o lo mas indicado para estos casos... intentar vengarte o como mínimo hacer todo el daño que puedas antes de pasar a la segunda opción...

UN CLAVO SACA A OTRO CLAVO - 1

Hacia justo un mes que había roto una relación de cuatro años con mi novia. A mi muy santa, purísima y enamoradísima novia le había pillado con el carrito del helado como se suele decir, lo cierto es que la sorprendí infraganti veinte días antes de dejarla echando un polvo con otro, pero por suerte para mí, ellos no se dieron cuenta de mi presencia y me permitieron maniobrar a mi antojo en ese tiempo.

¿Por qué os digo todo esto?, porque es necesario para lo que os contare y que coño, porque me apetecía. Diré que los dos trabajan conmigo justo donde les sorprendí follando,  justo en el curro, en mis mismísimos morros, que como siempre, se cumplió el tópico de que el cornudo es el último que se entera de las cosas. Yo soy alto, moreno, divertido y ahora mismo con esos dos con una mala leche que tira de espaldas. Las dos joyitas follaban sin pudor ninguno en el trabajo como digo, se habían montado su chiringuito particular en un almacenillo al que no iba nadie, lo que fue una suerte ya que me vino bien para tomarle un buen número de imágenes clarificadoras.

También les hice un seguimiento, obteniendo alguna que otra bonita imagen de ambos pegándose el lote en sus coches, indistintamente en el de uno u otro según la ocasión. Todo esto lo conseguí en apenas una semana, el resto de días aguante porque ambos tenían que ir juntos a ver a unos clientes fuera de la ciudad, por lo que pernoctarían, casualmente, todo el fin de semana fuera. Justo una semana después de esto me empecé a mover, encargándome de hablar con la amable esposa del sujeto y mostrarle lo que había descubierto, cuando me fui de su casa, más que esposa lo que deje tras de mí fue una especie de Hidra enfurecida.

El viernes según se marchó mi adorada novia por la puerta, hice sus maletas, tome las llaves de repuesto de su coche, las coloque en su maletero y le saque del parking a la calle, dejándoselo aparcado en un sitio de carga y descarga, donde por cierto le cayó una multita a los veinte minutos de estar allí, papelito que por supuesto me apresure a quitar, las sorpresas mejor en frio… De seguido llame a un cerrajero que me cambio la cerradura de “mi” casa, pues aclaro que era mía pagada íntegramente por mí y no de ambos, después de eso me largue a trabajar, donde había pedido permiso para llegar más tarde. Su mujer, la del amante me refiero, por lo que supe vacío las cuentas conjuntas por completo e hizo exactamente lo mismo que yo con las cerraduras, ese mismo día su abogado le mando al trabajo los papeles del divorcio por mensajero… que yo personalmente recogí como buen “compañero” que soy, de modo que el lunes cuando llegase del viaje directo a su oficina, lo primero que se encontrase encima fuese con ellos.

El Lunes fue un show lo que se montó delante de todo el mundo, que se quedó de una pieza, le tire a mi flamante desde entonces Exnovia la copia de las llaves de su coche encima de su mesa nada más sentarse, diciéndole donde lo tenía y que todo lo suyo estaba dentro del maletero o sobre los asientos traseros… la conversación fue de lo más entretenida para todos los presentes…

-      Ya vale, Ignacio esto no tiene gracia, te estás pasando con la broma… -me dijo muy seria y muy digna.

-      No es ninguna broma –tiré encima de su mesa una docena de fotos de ella follando con su amante, pero de forma que lo viese bien todo el mundo-. Si no tienes donde quedarte, te vas con él… -se escuchó un grito y ruido de una silla al caer en dirección a donde este estaba-, que veo que ya leyó su correo… -dije en tono malicioso.

-      Yo… esto no es… -la corté en seco.

-      Es lo que es, tú follando con ese de ahí –me gire señalándole, que estaba de pie mirando fijamente los papeles que tenía en su mano pálido como un muerto-. De modo que desde ahora no somos nada y si te diriges a mí, estrictamente por cuestiones de trabajo, fuera de eso no quiero saber nada más de ti… ¡¡¡nunca!!!.

-      Yo… lo siento… no me dejes… yo… -no la hice ni caso, me retire de su lado, parecía empezar a ser presa de un ataque de nervios.

-      Por cierto –dije en voz alta mientras me dirigía a mi sitio- ¡¡¡Pedro!!! –vi que el “amante” levantaba la vista de los papeles mirándome-, cuando veas a tu mujer… o a sus abogados más bien, les dices, que si las pruebas que les di contra ti por tú infidelidad no son suficientes, que me lo digan, que tengo bastantes más. Por cierto, no te preocupes por ella, que cuando vuestra separación sea un hecho, yo me encargare de consolarla… a ser posible en vuestra misma cama y poniéndola a cuatro patas.

Hizo justo lo que yo pretendía, que fue venirse a por mí como un energúmeno, aunque se controló en el último segundo, cuando ya estaba a punto de soltarme un puñetazo… Creo que en esos instantes mis ojos brillaban de placer, uno de los jefes estaba delante ya que acababa de llegar y vio su reacción. Aclaro que aunque a Pedro le sacaba cabeza y media, pensaba dejarme golpear para provocar su despido, en una pelea entre los dos le hubiese pulverizado, pero como se suele decir, en esta ocasión me salió mal la jugada al detenerse a tiempo, pero pese a todo le llamaron a capitulo por lo que hizo, dándole una advertencia… únicamente, lo que no me gusto ni media.

A Lola, Dolores, el trabajo se lo proporcione yo cuando terminó la carrera, metiéndola casi con calzador en la empresa a base de cobrarme pequeños favores. Luego escalo posiciones hasta entrar en uno de los grupos creativos de la empresa, el mismo en el que estaba el tal Pedro junto con otras dos personas más. Yo era informático en esa época, me encargaba de la realización de los efectos y diseño de las ideas de los equipos de publicistas y lo cierto es que me ganaba bien la vida con ello, aunque ella, obviamente a última hora, ganaba más que yo. Como podéis imaginaros, durante todo el mes los tres fuimos la comidilla de toda la empresa, se debió de enterar de todo hasta el apuntador.

Lola lo intentó todo para que no la dejase, hizo de todo absolutamente, incluso se presentó en mi casa y al abrir la puerta se lanzó contra mí con la sanísima intención de follarme y que se me pasase o algo así, no sé ni que quería realmente lograr con aquello. Evidentemente la puse de patitas en la calle de inmediato tal y como estaba en ese instante, que era casi desnuda por completo. A los quince días, supongo que pensando que estaría más calmado y sería más receptivo me abordo en el trabajo en mi tiempo de descanso, en la sala del café como le llamábamos al área de “descanso” para el personal.

-      ¿Podemos hablar?... Por favor…

-      Claro, que pasa, ¿qué quiere que haga? –dije, cogiendo mi Tablet, que allí dentro siempre llevaba conmigo, para tomar nota…

-      No, no es de trabajo… es de nosotros…

-      A ver, Srta. López, que se lo explique porque parece que no termina usted de entenderme… Ya no hay ningún nosotros, usted se encargó de dejarlo muy claro cuando se puso de relaciones con el señor Romero y ahora que está todo aclarado, me gustaría que por favor me dejase tomar a gusto mi café sin que se me indigeste con su presencia…

-      Nacho por favor, perdóname, no volverá a pasar, te lo juro, fui una estúpida. No sé ni porque lo hice, no es ni la mitad de hombre que tú, es… yo te quiero, estoy enamorada de ti, por favor… No permitas que todo se estropee por mi idiotez…

-      ¿Ya termino Srta. López?, lo digo por seguir con mi café –repetí con voz neutra.

-      Nacho… por favor… te lo suplico, hare lo que quieras, lo que sea, dejare incluso este trabajo si quieres, pero por dios… no me dejes… -vi que sus ojos estaban anegados en lágrimas-.

-      Y yo le repito, ¿ha terminado?, porque me gustaría seguir con mi café… y me está usted molestando.

Como información os diré que Lola desde siempre, únicamente me llamaba Nacho cuando estaba muy alterada  o la cosa era muy seria, sino, me llamaba Ignacio, y desde el momento de nuestra ruptura, cada vez que se había dirigido a mí, podía contar con los dedos de una mano las veces que me llamó Ignacio. No negare que sabía que Lola estaba muy mal y que posiblemente dijese la verdad sobre estar enamorada de mí, pero francamente, tampoco creo sorprenderos, diciéndoos que me la traía al fresco. Desde el mismo día en que rompí con ella y monté el numerito en la oficina, tanto a ella como a su amante, era a las dos únicas personas a las que me dirigía de usted, lo cual a él le daba igual, pero a Lola parecía que no, que eso le sentaba como una patada, motivo por el cual era aún mucho más formal al hablar con ella, con la sana intención, de hacer un poquito más de daño.

Por cierto, que al principio dije una cosa que no resulto cierta, a la mujercita del tal Pedro, no la pensaba consolar cuando estuviesen los papeles de su separación arreglados, de hecho, habíamos follado los dos justo una semana después de pegar la patada en el culo a nuestros respectivos ex. A la semana de ello, decidí pasarme por su casa para ver si necesitaba algo, por suerte no habían tenido hijos y su separación seria menos traumática o eso es al menos lo que yo pensaba. Cuando llegué, digamos que medio la pillé con el carrito del helado también a ella… menuda rachita que llevaba de pilladas a la gente…

Vivía en una urbanización, en un chalet. Al llegar me encontré con la cancela de paso peatonal abierta, o más bien, mal cerrada, por lo que no llamé, simplemente pasé. Por los ventanales del salón vi a la Señora Roció muy entretenida con un hombre, parecían muy atareados besándose y el particularmente sobeteándola el culo a conciencia… Salí de nuevo sin hacer ruido, toque el timbre y entré como si lo hiciese por primera vez, en esta ocasión hablando en voz alta, diciendo que tenía la puerta mal cerrada. Cuando llegué, estaban los dos la mar de modositos, me lo presento como uno de su vecinos… Él se retiró enseguida argumentando que solo había pasado a ver si necesitaba algo de él, ya que era abogado, pero que se marchaba porque su mujer debería de estar ya de regreso…

La afligida esposa me intento seguir vendiendo la moto con respecto al vecino, pero como yo estaba bastante jodido por lo de mi novia con su marido, estaba para pocas hostias, y me parecía que se estaba riendo de mí…

-      ¿Hace mucho que te lo tiras?

-      Como dices…

-      Digo que entré hace diez minutos y os vi, ¿qué si hace mucho que te lo estas follando?

-      ¡¡¡Pero bueno!!! Pero qué coño te… uhmmmmmm…

La apreté fuerte contra mi mientras la besaba, masajeándola también a mi vez el culo con fuerza, tal y como había visto hacer a su vecino. Empecé a apretarme a mi vez también contra ella, restregándole mi cada vez más duro miembro, y la jugada lo cierto es que me salió redonda. Su buen vecino la debía de haber dejado calentita como una estufa y yo llegué justo para apagar sus llamas, como ya dije soy bien parecido, tengo un cuerpo interesante y mi polla, bueno, no está mal de tamaño y grosor, además, supongo que la historia de su marido y mi novia, también me hecho una manita con ella.

Al poco, ambos estábamos desnudándonos como posesos, cuando estuvimos desnudos del todo, la sujete por el culo, la empuje a la mesa, la alce sobre ella sentándola, y puse la cabeza de mi chorreante polla en la entrada de su coño. No os hacéis una idea de cómo expulsaba liquido preseminal, incluso ella paso su mano por la cabeza para luego llevársela a la boca y lamerla mientras me miraba con cara de golfa. Sin pensármelo un instante se la clave hasta el fondo, provocando en ella un fortísimo gemido y que se abrazase con mucha fuerza contra mi… tras eso empecé a moverme todo lo rápido que pude.

Tras esto, me la folle también sobre el sofá, en la cocina, en el jardín sobre la hierba, pero sobre todo, lo que más me gusto fue romperla el culo contra la encimera de la cocina, se resistió un poco, pero al final era una fiera, no hacía más que pedirme que le diese muchísimo más fuerte, al punto, que para poder satisfacerla, le metí cuatro dedos en el coño a la vez, arrancándola un orgasmo tan brutal que provoco que se orinase, literalmente, me puso la mano perdida de pis. Después, cuando me iba, con una sonrisa en la cara y un poco espatarrada al andar, me invito a ir a visitarla cuando me apeteciese, que había disfrutado mucho con nuestra “conversación”.

Aclaro que iba a verla por si necesitaba más munición contra su marido, y el follármela no fue por venganza, realmente, me la follé por oportunidad. La vi, me arriesgué y lo aproveche bien aprovechado, la jugada me salió redonda del todo. Tampoco tenía el menor interés en complicarme la vida con ella, no lo sabía de seguro, pero quince días después de esto y por circunstancias que no vienen al caso, estaba más que convencido que la buena señora tenía como mínimo dos líos, uno con su vecino, y otro con un amigo de su marido… Como para arrimarse mucho a ella, ¿o no?.

Al mes de todo aquello, y tras aguantar a mi adorable ex intento tras intento de hacerse perdonar sin lograr otra cosa que molestarme, ocurrió un problema en una reunión con unos clientes y me fue a caer a mí el tener que solucionarlo. Era una reunión de uno de los grupos de creativos con un cliente, para empeorarlo, el problema había ocurrido ante estos, para terminar de rematarlo había uno de los jefes presentes, y el grupo en cuestión, era el de Lola y Pedro, los dos amantes. Cuando entre, me fije en el jefe que allí estaba, la Señora Lorena Valcárcel, una mujer de bandera y con una fama de tener una mala ostia que tira de espaldas, por lo que observe, la buena señora andaba que se subía por las paredes… debía de tener unos 29 años, pelo castaño, ojos azules y cara de haberse tomado un litro de limón natural…

Era una mujer joven, excepcionalmente preparada, dura como un adoquín, sin sentido del humor, y como dije, con una mala ostia que tiraba de espaldas. Yo me dedicaba a… digamos que plasmar informáticamente, las ideas que los “genios” tenían para los productos de los clientes, hacia animaciones, presentaciones visuales, etc., digamos que me ocupaba de todo el aspecto técnico visual, yo y por supuesto, otros compañeros, claro. El caso, es que la empresa estaba muy a la última, los “genios” solían llevar Tablet u ordenadores portátiles de pequeño tamaño pero bastante potentes, y por tendencia se metían donde nadie les llamaba. Eran lo que se dice, unos increíbles manazas, y uno de ellos, había tenido la brillante ocurrencia de intentar ajustas mediante wifi el proyector de la sala, ¿resultado?, el proyector cuando le intentaron poner en funcionamiento, dijo que para tu padre, que él no se encendía… Me llamaron a mí…

Cuando entré, me explicaron el problema y sin mediar palabra me puse a intentar solucionarlo, podía sentir la mirada de Lola, mi ex, fijamente clavada en mí, también la del cabrón que se la había estado follando mientras aún era mi novia. No hice caso de ninguno de los dos, les ignore por completo, me centre en lo mío, o por lo menos lo intente hasta que Pedro decidió intentar joderme con un comentario de lo más inapropiado dirigido a los clientes…

-      Lo sentimos, ha sido un error tonto debido al descuido de algún inepto del departamento de informática. Seguro que ha sido alguien que no es capaz de satisfacer a nadie… con su trabajo… -dijo.

El puyazo contra mí fue excesivamente claro para todos los presentes de la empresa, me fije de reojo en que Lola había palidecido, mientras que el resto de gente se había removido un tanto inquieta, bueno, todos menos la señora Lorena, que permanecía tranquila, con cara muy seria y mirada gélida. Por lo que pude deducir de las conversaciones que mantenían unos y otros en voz baja, a los clientes no parecía haberles hecho muy feliz lo que les habían presentado… Lo que más me cabreo, fue ver como el “Hijo de Puta” de Pedro, intentaba cargar todas las culpas sobre quienes “construyeron” las presentaciones, es decir, el departamento al que pertenecía… Cuando termine…

-      Ya está, ya pueden usar el proyector cuando quieran…

-      Gracias –dijo seria la Señora Lorena.

-      Ya era hora, esto nunca debería de haber pasado, si alguien cumpliese con su trabajo… -dijo Pedro con malicia, refiriéndose obviamente para todo el mundo a mí.

-      Por supuesto que no –dije moviéndome tras él- si quien no debe no se metiese a toquetear en lo que no sabe, demostrando lo inútil que es, no pasarían estas cosas –termine, reiniciándole el ordenador para su sorpresa.

-      ¿Qué ha ocurrido? –pregunto la señora Lorena.

-      Pues nada, que algún manazas no contento con fastidiar su equipo y obligarme ahora a reiniciárselo, ha tocado en la programación del proyector desconfigurándolo por completo.

Evidentemente, el ataque por mi parte había sido muy obvio. Durante todo el tiempo que había estado trabajando allí, había localizado en los servidores de la empresa la IP de quien toqueteo el proyector, que por cierto no me dio tiempo a averiguar de quien era, aunque si, a sustituirla por la de mi amigo Pedro, y de paso infectarle el portátil con un pequeño virus, que si todo iba bien, en un par de días, le “amargaría” un poco la vida borrándole el disco del ordenador…

Para sorpresa mía, la señora Lorena no me permitió marchar, aunque sí hizo que tanto el equipo de cerebrines como los clientes, pudiesen tomar algo en otra sala para relajar un poco el ambiente… cuando todo el mundo hubo salido…

-      Usted fue de los que participo en la creación del video que vimos con nuestros clientes, ¿no? –pregunto seria.

-      Si, fui uno de ellos…

-      ¿Y qué opina sobre él?, me refiero a la idea general, no al trabajo que hicieron ustedes…

-      Pues que la idea resulta brillante en su concepto, que ha sido un gran trabajo y que sin duda traerá prestigio a la empresa… -dije diplomático, o para ser sincero, pelota total…

-      Bien, ahora que ya fue diplomático, me dijo lo que cree que quiero escuchar y quedo bien, ¿qué es lo que personalmente opina?, la verdad…

-      Que es una puta mierda –dije directo.

-      Bueno, parece ambos tenemos la misma opinión, ¿Qué haría usted? –preguntó por sorpresa.

-      No entiendo…

-      Quiero saber, que haría usted para el cliente…

Me sonreí cuando termino la pregunta, torcí los labios en un gesto sarcástico y se lo dije, le dije lo que yo haría de pe a pa… de lo que no me di cuenta es de que uno de los clientes, el director concretamente de la delegación, me había escuchado, aunque por lo que vi, la señora Lorena sí que lo hizo. Según observe, mi idea, aunque un poco transgresora, les gustó muchísimo a los dos, de repente y por sorpresa, ambos decidieron en ese mismo momento seguir adelante con el contrato, pero lo peor de todo, es que me cargaron directamente a mí con el muerto… y encima con el equipo de cerebrines que tanto quería pegado a mi culo para “ayudarme”…

Lo cierto es que en una semana tuvimos preparada una nueva presentación, el éxito ante los clientes fue absoluto, pero sinceramente, ni a mi peor enemigo le desearía una semanita como aquella, con mi ex y su ex amante dando por saco todo el rato con sus gilipolleces. Por cierto, que sí, he dicho ex amante, los tortolitos dejaron de follar juntos en mismo día en que les exploto en la cara, además de odiarse ambos cordialmente, echándose mutuamente la culpa por lo sucedido, y por lo que se, también ambos estar completamente emperrados en que sus parejas, yo en caso de Lola, regresemos con ellos de nuevo como si no hubiese pasado nada… ¡¡¡Par de gilipollas!!!

Retomando el hilo de la historia, tras este éxito, la jefa, la señora Lorena Valcárcel, tuvo a bien mandarme de nuevo a las mieles del éxito, de nuevo me encasqueto al grandísimo equipo de cerebrines para que nos ocupásemos todos juntitos de un nuevo cliente muy similar al anterior… Evidentemente, me opuse de modo radical en el mismo momento en que me dio la “buena” nueva…

-      De eso nada…

-      ¿Cómo dice usted?

-      Que no, que ni de coña me hago cargo de nuevo de ese grupo de… de… -me atranque, sin poder decidir que adjetivo usar.

-      ¿Idiotas? ¿ineptos? ¿quizá inútiles? ¿trepas? ¿pelotas? ¿arrastrados?... dígame, ¿voy bien?... ¿o quizá es porque están en el grupo su ex novia y su amante?

-      Es, señora Valcárcel, porque ese no es mi trabajo, ustedes no me pagan por hacerme cargo de ese tipo de muertos, no me pagan por pensar, a mí, me lo dan hecho y mascadito, entonces me pongo manos a la obra realizando las estupideces que se les ocurren. Por eso, ¡¡¡no!!!

-      Usted hará lo que yo decida que haga, ¿le queda claro?

-      No, para nada señora, si no está de acuerdo con mi trabajo despídame, y si sigue empeñada en esto, le digo igual, despídame, porque no pienso hacerlo –tras decir esto me marche de su despacho, o al menos eso intente.

-      Sabe una cosa… creo que será perfecto… -dijo.

Su sonrisita fue un tanto… digamos que siniestra, no sabía qué coño era lo que estaría pasando por su cabeza pero supuse que no me iba a gustar en lo más mínimo. Esta tía era de cuidado, y tenía fama de que como se le metiese una cosa entre ceja y ceja no paraba hasta conseguirlo, por los medios que fuesen… Estaba en la puerta cuando me detuvo y continuó…

-      Tengo un trabajito especial para usted…

-      Le he dicho que no, le repito que si tiene problemas conmigo despídame y santas pascuas…

-      Dígame una cosa, ¿por qué tanto interés en que le despida? Si se niega le echaría sin subsidio y sin indemnización, además tal y como está el trabajo…

-      Inténtelo y veremos qué pasa…

-      ¿Tiene usted algún problema con la empresa?

-      ¿La verdad?, si, lo tengo.

-      ¿Y cuál es si se puede saber?

-      Sabe usted lo que paso conmigo, la Srta. López y el Sr. Romero, ¿verdad?

-      Si, lo sé, a mis manos llegaron… bueno, parte de las fotos que usted “por error” dejo en su mesa a la vista de todo el mundo… Pero no veo que tiene que ver…

-      Y dígame, por supuesto quiero la verdad, ¿se divirtió mucho con la imagen que daba?

-      Pues si –dijo con malicia-, me reí un poco, no quedo usted muy bien que digamos…

-      Ya, y Sra. Valcárcel, una pregunta tonta… ¿qué sanción le ha caído a esas personas por follar en el lugar de trabajo? –solté con rostro inexpresivo.

Tuve el inmenso placer de ver su cara de desconcierto, acababa de pillarla con el carrito del helado como se suele decir. Cierto que ese tipo de sanciones disciplinarias no era asunto de ella, pero casualmente, esas dos personas pertenecían a su departamento o como en mi caso adscritos a él, cuya máxima responsable era ella misma, por lo que también en cierto modo era responsabilidad suya… Inicialmente deje la fotos por error en mi mesa al alcance de cualquiera que quisiese escanearlas, precisamente con esa idea, que recorriesen la empresa y terminasen en manos de la directiva, de esa forma estaba seguro que alguna sanción les caería puesto que en todas ellas se apreciaba perfectamente que estaban follando en la empresa… Yo por mi parte me había cubierto alegando que “alguien” me las había mandado a mí, pero que no había sido yo quien las hizo. Pero sorpresa, nadie hizo nada de nada, no les sancionaron, ni siquiera una sola reprimenda… Ahora pensaba aprovecharme de ello… y otra vez, me salió el tiro por la culata….

La Sra. Valcárcel se repuso con rapidez, entonces continuo…

-      Tiene usted razón, averiguare que es lo que ha pasado con ello… Desde el próximo lunes, se hará usted cargo de una persona al a que enseñara todos los secretos del departamento en que trabaja.

-      De eso nada… -dije, aunque me acababa de joder, porque sabía que a eso sí que no me podía negar.

-      Ohhh, sabe usted que sí que lo hará, sé que es consciente que de acuerdo a su contrato, eso sí que se lo puedo exigir, siempre se entiende, que sea dentro de su área de trabajo…

-      ¿Por qué yo?

-      ¿Sabe usted quién soy?

-      Si claro, se perfectamente que cargo ocupa…

-      No, no me refiero a eso, le pregunto, ¿si sabe usted que soy la hija del dueño de la empresa?

-      Si, si, también lo sabía….

-      Entonces mejor me lo está poniendo… -me contesto con una sonrisita beatifica que me dio grima.

-      Pues no entiendo, la verdad…

-      Desde el lunes se hará usted cargo de mi hermana pequeña… Le garantizo que se lo va a pasar usted… divertidísimo –sonrió más aún.

-      Ya, seguro que sí, porque será que no la creo… -mascullé.

Tras decirme lo de su lindísima y pequeña hermanita dio por terminada la conversación y me despidió. Cuando salí de su despacho iba acordándome de toda su puñetera familia por haber cargado con semejante muerto… pensé que debería de empezar a ir con pies de plomo, una cosa eran esos dos payasos de mi ex y su amante, y otra la hija pequeña del dueño de la empresa… que conociendo como me iba todo últimamente, seguro que además era su ojito derecho y una víbora de cuidado…

CONTINUARA