Un circo muy original

Un cuidadora de los muchachos del circo los pone al día en las cosas del sexo.

Título :  Un circo muy original

Resumen:  Un cuidadora de los muchachos del circo los pone al día en las cosas del sexo.

Clase: Fetichismo

El circo neoyorkino “Crosscircus”. fue fundado en 1950  por unos viejos inmigrantes holandeses en el cruce de la Av. Cross con la calle Loewe y fue regido por ellos mientras criaban a sus dos parejas de gemelos nacidos simultáneamente, 2 varoncitos y dos mujercitas, hijos del amor desatado entre su única hija que falleció en el durísimo parto y un apolíneo payaso que era y actuaba travestido perfectamente como una preciosa chica  trapecista,  al cual despidieron de inmediato en cuanto supieron de su encendido amorío y del cual nunca mas se supo.

Para cuidar los niños se contrató una institutriz, una mujer que les pareció la más adecuada para los 4 niños,  pero lo que no sospecharon jamás, fue que antes había sido la amante del desaparecido padre, mujer de costumbres  muy libidinosas y sin moral alguna, la que los crió con total libertad de acción,  ya que ambos abuelos estaban muy dedicados a la abrumadora tarea de la administración del circo y muy poco era lo que se preocupaban de sus nietos, salvo el de procurarles una buena  manutención.

Esta institutriz los crió con total libertad e independencia y los pervirtió desde la mas tierna infancia, haciendo que las dos niñas y los dos niños convivieran en la más total de las perversiones en comunidad, de modo que aprendieron con esa mujer una total y libertina vida desde su mas tierna infancia.

Ellos habían convivido haciendo el amor entre ellos indistintamente tanto entre hombres como entre mujeres,  desde los 10 años de edad y por más de 15 años hasta ahora. a pesar del evidente incesto, con la anuencia, tolerancia y evidente complicidad de la institutriz, que les enseñó todos los trucos del amor mas perverso.

Al fallecer ambos abuelos a corta distancia entre si, la Institutriz pasó a ser casi el motor de la familia y los muchachos ya de 25 años, pasaron a ser los propietarios legales del circo, el que había decaído bastante al morir sus antiguos y dedicados propietarios.

Todos los jóvenes eran muy apuestos y habían sido inducidos por esa institutriz a ser unos fetichistas consumados por los tacones muy exagerados y además había convertido a los 4 en unos expertos travestis, ya que todos podían travestirse en forma perfecta, convirtiéndose el uno en el otro en forma tan perfecta que incluso sus empleados los confundían completamente, pues loa cuatro eran muy parecidos entre sí.

Otra cosa que les había enseñado era  su primitiva profesión de contorsionista en la que era una verdadera experta, y así los cuatro eran capaces de las más difíciles pruebas en el arte del contorsionismo circense, por lo que se habían convertido en verdaderas maravillas en ese arte.

Su ahora mentora, los convenció que para volver a tener éxito con el circo era necesario cambiar radicalmente la forma de ofrecer espectáculos o sea que los convenció de convertirlo en un circo que sólo entregara espectáculos eróticos nocturnos absolutamente para mayores, realmente original en todas sus actividades.

Así fue como exigieron que todos sus empleados debían ser expertos en usar finos tacones altísimos como los que les gustaban y a la vez ser unos travestis capaces de pasar fácilmente y con éxito como del sexo opuesto ante el público.

En resumen el “Crosscircus” estaba compuesto por personas de ambos sexos, que eran tan expertos travestistas capaces de usar  finísimos tacones gigantes, por lo que durante los espectáculos nadie podía saber a ciencia cierta el verdadero sexo de cada persona que estaba actuando, sólo ellos sabían que la regla era que los hombres tenían que usar botas ó botines con esos  afilados y altísimos tacones y las mujeres sandalias con stilettos verdaderamente gigantes.

Los cuatro eran tan buenos contorsionistas que asombraban erotizando a su público al demostrar que eran tan elásticos en sus contorsiones que podían  masturbarse mamando su propio sexo y lo hacían en forma simultánea ante su público adulto al que asombraban con su extrema y erótica proeza.

Este espectáculo lo perfeccionaban al hacerlo juntos en parejas y en posiciones opuestas, todos calzados con largas botas negras provistas de finísimos y gigantescos tacones que agitaban convulsivamente en el aire dando muestras de un placer muy intenso, mientras sus enfrentados rectos elevados al aire y en posición opuesta eran penetrados simultáneamente por sendos gigantescos consoladores de goma maciza con abultado glande en ambos extremos, encajado en sus respectivos anos, los que se balanceaban en largo va y ven, mientras eran convulsionados por  los espasmos frenéticos de esa auto masturbación simultánea.

Este número tan sensual era aplaudido a rabiar por los espectadores, los que casi siempre se calentaban tan intensamente, que muchos de ellos no tardaban en comenzar a masturbarse con frenesí o a tener sexo entre ellos a como diera lugar, mujeres con hombres y parejas de igual sexo, dando pie a un espectáculo colectivo increíblemente erótico, que se convirtió en un éxito arrollador para un público entusiasmado por lo abrumadoramente sexual de esta clase de espectáculos.

Este éxito se propagó como reguero de pólvora por todo el país e incluso en el extranjero, por lo que las casas de turismo lo recomendaban absolutamente para todas aquellas personas interesadas en espectáculos sexy muy especiales.

Pronto otro espectáculo realmente sensacional fue organizado por la mentora institutriz,  en el cual los cuatro vestidos en cuero negro y con botas largas de altísimo tacón, se recostaban de costado formando un cuadrilátero y se hacían mutuamente un fisting anal, a la vez que se masturbaban los sexos respectivos con la otra mano.

Otro más que atraía poderosamente al público, era una montaña entre los cuatro en que cada una de las dos mujeres se ponía un pene de goma atado al pubis y todos se sentaban uno sobre otro ensartando el ano del de más encima menándose frenéticamente hasta llegar al clímax.

En resumen la gente acudìa al circo como moscas, y así fue como el éxito del “Crosscircus” fue clamoroso y la institutriz comenzó a participar personalmente en el espectáculo, obteniendo atronadores aplausos por sus ideas tan eróticas y hubo nuevamente grandes utilidades para todos.