Un chico llamado caballo

Dos mujeres maduras son abordadas por unos chavales durante las fiestas de un pueblo de playa.

Era una tarde tórrida de los últimos días de agosto de aquel verano. Estaba tumbada relajada a la sombra de un árbol de la piscina de la urbanización, mientras contemplaba a Isabel que jugaba con su niño y los dos míos al borde de la piscina infantil. Estaba absorta en pensar que en bikini Isabel lucia mejor que vestida, al contrario de lo que nos suele suceder con el resto de las mujeres. Tenia los pechos más grandes y mejor puestos que jamas había visto. La verdad es que las dos estábamos muy bien para estar rondando peligrosamente los 40.

Ambas estábamos de Rodríguez, puesto que nuestras respectivas parejas ya se habían reincorporado al trabajo. Me alojaba en el apartamento de la playa de mis suegros, precisamente compartiendo estos últimos días de descanso con ellos y los críos.

A Isabel, la vecina de arriba, la conocía desde hacía prácticamente 15 años, precisamente cuando mis suegros compraron el piso y empezamos a frecuentarlo en verano y fiestas. No éramos íntimas pero si buenas amigas.

Se acercó a mi desde el borde del agua.

  • ¿Tienes plan para esta noche Elena?
  • Que graciosa eres ¿que plan voy a tener?¿en que estás pensando?
  • Ya sabes que son las fiestas del pueblo, hoy hay verbena de un grupo majo de versiones de Pop... los vi la semana pasada tocando en la tele
  • ¿seguro que te apetece? Si hace años que no salimos.
  • Que si mujer, que nos vendrá bien para desconectar..... lo malo son los críos, especialmente el mío.
  • No te preocupes les puedo decir a mis suegros que hagan de canguros
  • ¡Entonces no hay excusa! - casí gritó Isabel - nos vamos de chufla.

Tampoco es que el plan me apeteciera demasiado, pero decidí que no me iba a venir mal para salir de la rutina.

Quedamos un poco tarde, para dejar cenados y acostados a los críos. Yo me había preparado a conciencia; cuando acabé pensé que igual me había pasado... me había planchado mi largo pelo rubio que lucia precioso, maquillado a conciencia y llevaba puesto un carísimo vestido azul de seda, espectacular y peligrosamente corto que adoraba y que casi nunca encontraba la oportunidad de ponerme. Además calzaba unos tacones altísimos que realzaban mis piernas y mis gluteos... estaba mirándome al espejo y me veía tremenda... pero quizás excesiva. Entonces apareció Isabel y se despejaron todas la dudas. Se había vestido como para plantar batalla a un regimiento de marines. Llevaba un top blanco que a duras penas podía con sus pechos, una minifalda vaquera muy mini y taconazos tan altos como los míos.... Era un look demasiado juvenil para mi gusto pero estaba más guapa de lo que nunca la había visto.

Así empezó una noche que difícilmente cualquiera de las dos hubiéramos soñado.

Al principio todo fueron risas.

Estuvimos picoteando algo por la zona de copas y bebiendo mucho más de lo que comíamos. Nos sentíamos un poco observadas y fuera de lugar, pero el ambiente era muy bueno... de hecho había muchas familias disfrutando de la noche de fiesta.

La verbena del grupo estuvo muy bien, un poco corta y aún así tuvimos tiempo para tomar un par de combinados mientras disfrutábamos de la música.

Cuando acabó empezó un DJ a pinchar música en la plaza. Tampoco era mi música ideal, pera tal como íbamos a esas alturas Isabel y yo de afectadas por el alcohol, estábamos disfrutando bailando como si fuéramos verdaderas fans.

Entonces fue cuando me di cuenta de que el ambiente había cambiado. Durante la verbena había mucha pareja, personas mayores, incluso niños y sin embargo lo que quedaba ahora era pura chavalería de 20 años. Seguramente era por la hora y el tipo de música. También pude observar como desde el fondo de los soportales de la plaza había un grupo de chicos de esa edad que no nos quitaban ojo.

  • Isabel - le dije mientras seguíamos bailando - ¿has visto como nos miran aquellos chavales? Nos hemos quedado solas ante el peligro....
  • Déjales que se calienten un poco - y diciendo esto me pasó los brazos por la caderas y empezó a bailar sensualmente rozando mi cuerpo. A mi no me importaba hacer un poco el tonto pero me preocupaba la audiencia.  Además ahora el grupo estaba exaltado y se les notaba por los gestos que hacían. Era normal porque estábamos echando demasiada leña al fuego. Isabel, aparentemente ajena, seguía bailando golosamente contoneándose contra mi cuerpo... podía sentir como sus tetazas rozaban mi cuerpo y la verdad es que era agradable pero un poco impúdico....

  • Vamos Isabel - le dije - es hora de volver a casa.

  • Nooooo, un poquito más - y entonces noté que una mano pellizcaba mi culo... salté casi como si me hubiera dado una descarga y al volverme tenía a menos de un palmo a uno de aquello chicos, el más chulillo, cabeza rapada, estatura media, musculitos y hortera... una copia de Cristiano Ronaldo .
  • ¿pero que coño te has pensado niñato, que este culo es público?
  • Este culo me lo voy a follar yo esta noche pedazo de guarra - y mientras decía esto me agarró por la cintura pegándome a él e intentando besarme...
  • ¡quieto! - grité y entre mi empujón y el de Isabel conseguimos que aquella lapa se separara un metro.
  • ¡de que vais pedazo de zorras si estáis pidiendo batalla! Esta noche te voy a follar bien follada... y tu amiga se lo va a montar con mi amigo Caballo.... - y señaló a un chico alto en el que me había antes fijado, porque prácticamente parecía un indio norteamericano, con tez morena y una melena de pelo negro preciosa... vestía unos tejanos y una camiseta negra... el chaval era atractivo, tenía algo.
  • Pero tu eres gilipolllas - le dijo Isabel
  • No putilla... ¿sabes porque le llaman Caballo?
  • ¿Está enganchado a la heroina? - le dije riéndome de el - vete a tomar por culo o nos vemos haciendo un trío con la guardia civil....

El chaval reculó un poco y volvió con sus colegas. Decidimos cambiar de zona y avanzar hacía los bares de copas, más cerca de la playa y lo que era más conveniente en el camino a nuestra casa. Allí, en un Pub con terraza al mar me convenció Isabel para tomar la última y se dirigió a la barra para pedir.

La noche era preciosa, con una cantidad de estrellas increíbles, precisamente porque era oscura por la ausencia de la Luna. La terraza estaba animada, prácticamente abarrotada y me parecía haber visto gente conocida de la urbanización de mis suegros. Isabel tardaba un poco, seguramente le estaría costando pedir en la barra. Aquella copa me sobraba, me notaba totalmente anestesiada por el alcohol consumido, bastante mareada. Entonces noté que alguien se pegaba a mi espalda, me volví y era de nuevo aquel criajo.

  • Pero bueno ¿tu de que coño vas? - le dije conciliadora para no montar una escena delante de toda la terraza.
  • Yo voy de tu coño... que son las 3 de la mañana y todavía no me lo he follado
  • Pero tu eres tonto o que te pasa - le dije intentando mantener la voz. Tenía miedo de que realmente como sospechaba allí hubiera gente del pueblo o de la urbanización que me reconociera.
  • Ven aquí, baila conmigo como has bailado con la zorra de tu amiga
  • Ni lo sueñes - intentaba quitarle las manos de encima y empezaba a ver como gente se fijaba en nosotros

  • ¡estate quietecito anda! - le dije dándole un discreto empujón

  • De eso nada, mira como me tienes zorra - y agarró firmemente mi mano y la llevó sobre su paquete, evidentemente abultado a través de su pantalón de tela... la solté inmediatamente como si quemara, pero al librar sus manos me agarró por los glúteos empujándome con violencia contra su pecho... yo intentaba forcejear para liberarme de ese abrazo robado, pero lo pretendía hacer sin aspavientos para no montar escándalo

  • Suéltame joder - le mascullé entre dientes, aunque el obviamente no estaba dispuesto. Me tenia pegada a él, notaba su polla erecta sobre mi vientre y a la vez, sin liberar presión introducía las manos por debajo de vuelo de mi vestido, literalmente sobándome el culo por encima de mis braguitas.... el muy hijoputa me estaba dejando desnuda en medio de aquella terraza aunque pasaba afortunadamente inadvertida al tener tanta gente junta alrededor.

Entonces decidida, huyendo de posibles ojos indiscretos, le empujé hacía las escaleras de salida de la terraza, bajamos y caminamos pegados 100 metros hacía el camino a la playa. Aquel era un sitio más adecuado para ponerle en su sitio sin que nadie me viera y sacara conclusiones que no eran, que llegaran a los oídos de mis suegros y desde luego de mi marido.

  • Mira tío olvídate de nosotras o llamamos a la Policia y te cae un puro de tres pares de cojones - entonces el chaval sin mediar palabra se me echó encima y levantando de nuevo el corto vuelo de mi falda empezó a intentar meter la mano esta vez en mi sexo.
  • ¡tu estás loco! - grité mientras intentaba zafarme, pero era demasiado fuerte para mi... entonces pegó un tirón fuerte y en su mano, triunfante tenía mis preciosas bragas de encaje....

Intenté escapar, me cerraba el paso hacía la terraza, así que descendí un poco hacia la playa, esperando encontrarme con alguien.... Evidentemente ese camino que yo también conocía y que de día era muy transitado, a las 3 de la mañana se veía desierto. así que resultaba obvio que no era la mejor opción para quitármelo de encima.

  • Vale - le dije intentando razonar . vamos a olvidar este detalle y que te has sobrepasado y pasar página, pero déjame en paz o la vamos a tener
  • tu lo único que vas a tener es mi polla en tu coño en un minuto - y con la mano libre, la que no sujetaba la braga, me agarró del antebrazo y en volandas cubrimos los últimos 20 metros que nos separaba de la playa, entrando en la arena....
  • No, nooo... espera... - pero no atendía a mis súplicas y andando otros 10 metros, me colocó detrás de una zona de barcas de pescadores baradas en la playa y tiró de mi vestido hacia arriba liberando mi sexo....
  • No. noo, espera... - repetí temblando
  • Espera a que - dijo mientras se bajaba los pantalones y mostraba amenazante su pene erecto. Era ridículo encontrarme así, en manos de aquel chavalillo que me estaba forzando. Tenia dos posibilidades: gritar y esperar a la caballeria o intentar ponerle en su sitio antes de que aquello acabara en tragedia.
  • Vamos a un sitio más discreto,  que no nos puedan ver desde la terraza, estamos demasiado cerca - quería reconducir aquello. Nos metimos un poco más en la playa, en una zona más oscura y alejada de la terraza.
  • Mira, tienes que.... - me cortó la frase un beso que me lanzó furtivamente, mientras me abrazaba firmemente y de nuevo me desnudaba hábilmente encajando el vuelo del vestido en mis caderas.... su pene estaba de nuevo al aire y lo colocó entre mis piernas, en contacto con mi sexo desnudo, presionando sobre mis labios....
  • NO....no! - gritaba yo suplicando y sacando fuerzas le di un empujón separándole medio metro - ¡Está bien! - le dije - vamos a hacerlo, pero no te pongas bestia, vamos a ir poco a poco
  • Asi que finalmente vamos a follar ¿eh? pu... - y antes de que hubiera acabado su enésimo insulto cargando mi mano derecha desde atrás, la mano cerrada en un puño crispado de tensión y miedo, le solté un puñetazo a la cara con todas mis fuerzas.... el tío no se esperaba aquello y lo recibió como si hubiera sido John Wayne el que se lo propinaba, quedándose sentado en el suelo. Su cara era un poema.... mi mano ardía por el impacto y de su nariz brotaba un hilo de sangre...
  • Hostias me has jodido la nariz - dijo casi en lágrimas... ahora parecía el niñato que realmente era.
  • Te lo has ganado... No te das cuenta que prácticamente me estabas violando... tu sabes el lío en el que te metes si voy a la policía con el cuento... Ya solo con lo que ha pasado... me has roto las bragas, mira como tengo el brazo de los agarrones que me has dado y el vestido.... Se te puede caer el pelo.
  • Está bien joder, perdona... pensaba que los dos íbamos a pasar un buen rato
  • Anda ya..... me vuelvo al Pub - le dije y me di la vuelta dispuesta a recorrer los 500m que me separaban de la terraza rápidamente.

Sentí como el se levantó de un salto detrás y caminaba a dos metros separado de mi, esta vez portándose bien. Nos acercábamos a la zona de las barquitas y aunque la noche era cerrada se veía que había gente en la zona... menos mal, pensé. Cuando estábamos prácticamente a 6 metros me di cuenta de que era una pareja y a esa distancia era obvio que no habían bajado a pescar, por los suspiros de ella y porque se notaba que la chica estaba sentada sobre el borde de una barca, las piernas alrededor de la cintura del chico que estaba claro por el movimiento entre sus cuerpos que la estaba follando a conciencia. En un segundo me di cuenta.... el chico tenia una melena preciosa al viento que se movía en cada embestida, como en un baile tribal y la chica con esos zapatos de tacón que intuía y un pecho enorme desnudo al aire fuera de un top blanco.... ¡Era Isabel!... ella entonces, de sopetón, abrió los ojos y me vio

  • ¡Hostias Elena! - dijo librándose del abrazo y saltando de la barca, recomponiendo un poco su figura semidesnuda - Por favor que situación más embarazosa - siguió diciendo pero yo ya no la escuchaba.... estaba absorta en el chico, se había girado y ahora lo reconocía... era aquel chaval al que llamaban caballo, tenia la cara desencajada por el esfuerzo y el torso desnudo, fibroso, sudoroso y moreno... con un tatuaje precioso de la cabeza de un caballo sobre su pectoral izquierdo.... y de sus jeans, solo desabrochados, surgía un pene enorme, casi irreal, como un totem del sexo triunfante, brillante por las secreciones de ella y palpitando rítmicamente al aire.
  • Aja.... - dijo entonces el chaval que me había intentado forzar - finalmente os conocéis... ahora ya sabes porque dos razones le llamamos caballo - dijo riéndose - y tu amiga parece que ya se ha dado una cabalgada ¿eh?
  • Joder Elena - dijo Isabel - como te ví que marchabas con este tío a la playa, pensé que porque no iba yo también a pasar un buen rato - se la notaba bastante más bebida de lo que me había dado cuenta anteriormente... era evidente que yo también lo estaba.
  • No te preocupes Isabel no necesitas darme explicaciones
  • ¿qué tal tu con el tio este? - preguntó Isabel
  • No lo se, porque le he parado los pies - contesté
  • Pues lo del Caballo este no es normal, no creo que se me olvide en la vida - dijo agarrando al chico por la polla como si fuera su juguete - ¿quieres probar? dijo de forma melosa mientras se acercó a mi y me dio un suave beso de gata en los labios.....

Era tan morboso.... nos estábamos comiendo la boca delante de aquellos dos extraños que pasaban momentáneamente  de intérpretes a espectadores.... Se separó un poco de mi... estaba bellísima, todavía con su hermoso pecho al aire y seguía literalmente con el tipo de la melena agarrado por la polla, masturbándole de manera rítmica...

  • ¿entonces? - volvió a preguntar cariñosa... y agarrando mi mano la puso sobre el pene de el.... notarlo fue un trallazo al cerebro, mi cerebro ahogado en alcohol, sentir su tacto, su peso, su fuerza, su calor......
  • Si - contesté decidida. La respuesta sorprendió a todos, probablemente también a mi, aunque no podía negar que desde que le vi al principio de la noche ya me puso como una moto... para que me iba engañar, quería esa polla dentro de mi...... entonces y en ese momento no había otra cosa en el mundo que ocupara mi cabeza.
  • Perfecto - gritó con voz borracha de entusiasmo Isabel - yo te entretengo a este. Y dicho esto agarró al otro de la mano que puso cara de triunfo y se alejó unos metros, la verdad es que no mucho y pude ver como se ponía de rodillas y empezaba con una mamada frenética.

El mío no perdió el tiempo y me dio un beso igual de cálido que el de Isabel... era una locura y una insensatez estar en los brazos de aquel chaval... pero no me iba dejar frenar por mis prejuicios.. quería sentirle dentro de mi. Me agarraba por detrás y me apretaba contra su torso desnudo... su pene tenia vida propia entre nosotros... sin mediar palabra desabrochó los corchetes posteriores de mi vestido y lo sacó cuidadosamente por mi cabeza, quedando totalmente desnuda... me daba igual... no, no me daba igual, adoraba estar desnuda delante de él... de repente me agarró por la cintura y me sentó al borde de la barca, el mismo privilegiado trono que hace minutos ocupaba Isabel y entonces se arrodilló y empezó a comerme el sexo... lo hacía tan suave y deliciosamente, su lengua se centraba en mi clítoris, pero su barbilla estimulaba mis labios en cada dulce beso, como libando la flor del deseo... yo le veía desde arriba, en escorzo, su cara oculta por su preciosa melena negra que tenía entre mis manos... parecía que era una mujer la que me estaba comiendo... y al pensar esto me acordé de Isabel... se les distinguía perfectamente, los ojos una vez acostumbrados a la penumbra, ella estaba a cuatro patas sobre la arena y él le daba duro desde atrás.. resultaba terriblemente excitante ver follar a Isabel mientras a mi misma me estaban matando; La cara de ella estaba dirigida hacia mi y se que también contemplaba morbosa lo que yo hacia. Mientras tanto el chico se incorporó y de nuevo me besó... su boca sabía a mi sexo y entonces sin dejar de besarme empezó a maniobrar y colocó su glande sobre la entrada de mi vagina... di un respingo al notar su tacto, lo deseaba como una loca... lo notaba enorme, pero no me iba a amilanar, estaba muy húmeda y a punto... presionó poco a poco y lenta y adorablemente fui engulléndola.... le hice parar un poco con las manos sobre su pecho tatuado... necesitaba acomodarme un poco a su anchura... unos segundos y empezó a bombear lento y seguro... cuando salía parecía que mi sexo se iba con el y cuando entraba notaba la presión sobre mis paredes al borde de su capacidad elástica... y era tan placentero que incluso me mareaba... por el alcohol, por su polla enorme, por lo que me excitaba aquel tipo desde que le vi, por ver a mi vecina de verano como se la estaban follando sin compasión y oír como gritaba, dejándose llevar, sin miedo a ser oída, como en una montaña rusa y yo me deje llevar y empecé a presionar con mis caderas, siguiendo sus embestidas, al límite del dolor, jadeando en busca de aire fresco para reactivar mi cerebro.. porque borracha me costaba correrme y yo quería correrme con él y para el.... el clavaba su mirada en la mía, orgulloso sabedor de que me estaba matando de placer, pero sin alardes, sin atisbo de chulería, como si le fuera innato y sus ojos oscuros eran profundos como agujeros negros y entonces aunque solo habían pasado unos minutos, noté que llegaba para el y para mi, para los dos, como una base y un catalizador, lo sabía por su cara y lo intuía en mi cuerpo, y me deje remolcar a esa playa del placer, liberando mi cuerpo y sin tonicidad, mientras notaba como su enorme polla estaba a punto de explotar en mi y de nuevo nos miramos a los ojos, como un gesto de acuerdo, de conexión  y entonces noté como empezó a vibrar deliciosamente dentro de mi y a escupir su carga cálida y ese calor, como si hubiera arrojado una cerilla a un charco de gasolina, liberaba un onda que  avanzó desde mi sexo, hacía mi estómago, mis pechos, erizaba los pelos de mi nuca y acaba explotando en mi cabeza como una onda de implosión lenta, profunda  y silenciosa, para acabar en una onda expansiva que contrajo hasta el último músculo de mi cuerpo agotado.

Nos quedamos abrazados un momento, seguía sentada dentro de la barca, mis piernas alrededor de su cintura... su pene todavía dentro de mi, llenándome aunque perdiendo tensión y al perder el vacío su simiente se derramó de mi sexo, como un helado cremosos en un día demasiado caluroso, cayendo a la arena de aquella playa que tan bien conocía de día y que hoy de noche sus placeres descubría y regaba con la mezcla de mis flujos y su semen.

Entonces me percaté de Isabel; el chico seguía detrás de ella pero se le notaba a punto por el ritmo y sus jadeos.... yo lo observaba todo fundida en mi abrazo cálido y húmedo, mi cabeza apoyada sobre su hombro y la vista dirigida hacia los dos... ya comenzaba a estar otra vez como al principio, en la cima de la montaña, cargada de energía, ver como se follaban a Isabel me estaba reactivando... estaba preciosa, pese a la postura, sumisa pero controlando el asunto, sus enormes tetas balanceándose en cada embestida, su cabeza vuelta mirando a su montura, animando a que él acabara.... que morbazo.... entonces empecé a moverme un poco sobre su pene un poco flácido, pero aún así más grande que la media y  todavía dentro de mi, gire y presioné sobre su pubis para estimularme pero al intentar subir y empezar a bailar se salió... era evidente que por ahora era imposible y aquello me mataba de pena.... entonces el otro se corrió, lo hizo como un gorila, sin cortarse un pelo, gritando ostensiblemente, saliendo de ella y acabando estimulando su pene henchido con la mano, sobre el culo y la espalda de Isabel que recogía solícita su carga....

Aquello se acababa..... Él se había tumbado sobre la arena, su enorme pene flácido descansando sobre su muslo; su cuerpo era un delirio, hinchado por el ejercicio, era una bellaza... el otro chico se había sentado y estaba como en trance.... las mujeres tenemos depresión postparto, pero la de los hombre es postcoito... se les notaba fundidos y a mi me daba mucha lástima que aquello acabara....

Isabel se acercó lentamente, metió la mano en la barca y sacó una copa...

  • Aquí tienes tu combinado ¿ha merecido la pena la espera? - las dos reímos por la situación y compartimos el gin tonic. Estaba fresco y amargo, perfecto y en un minuto lo habíamos ventilado... de nuevo empecé a notarme que estaba un poco bebida, pero que más daba. Entonces Isabel se acercó a mi y de nuevo me besó... aquello empezaba a ser ya una costumbre, pero era tan placentero. Su boca era cálida y su lengua pequeña y hábil.. ahora yo también estaba desnuda y nuestros dos pechos se masajeaban en nuestro baile. Era curioso, diferente al abrazo firme de un hombre.. entonces Isabel colocó su muslo entre mis pierna, estratégicamente apoyado sobre mi sexo y yo hice lo propio, de manera que ya no era solo nuestra tetas y nuestros nuestros pezones erectos los que se estimulaban, sino nuestros sexos en un beso sin fin que no paraba nada más que para recuperar oxígeno. Sus manos jugaban con mi cabeza y mi cara y yo la abrazaba, mis manos sobre su preciosa espalda... podía tocar el semen que el chico había derramado sobre ella, ya frío y un poco pegajoso... Entonces Isabel se liberó del abrazo y me indicó que me tumbara...el tacto frió de la arena en mi espalda me estremeció, pero estaba tan caliente que podría derretir aquella playa... entonces se sentó literalmente sobre mi cara y yo sin perder un instante comencé a comerle el coño... no lo había hecho nunca, pero sabía como hacerlo, no necesitaba un manual... solo necesitaba hacerle lo que a mi me vuelve loca... al instante ella se inclinó hacía mi y quedamos enfrentadas como el ying y el yang, mi cara debajo de su sexo la suya sobre el mío y empezamos a besarnos.... era increíble, mucho mejor que cuando me lo hizo él chico... además jugábamos entre nosotras, yo repetía lo que ella me hacia, con la misma intensidad, con el mismo ritmo y yo luego marcaba el baile y ella me seguía y era increíble el sabor de su sexo en mi boca, sus muslos acariciando mi cara en sus balanceos de gata... y sobre todo pensar que era Isabel... que nos conocíamos desde hace 15 años, nuestros maridos eran buenos amigos, nuestros hijos jugaban juntos y ahora estábamos una sobre otra compartiendo nuestros cuerpos en esta noche loca de alcohol y sexo....

Entonces unas manos levantaron un poco las caderas de Isabel separándola de mi boca que se quedó triste y huérfana.... era el chico de la melena, que estaba recuperado... también estaba el otro, el que me acosó al principio, sin perder detalle, la mano sobre su polla erecta... nos habíamos olvidado de ellos pero obviamente no habían sido ajenos al espectáculo... El chico llamado Caballo se colocó detrás de ella con su enorme polla y poco a poco la penetró sin compasión.... Isabel se arqueó al recibirla, pero inmediatamente volvió a descender la cabeza y besar mi sexo....

¡Estábamos follando a tres bandas! El chico de la melena se afanaba en darle duro a Isabel y yo tenia entradas de primera fila.... Veía como su enorme polla entraba y salía de Isabel en un ritmo brutal, chocando ruidosamente, a apenas 10 centímetros de mi cara y a cada embestida la cara, la lengua, la nariz de Isabel chocaba contra mi sexo estimulándolo de manera intensa... sin embargo lo más morboso era ver lo que aquel monstruo de pene hacía con el coño de Isabel, como sus labios desaparecían cuando el tío apretaba y como al contrario parecían avulsionarse cuando salía, siguiéndole en su camino.... incorporé un poco mi cabeza, mi abdomen tensado y coloqué mi lengua sobre el falo.... sentía su vaivén rozando sobre mi lengua mis labios presionando ligeramente el tallo, como tocando una armónica de piel, músculo y arterias... la postura me mataba y tenia que descansar la cabeza..... Lo mismo le pasó a él que estaba prácticamente en cuclillas, así que lamentablemente se salió de Isabel, la agarró de manera acrobática y la depositó a un metro de mi, también boca arriba sobre la arena, para al instante volver a penetrarla y follarla de manera más cómoda...... me había quedado sola... estaba sobre la arena mi sexo húmedo y abierto... llorando por la pérdida, mientras Isabel estaba siendo bien follada aunque su cabeza miraba hacía mi, diciéndome con la mirada que había encontrado su Paraíso en el tierra.

Entonces, al levantar la mirada le vi a él.... era mi acosador... al que había puesto tanto en su sitio que violentamente había aprendido que no hay que meterse donde no te llaman... estaba a una metro de nosotros tres... haciéndose una buena paja....

  • Ala venga que te dejo dar un viaje - se lo dije como al niño que permites montar en una barraca y puso la misma cara de ilusión como al descubrir un regalo esperado en un cumpleaños.. enseguida se acomodó entre mis piernas... yo misma guié el movimiento agarrando su polla y dirigiendo su punta dentro de mi... estaba tan húmeda que podría meter ahí un tranvía.... pero el de sorpresa me la clavó dentro haciéndome gritar....
  • ¿Que, tenía o no tenía razón?.... - estaba quieto dentro de mi, empujando su pene hasta el fondo, curvándolo e hinchándolo de la presión - No te dije que esta noche os íbamos a follar a las dos.

Entonces le di un sopado, no fuerte pero si suficiente para que se dejara de brabuconadas y empezara a follar... y funcionó como un pistoletazo de salida...lo hacía muy bien, se notaba que tenía calle y mujeres sobre sus espaldas... no tenía la polla de su amigo, pero sabía como moverse, cuando apretar, cuando relajar y donde tocar y tenía un ritmo de atleta, evidentemente lo que corresponde a su edad y no a la mía que casi la doblaba y como ya estaba muy caliente debido a lo que me había hecho Isabel, estaba claro que no iba a durar.... Allí estaba ella, seguía mirándome y observando como me follaban en vez de contemplar lo que le hacían a ella y yo lo mismo... porque era tan morboso ver como ser visto e incliné un poco mi cabeza y mi torso aproximándome a su cara y nos volvimos a besar y al hacerlo para ella fue la rendición, empezó a correrse convulsionando bajo su amante, sus gritos ahogados en mi boca, mi boca llena de la saliva que ella secretaba ahora en exceso como al chupar un limón, pero sin momento agrio, solo dulce... y al acabar se liberó del monstruo y como el que vuelve al hogar, de un empujón me quitó al chico de encima y se abalanzó sobre mi sexo como una posesa.... yo también lo quería, ella lo había intuido, quería correrme en su cara, sellar nuestro encuentro, darnos de alta como amantes y sujetándola por el pelo, supongo que haciéndola daño, frotándome sobre su cara y su lengua... allí... en esa playa... me hizo sentir mas mujer... más hembra de lo que jamás me había sentido..... Al acabar nos fundimos en un abrazo tierno y cálido....

  • ¿y nosotros que cabronas? - el macarra quería acabar
  • Vosotros podéis iros a tomar por el culo antes de que empiece a gritar y vengan los Geos - dijo Isabel con furia sin dejar atisbo de duda de que era nuestro momento
  • Que hijas de puta - y los dos se fueron, el macarra rechistando y el otro sin mediar palabra, como en toda la noche, para mi podía pasar por mudo.

Nos despertamos abrazadas unas horas después, frías, pegajosas, sucias y un poco aturdidas recuperamos como pudimos nuestras ropas, aunque del todo era imposible, porque parecía que nos había arrollado un tornado. MI cabeza estaba confusa, resacosa, mi boca seca y mi sexo igual.

Recorrimos los 15 minutos andando que nos separaba de la urbanización, despuntando casi al alba, las calles todavía desiertas y lo hicimos de la mano, pero sin cruzar palabra y en la puerta de nuestros apartamentos nos despedimos con un beso.

Me fui directa a la ducha, estaba pringada de flujos, arena y semen en una amalgama difícil de eliminar...

Al día siguiente me levanté temprano, con los niños y los llevé a la piscina aunque obviamente no estaba para baños. La cabeza me mataba y mi estómago era una lavadora, sin mencionar que tenia el sexo al rojo vivo de tanta batalla. Al cabo de una hora apareció Isabel con su niño y este se fue al instante al agua con los míos. Por la manera en la que caminaba estaba claro que estaba como yo.

-¿Qué tal has dormido? - me dijo

  • Bien... esto..... Isabel.... tenemos que habl...
  • Chist.... - dijo interrumpiéndome y colocando su dedo sobre mis labios y las dos nos sonreímos de manera cómplice, porque no hacía falta que se explicara para saber que tenía razón....

hay asuntos que no merece la pena remover.