Un chico con suerte. Cap 2. Te lo cuento mañana.

Después del polvo del servicio con Robert y Agu jamás pensé que la noche terminase así... Tíos! Cómo me iba yo a imaginar que después de 10 días sin echar un polvo la noche se desarrollase así... Y lo que aún me queda por contaros...

Hola a todos:

Gracias por vuestros comentarios. Aquí os dejo el 2º capítulo de la historia. Espero que os guste.

A los diez minutos de estar buscando al resto del grupo, andando entre las maricas del garito, una manaza me agarró del hombro y me hizo girar. Era Roland, el colombiano buenorro, estaba con Borja y Manga.

-¿Dónde estabais? –me preguntó-.

-Fuimos al servicio, pedimos una copa y no estabais –le contesté entre gritos en el oído- os hemos estado buscando! ¿Y Jose, Carlos e Isaac?

-La parejita se ha marchado wei, e Isaac está fuera hablando por teléfono –me dijo- ¿Por qué no sales y lo buscas? –puso una cara algo extraña y parecía que insinuaba algo- así os conocéis mejor!

-¿Por qué lo dices con ese retintín? –le pregunté-.

-¿tu qué crees?

-¿Lo crees tú?

-Lo cree él mismo- dijo por Isaac-.

Los dos nos partimos de risa debido al juego de palabras.

-No tardo, ¿vale?-le dije-.

-Cuanto más tardes mejor.

Nos volvimos a reír ambos, entonces me apretó el hombro con su mano y sonriendo me guiñó un ojo

-Al ataque! –me gritó-.

Joder tíos, que suerte estaba teniendo hasta el momento. Por la tarde, Carol me contó que era lesbiana, con lo que no iba a tener problemas por mi condición sexual con mi compañera de piso. Llego a Chueca y me encuentro con unos chicos geniales. La escena de los baños con Robert y Agu había sido genial. Y para colmo me cuenta Roland que le gusto a Isaac, que fue el chico que más me gustó de todos. La noche era redonda, y aunque me sentía un poco guarra…mi cuerpo lo había disfrutado. (Aunque si queréis mas detalles os tenéis que leer el Capitulo 1)

Salí del local  busqué con la mirada a Isaac. Me encendí un cigarrillo y me dirigí hacia él. Lo encontré hablando por teléfono sentado en el borde de un portal, semiescondido, sin percatarse de mi llegada.

-Ya te he dicho que ya no quiero hablar más-decía con una mueca de fastidio- Si… Claro. Si. Si. No, no se me olvida…-seguía diciendo- venga…hasta mañana. Adiós.

Su expresión mostraba gesto de resignación, fastidio e incluso cansancio.

-¿Todo bien, niño?-le pregunté-.

Saliendo de su trance giró la cabeza y me vio. Se sorprendió mucho y puso cara de circunstancias.

-Hola –me saludó-.

-Tranquilo, no llevo aquí mucho tiempo.

-No Manu, si no es por que hayas escuchado la conversación, sino… Que me sorprendí al verte –me dijo-.

-¿Por qué?

-No te esperaba a ti –dejo algo seco-.

Durante unos instantes nos miramos sin decir nada.

-No me has contestado –dije para romper ese momento-.

-Pues no… no va todo bien.

-¿Quieres hablarlo conmigo? –le pregunté-.

-¿La verdad, Manu? No –me dejó a cuadros el tío…- porque se trata de mi ex. Hace mes y medio que le dejé y no me deja en paz. Así que no quiero hablar de ello.

-Vale - verdad es que me descuadró-.

-Preferiría hablar contigo de otro tema –me dijo cambiando la expresión de su cara, a veces soy un poco “melón” y pienso cosas que no son-.

-Ah…¿si?-dije, sentándome a su lado y tendiéndole un cigarro-.

-Si… ¿Por qué te has venido a vivir a Madrid? –me preguntó-.

-Bueno…es una larga historia tío…-le contesté-.

-Pues…cuéntamela-dijo encendiéndose su cigarro-.

-Mejor te la cuento mañana, si aceptas que te invite a cenar-le propuse-.

-Ja ja, vale-aceptó-.

-Podemos hablar de otro tema ahora, ¿no? –le dije-.

-Claro! ¿Qué hora es?-preguntó, cogiendo mi mano y mirando mi reloj de pulsera-.

Jo…qué suave tenía las manos.

-Las 4! Que tarde es ya…

-Si. Aunque no trabajo hasta las 4 del mediodía.

-¿En qué trabajas?...

Seguimos hablando hasta casi las 5 y media de la mañana, codo con codo y con las cabezas muy juntas. odía oler todo el tiempo su colonia. Incluso un par de veces, con el tonteo, nuestras manos se habían acariciado. Cada vez que nos mirábamos a los ojos terminábamos mirándonos los labios con una clara mueca de deseo, y cuando no era uno el que rompía ese momento, era el otro, o sino cualquier ruido bastaba para romper ese momento y así alargar la magia del primer beso.

Algo pasadas las 5 y media de la mañana, los demás chicos salieron de la discoteca. Todos, excepto Agu. Se acercaron a nosotros y nos preguntaron si nos marchábamos ya a casa o no.

-¿Y Agu?-preguntó Isaac-.

-Follando con uno en los baños seguro-contestó Borja con cara de asco- Siempre…la muy cerda.

Todos nos reímos, mientras Robert me dirigía una mirada cómplice. Yo, se la devolví. Después de hablar cómo nos marcharíamos, acordamos que Robert se quedaba para esperar a Agu y marcharse juntos. Borja vivía en Atocha, con lo que se marcharía caminando, oyendo música en su IPED. Isaac vivía en Móstoles, con lo que se iría a Príncipe Pío y cogería el bus. Y Roland, que era el único con coche, nos acercaría a Manga y a mi a casa porque le cogía de camino.

Nos despedimos.

Cuando llegamos al coche de Roland nos metimos en su interior, pusimos música a todo volumen y así nos marchamos de Chueca aquella noche. Fue una noche mágica.

Por supuesto, todos los chicos me dieron sus teléfonos y yo a ellos también. Habían propuesto quedar el sábado de nuevo para salir de fiesta, y me invitaron a salir con ellos como uno más del grupo.

Hablábamos en el coche sobre la suerte que había tenido yo al llegar a Madrid, debido al trabaja que me había salido, Carol y su homosexualidad…cuando llegamos a Ventas y allí se bajó Manga. Propusimos quedar para el domingo por la tarde y estar en el Retiro, donde se llevaría una mochila con comics de Hule, Lobezno, etc. Tan friki como yo! J aja. Me encantaba Manga.

Me pasé al asiento del copiloto junto a Roland y pusimos rumbo a San Blas, mi barrio. El vivía en Fuencarral, con lo que sería el último en llegar a su casa. Al menos, él libraba al día siguiente y podría dormir cuanto quisiera.

Le indiqué a través de las calles lo mejor que pude, pero terminamos perdiéndonos en un laberinto de calles, ya que ni él ni yo, conocíamos ese entorno. Así que, como eran las 6 d la mañana, decidimos tomar café con churros en algún bar para hacer tiempo y que abriese el metro, ya que sí que conocía el camino a pie desde la estación más cercana a mi casa. Aparcamos el coche y comenzamos a andar hasta una parada de metro, cuando al girar en una calle, me topé de bruces con el edificio dónde yo vivía por casualidad.

Nos partimos de risa.

-Ja ja, que fuerte tío –le dije-.

-Ja ja, ya ves… Si lo intentamos hacer queriendo wei, no lo hacemos mejor-me dijo-.

-Niño, ya que estamos aquí…¿compramos los churros y subimos a mi casa a tomar café y desayunamos?

-Vale!

Surgió así, chicos

Compramos los churros y subimos a mi casa, dónde Boris, el perrito de Carol nos montó una fiesta al entrar saltando y brincando sobre nosotros. Más por el olor a churros que por nosotros, así que le di medio churro y se fue corriendo a la cocina a zampárselo. Carol aún tenía por delante un par de horas más de sueño, así que le pedí a Roland que hiciésemos ruido. Cerré la puerta del pasillo y nos dirigimos a la cocina donde preparé el café. Luego nos fuimos al salón, cerré la puerta y comenzamos a desayunar.

Os conozco…Seguro que ya estáis pensando cosas que no son. No invité a Roland con objeto de follamerlo. Ya os he dicho que lo veía imposible, porque aunque yo sea un tío aparente a primera vista, Roland estaba muy bueno y lo veía imposible. Roland tenía rasgos latinos como buen colombiano, con un cuerpo impresionante. Olía perfectamente, y encima el tío hablaba de todo de una manera correcta. Además, pienso que él estaba tan cómodo porque no se veía intimidado por mi en absoluto. Al contrario tíos… De hecho, nos habíamos hablado toda la noche con confianza, como si nos conociéramos de antes. Incluso me animó a ligarme a su amigo Isaac diciéndome que le gustaba. Así que, chavales… no penséis Mald mi. Coño! Después de desayunar nos encendimos un cigarro cada uno.

-¿Te lo has pasado bien wei?-me preguntó-.

-Joder tío... Imagina mi suerte-comencé a decirle- Salí anoche con la intención de tomar algo por Chueca y foll… -le miré, ¿por qué no ser claro con él?-… follarme a algún tío… y os he conocido a vosotros…me lo he pasado genial Roland.

No se sorprendió, sino todo lo contrario.

-Normal –comenzó a decirme- Me imagino que no habías follado desde que llegaste a Madrid, ¿no?

-Exacto…Creo que no hacía nada malo –le dije-.

-No wei…al contrario. Y si, aparte de follar –me miró con cara de pícaro- has conocido a gente, has matado dos pájaros de un tiro, ¿no?

¿Hola? Esto… ¿sabía lo de los baños con Robert y Agu? Se lo habrían contado… no, ¿tíos? Qué fuerte! ¿Se habían ido de la lengua con Roland solamente? ¿O alguno de esos dos cabrones (Agu o Robert) se lo había contado a todos? Joder… Joder!

Me quedé unos instantes pensativo…

-¿Qué te pasa?-me preguntó Roland-.

-No, nada! ¿Sabes algo que no sé que tu sabes? –le pregunté-.

-Sé lo que tu crees que no sé-me contestó-.

-Joder tío –le dije riéndome- Llevamos toda la noche hablando como trabalenguas! J aja.

-Si! J aja, pero no te preocupes, me lo ha dicho Agu, y ya le he dicho que no se lo diga a nadie más.

Que guapo era Roland chicos! Y que sonrisa tan bonita. En ese momento si que tuve ganas de besarle, sin saber por qué. Había estado toda la noche sin pensar en follar con él. Pero… que guapo era, Dios! Y que cuerpo tan perfecto. El también me estaba mirando, y creí ver que dejaba de mirarme a los ojos para posar su vista sobre mi pecho, mis brazos y luego en mi entrepierna…pero no podía ser….no.

-Bueno wei… me voy a ir marchando, ¿no? –me dijo-.

-Vale, te acompaño al coche.

Nos levantamos, me pidió ir al baño y le indiqué dónde estaba. Oí como meaba, cómo abría el grifo del agua, y tardando un poco salió. Nos dirigimos a la puerta de salida abriendo las puertas del salón y del pasillo. Salimos al rellano y pulsamos el botón del ascensor.

-No hace falta que me acompañes wei-me dijo- sé donde está el coche.

-Que si, joder. No está lejos.

Cuando el ascensor llegó a nuestra planta, entramos y pulsé el botón para bajar. Nos empezamos los dos a mirar en el espejo que teníamos en una de las paredes y me di cuenta que Roland me miraba a través del espejo.

-¿Qué miras? Acaso no ves que te veo… –le pregunté-.

-Tu crees que te veo…pero no te estoy viendo, sino mirándote –me respondió-.

-¿No es lo mismo ver que mirar?

-Mirar es diferente wei, porque veo más cosas que al verte.

-Ja j aja. ¿Tu y yo no vamos a tener una conversación normal nunca o qué?-le pregunté mientras simulaba darle un puñetazo en su bíceps (que menudo bíceps tenía el cabrón)-.

-Eh! Wei…-dijo poniéndome cara de enfado en plan broma-.

-Toma! –Entonces fue él quien me pellizcó en broma en el pecho, al lado del pezón-.

Mientras, habíamos llegado al bajo, y la puerta del ascensor se abrió.

-Ah! Cabrón! –y le di algo más fuerte, pero sin llegar a hacerle daño, un puñetazo en el abdomen-.

-Ah! –Se quejó, poniendo cara de dolor-.

-Anda ya… -le dije- ¿Qué te va a doler? Si tienes ahí una buena tableta de chocolate…Mira!-le subí un poco la camiseta para que se mirase sus propios abdominales…Madre mía! Menuda tableta, y qué oblicuos!- ¿Ves?

Con el dedo índice de mi mano comencé a acariciarle las hendiduras de su tableta, como indicándole el camino a alguien que se ha perdido… El ascensor estaba parado, con la puerta abierta y nosotros en su interior, aún sin salir.

-Ya wei…-su tono de voz se volvió meloso- Pero… Aunque estén duros acabo de desayunar y si me das… -entonces me cogió por sorpresa e hizo un amago de golpearme en el abdomen, sin llegar a darme. Yo, del susto, me sobrecogí-.

-Mamón!-le insulté riendo-.

-Aaaah! Se siente wei. Aunque tú… -se acercó a mi y empezó a desabrochar los botones de mi camisa para dejarme el pecho y el estómago a la vista- tampoco tienes el abdomen blando, ¿no? –me dijo acariciándome mi abdomen con la mano y mirándome a los ojos. Subió la mano por el pecho y me pellizcó el pezón-.

-No me hagas eso en el pezón Roland…que los tengo muy sensible –le susurré con cara de gusto y cerrando los ojos-.

Me besó, no me lo creía, pero me besó. Besaba con un cariño asombroso, muy húmedo, sin dejar de pellizcarme el pezón. Presionó de nuevo el botón del ascensor para subir y las puertas se cerraron. Mis manos se posaron en sus caderas y comencé a sobarle los glúteos. Sin dejar de besarme, él también comenzó a masajearme el culo y me empujó contra la pared del espejo. olté un pequeño gemido de placer y comencé a comerle a meterle mi lengua en la oreja.

-Mmm –gimió-.

Llegamos arriba y las puertas del ascensor se abrieron. Salimos en dirección a la puerta de mi casa. Abrí y le hice entrar. Boris volvió a recibirnos, saltando, pero lo eché.

Conduje a Roland a mi habitación, cerré la puerta y me dirigí a él, más bien a su boca, a comérsela.

Mi habitación era amplia, y aunque los muebles eran un poco anticuados para mi gusto la cama era nueva y media 1,05 cms de ancho. Abrí el cristal de la ventana y le pedí a Roland que se tumbase en la cama.

Imaginadme tíos! Estaba alucinando por tener a un tío así en mi cama, y aunque anteriormente había follado con tíos así de buenos, siempre era un placer contar con ello.

Roland se quitó los zapatos y los calcetines. Yo hice lo mismo y me tumbé sobre él con las piernas abiertas. Mi culo a la altura de su polla. Me incliné y empezamos a besarnos. El me quitó la camisa, que seguía con los botones quitados desde el ascensor.

-Tienes un torso muy morboso Manu –me dijo-.

-Gracias –le agradecí el cumplido- pero quiero ver el tuyo –y le quité la camiseta-.

Impresionante! Estaba increíble el tío. Había surgido todo aquello sin esperármelo. Sé que os he explicado que no era mi intención follarme a Roland en un principio, pero estaba claro que iba a aprovecharme bien de ese polvo, a base de bien!

Comencé por su cuello, que parecía el de un toro. Aún sabía su piel a colonia, y mientras le besaba y lamía, mis manos acariciaban su torso. Sus pectorales, sus abdominales, sus pezones… El jadeaba a cada lenguetazo, siempre con sus manos en mi culo. Supuse que era activo, ya que sus movimientos pélvicos demostraban tener ganas de estar con su polla dentro de mi. (Aún notaba mi interior arder por la follada que me dio Robert en los baños de la discoteca, así que deseé que no tuviese la polla muy grande) no esperé mucho tiempo, quería vérsela, y mentalizarme para el dolor que iba a sentir con su polla en mi interior. Desplacé mi cuerpo más hacia abajo. Mis manos desabrocharon los botnos de su pantalón. El gemía de placer mientras colocaba sus manos en mi cabeza. Me incorporé un poco y le saqué los jeans con su ayuda, los dejé caer al suelo. levaba un culots muy ajustados de color blanco con la goma en negra. Súper morbosos. Le asomaba una buena polla por encima de la goma, del tamaño de la mía. Mierda! Pensé…Me encantaban las pollas así…pero me iba a reventar… Dios! No sabía si podría con ello. Comencé a lamerle los muslos, mientras le acariciaba la polla por encima del culots- Madre mía! Que hombre tenía en mi cama! Fui subiendo a través de sus ingles hasta la polla, y empecé a lamerle con la punta de la lengua el grande, totalmente lleno de precum. Mmmm, sabía bien, no salado. Tenía sus manos sobre mi cabeza y me pidió que me la metiera en la boca. Rogándomelo casi. Le bajé el culots y ví por primera vez sus testículos. Grandes…sin nada de vello. Totalmente depilados, como a mi me gustan. Con la lengua jugué con ellos, introduciéndolos en mi boca con delicadeza, succionándolos lentamente, mientras le pajeaba muy suavemente.

-Cómemela wei…-rogó---por favor…ah!

Le hice desesperar, ansiar mi boca sobre su polla para darle un mayor placer cuando subiese a lo largo de ella con la lengua. Me negaba a ser follado por aquella polla después de la follaba que me metió Robert, así que me lo jugué todo a una carta. Sin haberme metido toda su polla aún en la boca, le subí las piernas sin apartar mi lengua de sus ingles, y me fui hacia aquel agujero totalmente depilado. Le pasé la lengua muy lentamente por la unión de sus glúteos.

-Aaah! –jadeó de placer-

Comencé como una bestia a hundir mi lengua todo lo que podía en su agujero. También abría la boca lo máximo que podía para abarcar aún más y succionarle todo el esfínter…

-Ah….cabrón! – susurraba-.

Tenía muchas ganas de tragarme aquella polla. Llevaba muchos días sin ninguna en mi garganta. Le pejaeba muy suavemente con una mano, mientras le hacía la mejor comida de culo de su vida. Sabía algo a sudor… pero ese aroma me hacía enloquecer y con más ganas aún se lo comía. Noté como poco a poco iba abriéndose a mi lengua,  así que no dudé, me lamí dos dedos y los introduje en aquel espléndido culo sin ninguna delicadeza, hasta el fondo.

-Ah…-no fue de placer aquel quejido-.

-¿Los saco?-le pregunté mientras le miraba directamente a los ojos-.

-No… -me contestó tras unos instantes de duda-.

Lo follé con los dos dedos que tenía dentro agresivamente. Quería que los notara. Que los sintiese bien. Dejé de pajearle para dedicarme solo a hacerle se dedo. Me detuve en seco. Tenía que demostrarle quién mandaba en ese momento. Me levanté y me desnudé, y le pus mi polla en la boca. Dominado por el placer, Roland no dudó y abrió la boca con ansias, se metió toda mi polla de un tirón, haciendo que yo tocase el cielo. Con su lengua presionaba el glande y comprobé que la tenía empapada del calentón que tenía. Menudo polvo estaba echando con ese hombre! Y aún quedaba lo mejor, quería hacerlo mío, pero antes debía hacer algo que no podía dejar de hacerle… mamársela. Me recliné sobre la cama, inversamente a él y le cogí la polla con la mano. Me la trague con desesperación. Con la otra mano cogí su cabeza y empecé a follarme su boca. Qué placer! Solté mi mano de su polla y empecé a tragármela entera, mientras que con la mano que se me quedó libre volví a desearlo. A veces, Roland daba arcadas, pero parecía que no le importaban, de echo yo le obligaba con mis embestidas a tragársela en el acto, y el tragaba aún más si cabe, abriendo más su garganta.

-Fóllame….follame Manu…-suplicaba-.

Yo seguía haciéndole el dedo y tragándome toda su polla. Le metí, con algo de esfuerzo, un tercer dedo bruscamente para que lo notase bien.

-Aaaah….Manu, ah! Follame –me pedía una y otra vez- Por favor, wei…

Pocas veces me habían pedido de esa manera que le metiese la polla tíos… Nadie en realidad. Estaba al maximo, incluso movía él su cadera al ritmo de mis tres dedos.

-Por favor… -siguió suplicándome-.

-Voy… -le dije-.

Saqué mis dedos de su interior. Me incorporé y le pedí que se pusiera boca abajo. Entonces le abrí bien las nalgas y escupí saliva en su esfínter. Entonces acerqué mi polla y se la clavé entera. De un solo movimiento entró entera. Caliente, muy húmedo, y con el esfínter apretando la base de mi polla.

-Ah… -gemía- que gusto wei.

Comencé a embestirlo una y otra vez, sacándola entera del culo y hundiéndola nuevamente en su interior, dejando caer mi cuerpo por completo sobre el suyo en cada embestida. Me lo follé así un buen rato, y gracias a que tengo bastante aguante logré no correrme, hasta que me dijo que parase.

-Sino me correré wei, me dijo, aunque yo no paré, al contrario, aceleré- para…ah!... Manu para! Ah…que me corro tío…

Unos segundos después, las palmas de las manos de Roland se cerraron sobre las sábanas. Noté como su esfínter me apretaba la base de la polla más de lo normal y se corrió.

-Ah… joder…Manu….ah! –gemía ya sin importar el volumen de su voz… me daba igual que Carol nos oyese-.

Unos segundos después se la saqué y me corrí bestialmente pajeandomela y manchándole todo el culo con mi lefa…Luego, con mis dedos, se la refregué por el ano, notándolo completamente abierto y muy húmedo, lubricado.

-¿Qué tal con Isaac? –me preguntó de repente-.

-Bien, ¿por qué?-estaba súper intrigado-.

-Porque es amigo mío wei y no quiero que le hagan daño-me saltó, mientras se giraba y se tumbaba mirándome a los ojos-.

-¿e follo como te he follado y ahora me saltas con Isaac? –le pregunté algo cabreado-.

-No Manu, no te lo tomes a mal. Me ha encantado follar contigo, de hecho, hacía dos años que no me dejaba follar por nadie, y tu me lo has hecho de puta madre. He disfrutado.

-Pero, ¿Qué tiene que ver Isaac con esto tío? –le volví a preguntar-.

-Pues, que Isaac acaba de dejarlo con un tío con el que ha estado 4 años, es amigo mío y no quiero que se encapriche de alguien que me ha follado y en la misma noche también se ha liado con otros dos amigos suyos. ¿Me entiendes?

-Si, pero yo no tengo nada con él y puedo hacer con mi cuerpo lo que yo quiera, ¿no?-me estaba enfadando-.

-Manu, me estas entendiendo mal wei…

-Ni wei ni nada tío….explícamelo…-le pedí-.

-Haber… a mi siempre me ha gustado Isaac, ¿vale?-comenzó- pero con el tiempo hemos llegado a ser amigos porque él tenía pareja. Ahora apareces tú, y me caes de puta madre. Entiendo que seas nuevo en Madrid, y que ahora puedas vivir o experimentar cosas que no habías hecho con antelación… Pero wei… si pretendes acostarte con él igual que te has acostado conmigo, y me refiero a que me puedes decir “fácil”…Isaac no lo es en absoluto. ¿Lo entiendes? Con él no vas a follar y punto como conmigo, o como con Robert o Agu…somos diferentes, el sexo no nos importa. Es solo sexo y yasta. Mientras que para Isaac…el sexo…digamos que se hace en pareja… solamente…

-¿Te gusta aún Isaac? –le pregunté-.

-No wei…no es amor, es cariño ya. Pero amistad, por eso no quiero que le hagan daño. Me caes genial Manu, pero no sé si me gustas para Isaac… -yo alucinaba-.

-Joder Roland, he puteado un poco. Pero es que lo necesitaba.

-¿Un poco? Manu… Robert te ha follado, Agu te ha hecho una mamada. Y ahora me has follando a mi….muy bien por cierto. Y todo en una sola noche wei!

-Pero, ¿tu también lo has disfrutado o no? –le pregunté-.

-Si, claro. Pero no sé si Isaac va a querer un chico así…

-Bueno, deja de actuar de hermano mayor de Isaac que él ya es mayorcito –le aclaré- ¿se lo vas a contar?

-Ya me siento muy mal por haberme acostado contigo wei. No, no se lo diré.

-Ok, yo tampoco se lo contaré. No soy como Robert o Agu.

-Cuidado con ellos dos wei, no son bueno chicos.

-Ok.

…………………………………………………………………………………

-Bueno wei, me voy a ir marchando-me dijo-.

-Si tío, que tengo que dormir algo y son casi las 9.

Nos volvimos a besar, aunque esta vez fue un beso de complicidad más que de otra cosa. Luego nos vestimos y lo acompañé a la puerta de casa.

-Un placer wei!

-Igualmente –le contesté-.

-Saldrás de fiesta mañana? –me preguntó-.

-Creo que si. ¿Y tú?

-En principio si, así que nos veremos.

-Vale.

Nos fuimos a dar dos besos y acabamos dándonos un pico.

-Hasta mañana.

-Hasta mañana…chao!

Cerré la puerta de casa cuando salió. Me dirigí al baño y me di una ducha rápida. Al salir me topé de bruces con Carol. Tenía la cara aún de dormida y los pelos todos alborotados de dormir…incluso le asomaba una pequeña legaña.

-Holaaaaaa. –me saludó aún medio dormida-.

-Hola. Buenos días-le contesté-.

-Buenos son para ti, ¿no, golfo?

-Ja ja. Mejor te lo cuento mañana…que me voy a dormir…

-Si, si! Mejor mañana….gigoló! J aja ja…

Me metí en mi habitación tíos…  hice memoria. Había estado mis primeros 10 días en Madrid sin sexo…

Salgo de fiesta por chueca y en una misma noche hago un trío en un servicio público y termino follándome en mi casa al amigo del tío que me gusta… Qué puta me sentía… Pero tíos…solo os puedo decir lo que me rondaba por la mente antes de abandonarme al sueño…

Me sentía un chico con suerte.

Hasta aquí el capítulo 2. Gracias por vuestros comentarios. Os haré caso a todos!

Lo prometo.

Informaros que la historia no acaba aquí, hay muuuucho que contar...pero mejor os lo cuento mañana. Ja ja.

Un abrazo a todos, y gracias por vuestro apoyo.