Un chico con mucho que contar XXXIV
Una reconciliación y una mañana de sexo... muy buen sexo
Él se acercó a mí dando la vuelta a la barra de la cocina, ya que estaba él de un lado y yo del otro, se paró frente a mí, tomó con su mano mi cara, dejando mi boca entre su dedo pulgar y el índice, presionando mis mejillas.
-no vas a ir a Colombia dije- dijo silencio, firme y mirándome fijo, jamás lo había visto así, de verdad que no sabía que le pasaba.
-¿qué te pasa?- le pregunté quitando su mano de mi cara –no sé qué mierda te pasa Mateo pero a mí no me vas a tratar así, es la primera y espero sea la última vez que lo haces, sea lo que sea que te haya enojado no creo que es justo que desquites conmigo, porque la verdad no creo que porque yo quiera viajar te pongas así, la próxima vez que intentes hacerme algo así, mira no es mi intención ser dramático pero porque me caga eso pero la próxima vez se acaba todo, ya aguante malos tratos a Ángel y la verdad es algo que no quiero volver a vivir, si no estás a gusto conmigo dilo, no tienes que tratarme mal para que yo me dé cuenta.
-Santiago perdón, te juro que no sé qué pasó… yo no quise tratarte así y por supuesto que puedes viajar a Colombia, y hacer lo que tú quieras perdóname, sé que tú no tienes la culpa de que me pase o de… de mis cosas malas, perdóname por reaccionar así contigo.
-no sé si lo dices de verdad o por lo que te dije, pero bueno, te disculpo para no hacer esto más grande, pero ya te dije no vuelvas a hacer eso, ¡nunca!- le dije empezando a caminar hacia la puerta de la cocina
-Santi, ¿aún iremos a la fiesta?- preguntó Mateo antes de que saliéramos
-pues no sé si “iremos” yo al menos sí, no por el por el disgusto de ahorita voy a cancelar el plan que ya tenía- contesté sin voltear a verlo y saliendo
Fui hasta nuestra habitación y saqué el disfraz, me metí a bañar y cuando salí estaba Mateo sentado en la cama.
-quiero acompañarte, claro, si tú quieres- me dijo cabizbajo
-pues tú, si quieres ir vamos, ya tienes el disfraz, úsalo- contesté un tanto apático
Ya no contestó nada, entró al closet, sacó una bata y se metió a bañar, cuando salió yo ya me había cambiado, mi disfraz era de soldado romano, él comenzó a ponerse el suyo de capitán y cuando se terminó de vestir se veía de lo más guapo pero no le dije nada, mi coraje pudo más.
Cuando llegamos a la fiesta pues llegamos como si nada hubiera pasado, hablando bien, sonriendo, más que nada yo lo hacía para evitar preguntas de mis amigos.
Los disfraces que ahí había estaban geniales me encantaron la mayoría, hubo mucho ingenio y pues no es por ser creído pero los nuestros igual no estaban nada mal :P
Hubo karaoke, juegos con bebidas y pues mucha música, me la pasé muy bien, la verdad hasta el momento desagradable anterior a la fiesta se me había olvidado por un momento.
Cuando nos fuimos de la fiesta eran más de las 2am ya la mayoría se había empezado a ir, como Mateo había tomado más que yo me tocó manejar hasta la casa, llegamos e incluso me costó que ayudarlo un par de veces que perdió el equilibrio, ciertamente si se puso mal.
Llegamos al cuarto y comencé a quitarme el disfraz, el solo aflojó su corbata y se dejó caer sobre la cama, espero un momento y ya no despertó, le quité los zapatos, saqué una cobija del closet y me acosté en el sillón, casi enseguida me quedé dormido.
Cuando me desperté eran las 7am volteé hacía la cama y Mateo aún seguía dormido, me levanté, bajé a la cocina, preparé desayunar, cuando terminé subí de nuevo y estaba ya bañándose, empecé a recoger la ropa que había dejado tirada y salió.
-en la cocina deje huevo, futa y café para que desayunes- le dije serio y sin voltear a verlo
-gracias, me visto y bajo- contestó él algo apenado.
Yo ya no contesté, me quite el pijama para meterme a bañar, tome mi bata y Mateo habló de nuevo.
-Santiago, ¿no piensas hablarme?- preguntó girándose hacia mí –de verdad discúlpame, no quise ser tan grosero, ayer estaba mal y pues tienes razón no debí desquitarme contigo y como te dije ayer, por supuesto que puedes ir para allá, no te lo voy a prohibir- dijo detrás de mi
Yo ya le estaba dando la espalda y no respondí ni una sola palabra, iba hacia el baño cuando me abrazó por detrás, yo trate de zafarme pero me apretó muy fuerte y no lo logré así que dejé de intentarlo
-déjame Mateo, me voy a bañar- le dije en tono de molestia
-no, no lo haré hasta que me perdones, por favor, por favor Santiago- dijo aun abrazándome
-Suéltame y hablamos- le dije yo muy calmado, me soltó, me giré hacia él y seguí hablando –te dije ayer que te perdonaba así que pues ya no te preocupes por pedir perdón de nuevo- le dije aun calmado y mirándolo a los ojos
-pero no me quieres hablar, aun estas molesto- contestó él
-pues obvio, no porque te haya perdonado quiere decir que de un día para otro voy a estar muy feliz, aun no puedo evitar sentirme mal por lo que me dijiste, pero bueno, se reconoce que aceptaste que estuviste mal en decirme lo que me dijiste.
-¿me amas?- me preguntó algo cabizbajo
-jajaja ¿a qué se debe la pregunta? Obvio me encabroné un chingo por lo que pasó ayer pero no por eso te he dejado de amar, tú eres lo más importante de mi vida, sé que cometemos errores pero para que yo te deje de amar tendrían que pasar muchas cosas, así nivel extremo, escucha Mateo, te amo y creo que así será por muchos, muchísimos años más- contesté yo
Él se acercó más a mí, me sonrió y tomando mi cara con sus dos manos me besó, fue un beso muy tierno, suave, rico :3
Yo acepté el beso, duramos en él varios segundos, bajó un poco sus manos y desató el nudo de mi bata la cual quitó con lentitud, yo pasaba mis manos por su pecho mientras seguíamos besándonos. Tomó con sus manos mi cintura mientras ahora los besos iban hacia mi cuello, yo fui deslizando mis manos desde su pecho por todo su abdomen, llegué al borde de sus bóxer los cuales baje sin dudarlo, salió como disparado su pene completamente erecto, igual que lo estaba ya el mío, el me miró y me dedicó una sonrisa de lo más sexy.
Comencé a besar su pecho mientras con mi mano acariciaba su pene y sus huevos, baje lamiendo a lo largo de su línea alba hasta llegar a su pubis, el bajo su mirada y yo comencé a besar delicadamente sus huevos cubiertos de fino bello, después me separé un poco y nos quedamos viendo, el respiraba profunda y rápidamente yo lentamente sin bajar la mirada de su cara fui acercándome a su glande el cual rodeé con la lengua comencé a dar besos suaves por todo el tronco, después pasé mi lengua a su pubis y lamiendo subí por un costado hasta la mitad de su abdomen, mis manos subieron nuevamente para acariciar su pecho, él se agachó para alcanzar mis labios y besarnos nuevamente, después de algunos segundos me levante para quedar nuevamente los dos de pie, seguimos besándonos, después besó nuevamente mi cuello y de ahí pasó a mis hombros.
Comenzamos a caminar hacia la cama, él detrás de mí, cuando llegamos a ella, me recosté y él lo hizo sobre mí, subí una pierna a la cama y la otra bajaba hacía el piso, Mateo comenzó a besar la que había subido después paso a mi abdomen el cual igual besó y lamió mientras yo jugaba con su pelo pasando mis dedos entre él.
Bajó enseguida hasta mi pene el cual comenzó a besar en el glande, yo gemí levemente y entrecerré los ojos a la vez que estiraba mis manos para acariciar su espalda y sus hombros, después me dejé ir hacia atrás recargándome sobre mis codos y aun con los ojos cerrados.
Luego de unos segundos comenzó a introducir mi pene en su boca yo tome du mano y subiéndola hacia mi cara comencé a besarla y a lamer sus dedos, después de un momento dejó mi pene y se recostó sobre la cama, yo me incorpore y directamente fui hacia su cuello el cual besé desesperadamente lo mismo que su pecho y pezones, él solo cerraba los ojos y mostraba leves sonrisas placenteras, baje lentamente por su abdomen y finalmente puse mi cara cerca de su pene el cual metí de inmediato a mi boca.
Estuve mamándolo un buen rato, después solo lo lamía desde el glande hasta la base, Mateo no cabía de la emoción, solo cerraba los ojos mientras tenía sus manos detrás de su cabeza.
Mientras lamía su glande una de mis manos alternaba caricias por sus torneados muslos y por su abdomen, Mateo ponía sus manos sobre mi cabeza y en momentos echaba su cabeza lo más atrás que podía, cerrando los ojos y gimiendo sin disimulo, eso me excitaba sobremanera, me encanta ver cuando cierra los ojos y hace su cabeza hacia atrás, me excita verlo excitado.
Tras un tiempo se levantó y me tumbó a mí sobre la cama, se paró en el piso, me tomo de las piernas y me jaló hacia la orilla de la cama, flexionó un poco sus rodillas y pasó a sus costados mis piernas, mojó sus dedos con su saliva y comenzó a introducirlos uno a uno hasta tener 3 dentro de mí, después tomó su pene, me sonrió y yo le correspondí y comenzó a introducirlo.
Cuando estuvo totalmente dentro comenzó con las clásicas embestidas, primero lentas y después con más fuerza, varios minutos estuvimos así mientras yo me masturbaba ayudándome él algunas veces.
Sacó su pene de mí y se sentó al lado, yo me senté sobre él de frente.
-me encanta que cada vez te siento más desinhibido cundo cogemos, me calientas tremendamente- dijo Mateo besándome, metiendo su lengua lo más adentro que podía en mi boca.
Yo, estando ya sobre é, pasé una mano hacia atrás, tomé su pene y lo dirigí a mi ano, cuando estuvo en la entrada comencé a dejar caer mi peso sobre él para que entrara, yo abrazaba ya a Mateo por el cuello mientras lo besaba desenfrenadamente, el comenzó a hacer movimientos como para levantarse y enseguida se sentaba de nuevo, de esa forma comenzó de nuevo el mete saca hasta que después de algunos minutos me abrazó fuerte de la espalda y me pidió que me aferrara fuerte a él, yo apreté su cuello y el costado de su abdomen con mis piernas, entonces se levantó conmigo alzado sin sacar su pene de mí y así de pie él comenzó a penetrarme de nuevo, como lo habíamos hecho ya antes, debo decir que me fascina esa postura, siento que a pesar de ser cansado Mateo disfruta más, aparte de que a mí excita sobremanera que lo hagamos así porque Mateo se me hace como muy fuerte y eso, debo confesarlo, me calienta.
Luego de un rato caminó unos pasos de regreso a la cama, me recostó con cuidado sobre la cama para no sacar su pene, el quedó nuevamente sobre mí siguió penetrándome.
-Santiago, quiero…-empezó a hablar en medio de sus gemidos y respiraciones profundas –quiero que… hoy… hagamos… lo… lo que te pedí- terminó de decir con mucho esfuerzo para enseguida besarme mientras retomaba el ritmo rápido de las embestidas
Lo que él me había comentado una vez era que quería eyacular sobre mi cara, yo la verdad no quería y solo le daba largas al asunto.
Cuando dejó de besarme respondí a lo que me había dicho.
-sí… está bien Mateo… hagámoslo hoy- le dije igual en medio de respiraciones profundas, resultado del placer que y la excitación, Mateo no dijo nada, solo me besó de nuevo hasta que terminó de penetrarme, sacó su pene de mí y se quedó de rodillas sobre la cama.
-¿listo?- me preguntó mirándome, yo solo respondí inclinando la cabeza.
Me coloque de forma que mi cara quedara frente a su pene, él enseguida comenzó a masturbarse mientras yo hacía lo propio, yo casi enseguida eyaculé sobre las sabanas salpicando sus piernas, él se seguía masturbando ya desenfrenadamente hasta que casi se detuvo y enseguida salió su semen estampándose contra una de mis mejillas y mi cuello, Mateo solo cerró los ojos y respiraba rápidamente, cuando se recuperó se agacho un poco y de nuevo nos besamos.
-Te amo Santiago, te amo como a nadie- dijo besándome enseguida
Después nos metimos a bañar, recogimos el cuarto y preparamos enseguida nuestras maletas para regresar él a Monterrey y yo a Pachuca.
Está por demás decir que el coraje quedó atrás, cuando nos despedimos lo hicimos como siempre, contentos uno con el otro.
Esa semana (del 3 al 7 de noviembre) fue mi última semana de clases pero hubo suspensión el jueves 6 y el viernes 7 por un paro disque en apoyo a 43 estudiantes desaparecidos en el Iguala, Guerrero, así que llegué a Querétaro con mis papás el jueves por alrededor del mediodía, salí con mi mamá a un centro comercial y compramos ropa para ella y para mi sobrinito (ya soy tío, mi sobrino nació en Septiembre pasado y se llama ¡Santiago! :D ) el viernes por la mañana fui a pagar el pastel que habíamos encargado para el cumple de Alex, el hijo de Mateo, por la tarde, a eso de las 3 llegó Mateo a Querétaro, llegaron a la casa las mesas para la fiesta a eso de las 5, él se quedó a atender eso, yo le hablé a Laura y me acompañó a comprar el vino, los refrescos y leches, fuimos a recoger también dulceros que habíamos encargado.
La fiesta fue el sábado y estuvo todo relativamente tranquilo, al final de la fiesta a Mateo ya se le habían pasado un poco las copas y estaba, si bien no borracho, borracho, sí algo alegre.
No pasaron cosas demasiado importantes desde ese día hasta el sábado 15 de noviembre, yo viaje a Monterrey pues Mateo no iría a Querétaro y ese día supe cuál era realmente la razón por la cual él no quería que yo fuera a Colombia.
Cuando me recogió en la central de autobuses no te algo raro, se podía ver que asomaba el cuello de una camisa… llevaba camisa, lo cual se me hizo raro porque casi no usa, casi pura playera.
-a ver, quítate la chamarra- le dije como riendo sorprendido.
-ay no, hace demasiado frío, no me quiero congelar- contestó él –bueno vámonos- continuó diciendo encendiendo el coche
Cuando llegamos a su casa le volví a insistir en que se quitara la chamarra.
-a ver aquí adentro ya no hace frío, quítate ya la chamarra, las pocas veces que te he visto con camisa es formal con traje o cuando vamos al rancho de tu abuela pero generalmente no, ¿qué te dio por ponerte una ahora?- le dije yo medio divertido
-pues está bien, igual te enterarás- contestó él, esa respuesta no me gusto así que mi cara pasó de diversión a seriedad
-¿qué pasó Mateo?- le pregunté
-espera, ahora verás- me respondió él empezándose a quitar la chamarra, después inició a desabotonarse la camisa
-¿Mateo, que haces que pasó?- le dije yo aún más extrañado
Cuando termino de quitarse la camisa me quedé con la boca abierta, tenía un mega tatuaje en el brazo derecho, iba desde el hombro hasta el codo!!!
-¿qué hiciste?- le pregunté yo entre espantado, sorprendido o una mezcla de muchas cosas
…bueno pues ya publicaré el próximo, él porque de la negativa de Mateo a mi viaje a Colombia (que por cierto llego a Medellín el 4 de diciembre), mi reencuentro con Joaquín y Luz y el inicio de mis vacaciones, no sé pero pienso que podrían ser unas de las más interesantes en los últimos años :P en lo poco que ha pasado en esta semana y media he revivido los momentos más felices que pasé en mi casi extinta, o ya extinta, adolescencia, un saludo y un abrazo…
J.M.