Un chico con mucho que contar XXXIII

"...me dijo que yo tengo la culpa de que a su hijo le gusten hombres, que yo pervertí a Mateo, que yo lo hice gay..."

El pasado sábado, 18 de octubre, yo iba saliendo en de la casa hacia la clínica, cerré la puerta y caminé dos cuadras para ir a tomar el autobús, cuando sentí que me tocaron el hombro, voltee y era Carlos, el papá de Mateo.

-hey, hey, hey, espérame un momento- dijo como si me estuviera dando una orden, yo no supe que hacer o que decir, la verdad me tomó por sorpresa – ¿qué chingados le hiciste a mi hijo?- preguntó

-¿qué le hice de qué?- fue lo único que atiné a decir, la verdad si me dio hasta miedo

-mi hijo no es como tú- dijo golpeando mi pecho con su dedo índice –tú lo pervertiste, lo hiciste… un maricón, ya decía yo que esa amistad contigo no le iba a dejar nada bueno a Mateo, ya viste todos los problemas que le estas ocasionando y ni así lo dejas en paz.

-señor, lo único que le puedo decir es que yo creo que no le hice nada a su hijo, nadie se “hace” gay, si a él le gustan los hombres créame que yo no tengo nada que ver con eso.

-Cállate!- dijo apretando los dientes para no gritar ahí en plena calle –ya te dije que mi hijo no es como tú, maricón, has de pensar que ya te sacaste la lotería ¿no? Hasta has de creer que tienes casa y todo, pero nada es tuyo todo es de mi hijo y yo me no voy a dejar que le saques nada, nada más de lo que ya te ha dado.

-mire, yo no creo que me saqué nada, y jamás he pensado que la casa es mía, estoy muy consciente de que la casa es de Mateo, yo no le saco nada a su hijo, y por si no lo sabe, la manutención de la casa yo también la pago con mi dinero, yo pago los servicios.

-¿qué, ahora vas a echar en cara eso?- preguntó riéndose sarcástico –si te largas de la vida de Mateo, nada me costaría a mi pagar eso y devolverte a ti lo que has gastado en la casa.

-es que no se trata de eso, no me es muy cómodo decirle estas cosas pero… yo no voy a dejar a su hijo a menos que él lo quiera así, yo de verdad lo… lo quiero.

-pues sólo te digo una cosa, no porque haya dejado que te quedes en esa casa significa que acepté lo que está pasando, y no voy a dejar que sigas chingando en nuestras vidas, ya nos jodiste mucho como para que yo deje que sigas haciéndolo.

-mire, me parece un poco… tonto, que usted venga así como a escondidas a decirme todo esto, hágalo con Mateo presente o no sé, de otra forma, pero no así, creí que era una persona más madura- le dije lleno de miedo, hasta temblaba un poco

-no me vas a…- dijo poniendo su mano en puño y en posición para darme un golpe, yo creí que si lo iba a hacer pero se detuvo- mira cabrón…- se quedó mirándome fijo a los ojos sin terminar la frase, yo aún con mucho miedo y sintiendo que se me iba a salir el corazón, le sostuve la mirada.

El sr. Ya no habló más, solo se quedó ahí mirándome un tiempo, dio la vuelta y se empezó a alejar, yo me quedé ahí parado un tiempo, estaba muy espantado la verdad, después seguí caminando hacia la parada del autobús, cuando me subí a él, mientras llegaba a la clínica me fui pensando en que jamás creí que iba a pasar eso, ya tenía mes y medio que él se había enterado y que hablado con Mateo, creí que eso ya estaba como que “aceptado” por decirlo así, nunca pensé que me fuera a reclamar tanto tiempo después y menos de esa forma.

Cuando salí de la clínica me quedé de ver con Camilo en un café, llegue unos minutos después, él ya estaba esperándome.

-hola perdón por llegar tarde- le dije saludándolo y sentándome

-no te preocupes, ¿cómo estás?- preguntó mientras con la mano llamaba al mesero

-pues hasta antes de salir de la casa horas muy bien- contesté, el mesero llegó y pedí un cappuccino frape, cuando se fue continué hablándole a camilo –pues verás, fue a buscarme el papá de Mateo, me dijo que yo tengo la culpa de que a su hijo le gusten hombres, que yo pervertí a Mateo, que yo lo hice gay y todo eso.

Le conté todo lo que había pasado, él no dijo nada hasta el final, solo me escuchaba

-pues verás, Santi, no es por ser mala onda pero creo que esto está de la chingada, yo entiendo que ustedes se quieren y todo pero la cagaron completa con eso de su boda, o por qué no tú te regresas a vivir bien con tus papás y pueden verse como antes cuando eran novios, así pues por un la do tendrían contento a su papá de que tú te vas de esa casa y pues ustedes seguirían normales, como quiera que sea solo se ven los fines de semana y pues esos días pueden salir como antes.

-ya sé, se lo dije a Mateo el día que regresó de hablar con su papá, cuando se enteró de todo, pero él me salió con que no, que ya estábamos casados y que íbamos a vivir juntos, yo pues la verdad no creí que fuera la mejor idea pero lo acepté, después cuando pareció todo estar tranquilo pues ya estaba un poco más conforme pero ahora con lo que pasó hoy pues creo que no fue la mejor idea seguir viviendo ahí, entonces pues ya no sé, creo que terminaré yéndome aunque Mateo se moleste conmigo.

-pues sí, la verdad creo que es lo mejor, al menos por ahora, él debe entender eso y pues no ponerse pesado, que sea al menos algo provisional, en lo que ven algo definitivo.

-pues sí creo que te haré caso, le voy a decir eso y a ver como lo toma, espero que lo haga con madurez… ay Camilo, nunca pensé estar en una situación parecida, es tan feo estar viviendo algo así, pero ni modo ahora supongo que hay que afrontar las cosas.

-pues yo me siento muy apenado por ti, no sé, yo tampoco me imaginé nunca verte en una situación así y pues no quiero hacerte sentir mal pero creo que las decisiones que tomaron tú y Mateo fueron las que los llevaron a esto, ahora lo que sea que vayan a hacer piénsenlo con más detalle, analicen las consecuencias más remotas que pueden tener las decisiones que tomen.

-Me siento terrible mi vida es otra de cómo era hace tan solo menos de un año- le dije con un tono de melancolía

-pero pues ya nada se puede hacer, igual de todo se aprende, es normal también que las cosas no sean siempre buenas y como nosotros queremos, así que no queda más que sacarle lo bueno a todo esto, quizá ahorita no se vea pero con el tiempo vas a ver que algo bueno saldrá, nada es completamente malo- dijo con una sonrisa como dándome ánimos

Ya pues terminamos de hablar de mí, le pregunté cómo estaba él, cómo le iba en su carrera, con su novia y pues igual ha tenido algunos problemas, no como los míos pero pues ha tenido, así que traté de darle algunos consejos así como él lo hizo conmigo, salimos del café como a las 8pm.

Me fui a la casa pensando en la manera de decirle a Mateo que me iría sin que se molestara, al menos no mucho, cuando llegué a la casa bajé del taxi entré y lo vi jugando con su hijo en la sala.

-tenemos visita- dijo sonriendo cuando me vio

-hoda- dijo Alex saludando

-hola Alex- le dije tratando de verme lo más feliz posible -¿a qué juegas eh?- le pregunté arrodillándome en el piso para ver sus carros.

Mateo me dijo que esa noche se iba a quedar el niño en la casa, así que olvide la idea de decirle, al menos por esa noche, lo de irme de la casa.

Cuando ya íbamos a dormirnos Mateo iba a dejar a Alex en su cuarto pero el niño le dijo que quería dormir con él

-Alex ya eres un niño muuuy grande y los niños grandes ya se duermen solos- le dijo Mateo

-Mateo, quédate con él, no muchas noches las pasan juntos, ¿verdad?- dije preguntando a Alex

-sí, me quielo quelal contigo papi- dijo Alex viendo a Mateo

-bueno, pues yo igual ya me voy a dormir- les dije con tono alegre mirando a Alex–me quedo en el cuarto de al lado- le dije a Mateo

-hasta mañana Alex!!- me despedí yo sonriéndole al niño

-¡abato!- dijo él estirando las manos

-jajaja oww abrazo, vente- contesté yo alzándolo, abrazándolo y dándole un beso mientras Mateo nos veía sonriendo

Salí del cuarto y entré al otro, toda la noche me la pase pensando en que era muy cierto lo que le había dicho a Camilo, nunca me imaginé que mi vida iba a estar así, hace tan solo unos meses, empezando el año era cien por ciento diferente, pensaba en que si se pudiera regresar el tiempo lo haría y no haría todas las idioteces que había hecho, ya después pensé en que igual Camilo tenía razón y todo tiene una razón y que a pesar de lo que aparenten las cosas, nada es completamente bueno ni completamente malo, así que algo bueno tenía que salir de todo esto, quizá eso es consuelo de tontos pero pues es lo mejor que puedo pensar para darme ánimos.

El domingo por la mañana desayunamos los tres, llevó a Alex con su mamá como a las 12 y a las 3 yo me regresé a Pachuca y él a Monterrey, y pues ya no le dije nada de que me iría al menos por un tiempo.

Decírselo por teléfono pues no es buena idea, y la siguiente vez que nos veamos será el viernes en el aeropuerto, así que creo que debo esperar hasta regresando del viaje.

Y como lo dije nos vimos hasta el viernes siguiente, nuestro vuelo salía a las 3:45pm del aeropuerto de la Ciudad de México, el llegaría directo de Monterrey y yo de Pachuca, yo llegué más o menos a las 12:30pm y él poco después, como a la 1.

Hicimos todos los trámites de registro de equipaje y todas esas cosas y esperamos a que saliera el vuelo.

-¿Cómo te sientes?- preguntó él

-pues algo nervioso- le dije sonriendo mientras bebía un trago de café

-¿Por qué nervioso? Ya has ido.

-sí pero fue con mis papás, hace casi 3 años y pues ahora será ir de otra forma, además la vez pasada no fui a Vancouver, así que pues este sería como mi primera vez allá.

Cuando salió el vuelo pues nos pusimos a leer los dos, casi no hablamos, después hubo una escala en y fuimos llegando a Vancouver más o menos a las 12:30am del sábado, tiempo de México, en Vancouver eran las 10:30pm aun del viernes por la diferencia de horario.

El sábado en la mañana lo primero que hicimos fue salir a pasear por la ciudad, hacia algo de frío pero muchos de ahí andaban con camiseta de manga corta, había dos hasta short, deben estar acostumbrados a mucho frío y los 11-12°C que había ni los sentían.

En el barrio de Gastown, una zona con edificios históricos, entramos a desayunar a un restaurante, cuando salimos le pedimos a una chica que si nos tomaba una foto frente a un reloj antiguo muy padre. Enseguida fuimos al edificio Harbour Centre que quedaba muy cerca de donde estábamos, subimos al mirador y desde ahí se podía ver todo Vancouver, la vista era de 360° genial todo.

El domingo salimos a Whistler, una zona de montañas más o menos alejadas de Vancouver, Mateo dijo que no estaba tan lejos pero a mí sí se me hizo retirado, ahí se podían practicar diversos deportes, optamos por snowboard, Mateo sabe bien practicarlo, en cambio para mí era mi primera vez, así que como se imaginarán sufrí varias caídas aunque después de muchos intentos las cosas salieron bien.

En la noche nos hospedamos en unas cabañas en el lugar, después de estar platicando sentados en la cama, se acercó a mí y comenzó a darme besos por todo el cuello, yo me dejaba lo abracé y comencé a intentar quitar su cinturón, en un instante, muy rápido, miré a la ventana, me percaté que las cortinas estaban abiertas así que fui a cerrarlas.

Sintiéndome más seguro regresé a la cama y continuamos, quité su cinturón justo después de desnudarme... y lentamente, por encima del pantalón comencé a tocar su pene, que sentía ya casi explotar de placer... con los dientes le bajé sus bóxer, aquella acción pareció que lo excito al máximo... cerró los ojos y explotó en delirantes gemidos al tiempo que mis gruesos labios besaban el largo y grueso de su miembro viril.

Sucedió lo que nunca en las anteriores ocasiones, sus testículos me excitaron en demasía y los lamí con ganas desbordantes. Su liquido preseminal exageradamente salía de su interior igual que pasaba ya conmigo... por largo rato continúe con el oral mi exuberante glande y le dije sensualmente que jamás había disfrutado tanto el sexo oral como lo estaba haciendo en ese momento, el reconocer esta verdad perece ser que lo puso a tope y apenas noté que estaba ya a punto de eyacular pero logró prolongar el momento.

Yo seguí con la misma acción hasta que ahora sí ya no pudo contenerse más, me lo hizo saber, me aparte mientras él tomaba su pene, lo masturbo unos segundos y regó su semen por el piso.

Fue quedándose exhausto y quieto,  se acostó de espaldas sobre la cama, respirando a fuerte y entrecortadamente mientras que yo hincado, me masturbaba hasta que igual no pude más, me incorporé vaciando mi semen sobre el suelo. Luego me acosté a su lado y ambos entramos en somnolencia... poco más tarde, me despertó su suave lengua que acariciaba mí ya flácido pene, que poco a poco despertó de nuevo, comenzó a meterlo y sacarlo de su boca, acción que realizó por varios minutos hasta nuevamente estuve por eyacular, él se apartó como lo había hecho yo antes y eyacule nuevamente.

Al finalizar estábamos los dos ya algo cansado, sin embargo una amplia sonrisa de mi parte creo que lo animó. Lo beso en la boca, nuestras lenguas se entrelazaron con frenesí y mi mano bajó a acariciar su pene ya crecido mientras él no dejaba de sobar mis nalgas. Con susurros, mientras nos besábamos, justo frente a sus labios solo le dije “hazlo”

Fui bajando hasta su pecho ahí lamí sus pezones, después fui hacia su vientre pasando mi lengua por todo el recorrido, introduje mi nariz en sus vello púbico, oliendo, lamiendo e introduciéndome nuevamente su pene.

Me tomo de los brazos inclinándose un poco, me puso de espaldas a él mientras besaba mi nuca, con una mano tomo por detrás mi pierna y la subió mientras con la otra tomaba su pene y lo acercó a mi ano, a donde lo fue introduciendo poco a poco, he de reconocer que esa postura me fue incomoda y me dolió un poco más, pero me fui acostumbrando mientras la penetración se iba prolongando. Yo me excitaba cada vez más al oír su respiración y sus gemidos detrás de mí. Después de varios minutos me dijo que ya, sacó su pene, yo me gire para quedar de frente a él, y con una mano lo comencé a masturbar hasta que nuevamente eyaculó.

Al terminar, limpiamos el piso y fuimos directo a bañarnos.

El lunes por la tarde regresamos a Vancouver y salimos en la noche a un antro que nos habían recomendado en el hotel.

El martes fue raro, salimos a caminar por las calles, comimos en un restaurante céntrico y visitamos dos museos donde habían muchas piezas de las culturas nativas de Canadá, por la tarde, como a las 5:30, le hablaron por teléfono a Mateo, estábamos en la calle, de pronto vi como su cara se ponía muy seria y escuché que dijo “pues sí, a ver qué puedo hacer”.

-¿Qué pasó?- pregunté yo expectante

-mi papá- dijo él algo triste –tuvo un accidente y está en el hospital, dijo mi mamá que lo van a operar.

-pues vamos a regresar, creo que tienes que estar allá con tu mamá, y pues no te preocupes, ya verás tu papá se pondrá bien- le dije dándole un abrazo intentando mostrar mi apoyo, el respondió al abrazo, nos separamos y habló

-Santi, se supone que debíamos regresar el viernes en la noche, no ahora, me siento mal por esto- me dijo aún triste pero ahora algo apenado

-no, no pasa nada, igual no te niego que me hubiera gustado estarnos aquí toda la semana pero pues en una situación como esta pues es mejor irnos ya, lo primero es estar apoyando a tu familia, vamos al hotel y llamas para reservar dos boletos a México en el primer vuelo que haya disponible.

Tomamos un taxi y nos fuimos al hotel, prácticamente no hablamos en el trayecto, la verdad no sabía ni que decirle, creo que a veces, hay momentos en los que las palabras no sirven de nada.

Cuando llegamos al hotel llamó para ver lo de los boletos, había un vuelo con lugares disponibles para las 8:45pm hizo las reservaciones y empezó a empacar nuestras cosas mientras yo bajé para cancelar la habitación.

Llegamos al aeropuerto como a las 7:00pm, el vuelo salió puntual, llegamos como a las 7:30am tiempo de México.

Yo quería irme con él a Querétaro, me dijo que no, que yo me fuera a Pachuca y que él me avisaba. Me fui a tomar el autobús y llegué a Pachuca como a las 10, fui a dejar mis cosas y ya estaba en la escuela para mi clase del miércoles a las 11am, todo pasó súper rápido.

Como a las 2 de la tarde me llamó Mateo, me dijo que al parecer su papá estaba estable y que sí lo habían operado pero ya en ese momento no me supo explicar bien, quedamos de vernos el sábado.

El sábado, 1 de Noviembre, ya estaba su papá en su casa, yo fui en la mañana pero no entre a verlo ni mucho menos, no quería que por mi culpa se pusiera mal el señor.

Mateo había estado planeando la fiesta de dos años de su hijo (tuvimos por eso una discusión porque yo le dije que era mucho lo que iba a hacer para una fiesta de dos años, el me echó en cara que todo lo iba a hacer con su dinero y que a nadie no me estaba pidiendo nada, y todo el drama) le pregunté que si eso seguía en pie pues sería el sábado siguiente, me dijo que él había dicho que no pero que su papá insistió en que no cancelara nada y que por el momento los planes seguían. Me fui a la clínica donde ayudo al Dr. Luis Y le dije que por la tarde nos veíamos en la casa.

Por la tarde nos estábamos los dos a la casa, empezamos a platicar de la fiesta de cumpleaños de Alex, más tarde íbamos a salir a una fiesta por Halloween pero ahí platicando me dijo que tenía algo importante que decirme.

-Mateo, ya es tardísimo, hay que vestirnos ya para irnos- le dije viendo la hora en el celular

-Santiago, espera, hay algo importante que quiero hablar contigo, es acerca de lo del viaje a Chile en las vacaciones- dijo él sentándose en una silla en la barra de la cocina.

-¿Qué, ya no se va a poder?- pregunté yo

-pues, sí, es eso, me cambiaron las fechas de la competencia de natación y pues es en los días que habíamos planeado ir, entonces antes de hacer las reservaciones pues quería preguntarte si modificamos la fecha o de plano cancelamos el viaje.

-bueno pues eh… no sé- contesté yo, hubo un momento de silencio y volvía a hablar -¿me dejarías ir a Colombia con el Dr. Luis?, hoy volvió a insistirme con eso, me dijo que empezarán ya a hacer unos carteles para ponerlos en la fundación o eso, y que quería que le dijera bien si no iba a ir para no ponerme en el programa.

-¿eso qué tiene que ver con lo del viaje a Chile?- preguntó él en un tono serio, que la verdad me sorprendió un poco.

-pues en que si estás de acuerdo mejor cancelamos lo de Chile y pues voy con el Dr. Luis a Colombia- contesté tranquilamente

-¿y de verdad crees que les va a ser de ayuda a esos tipos que vayas a contarles de tu vida? Ni siquiera tienes experiencia dando conferencias o pláticas, no eres famoso, ¿en qué les beneficia tu presencia?- me dijo muy serio, enojado, jamás creí que me iba a responder así

-Mira, lo que esos chicos necesitan son experiencias de la vida que se lleva siendo gay, son unos niños, no sé, según lo que me contó el Dr. los más chicos tienen a lo mucho 12 años Mateo, no creo que ellos se estén fijando en si quien les va a hablar sea un gay famoso o no, ellos lo que necesitan es ver que no son los únicos que pasan por cosas como las que viven, es bueno que ellos sepan y vean que hay miles, millones de personas gays en todo el mundo con problemas, y que de alguna u otra forma todos hemos tenido experiencias desagradables por eso, es bueno que sepan que a pesar de todo se puede salir adelante, vivir bien y felices, y aunque yo no sea una persona famosa ni experta en dar pláticas como tú dices, pues creo que puedo dirigirme a ellos y aportarles aunque sea un granito de arena con lo que les pueda contar para que se sientan mejor- respondí ya en el mismo tono que él

-por favor Santiago- dijo levantando la cabeza y riendo en tono burlón -¿qué puedes decirles tú!? Esos chicos están ahí porque sus papás los echaron de sus casas al decirles que son gays, ¿en que se pueden identificar contigo? Ni siquiera les has dicho a tus papás lo tuyo, ni siquiera saben que vienes a Querétaro con tu esposo cada fin de semana y no cada tres semanas como les haces creer.

-No puedo creer que me estés diciendo todo esto Mateo, de verdad que no, no sé qué putas te pasa ni por qué estés enojado pero creo que no merezco que me hables así, y quizá no pueda ayudarles en ese sentido pero con otras cosas sí, y ya bájale al tonito con el que me hablas que para nada me está gustando- le dije mirándolo a los ojos, sosteniéndole la mirada.

-pues no vas a ir y es lo último en este tema- me dijo igual, mirándome directo a los ojos

-No iba a ir por lo del viaje a Chile pero ya que me dijiste que eso ya no podrá ser pues te pedí permiso para ir con el Dr. por cortesía, pero para ir no necesito de tu autorización, he hecho muchas cosas sin autorización de mis padres, y si para ello no necesite de su autorización mucho menos necesito de la tuya para hacer un viaje, así que lo último en el tema es que voy a ir- terminé diciendo

Él se acercó a mí dando la vuelta a la barra de la cocina, ya que estaba él de un lado y yo del otro, se paró frente a mí, tomó con su mano mi cara, dejando mi boca entre su dedo pulgar y el índice, presionando mis mejillas.

-no vas a ir a Colombia dije- dijo silencio, firme y mirándome fijo, jamás lo había visto así, de verdad que no sabía que le pasaba.