Un chico con mucho que contar XLI

"-me cogió fuerte, con ganas, lo hizo mejor que tú- le dije con la misma sonrisa en mis ojos -¿sí?- me pregunto con un gesto desafiante frente a mí -pues vamos a ver qué dices después de esto."

Cuando llegué a casa de mis papás les conté un poco del viaje, comí y enseguida me fui a mi cuarto, contesté hasta ese momento los whatsapps de Mateo y caí rendido eran apenas como las 8, de verdad estaba muy cansado, no desperté hasta el otro día a las 8 de la mañana!!!

Ese sábado me la pasé estudiando casi todo el día, el domingo a las 4 me regresé a Pachuca, Mateo estaría en Querétaro hasta las 6 así que no lo ví… tendría que esperar una semana más para verlo, quizá en una semana mi culpa por lo que había hecho se disminuyera.

El jueves 9 de abril fue mi cumple y, a diferencia del año pasado, no hubo nada extraño, salí a un bar tranquilo con dos de mis amigos, era semana de exámenes así que no hubo mucho alboroto, Mateo me mando mensaje, sabía que algo había planeado.

El viernes, al día siguiente, llegué a Querétaro, mis papás me felicitaron me hicieron un pequeño pastel, por la tarde, a eso de las 7 Mateo pasó por mí.

-bueno, ¿y a dónde vamos a ir?- le pregunté después de que me contó cómo le había ido en España cuando estábamos en el coche, me sentía nervioso aún por lo que había pasado la semana anterior

-a la casa- me dijo conteniendo una ligera sonrisa – ¿a dónde más?

-ah, no, solo que… pensé que…- le dije con un hilo de decepción

-que iríamos a festejar tu cumple!- contestó terminando por mi –amor, he estado muy ocupado con lo de las prácticas, no pude planear nada.

-sí, no te preocupes, yo entiendo.

Cuando llegamos metió el coche y me pidió que me esperara, cuando llegó a mi lado me tomó de la mano.

-vamos- dijo sonriendo.

-algo traes- susurré, el solo sonrió ante lo eso

En cuanto abrió la puerta escuche voces que gritaron “FELIZ CUMLEAÑOS!”, frente a mi estaban, Laura, Camilo, mi suegra con Alex, el Sr. Luis y Esteban, su pareja.

Yo solo sonreí, me emocioné mucho, más con Alex, que estiraba sus bracitos para darme un abrazo, me hinqué para abrazarlo y lo alcé.

-ay que rico abrazo Alex!- le dije dándole un rápido beso en la mejilla

-tajimos patel- me dijo alzando los brazos y señalando en dirección al comedor

-ah, trajeron pastel!- le dije mostrando sorpresa ante él –que rico, ¿vamos?- le pregunté, el sonriendo solo asintió un tanto ansioso, lo bajé y corrió hacia el comedor

Todos avanzaron hacia allá, mi suegra tomó mi brazo y me hizo un seña para que me quedara un momento.

-Muchas felicidades, Santiago, quizá no sea el momento pero necesito decir que aunque no estuve nada convencida de las barbaridades que tú y mi hijo hicieron, hoy a casi un año, creo que no ha resultado tan mal esto, a su manera han sabido sobrellevar las cosas y van bien, no te voy a negar que en el momento que me enteré que a mi hijo le gustan… los hombres, me sentí mal, desesperada quizá, impotente, incluso un poco… ¿decepcionada? Qué se yo!, pero hoy ya eso no me importa, lo único que deseo para mis tres hijos es que sean felices y Mateo lo está siendo, por su hijo, por sus estudios y por ti, creo que la mayor parte de la felicidad de mi hijo es por Alejandro y por ti, y te agradezco eso, que hagas feliz a Mateo, con tu idiosincrasia, con la actitud que tienes para con mi hijo, con mi familia, no tengo nada que reprochar, ni nada malo que decir de ti, ya si mi hijo decidió compartir su vida con otro hombre me alegro que ese hayas sido tu- me dijo dándome un abrazo, la sentí de verdad sincera.

-gracias, aprecio mucho tus palabras Paty- contesté sin poder evitar sentirme mal… le he fallado a su hijo

Fuimos hacia donde estaban los demás.

-compre sushi- dijo Mateo –pero como sé qué no te gusta, también hay pizza, hay refresco, tequila, cerveza- dijo sonriéndome esperando una respuesta

-pues comeré pizza y tomaré- respondí pensando –que sea tequila con cola.

El pastel estaba muy rico, lo partimos casi enseguida debido a las ansias de Alex, como a las 10 ya se habían ido todos, Mateo y yo nos fuimos al cuarto.

-bueno, me voy a bañar, y a dormir, no sé, me siento como cansado aunque no he hecho mucho- le dije mientras me quitaba el reloj, la camisa y los zapatos con los calcetines

-¿te vas a bañar?, yo tenía otros planes para ahorita- me dijo mirándome con una sonrisa pícara –te recomiendo que esperes para el baño.

Enseguida se levantó de la cama y caminó hacia mí, tomo mis manos con las suyas, agacho su cabeza y suavemente beso mi frente, cerré mis ojos y enseguida sentí sus labios sobre ellos

-no sabes cuánto te he extrañado- susurró lento contra mi cara –espero que igual tú a mí, imagino que con tanto tiempo debes tener las mismas ganas que yo- continuó diciendo mientras seguía besando mi rostro

-pues igual y con tantas ganas que tenía hasta me las quité en las vacaciones, mientras tú estabas lejos, muy lejos de mí- le dije algo divertido para simular una broma, aunque bien sabía yo que era verdad

-te mataría- dijo sonriendo pero jalando mi pelo con fuerza, yo sonreí igual

-me duele, suéltame- le dije mirándolo a los ojos sin dejar la sonrisa

-pues más me duele a mí imaginarte cogiendo con otros- tiro de mi cabello hacia atrás extendiendo mi cuello, el cual lamió casi con desespero –tú eres mío, Santiago… si me entero que estás con alguien más, no sé qué te haría.

-nada, porque ya tú lo dijiste, soy tuyo- contesté besándolo

-dímelo otra vez- me dijo en voz muy baja y un tanto molesto.

-soy sólo tuyo, Mateo, solo tuyo- le dije susurrando frente a sus labios

-me excita que me lo digas, me pone mucho- dijo pegando su cuerpo lo más que pudo al mío

-me excita que te excite- respondí besándolo con suma pasión, rosando nuestras lenguas una contra la otra

-lo que te dije va enserio, no sé qué te haría si te veo o me entero que tienes algo con otro- me dijo cortando el beso para retomarlo con más fuerza aún

-pues no va a pasar eso, pero igual me gustaría ver que serías capaz de hacer.

-pues necesitaría vivir esa situación para saberlo.

-pues imagínatelo, imagínate que te diga, “Mateo, me acosté con otro mientras tú estabas en España, y me encantó, me cogió delicioso”- le dije provocándolo y mirándolo desafiante, sus ojos se llenaron de coraje y lujuria a la vez

Tomó nuevamente mi pelo con fuerza, jaló de él y me llevó hasta borde de la cama para aventarme a ella con fuerza, yo caí boca arriba y enseguida me apoye sobre los codos mirándolo, sonriendo divertido y altanero.

-me cogió fuerte, con ganas, lo hizo mejor que tú- le dije con la misma sonrisa en mis ojos

-¿sí?- me pregunto con un gesto desafiante frente a mí -pues vamos a ver qué dices después de esto.

Comenzó a quitarse la ropa con prisa y violencia, cuando estuvo totalmente desnudo me tomó de los pies y me jaló más hacia la orilla, tiro de mis pantalones y los quito con todo y calzones. Tomo enseguida una almohada colocándola bajo mi cintura.

-No me va a importar si te hago daño, Santiago- me dijo mirándome directo, no sé cómo expresar o interpretar su mirada.

-a mí tampoco- dije aun cucándolo

Levantó más mis piernas y las hizo rodear su cintura, tomo su pene con una mano y de una lo inserto en mí lo más que pudo lanzando un gemido un tanto felino, debo decir que pocas veces me ha dolido así, pero que es no hubo ni un previo, ni con cuidado fue. Gemí e hice muecas por el dolor.

-retuércete, no me importa, me provocaste, Santiago- dijo dando besos por mi cuello y empezó a embestir, constante, con el mayor coraje que podía, pujando por la fuerza con cada movimiento, sus brazos se apoyaban con los puños a los lados de mi cuerpo y yo me aferraba a ellos.

Era inmenso el dolor pero proporcional al placer que estaba sintiendo, me excitaba ver su cara de furia, me excitaba la velocidad y fuerza con que se movía, me excitaban sus gruñidos, no pensé que Mateo pudiera hacer aquello que estaba haciendo, ni Alfonso me había cogido con tal fuerza.

En un momento quedó apoyado sólo con una mano, pasando la otra entre mi pelo y tirando de él con fuerza.

-solo eres mío- dijo apretando los dientes y besándome enseguida, supe ya que se había venido, segundos después lo hice yo, es tan genial eyacular sin masturbarte, él se dejó caer sobre mí, yo debajo de él con los brazos extendidos, ambos completamente exhaustos

Un momento después salió de mí lentamente y se tiró a mi lado, se quedó mirándome y yo a él, con su mano acarició mis mejillas.

-espero no haya sido cierto que cogiste con otro mientras estaba en España- me dijo sonriéndome tiernamente

-no- respondí sin pensarlo –solo lo hice para provocarte.

-perdóname Santi.

-¿por qué?

-por ponerme así, te dolió, si a mí me dolió me imagino que a ti más.

-si dolió pero el dolor no fue mayor al placer, me gustó, es genial eyacular sin masturbarte- le confesé un tanto sonrojado

-bueno ya que me dices eso, a mi igual me gustó, bueno no, me encanto!- confesó esbozando una amplia sonrisa –quizá se pueda repetir- dijo aun sonriendo y claramente esperando que dijera algo

-quizá- contesté con la mejor sonrisa que pude esbozar

El siguió sonriendo y se levantó de la cama tomándome de la mano y dirigiéndose al baño.

Creo en las semanas siguientes no muchas cosas pasaron en mi vida, entre las clases, los sábados de hospital y los sábados que me fui a casa de mis papás, aunque nos veíamos casi cada semana solo un sábado en seis semanas la pase con Mateo en nuestra casa.

Quizá algo digno de contar fue mi primer año de casado, fue el 3 de mayo, lo festejamos el sábado 2, por la noche salimos a comer, estuvimos en un restaurante en el centro histórico, pedimos la cena y una botella.

-¿vino o champan?- preguntó Mateo

-hmmm vino, vino está bien- contesté

Mateo vio la carta de vinos y eligió uno, no recuerdo el nombre, soy malo para eso de nombres de vinos la verdad, lo que recuerdo es que sabía muy bien.

-¿sabes algo?- preguntó mientras esperábamos la cena

-¿qué?- pregunté algo cohibido, no sé por qué.

-bueno, este año se me ha pasado demasiado rápido, estoy muy contento estando contigo, creo que a pesar de todo no nos ha ido tan mal, de hecho nos ha ido muy bien- me dijo sonriente mirándome a los ojos

-pues sí hasta eso que no nos ha ido mal, ojalá que en los años que vengan sigan las cosas así, a pesar de los problemitas que puedan surgir.

-ah eso sí, creo que sería prácticamente imposible lograr estar sin alguna discusión, lo importante está en saber afrontar y superar los problemas que lleguen, hemos tenido muchos problemas por celos, por ejemplo, pero pues si al final los superamos es porque confiamos el uno en el otro.

Ante ese comentario me sentí un poco incómodo y aunque sentimentalmente jamás lo había traicionado, eso para nada quitaba el hecho de que hubiera tenido relaciones sexuales al ya estar con él, y aunque él haya hecho lo mismo, en ese instante solo me remordía lo que yo había hecho.

-mira, te traje un regalo- me dijo sacando una cajita de la bolsa interna del saco

-no es cierto!- dije yo riendo divertido –ya decía yo que algo raro se te veía ahí.

Tome la cajita que estaba forrada con papel azul brillante con finas rayas grises y un pequeño moño blanco.

-¿qué es?- pregunté curioso y empezando a abrir la caja

-ábrelo- contestó Mateo mientras me contemplaba

Saque lo que había dentro de la cajita, era una colonia, en una botellita de cristal tenuemente verde.

-¿esta botella tiene mi nombre grabado?- le pregunté riendo

-sí, sé bien que te encantan los perfumes así que fui a la perfumería y… ahí está el resultado- dijo señalando con las manos la botella –es único aunque no lo creas, se los olores que te gustan así que como quería algo especial pedí algo especial, me combinaron tres fragancias para el perfume.

Lo destapé y eché un poco en mi muñeca.

-wow, huele delicioso, me imagino que tú no escogiste la combinación de aromas.

-no, no lo hice yo- contestó riendo divertido –lo hizo la perfumista, por eso huele tan bien, si yo lo hubiera hecho no estoy seguro cual hubiera sido el resultado.

-pues que bueno, ¿y lo de mi nombre en la botella?- pregunte mirando el perfuem

-ah eso no lo grabaron ahí pero pues se me ocurrió para que fuera original- contestó con una fina sonrisa y levantando los hombros

-bueno, pues muchas gracias- contesté mirándolo a los ojos y sonriendo para después mirar nuevamente el perfume –pues al fin se me hizo tener un perfume de este lugar, simpre que estaba juntando dinero para comprarme uno ahí por una u otra razón me lo gastaba y jamás se me hizo, me conformaba con más baratos- le dije sonriendo –y pues no pienses que yo olvidé un regalo para ti, solo que me quedaron mal con la entrega, te lo quedo a deber para el siguiente fin.

Comimos tranquilos y después fuimos al mirador para ver la ciudad para después irnos a la casa.

Mi último día de clases fue el 27 de Mayo, para festejarlo salí con Claudia y Jorge, mi amiga de la carrera y mi un chico que renta conmigo, igual es gay y un gran confidente para mí.

Me regresé al otro día muy temprano a Querétaro, a disfrutar dos semanas de vaciones :D

No había muchas opciones para salir, Lau aún no salía de vacaciones, Camilo ya pero estaba en México, así que la única opción de salir era Mateo que había salido de vacaciones una semana antes y la verdad pues yo feliz.

-odio tus vacaciones, ¿por qué tienen que ser así?- dijo Mateo mientras estábamos sentados en una banca en un jardín del centro de Querétaro

-pues según mis profesores, es porque “medicina es especial”- conteste riendo

-pues deberían ser parejos, si te dan dos semanas ahorita, luego un mes de clases y después otras dos semanas de vacaciones ¿por qué no pueden darte las cuatro semanas juntas?

-no sé, igual ya me acostumbré.

-bueno, como sea, oye, he pensado algo- me dijo cambiando de tema –quiero decirle a Elisa pues que estoy contigo.

-Mateo, ¿cómo se te ocurre? No sabes cómo puede reaccionar, qué tal que se pone loca y hasta hace algo para que no puedas ver a Alex

-no puede evitar que yo vea a mi hijo simplemente porque tenga una relación con otro hombre.

-pero pues para qué te arriesgas, mejor esperemos un tiempo, cuando Alex esté un poco más grande será el momento de decirlo, porque aunque nosotros no lo hagamos se nos puede escapar algo que él vea raro y lo cuente, de que lo tendremos que decir, lo tendremos que decir, pero esperemos a que las cosas se den por sí solas, no las busquemos nosotros.

-está bien, pero yo quiero ya que todo el mundo lo sepa de una vez, y eso incluye a tu familia, pero yo ahí si no me puedo meter, es decisión completamente tuya.

-Mateo, a ti no te pasaría nada si, o más bien no te pasó nada cuando se enteraron tus papás, quizá un coraje extremo de tu papá… y tienes la casa, estás aparte de él y aunque te hubiera suspendido el dinero pues está tu abuela y aunque no sea mucho, ya te sirve bastante lo que te dan en la empresa donde haces tus prácticas, ¿qué hago yo si mi papá me quita todo o hasta me echa? Eso es lo que me da miedo, prefiero terminar la carrera al menos y entonces decirles.

-No, Santiago, ahora me tienes a mí, si te echa no tienes de qué preocuparte, está la casa, es de los dos, para lo que necesites yo te puedo dar dinero.

-Sí, Mateo, pero no es el punto sabes que no me gusta estar dependiendo de ti, quizá tú no lo pienses de esa manera pero yo me siento mal de que tú estés pagando todo, me sentiría pésimo si te tuviera que pedir dinero para cualquier cosa, por favor entiéndeme en ese aspecto.

-pues no veo por qué te sentirías mal, nos casamos ahora no eres tú y yo somos nosotros, si yo puedo y quiero te pago lo que tu necesites y ya está.

-mira, estamos muy tranquilos aquí sentados y estábamos platicando a gusto, mejor cambiemos el tema para no acabar discutiendo- le propuse sonriendo, él me miró un tanto indeciso pero aceptó

-bueno, te comento, en vacaciones, en tus segundas vacaciones, haremos el viaje que íbamos a hacer en diciembre y que ya no pudimos- me dijo dejándome un tanto confundido

-¿cuál viaje?- pregunte haciendo muecas ya que no entendía

-el viaje a Chile, en julio iremos de nuevo a Chile.