Un chico con mucho que contar XIX

Después de desprenderse de su camisa me abrazo mientras besaba mi cuello y nuca, yo solo me sobresaltaba por las sensaciones que aquello me producía. :::FINAL:::

Bueno ¿cómo empezar esto?... después de ya 18 relatos de esta historia, creo que es justo ya descansar de ella, ustedes de leerla y yo de escribirla, me gusta hacerlo pero creo que ya es tiempo de decir adiós a esta historia, quiero agradecer a todos los que a lo largo de 18 relatos han valorado comentado y leido!! gracias de verdad, en varios momentos sus comentarios de apoyo y concejos me sirvieron mucho, aunque al ultimo ya no contestaba a cada uno en particular, los leía todos y todos los tomaba en cuenta y a cada uno lo agradezco, pido perdon a aquellos que me decian una cosa y en el relto pasaba lo contrario a sus peticiones o deseos, pero como ya sabrán, esto es mi vida y quiero poner relatar lo mas apegado posible a la realidad, espero pronto regresar con una historia aunque sea ficticia (como en su momento fue Decisiones). Voy a extrañarlos mucho!!!!

Espero todos sus comentarios (ya saben, buenos o malos, todos son bienvenidos), GRACIAS de verdad por todo... beuno ahora si aquí esta el capitulo XIX "El final" (ahora si es el final jeje)... Un saludo y un fuerte, fuerte abrazo a todos... J.M.

-Santi… Santi- repetía mientras me zarandeaba

-¿qué pasa?- logré decir arrastrando las palabras

-anda levántate, vamos a la cama- dijo ayudándome a pararme.

Me ayudo, con dificultad, a llegar a la cama donde logré caer, tumbándolo a él encima mio.

-ey, ey, cuidado- dijo mientras caía sobre mí

Ya cuando estábamos tumbados en la cama, nos vimos a los ojos, los míos entrecerrados, sonreímos, yo como idiota, producto de la borrachera que tenía.

-eres tan lindo Santiago, me encanta como eres- dijo Mateo casi susurrando, yo solo seguí riendo como tonto

-tu eres muy buena onda Teo- le dije casi dormido y apenas pudiendo articular las palabras

-tu sabes que te quiero mucho ¿verdad?- preguntó y yo asentí con movimientos de cabeza, no muy definidos –bien- continuó diciendo –me alegra que lo sepas.

Nos seguimos viendo y sonriendo mutuamente mientras poco a poco acercaba más su rostro al mio y así, nos besamos.

El beso duró solo unos segundos pues poco a poco, mientras nuestros labios estaban unidos, caí victima del sueño.

Mientras dormía tuve un sueño muy… erótico, cosa que rara vez me sucede, quizá sea normal que en un adolescente se hagan presentes muchos sueños de ese tipo, pero en mi no son comunes, pero en aquella ocasión, soñé eso, un sueño sexual…

Estaba yo en una habitación de paredes grisáceas y muy altas, la habitación estaba prácticamente vacía, solo había una silla en la cual estaba yo sentado, todo se veía como en una película en blanco y negro, yo miraba las altas paredes de aquel lugar, solo había una alta y angosta puerta  de madera y una pequeña ventana circular en la parte superior de una de las paredes, a través de esa ventana se introducían algunos rayos de sol que bañaban aquel cuarto, disparando la luz por todos lados.

Me levanté lentamente de la silla y caminé en dirección a la puerta, la jalé intentando abrir, la puerta solo rechinó pero no cedió, permaneció cerrada, entonces caminé hacia la ventana y la miré desde abajo.

Estuve algún rato realizando aquella inspección visual a la ventana hasta que no vi más, pues alguien me tapo los ojos, yo no me inquiete y tomando las manos que habían cubierto mis ojos las fui bajando lentamente a la par que me giraba para ver quien era y estaba él ahí sonriéndome y mirando como siempre desde arriba.

Yo le sonreí, no hubo palabras, era como si todo lo que necesitáramos para comunicarnos fuera la vista.

Él poco a poco fue agachándose para unir sus labios a los míos, yo al ver esa acción fui preparándome para aquel beso y en cuanto sentí que nuestras bocas se rosaron, cerré los ojos y me abandone a aquel contacto.

Sus manos se posaron sobre mis hombros y bajaron poco a poco hasta detenerse en mi cintura, una mano en cada lado, esa posición se mantuvo durante un tiempo inexacto para mí. Después sus manos tomaron con fuerza y decisión mi playera y la fueron subiendo hasta que la retiró de mí para luego separase y comenzar a desabotonarse la camisa que llevaba, dejando a mi visión su increíble torso, cubierto en el bajo vientre por una fina capa de bello.

Después de desprenderse de su camisa me abrazo mientras besaba mi cuello y nuca, yo solo me sobresaltaba por las sensaciones que aquello me producía. No supe ni en que momento nos deprendimos del total de la ropa que llevábamos, pues en un momento cerré los ojos y cuando los abrí ambos estábamos sin una sola prenda.

Él me hizo sentar en la silla y cuando lo hice se arrodillo frente a mí, posó sus fuertes manos en  mis muslos y comenzó a recorrerlos lentamente hasta llegar a mi cintura, ahí se detuvo y con una mano tomó mi pene, lo pajeo lentamente durante algunos segundos, luego posando su mirada en mis ojos fue agachando su cara hasta tocar mi miembro con sus labios, recorrió mi glande con su lengua de una manera lenta, provocando en mí que me casi me retorciera del placer.

Después dejó los lametones y se introdujo poco a poco y con delicadeza mi pene en su boca, comenzó con una mamada lenta y firme, y yo, al saber cercano mi orgasmo lo retire y de inmediato eyaculé.

Se puso de pie, me extendió sus manos y yo le correspondí tomándolas con las mías, me puse de pie igual que él, nos miramos a los ojos y sonreímos, sin despegar nuestras miradas una de otra, comencé a arrodillarme ahora yo, el miraba hacia abajo y yo fijaba mi mirada en la suya, puso una mano en mi cabeza y metió sus dedos entre mi pelo, yo tome su pene y comencé a lamer el glande, rodeándolo con mi lengua. Luego, al igual que el hizo conmigo, comencé con una mamada lenta que se detuvo cuando el empujó un poco mi cabeza hacia atrás para correrse en el suelo.

Luego se recargo en una pared de frente a mi y poco a poco se fue resbalando hasta quedar sentado en el piso apoyando su espalda en el muro, me miro y sonrió nuevamente, yo fui y me senté a su lado, me deje caer un poco hacia él, recargando mi cabeza en su pecho mientras me abrazaba y en ese momento por fin una palabra de su parte para luego una contestación mía.

-te amo Santiago.

-yo a ti Ángel.

En ese momento desperté, lo primero que vi fue el sol a través de la ventana que estaba justo delante de la cama, la luz lastimaba fuertemente mis ojos, tuve que cerrarlos de inmediato. A esa molestia se le sumaba un terrible dolor de cabeza y estomago y unas ganas tremendas de vomitar, eso sin contar la gran erección que me había provocado el sueño que acababa de tener.

Fui directo al baño y pensé en masturbarme para bajar la erección pero me sentía tan mal que descarte la idea, abrí la llave de la regadera y me metí bajo el chorro del agua casi helada, la primer reacción que tuve fue un brinco en cuanto el agua me rozo.

En la ducha pensé en el porqué de mi sueño… “¿de verdad amaré a Ángel aún?” me preguntaba.

Cuando salí estaba Teo sentado en la cama sonriendo divertido de mi reacción al salir del baño, pues había corrido las cortinas y la luz se filtraba de lleno a través de la ventana.

-oye me molesta la luz- dije quejándome mientras entrecerraba los ojos y los cubria de la luz con las palmas de las manos

-ey! Te traje esto- dijo mostrándome un vaso con agua y echando dos pastillas en el –espera a que se disuelvan y te lo tomas… ¿buena la fiesta no?

-pues la fiesta algo… pero ahora estoy muy mal, creo que en mi vida me había sentido así, te lo juro… me duele la cabeza, quiero vomitar, tengo el estomago totalmente revuelto.

-y que querías después de todo lo que tomaste ayer, era obvio como iba a estar hoy Santi… toma, ya están disueltas- dijo mientras me pasaba el vaso, bebí todo de un solo trago mientras el me preguntaba si quería bajar a desayunar

-espero que esto me sirva, y no gracias, lo que menos quiero ahora es comer.

-te hará bien para la resaca algo picoso, no se, unas enchiladas, unos chilaquiles, algo- me dijo animándome para que aceptara comer algo

-no, de verdad que no deseo nada en este momento… tu ve, tu si que debes tener hambre- le dije mientras secaba bien mi cabeza con la toalla

-ya fui hace rato… oye no tienes ropa, ¿te pondrás la misma?- pregunto

-pues si, ya llegando a mi casa me cambio.

-no, yo te presto algo- me propuso

-ay Teo, creo que tu ropa me quedara algo grande- contesté yo

-busco algo de lo que ya casi no me quede y te lo traigo, ahora vuelvo- dijo saliendo de la habitación casi corriendo.

Al cabo de unos minutos regresó con ropa, me vestí y se ofreció a llevarme a mi casa.

En el camino me preguntó a cerca del beso y yo le respondí con sinceridad

-ahmm la verdad es que no recuerdo muy bien Teo- le dije con algo de pena

-ok, no te preocupes, estabas muy… tomado jeje pero, ahora que ya no andas con Adrián quiero que sepas que haré lo que pueda por que tu sientas algo por mí.

Cuando llegamos a mi casa nos despedimos.

Al día siguiente en la escuela fue un día normal de clases, y pues en otros temas hablé con Adrián se su “novio”

-¿y que me quieres decir de Pablo?

-no quiero que tu novio me hable, y antes de que te pienses otra cosa, no es por celos, tu sabes que desde siempre no me ha caído bien, el otro día en la salida me hablo y su actitud para conmigo no me gustó en lo más mínimo Adrián, se porto como arrogante, y quizá no me haya dicho cosas malas o así, pero solo con su actitud fue suficiente, así que por favor dile que no vuelva a hablarme.

-no te preocupes Santiago y créeme que no pensaría que lo que me dices es por celos, tal vez si yo fuera Ángel ahí si reaccionarias celoso ¿no?- dijo como en tono de reclamo

-a ver no se porque dices eso, ni al caso tu comentario.

-tu me dijiste cuando terminamos que aun no olvidabas a ese, así que pues es por eso mi comentario.

-no puedo creer la actitud que tienes, pensé que ibas a actuar como una persona madura, por eso fue que hablé contigo de todo, pero me equivoque, estas peor que un niño, haz cambiado mucho y ese cambio no ha sido para bien, pero bueno, tú sabrás lo que haces- le dije dándome la vuelta y retirándome de ahí.

Fui hacia donde Camilo y Luz y recordé que Camilo quería decirme algo, pero ya no había terminado de contar nada, así que le pregunté de inmediato antes de que se me olvidara.

-Camilo tu el viernes ibas a decirme algo pero te habló Adrián y ya no me contaste- al terminar yo de decir eso él se puso algo tenso

-Santi es que quizá fue un error querer decirte eso porque le prometía a Adrián que no lo haría.

-Camilo, creo que me conoces y sabes que lo que me pidas que guarde en secreto lo haré, así que anda cuéntame ya y sabes que no diré nada.

-pues es que Adrián no anda con Pablo porque lo quiera o le guste- dijo Camilo

-¿entonces?-pregunté

-él anda con el gordito porque según con eso a ti te darían celos y le pedirías que volvieran.

-que!!? Cree que… ay no, definitivamente Adrián esta mal.

-prometo que no dirás nada de lo que te dije- dijo camilo un poco preocupado

-tranquilo, no te preocupes.

Es semana me vi una vez con Mateo, salimos a caminar, estuvimos platicando y la verdad es que me la pase muy bien, es un chavo muy agradable y noble, de buenos sentimientos y que me trata muy bien, cuando estuve esa vez con el me sentí calmado, tranquilo, como si los “problemas” que me pasaban a mi alrededor se esfumaran.

A la siguiente semana, un lunes, yo salí a las 2:00pm y Luz y Camilo a las 3:00pm ya que su actividad deportiva en la escuela es los lunes, martes y miércoles y la mía los martes, jueves y viernes, y como era lunes yo no la tenía así que salí antes que ellos. Justo cuando estaba saliendo me encontré con Joaquín.

-hola- saludo

-ey! Que milagro! ¿Vienes por Luz?- pregunté yo mientras nos saludábamos chocando los puños

-no, creo que ella sale hoy a las 3 ¿no?

-si, se quedo a lo del taller de futbol.

-¿tu no te quedas?- preguntó

-a mi me toca el martes, jueves y viernes jeje.

-pues yo vengo por unos papeles, de mi certificado y eso, me los tardaron porque hubo un problemilla ahí y apenas hoy me los dan… ¿me esperas?

-pues…-dudé un poco –esta bien.

Salió como 15 minutos después con un folder en la mano.

-listo, ahora si, vámonos- me dijo cuando estuvo junto a  mi

Caminamos hasta donde espero el camión, de nuevo se ofreció a llevarme pero no acepté, se senté conmigo a esperar hasta que llegara el autobús. Estuvimos platicando de muchas cosas, hasta que tocamos el tema del mensaje que mandó, aquel donde me preguntaba como me había dado cuenta de que era gay.

-¿y porque me mandate entonces ese mensaje?

-pues te digo, mi amigo tiene dudas de eso y pues se me ocurrió pues preguntarte a ti.

En ese momento sonó su celular, contestó y luego, después de colgar se dirigió a mí.

-lo siento Santi, tengo que irme, discúlpame que no me quede a hacerte compañía.}

-no importa, que estés bien, cuídate.

-bye- dijo él para después darse la vuelta y empezar a caminar.

Casi enseguida de que comenzó a alejarse sentí que alguien corría detrás de mí cuando me giré para ver era Joaquín que se había regresado y estaba justo frente a mi.

-¿qué pasó, se te olvidó algo?- pregunté

El no respondió, solo tomo mis mejillas con sus manos y sin más me besó, yo, por la sorpresa, me quedé inmóvil y sin hacer nada, luego se separó de mí y mirando rápidamente en todas direcciones solo dijo “perdón” y se fue corriendo.

Yo me quedé ahí parado sin hacer nada, muy sorprendido de lo que había pasado.

Ese día por la tarde saldría con Mateo, salí al parque de por mi casa, ahí nos vimos, platicamos mientras recorríamos el lugar, reímos mucho, como hace tiempo no lo hacía con alguien. Luego me acompaño hasta mi casa y justo antes de entrar me dijo

-bueno cuídate, me gusto mucho salir hoy contigo Santi.

-igual a mi, hace mucho que no reía como hoy- dije yo con una sonrisa

-bueno quiero preguntarte algo- respiró profundo y luego continuó –no tienes que responderme ahora eeh… bueno ¿que… quieres ser mi… novio?

-Teo yo-

-no, no digas nada ahora, solo piénsalo y me dices luego, bueno bye.

-bye- dije entrando a mi casa y cerrando la puerta.

Subí a mi cuarto, tome mi celular y le mandé un mensaje a Teo… el mensaje solo decía “sí, si quiero”

Hoy día disfruto a penas de 4 días de relación, espero que esta vaya creciendo poco a poco, me siento muy bien con la persona con quien estoy ahora, me trata bien, me hace sentir bien, y creo que el respeto y la tolerancia es lo primordial en una pareja... espero en Dios que me ayude a ir por un buen camino y que a pesar de que fracase en lo que sea que venga, sepa sobreponerme y seguir adelante, y creo que hasta ahora lo he hecho bien, no se que me depare la vida mañana pero espero saber afrontar lo que venga de una manera correcta... J.M.