Un chico con mucho que contar VIII
-Despues de concluida una etapa siempre es dificil empezar de nuevo pero se puede lograr seguir adelante, aunque al principio cueste-
Este relato va dedicado a un lector y amigo en el msn: Moctezuma
Después de un tiempo de estar caminando, sin darme cuenta, alguien se acerco a mí y me tocó el hombro, me gire para ver y era Ismael.
-¿Santiago?, ¿Qué te pasa, qué tienes?- me pregunto preocupado al ver cómo me encontraba
Yo sin pensar lo abracé y comencé a llorar desconsoladamente.
-¿qué pasa Santiago, que tienes?- preguntó Ismael claramente preocupado
-Adrian…- fue lo único que pude decir entre el llanto
-¿qué te hizo ese pendejo? Sea lo que sea le voy a partir la cara.
-no!! Adrian… se fue, se fue lejos- dije y nuevamente me abracé a el
-a ver vamos a otro lugar a platicar ¿te parece?- me propuso con un tono de dulzura y pasándome su brazo por los hombros
Comenzamos a caminar y yo iba como con la mirada perdida, viendo al suelo. Llegamos a una cafetería en el centro de la ciudad y entramo, el me llevó hacia una mesa apartada, seguramente para que hubiera más intimidad y le contara todo lo que había ocurrido.
-Ahora si Santi, dime bien que pasó- dijo Ismael tomando mi mano, la cual retiré casi enseguida
-Santiago se fue ayer, se fue lejos… me dejó- le expliqué yo un poco más calmado
-¿terminaron?- preguntó él
-nunca lo dijimos así pero… si, se acabó todo.
En ese momento se acercaron a tomar nuestro pedido, yo solo pedí un café americano e Ismael un cappuccino, luego de ordenar nos quedamos solos y seguimos hablando.
-Santi, no sé qué decirte, solo que estoy contigo y que lejos de los problemas que hubo, yo solo quiero verte feliz, y si puedo hacer algo para que eso suceda no dudes que lo haré.
-gracias Ismael, te agradezco mucho tus palabras, y pues creo que lo de ser feliz solo me toca a mí decidir cuándo… y eso será en el momento en que decida olvidarme de Adrian… pero por ahora solo quiero llorar, desahogarme y recordar, el olvidar será después- le dije yo con un tono pausado y bajo
-me parece bien que te desahogues y que también te des cuenta de que tienes que superar esto.
-pues sí, no hay más que hacerme a la idea, va a ser muy difícil pero tengo que hacerlo… yo lo quiero, lo AMO mucho, esto es muy… difícil para mí, me siento tan impotente, tan frustrado.
-sé que lo que te diré a lo mejor no parezca cierto pero lo es, mira, el tiempo… lo cura todo.
-jeje- reí como cansado y sin ganas, con desánimo –pues es lo que dicen, ahora me tocará comprobarlo- concluí
En ese momento llegaron con nuestros cafés, los dejaron sobre la mesa y nos volvimos a quedar solos.
-mira Santi, quizá te parezca apresurado lo que te voy a decir pero necesitas distraerte… mañana hay una fiesta, la organiza un amigo de mi primo Luis, ¿por qué no vamos? Te servirá para distraerte.
-pues…-dije dudando -…creo que en parte tienes razón, lo que necesito es distraerme.
-lo ves?? Anda vamos- dijo él un poco entusiasta
En ese justo momento recordé que Ángel me había invitado a salir precisamente mañana viernes.
-mira, acepto salir contigo pero no puedo salir mañana, lo que sucede es que ya tenía una invitación y se me haría mal no aceptarla- Le dije yo un poco apenado
-no te preocupes saldremos cuando tú quieras- dijo mostrándome una hermosa sonrisa
El rato se pasó con Ismael tratando de hacerme reír y hacer que me olvidará por un momento de lo que había pasado. Salimos de la cafetería y comenzamos a caminar por las calles del centro durante un buen tiempo. Cuando se llegaron las 2 de la tarde le dije que a esa hora salía de la escuela y que me tenía que ir a mi casa, el me acompañó hasta allá y en la puerta nos despedimos, él me agarró descuidado y me dio un pequeño beso en los labios.
-perdón- dijo rápidamente
-no te preocupes… bueno pues gracias por acompañarme hasta mi casa, ahora cambió la imagen que tenía de ti desde que nos encontramos nuevamente.
-pues me alegro de que pasara eso, lo que menos quería es que tuvieras una mal imagen de mí, pero no sabía qué hacer o cómo actuar para llamar tu atención de nuevo y… creo que lo que hice resultó muy mal- me dijo bajando la mirada
-mira, eso ya paso, hagamos de cuenta como que hoy es la primera vez que nos vemos desde que terminamos la secundaria- dije yo intentando sonreírle
El correspondió mi intento de sonrisa y me abrazó, luego se despidió diciéndome que me llamaría luego y se fue.
Yo entré a mi casa, subí a mi cuarto y seguí con mi llanto, llanto de coraje, tristeza, impotencia y demás sentimientos cruzados.
En un momento sonó mi móvil y vi que era Luz, le contesté y comenzamos a hablar
- ¿qué paso? ¿Por qué no fuiste a la escuela Santi?
-Luz, no tenía ánimos de hacer nada… Adrian se fue
- sí, lo sé, me lo dijo ayer por la mañana, por eso cuando salimos rápido entendí que quería estar a solas contigo para decirte…-
Hubo un momento de silencio, luego del cual ella siguió hablándome
- Santi, estoy contigo… Camilo y yo estamos contigo.
-¿Camilo!? ¿Camilo sabe?
- cuando Adrian me dijo que se iba comenzó a hablar de ti y de que sucedería con su relación y, pues creo que por lo que estaba sintiendo y viviendo no se percató de que Camilo estaba ahí, o no recordó que él no sabía nada y pues al final le tuvimos que explicar lo que sucedía.
-bueno, ya da igual, eso en este momento es lo que menos me preocupa.
- y… dime ¿cómo te sientes?
-¿y cómo quieres que me sienta? Muy mal, me siento pésimo
- perdón, que pregunta tan estúpida hice.
-no te preocupes- respondí yo un poco cortante
- Santi creo que lo que quieres ahora es estar solo… te dejo para que pienses y medites en lo que sucedió y en lo que harás de hoy en adelante.
-gracias Luz, es justo lo que necesito, pensar en qué sigue de aquí en adelante.
- bueno Santi te dejó y recuerda que cualquier cosa aquí estoy eh.
-lo sé Luz gracias, bye.
Colgué y regresé con mi llanto, a lo mejor ustedes pensarán que qué ridículo y llorón soy pero la verdad es que no tenía ganas en ese momento de hacer otra cosa que no fuera llorar, no se ni de donde saque tantas lagrimas.
Estuve todo el día encerrado en mi cuarto hasta que me quedé dormido, por la noche mi mamá subió para preguntarme si quería algo de cenar, yo solo le dije que no y me volví a dormir, solo quería dormir, pues así por lo menos no pensaba tanto en lo ocurrido.
Al otro día fui a la escuela, normal, aunque no podía prestar atención en nada por estar metido en mis pensamientos, eso ocasionó que en dos ocasiones me sacaran del salón. En la segunda clase en que me echaron fui a caminar por los pasillos de la escuela como alma en pena, alguien se aceró a mí y me habló
-hola Santiago- dijo Ángel detrás de mí, palmeándome la espalda -¿Qué haces afuera de tu clase?
-hola, me sacaron- contesté desganado y mirando al piso, mientras caminaba pateando un papel
-¿qué tienes? Te veo mal
-pasaron… muchas cosas y… no quisiera recordarlas mucho, no me gusta.
-pues si quieres cuéntame, es bueno que eches fuera todo lo malo.
-gracias pero preferiría dejarlo así- dije intentando sonreír para que viera que no estaba taaaan afectado
-bueno si así lo prefieres, no te abrigaré a contarme si no quieres… y entonces ¿no saldrás conmigo hoy?- dijo con la cabeza gacha pero desviando la mirada hacia mí
-pues es que… si!- dije sorprendiéndome a mí mismo, pues durante la noche había decidido decirle que no si me preguntaba
-bien- me respondió alzando la cabeza y mostrándome una sonrisa –ok, ya sé dónde vives, te paso a buscar a las 9:00pm ¿está bien?- me preguntó
-sí, está bien a esa hora- le respondí sonriéndole al ver su alegría, esta vez no intente fingir la sonrisa, solo me salió espontáneamente al ver cómo reaccionó al decirle que iba a ir.
-bueno me tengo que ir que solo pedí permiso para ir al baño jeje- me dijo alejándose
Luego escuche que ya a lo lejos me gritó
-por cierto mañana ya te entregan tu perrito!!!!-
Yo solo asentí y seguí caminando.
Por la tarde mis padres iban a salir, iban a ver a una tía que habían operado y regresarían hasta el otro día, así que me quedaría solo y no necesitaba pedir permiso para salir.
Salí de la escuela y fui a un parque a platicar con Luz y Camilo, luego de eso me fui a mi casa y llegué como a las 4:00pm mis papás ya no estaban y me fui a hacer alguna que otra tarea de la escuela que tenía, a las 8:00pm me metí a la ducha y cuando salí me empecé a vestir y a arreglar para cuando llegara Ángel.
Faltaban como 10 minutos para las nueve y sonó el timbre, fui a abrir y ahí estaba Ángel… estaba vestido con una camisa azul a cuadros que se ajustaba a su cuerpo (y que cuerpo!!!!) tenía unos jeans que se ajustaban a sus piernas y le hacían ver… tan bien.
Me quedé como bobo viéndolo (hasta me olvide en ese momento de todo lo de Adrian) y el me habló
-hola!?- saludó él un poco dudoso de hacerlo
-ah hola- dije yo saliendo de mis pensamientos
-pues veo que ya estás listo, de verdad que te ves muy bien- me dijo pasando su mirada por mí
-gracias- contesté un poco sonrojado
-bueno… ¿nos vamos?
-si vamos- dije yo sonriéndole
Nos subimos en su auto y ya estando adentro pregunte lo que iba a preguntar desde un principio
-¿y a dónde vamos?
-aaaa… una fiesta.
-¿fiesta? ¿De quién?
-mía… y de Joaquín- contestó sonriente
-mira que bien, y ¿sólo va a haber chicos de la escuela?
-no, algunos amigos que no son de la escuela también estarán- me dijo con la vista fija en el camino
Cuando llegamos, me di cuenta que era la casa de Joaquín, donde había sido la fiesta en la que Adrian me habló de lo que sentía por mí. Al pasar por el lugar donde estaba estacionado el auto de Adrian en aquella fiesta me vino de nuevo la tristeza, pero pensé en que no podía estar así, y cambié para que Ángel no me viera mal ni pensara que soy un aguafiestas.
Estacionó el auto justo enfrente a la puerta de entrada a la casa de Joaquín y después bajamos.
Todo el tiempo estuvo cerca de mí, atendiéndome, preguntándome si me sentía a gusto o si necesitaba algo.
Luego empezamos a bailar (él con una chica y yo con otra) y descubrí que bailaba excelente!!! Luego de estar bailando por un buen rato, nos fuimos a sentar y me ofreció algo de beber, acepté y al final de 1 vaso con ron y cola pasé a tomarme 6!!!!! Él, después del segundo vaso me dejó un buen rato y cuando regresó ya estaba yo casi dormido de lo ebrio que me puse.
No recuerdo muy bien lo que paso cuando él volvió pero más o menos va así…
Me ayudó a caminar hasta el auto, me subió a la parte trasera y me recostó, yo me jale de su cuello e hice que cayera sobre mí, en eso recuerdo haber sentido su respiración sobre mi y dijo…
-Santiago… cuanto me gustas… cuanto te quiero- luego me besó
La parte 9 marca el final de esta historia (mi historia) mil gracias a todos los que la han seguido.
Un saludo y un fuerte abrazo... Joseph Mery