Un chico con mucho que contar I

Esta es la historia de Santiago un chico que nos contará sus vivencias en el amor y en el sexo

Esta primera parte comienza seis meses antes de que Santiago entre al bachillerato (hace un año y medio; tenía 15 años)…

Mi nombre es Santiago Rivas (estatura un poco más bajo del promedio, delgado, pelo muy negro, ojos de un café muy claro, y de piel tenuemente morena) tengo 16 años y mi historia es la siguiente.

Estaba yo sentado en el salón de clases de la secundaria, fui el primero en llegar, estaba aburrido pues aún mis amigos no llegaban, aunque no estaba tan impaciente por verlos a ellos, sino a Ismael, el chico que desde hace ya tres años ocupa mis pensamientos, yo sabía que Ismael no era gay, pues lo había visto con varias chicas a lo largo de esos tres años, pero aún así no perdía la esperanza de que en algún momento se pudiera fijar en mi.

Estaba meditando en eso cuando una voz conocida me saco de mis pensamientos

-Hey Santi, ¿en qué piensas?- dijo Marcos (de estatura mediana, moreno, pelo y ojos negros, muy flaco, pero se le alcanzaban a notar levemente los abdominales), mi mejor amigo.

-en nada- contesté –solo en que no hice alguna que otra tarea, y…-

-ese problema lo tengo yo también- dijo Arturo interrumpiéndome (el era de estatura un poco más baja que el promedio, moreno complexión media, ni gordo ni flaco, pelo negro y ojos obscuros), -de hecho pensaba en que me podías pasar algunas, pero creo que no podrá ser.

-Chule!!!- lo llamé por el apodo que le había puesto Marcos –que raro que llegas solo, pensé que llegarías con Aníbal- siguió diciendo Santiago mientras chocaba los puños con Arturo, y este a su vez con Marcos

-no él se quedo platicando con Esteban en la entrada- contesto Arturo

A cada minuto que pasaba, el salón se iba llenando, pero la persona que a mi me interesaba no aparecía… hasta que escuché una voz en la puerta… entonces volteó y ahí estaba él, Ismael, con su clásica actitud de galán, era un chico de mediana estatura, un buen cuerpo, pelo corto y negro, ojos negros, y piel blanca… yo lo veía como algo inalcanzable... estaba pensando en él cuando llegó la profesora y comenzó la clase, durante la cual no dejaba de ver disimuladamente a Ismael, que estaba sentado al otro extremo del salón. Cuando llegó el momento de las opiniones del tema, yo opinaba a cada rato y con vos fuerte, deseando atraer la atención de Ismael y lo logré pues en ratos notaba, por el rabillo del ojo, como Ismael me volteaba a ver cuando hablaba, así transcurrió la clase, conmigo tratando de llamar la atención de mi amor imposible, pero no sabía lo que ocurriría ese día….

Cuando termino la clase saqué unas golosinas que empecé a comer, se acercaron mis amigos y las compartí con ellos

-hey tú, come solo- grito Marcos mientras se acercaba con Arturo a mi asiento

-tengan para ustedes- dije arrojándoles una bolsa a cada quien.

  • ¿y para mí no hay?- dijo al fondo Aníbal (un poco alto, de pelo medianamente largo y castaño, de cuerpo, era el mejor entre los 4, tenía ojos color miel, y la piel muy blanca)

  • claro, yo te comparto de los míos- le dije sonriendo

-bueno pero será en la siguiente clase, porque ahora no da tiempo… hay que cambiarnos ya al otro salón- dijo Aníbal

-huy si ahora si no hay tiempo, miren quien lo dice el que llegó tarde- dijo Marcos

-es que me quedé a platicar con Esteban y luego llego Mónica y pues…-

-da gracias que no los cacharon fuera de clase que si no…- lo interrumpió Arturo –bueno en el camino hablamos, vámonos ya- concluyó.

Marcos y Arturo caminaban hacia la puerta -Andando cabrones- dijo Aníbal dándome un leve empujón en el hombro, yo aún estaba sentado.

Todos iban saliendo menos yo…

-ustedes adelántense mientras yo recojo mis cosas, que por estar comiendo no he guardado nada- dije

Ellos asintieron y se marcharon.

Estaba yo guardando mi cuaderno y al agarrarlo para introducirlo en la mochila sentí que una mano se posaba sobre la mía, inmediatamente alcé la vista para ver quién era y cual va siendo mi sorpresa al ver ahí a Ismael, mi amor platónico…

-¿para mí no hay golosinas?- preguntó Ismael con una vos seductora y viéndome con una mirada de galán de culebrón y sin soltar mi mano, no podía creer lo que estaba pasando, mi ídolo estaba agarrándome la mano…

-pues ya no hay pero si… si de verdad quieres… te… te comparto de las que yo tengo- respondí tartamudeando por los nervios y seguramente pareciendo un perfecto idiota.

Pasaron unos minutos en que ni uno ni otro habló solo nos quedamos viendo fijamente a los ojos, no entendía lo que estaba pasando, solo se hacía preguntas en la mente; ¿porqué Ismael estaba así conmigo? ¿Por qué mi amor platónico ahora me hablaba y hasta me agarraba la mano?... algo raro debe estar pasando pensaba yo.

-bueno pues ya son las 8:13 creo que ya no podremos entrar a la clase de las 8:00- dijo Ismael –ahora tendremos que esperar hasta la de las 9:00, así que tenemos tiempo para comer, ¿no crees Santi?- concluyó Ismael.

-no, no lo creo, si nos ven los prefectos nos llevaran a la dirección por estar fuera de clase- contesté un poco tímido.

-bueno creo que ya te diste cuenta que en este salón a esta hora no hay clase, así que ¿por qué no apagamos la luz, y nos sentamos en una de las esquinas de atrás? Así no nos verán, podemos salirnos 10 minutos antes de las 9:00, ¿qué te parece?

Me quedé un momento pensando… “¿Por qué si todo este tiempo me ha ignorado, ahora se porta así? ¿Por qué hace esto? Esto se me hace muy raro pero no tengo otra alternativa que aceptar… si me pillan me suspenden por no entrar a clases”

-está bien- dije nuevamente con timidez

-¡muy bien! Excelente decisión- dijo Ismael mientras se dirigía a apagar la luz del salón.

Ambos nos sentamos en la parte trasera del salón y comenzamos a comer las golosinas que tenía, no hablamos hasta que terminamos…

-bien son 8:33- dijo Ismael –así que tú dices que hacemos de aquí a las 9:00pm?

Sin decir nada saqué mi móvil, le coloqué los audífonos y me dispuse a escuchar música pero…

-no, yo no estoy aquí para escuchar música- dijo Ismael casi gritando y lanzándose sobre mi me arrebató los audífonos y los lanzó al piso,

Yo no lo podía creer y alcé las cejas por la impresión que me había llevado… ahora Ismael estaba sobre mí con una mirada que denotaba furia, sus manos aprisionaban contra el piso las mías, no dije nada solo observe a Ismael con algo de miedo… así pasaron algunos segundos hasta que Ismael hablo:

-¿Qué te crees que no me he dado cuenta de cómo me has mirado todo este tiempo? ¿Piensas que no me he dado cuenta de que eres un marica y que yo te gusto? ¡Contéstame!!!- dijo Ismael furioso casi gritando sobre mi cara de asustado.

Me quedé pasmado por lo que escuché, no pude decir ni media palabra, solo desvié la mirada lo más lejos que pude de los ojos de Ismael, en ese momento deseé que se abriera la tierra y me tragara, no podía creer lo que había escuchado, mi corazón estaba latiendo mil y sentía como una oleada de escalofríos y miedo invadía mi cuerpo…

-¡Mírame y contesta!!- dijo Ismael tomando mi cara y girándola para que lo mirara a los ojos, yo no puse objeción y lo miré fijamente a los ojos.

De repente pasó algo que había deseado que pasara desde hace mucho tiempo, pero que dadas las circunstancias de ese momento hubiera preferido que jamás pasara… ¡¡¡Ismael me beso en los labios!!!

Fue un momento en el que sentí una mezcla de sentimientos muy extraña, sentía coraje, amor, miedo, deseo de que Ismael continuara y a la vez ganas de que dejara de besarme… así transcurrieron los segundos hasta que Ismael separó sus labios

-he sido un tonto, perdóname- dijo Ismael evitando mi mirada y cambiando el tono de furia que tenía antes por un tono de vergüenza y timidez –no sé porqué lo hice… yo…yo… no soy gay!!! te lo juro!!!… pero… pero…

-¿pero qué?- lo interrumpí, dándole a Ismael una mirada de comprensión y ternura al ver el estado en que se encontraba

-pero contigo me pasa algo… no se qué… no lo sé explicar… es una sensación extraña y… me gustan las mujeres!!!… pero es que no se qué pasa- y concluyendo con esto a Ismael comenzaron a salirle lagrimas que pronto surcaron sus mejillas.

Yo solo me quedé quieto y callado sin saber que hacer o que decir, hasta que atiné a abrazarle, Ismael aceptó el abrazo pero segundos después se apartó.

-por favor no le cuentes a nadie lo que te he dicho, te lo pido- dijo Ismael con lagrimas aun en los ojos y con una mirada suplicante

-no te preocupes no se lo contaré a nadie, pero dime… ¿por qué has hecho todo esto, por qué?

-es que siento algo cuando te veo, algo extraño y pensé que a lo mejor estando cerca de ti descubriría si lo que siento por ti es lo mismo que siento cuando estoy con mi novia o con otras chicas- dijo Ismael un poco más tranquilo- y… creo que…creo que-

Riiiiiiiiiiiiiing riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiing sonó el timbre anunciando el cambio de clase y a la vez interrumpiendo a Ismael, que quien al oírla se puso de pie y me pidió que hiciera lo mismo. Cuando los dos estuvimos de pie fuimos hacia la puerta del salón y antes de salir Ismael asomó la cabeza para asegurarse de que nadie nos vería salir; cuando estuvo seguro salimos…

Ambos tomamos un pasillo diferente pero Ismael corrió hacia mí, que estaba de espaldas a el

-no se lo digas a nadie, recuerda que me lo prometiste- me susurró al oído

-no te preocupes- dije con tono serio y sin girarme a ver a Ismael, quien en cuanto terminé de hablar se fue corriendo.

Durante el resto del día en cada clase Ismael y yo nos mirábamos disimuladamente, no dejaba de pensar y darle vueltas a lo que había pasado durante la mañana.

Cuando llego la hora de la salida pude ver a lo lejos a Ismael besando a Ana María, su novia, tragué saliva y sentí una especie de celos al ver aquella escena.

En el trayecto a casa seguía pensando en lo ocurrido “ahora uno de mis deseos se puede hacer realidad, Ismael siente algo por mi… ¡¡¡siente algo por mi!!!” pensaba con euforia y alegría… en ese momento lo único que quería era que el día pasara muy rápido para volver a la escuela y ver de nuevo al que hasta ese día había sido mi amor imposible… ahora sabía que no era tan imposible, ese deseo de que Ismael me quisiera se podía cumplir.

En la próxima parte Santiago deja la secundaria y con ello a sus amigos y a Ismael… comenzará el bachillerato donde le esperarán un sin fin de sucesos, entre ellos su primera vez.

Este es mi primer relato aquí y en toda mi vida, espero que les haya gustado aunque no hubo sexo, pero para el próximo si que lo habrá. Espero que se animen a comentar y darme su opinión.