Un catracho muy particular 1
La pija de Aníbal estaba dentro de Rony y este la recibía, Rony gritaba fuerte ya que era la primera verga que lo penetraba; no sabía cómo habían llegado a aquella situación pero allí estaban, Rony recibiendo verga de su compañero de trabajo y para colmo ambos casados, con hijos y nunca habían estado con otro hombre.
UN CATRACHO MUY PARTICULAR 1
No era mi intención llegar a conocer a tal portento de hombre, no es que fuera un tipo alto, blanco, ojos azules, pelo rubio, con una verga de campeonato.
Era un Catracho (hondureño) promedio, que llegó buscando trabajo a la oficina y su nivel estudiantil medio.
Llegó buscando una posición de vigilante o ayudante de algo.
Un chico de 1.68 mts., 170 lbs. de peso, pelo negro azabache lizo, ojos color café claro (casi miel), pestañas largas súper lizas, piel café oscurita y un cuerpo formado por el trabajo.
Esa mañana en particular, habíamos puesto un anuncio requiriendo personal masculino de 18 años en adelante; para conserje (office boy).
Tenía que saber leer y escribir como mínimo, sacar cuentas básicas y conocer la ciudad.
Se presentaron más de doscientos candidatos, era extenuante poder escoger y le dije a mi secretaria que me eliminara los menores de 18, que eliminara los que tuvieran menos del 8vo. grado de escolaridad y otros detalles…
Al final, quedaron un total de 26 curriculums, me pareció un mejor número para entrevistar; les hicimos una primera ronda de 30 minutos a cada uno y así los descartamos, al llegar 5 minutos tarde quedaban fuera entre otras cosas.
Rápidamente se redujo el número a 9 y para el tercer día ya estaban solo 5 y a estos les aplicamos los interrogatorios del caso, la plantilla de solicitud de empleo y demás pertinente de la situación.
Hubo uno en particular que estaba medido para el puesto, incluso tenía un título de Perito Mercantil y el requerimiento de sueldo estaba dentro del rango.
Eran luego dos puestos similares los que se ofrecieron, el segundo puesto estaba en un veremos.
A mí me dieron carta libre para la escogencia de este personal, era la primera vez en la oficina que Yo escogería personal y querían medir mis capacidades para tales menesteres, tenía solo cuatro meses de haber ingresado a trabajar.
Yo, muy profesional al respecto me fui por sus habilidades: conducción, manejo de equipo y maquinaria, estudios …
Hubo un momento en que me preocupaba su acercamiento a movimientos como ser las bandas callejeras y esas cosas, no quería que nos involucraran y al día siguiente que llegarían para una evaluación final y descarte definitivo, se me ocurrió preguntarles sobre tatuajes en el cuerpo y el porqué se los habían hecho.
Guillermo, el primer candidato; dijo que tenía el nombre de su hijo en el pecho y el de su mujer en el muslo, le pregunté si podía mostrarlos y dijo que sí.
Me levanté de la mesa de conferencias en donde estábamos, puse el seguro de la puerta y le dije que me mostrara.
Se sacó la camisa con toda naturalidad y luego pude apreciar un torso: Muy fuerte, tenso, fibrado pero no musculado que se logra por el trabajo; dijo que no hacía gimnasio, que su cuerpo era del trabajo en el campo con su padre y que tenía dos años en la capital.
Cuando se bajó el pantalón, no se quedó allí nomas; se lo quitó y sus calcetines y se paró frente a mí con solo un pequeño bikini que apenas contenía sus partes íntimas y en ese momento me dijo: “Es que quiero que vea que no le miento, solo estos dos tatuajes tengo; me los hice en el ejército” y se volteó, demostrándome su espalda ancha y firme, limpia completamente; un par de nalgas pequeñas pero recias, que se apreciaban en aquel bikini de hilo, para que vea que es verdad, dijo y sin dar oportunidad a que Yo dijera nada; bajo su bikini por la parte de atrás y me mostró sus nalgas que saltaban mucho más claras que el resto de toda su anatomía, se volteó tapando con su mano su verga y pude volver a notar que no era fácil ocultar todo aquello allí contenido, más una abundante mata de pelos que pugnaban al aparecer en los costados de su mano.
¿Me permite que tome un par de fotos para su archivo?
Sí, no veo problema jefe; me dijo sonriente.
Y así lo hice, tomé cómo unas seis en total y luego…
Ok, está bien Guillermo; se puede vestir; dije Yo.
Ya tengo sus datos y luego de tomarle un par de fotos a los tatuajes se vistió, se marchó y quede pendiente de llamarle.
Pasaron los otros, tres de ellos no tenían tatuajes; pero pregunté igual si tenían inconveniente con qué tomara fotos para el registro y ninguno se opuso.-
Les tomaba fotos de todo el cuerpo, por delante por detrás y de la cara; pero no dejaba escapar del bulto en sus interiores.
Y por último fue Joaquín, un tipo más bien súper alto; delgadón, piel clara, pelo entre castaño claro a rubio, ojos grandes y entre verdosos y grises, labios gruesos y rojos; una belleza de hombre.
Sus calificaciones eran muy buenas, recomendaciones, notas de otros trabajos; estaba en unión libre al obtener dos varones como hijos, que estaban entrando a la adolescencia y viudo de hacía muy poco.
Este estaría bueno para el área de recursos humanos y también era perito mercantil.
Al igual que a Guillermo y a los otros le pregunté sobre su asociación con bandas y tatuajes, me respondió que no tenía nexos con bandas; pero que sí tenía varios tatuajes y que se los había hecho de muy joven, en su barrio.
Procedió a mostrarme primero los del torso y espalda, eran más bien trabajos triviales; los nombres de sus hijos y su ex, un dragón hermoso a color y luego se bajó el pantalón.
Antes de bajarse el pantalón me pidió disculpas, pero él no usa ropa interior y quedaría desnudo completamente me avisó y le dije que no se preocupara.
Se bajó su pantalón y al verlo desde atrás, puede apreciar un par de nalgas hermosas; tipo burbujas bien duras y unas piernas gruesas y súper peludas, pude apreciar una bolsa de escroto amplia, donde guarda sus testículos que también se mostraban bien peludos y grandes.
Le indique, que se quedara dando la espalda hacia mí; tomé un juego de fotos de los tatuajes, también una foto general de la espalda, nalgas (en donde tenía uno en cada nalga, eran algo como soles que brotaban de cada músculo de su nalga) y en las pantorrillas.
Al voltearse pude apreciar su pecho con un nombre de mujer que estaba sobre su corazón y el de sus hijos debajo.
Desde su ombligo, se desenrollaba la cola de un dragón que terminaba mordiendo la tetilla derecha en brillantes colores y fue cuando al terminar de tomar su muslo izquierdo con otra flor trivial que se quedó un poco rígido y muy serio me dijo: “Sr. Velásquez, tengo uno más; pero es que lo tengo aquí y con su dedo señaló su mano que cubría su pene”… un momento de silencio y le dije: “muéstreme, así no queda nada al pendiente”.
Dicho y hecho, al retirar su mano; su péndulo cayó y se dejo ver una verga algo gordita y un poco larga que tenía un prepucio muy abundante que cubría una buena cabeza y que en su parte superior tenía un emblema de SUPERMAN en escudo.
Diré: “quien haya tenido la gracia de tatuar ese pene, se dio gusto por lo que toco y por lo que miró”.
Simplemente me dedique a sacarle tres fotos de cerca y una general al frente y luego dos más generales.
Ok, se puede vestir Joaquín.
Le avisaremos en el transcurso de la semana si fue positivo o negativo.
Le di un apretón de manos para despedirlo y se marchó.
Solo Yo supe de las fotos y los entrevistados, a todos los tomé en interiores menos a Guillermo y a Joaquín; pero todos tenían lo suyo.
Luego de discutir con mi jefe por teléfono de a dónde los enviaría, deje a Guillermo con migo y a Joaquín con Recursos Humanos.
Le indiqué a la secretaria que hiciera las llamadas de agradecimiento respectivas y las de presentarse el día Lunes siguiente, temprano a las 7:30 a.m. en la oficina a Guillermo y a Joaquín.
Cómo ya era Viernes, deje giradas instrucciones sobre los nuevos empleados a seguridad y que esperaran en el área de garaje con los choferes a que Yo llegara.
El Lunes, llegué puntual a las 7:30 a.m. y me agradó saber que ellos habían llegado entre 15 y 20 minutos antes.
Me presentaron el informe del fin de semana y todos los movimientos, los mandé a llamar a ambos novatos.
Estaban un poco nerviosos, les invité a una taza de café y que se relajaran un poco; les indiqué sus funciones básicas con la oficina y el resto de oficinas, les asigné a sus respectivos cargos; dejándoles claro que ellos dependían de mí y que solo eran asignaciones a puestos los que tenían y que podían ser movidos a otros lugares de necesitarse de sus ayudas.
Les dieron sus uniformes y se miraban regios, las secretarias estaban encantadas con lo amables y colaboradores que eran ambos chicos.
Pasado como un mes, tenía que presentar un trabajo a penas lo terminara y sería tarde en la noche.
Llamé a ambos y les pregunté que quien podría ayudarme a llevar ese trabajo a su destino esa misma noche ya que los demás conductores no estaban disponibles y no les indiqué quien sería, ellos tomarían la decisión entre ellos.
Al final fue Guillermo, dijo que al ser Jueves su mujer no estaba porque tendría vacaciones de un largo fin de semana por aniversario de su oficina y se llevaría al paseo programado para el Viernes a los niños.
Así que como estaría libre por parte de nuestra oficina también el Viernes como recompensa, se podrían juntar más tarde.
Las horas transcurrieron y todo bien, Yo terminé mi informe; se lo entregué a Guillermo y este muy oficiosamente a eso de las 11:45 p.m. lo llevó.
No más habiendo llegado Yo a mi casa, recibo una llamada a mi Cell de parte de Guillermo; asumí para informarme que la entrega estaba hecha.
Así era, la entrega la realizó sin problemas; pero bajando de la ubicación, su moto se barrió y sufrió un accidente donde tenía lastimada la pierna.
Rápido llamé a emergencias y me hice presente, era a unas cuantas cuadras de mi casa por donde sufrió el accidente y al llegar ya le estaban atendiendo, le habían llevado al hospital a tomar rayos x y todo estaba en un feo doblón que lo dejaría con un entablillado el fin de semana por lo menos.
No habiendo nadie en su casa y Yo viviendo solo en la mía, lo convide a que se quedara el fin de semana; mientras se recuperaba de la hinchazón.
Guillermo estaba súper apenado, lo llevé a casa; lo instalé en el cuarto de visitas que tenía y temprano le tenía listo un desayuno a ver a qué horas se levantaba.
Lo primero, fue indicarle el baño de visitas en el cual había lo indispensable para su aseo personal.
Quiso llamar a su mujer para que le viniera a atender y le dije que era uno de los pocos recreos que tendrían como familia y que les indicara cómo estaba y dónde para que perdieran miedos.
Ella me pidió una y mil disculpas por ponerme incómodo, qué si mi tiempo, la incomodidad de alguien extraño bla bla bla.
Yo sabroso platicaba con Guillermo y toda la cosa, pero a eso de la tarde del Sábado, Guillermo me dijo que había un problema; que él no andaba ningún tipo de ropa y que necesitaba bañarse y todo lo demás.
Fresco, le dije Yo; le prestaré una calzoneta y demás y luego el Lunes que vaya a su casa me la devuelve.
Así fue, lo primero fue que se metiera a bañar; dijo oler a león pijiado jajajajajjajaa
Al entrar al baño y habiendo pasado como cinco minutos, me llamó y de nuevo se le presentaba un problema y era que no quería mojar el entablillado y esas cosas que le habían puesto.
Espere un poco aquí le dije, fui por un banco plástico y al entrar en el baño; le vi un poco apenado, era porque estaba desnudo y no había forma de taparse sus vergüenzas.
Jajajajajjaja, reí muy fuerte, ahora es que tienes pena ¡!!!!!!
Yo ya te vi en el hospital y cuando llegaste pidiendo trabajo, ¿no te acuerdas?
Guillermo se tornó más rojo de lo que ya estaba y colocando dentro de la ducha el banco de plástico le ayudé a sentarse.- Su pene estaba en reposo, pero un poco más gordito que lo que recordaba.
Le ayudé a colocar el pié estropeado al borde de la bañera y dándole la manguera pequeña de la ducha le di los accesorios que ocuparía.
Pasada una media hora, escuché que me llamaba; estaba que no podía pararse por lo deslisozo del piso de la bañera y su esfuerzo era en vano.
Le dije: “Lo primero es lo primero” acto seguido con una toalla le fui ayudando a secarse la espalda hasta donde lo permitía su posición sentado, luego el terminó el pecho y la cabeza, las piernas y luego le ayudé a incorporarse muy despacio.
Al quedar erguido, su pene estaba nuevamente morcillón y no le quedó otra que pasar su brazo por mi cuello para ayudarse a salir.
Al estar fuera, Yo le dije que esperara unos segundos y tomando la toalla; comencé a pasarla por la espalda que estaba media mojada y la bajé sin pensarlo mucho por sus nalgas y piernas.
Guillermo no dijo nada, le alcancé unos bóxer nuevos que tenía por allí y le dije que así se podía quedar si quería; que hacía mucho calor y que estaría más fresco, además no había nadie más.
Yo como vestimenta, llevaba puesto solo un chándal de tela muy liguera y gastada; casi se transparentaba de tan usado y delicioso el chándal.
Mi pija también estaba un poco morcillona por haberle tocado ese culito apretadito y sabrosón.
Nos fuimos a la sala a ver tv, comimos un poco y luego le acomodé en su cama para que descansara.
A eso de las 3 a.m., escucho que de la habitación de Guillermo salían ruidos raros; era Guillermo que estaba prendido en temperatura.
Ya nos habían indicado que podría pasar, al entrar; pude ver su cuerpo al descubierto, una piel café casi aceituna y un pecho que se agitaba sin parar.
Estaba todo sudado, su frente estaba perlada de gotas de sudor que bajaban por los costados mojando su pelo lacio, sus mejillas sonrojadas por la fiebre.
Cómo pude lo desperté y le di su medicamento, él se disculpó por darme molestias y le dije que Yo había solicitado que se quedara y que no era problema para mí.
El día siguiente fue muy normalito, le indiqué que cuando quisiera bañarse me indicaba y le ayudaría.
A eso de las dos de la tarde me dijo que pensaba bañarse, que le prestara la banca plástica y que si necesitaba de mi ayuda me avisaba.
Así fue, le pase la banca y pasaron como veinte minutos y noté que no había chorro de agua ni nada; toque en el baño preguntándole que si requería ayuda y me dijo con un suave “Sí, no puedo” como contestación que sí, que requería ayuda.
Lo encontré que no podía entrar a la bañera puesto que era muy deslisoza, Lo tomé de uno de sus brazos y le ayudé a entrar; le volvía ayudar con el jabón en la espalda y los hombros, él tenía la cabeza agachada en señal de vergüenza por estar más inútil de lo que debiera.
Vamos Guillermo, no te pongas así; si fuera Yo el que estuviera en tu lugar, tú lo harías por mí sin chistar.
Una sonrisa volvió a su cara.
El fin de semana pasó sin más, su cuerpo hermoso y sencillo quedó en mi mente bien compenetrado con el ambiente de ese baño.
Ese día, me quité la ropa y me metí a la bañera, con un paño frote su cuerpo y piernas para que no mojara su pié entablillado y frote su espalda; le ayudé a pararse y con esfuerzo para no caer se detuvo de las paredes y le ayudé a limpiar su trasero, su trasero se sentía firme y pequeñón, un trasero de hombre latino.
No pude evitar que mi verga creciera un poco, sin llegar a una erección pero creció.
Al sentar a Guillermo en la banca plástica, pude notar que su verga sí había tomado un tamaño considerable y Guillermo intentó taparse con su mano y volteando la cara hacia la pared dijo un suave: “perdón”.
Descuida, es natural que ocurra al estar otra persona tocando tu cuerpo; eso ocurre también en los masajes le dije.
¿Deberas?, a mí nunca me han dado uno.
Pues sí, es muy común; más si llevas varios días sin sexo como tú con tu mujer.
Y comenzó a llorar.
Me extrañó muchísimo y comenzó a contarme las al ti bajas de su matrimonio y lo último ocurrido.
Así nos llevó el Domingo, el Lunes; lo llevé al IHSS (Instituto Hondureño de Seguridad Social), para una evaluación y le dieron una semana de reposo y ya sin el aparato en el pié todo era más fácil.
A la semana llegó a la oficina y lo primero que hizo fue reportarse con migo que ya estaba presente para laborar.
Las asignaciones corrían, Yo desde el fin de semana; no había sacado de mi mente aquella verga endureciéndose por el rose de mi mano en su ano.
Sabroso espectáculo el que había tenido para mí solo.
En la semana se fue recuperando maravillosamente, para el siguiente Viernes; armaron una celebración de cumpleañeros del mes y todos estaríamos allí, habría barbacoa y pastel de cumpleaños.
Se autorizó el patio de la oficina, ya que allí hay área para barbacoas y como bebidas: ron, cerveza y tequila; además de la carne asada con sus implementos y el muy esperado pastel.
El Gerente, se mostró muy contento con todo y con todos; incluso regaló valores en efectivo que llegaron a ser igual a una quincena de sueldo para el afortunado(a) y otras cosas más.
Todo se desarrollo muy bien, pero vi que en un rincón estaba Joaquín, que a pesar de haber sido uno de los afortunados con una quincena de sueldo; estaba solo con un vaso de algo entre sus manos y lo vi allí toda la tarde-noche.
Una de las secretarias se ocupó de atenderlo y llevarle de comer y tomar, pero él no reaccionaba.
Me acerqué para averiguar si Yo podía hacer algo.
¿solo?, ¿pensando en la inmortalidad del cangrejo?.- Dije Yo, para cortar el hielo del momento.
No Jefe, es que en esta misma fecha perdí a mi doña y me baja la depre (depresión); Yo la quería muchísimo, ella no debía morir…. Murió de cáncer y no se pudo hacer nada.
Pero me dejo mi par de cachorritos hermosos (hijos) que ella adoraba también.
Ellos son la razón de mi vida jefe…
Le pasé el brazo por sobre sus hombros, era la primera vez que tenía un acercamiento así con él y me agradó sentir su estado sentimental, algo vulnerable y se dejaba consentir un poco, ese hombronazo viril y hermoso dejo correr un poco sus lagrimas y sollozó en mi hombro.
Al rato le digo: Ven; vamos a tomarnos un traguito y cambias esa aptitud, ella descansa en paz y sé que no le gustaría verte así.
Se levantó y me llevaba bien mis quince centímetros arriba y me dio un tierno “GRACIAS”.
No dije nada, solo emboce una sonrisa que me devolvió muy tiernamente.
El Lunes siguiente, Joaquín se me acercó y me dijo que me agradecía que le hubiera tomado en consideración la otra noche y sin más se marchó a hacer sus labores.
Por la tarde, me llama el Gerente y me dice que requiere que me mueva al sur del país a verificar una entrega de materiales para un proyecto; que quiere que salga lo más pronto posible, para que al amanecer que llegan los materiales Yo ya esté allí.
Reviso el itinerario de choferes y todos están fuera de la ciudad en otras misiones, le pido al coordinador de transporte y seguridad que me asigne un conductor y vehículo que salgo a las 5 p.m.
Me fui a mi casa a hacer la maleta y a esperar que pasaran recogiendo para ir al sur del país.
Al rato escucho tocar la puerta del frente y al abrir, es Guillermo; me saluda con una amplia sonrisa y me dice: “hola jefe, hoy voy a ser su chofer”…. Jajajajja ¿no me esperaba verdad?
La neta que no, pensé que estaría en casa descansando; la verdad es que sí, pero me llamaron para saber si quería ganarme los viáticos ya que estoy un poco jodido.
Mi suegra se enfermó y hay que apoyarla.
Excelente, en 5 minutos salimos.
Así fue, a eso de las 7 comimos una cena de carretera muy sustanciosa; llegamos a San Lorenzo un poco más tarde y nos alojamos en el hotel.
Ya alojados, le invité un refresco y platicamos de la oficina, del mundo y luego de la vida personal de nosotros.
Yo le dije que no creía en el matrimonio y que tenía mis ligues y que allí estaba bien todo, él me siguió contando sobre su situación; misma que no ha mejorado y que son como dos hermanos viviendo juntos pero no revueltos.
Me dijo: Mire jefe, se que con usted puedo tener toda la confianza del mundo y le diré que Yo quiero a mi mujer; pero ya estoy a riata de estar cascándomela porque ella no quiere que me le acerque ni un metro si no es por algo del niño o de la casa.
Yo creo que me voy a separar y luego veré que pasa.
Continuamos hasta bien entrada la noche, nos despedimos y muy temprano estábamos en locación, todo salió estupendo; en la mañana ya habíamos hecho todo y todo el papeleo en orden.
Le invité a almorzar una suculenta sopa marinera y a descansar un rato en el mar mientras emprendíamos el trayecto de vuelta.
Por la tarde lo lleve a conocer las aguas termales por Jícaro Galán y le fascinaron, nunca había estado en unas y luego de haberse metido.
Puchica jefe, usted sí que es tuanis con uno dijo Guillermo en el mejor caliche catracho. (que era buena persona).
Me llevó a casa y le dije que el carro lo llevara a su casa y el Lunes pasara temprano por mí que primero iríamos a hacer unas diligencias antes de llegar a la oficina.
Estuvimos toda la mañana afuera de la oficina, a penas llegar y mi jefe me informa que tiene que ir a fuera del país por cuestiones personales.
Se marcha por la tarde y quedo a cargo de toda la oficina, todo bien por mí.
Me asigno a un conductor para que me lleve y traiga de la casa durante estos días y así tener un vehículo a la disposición por cualquier eventualidad.
Al día siguiente me quedé en la oficina hasta ya entrada la noche, al dirigirme al suplidor de oficina; escucho un ruido raro en una de las oficinas y al entrar, encuentro a uno de los vigilantes que está siendo sodomizado por el conductor que tenía a cargo en ese momento.
Ellos no me han visto a mí, porque están tirados en el suelo y el escritorio los cubría parcialmente; pero pude identificar perfectamente las piernas de uno y otro y vi como las del guardia estaban colocadas en los hombros de mi chofer.
Avancé unos pasos con mucho sigilo y al colocarme atrás de ellos y ellos sin haberse percatado de mí presencia con una regla un poco larga que se encontraba por allí, presioné un poco en medio de la raja peluda del conductor.
Este saltó que ni corcho de botella a presión.
Instó a vestirse y el guardia se petrificó con las piernas alzadas al aire, el conductor de nombre Rony dijo a componerse la ropa y le dije que así se quedara.
Rony, estaba avergonzado de haber sido encontrado en tal situación; me suplicaba que no lo fuera a despedir y el de seguridad por igual.
Ambos se tapaban sus vergas que perdieron toda rigidez al ser sorprendidos.
Quería que sintieran vergüenza, no por el acto en sí; sino, por el lugar que habían escogido por hacerlo, la oficina; de dónde sacan el pan nuestro de cada día para sus familias.
Por ese motivo los tenía sin los pantalones tal como los había encontrado y las manos a los costados.
Cómo un primer castigo les dije que no quería ver sus caras mientras les hablaba y que se voltearan dándome la espalda; para probar que tan arrepentidos estaban, llamándoles la atención sobre lo del lugar estaba cuando a Rony le doy un primer reglazo, no fuerte en las nalgas solo ,dejándoselas rojas para que sintiera un cierto escozor en ellas.
Aníbal, solo se asustó al escuchar el inconfundible sonar de la regla de madera en la piel de su amante y siguiente con el llamado de atención; le clavo otro reglazo pero esta vez a Aníbal en su peludo trasero, que también se tornó un poco rojo.
Rony, intentó hablar algo y lo llamé a callar; me gustó que ambos se quedaron firmes sin pantalones mientras Yo hablaba.
Les advertía lo malo del lugar donde habían escogido, que eso ameritaba un despido inmediato y apenas decían a hablar; la regla golpeaba sus glúteos muy suave pero firmemente.
Eso los hizo recordar creo en sus épocas de infancia, cuando eran reprendidos por sus padres.
Luego de un par de minutos, di un último reglazo a cada uno sin decir palabra; luego les ordene que buscaran sus pantalones y Aníbal dijo a ponérselo y le dije que Yo no había dado orden que se lo pusiera, solo que lo buscara.
Ambos, se quedaron con los pantalones e interiores en las manos y mirando hacia el suelo y luego les dije: “caballeros, mañana pensaré que hacer y cómo proceder con ustedes; se visten y esperen mi llamado”.
Me marche de la oficina, lleve con migo la regla.
Al terminar mi labor, llame al conductor que ya nos íbamos; este en el carro intentó hablarme sobre lo ocurrido y le dije de forma muy seca: “Rony, usted me escuchó decir que mañana los llamaría para hablar sobre el asunto ¿verdad? y no quiero saber de eso hasta que Yo lo indique”.
Aquel hombre sabía que los tenía en mis manos, me llevó a casa y al día siguiente temprano ya estaba justo para recogerme.
Rony llevaba la cabeza baja, muy callado y taciturno; no se atrevió a mirarme a los ojos ni un minuto, llegando a la oficina tomó mi maletín y lo llevó a la oficina como costumbre.
Yo realice mi inspección de rutina, tome un café y me instalé normalmente.
Aníbal, había salido de turno a las 6 a.m. , como era la costumbre junto a sus compañeros.
Pensaba sobre lo ocurrido en aquella oficina y no se me ocurría nada, se que este silencio mataba a ambos muchachos; eran un par de jóvenes que se llevaron por lo carnal o serían pareja desde antes.
Decidí que al día siguiente lo trataría con ambos que estarían en la oficina laborando por la mañana, así no forzaba la llegada de Aníbal en horas que no correspondía.
Pedí cambio de conductor y el día terminó.
El trasero del Rony era muy peludo, parecía que tenía una peluca incrustada entre las nalgas, en cambio Aníbal, era casi completamente lampiño, solo le vi bellos en las axilas y pubis y muy poquito.
Los jefes de oficinas habían salido a diferentes asignaciones junto con sus asistentes y otros, la oficina estaba casi desértica, a no ser por la de la planta telefónica, dos de seguridad y las dos del aseo.
Las mandé a hacer las compras de la cocina, para tener las menores interrupciones posibles.
Desde el salón de conferencias, llamé a seguridad y contestó Aníbal y le pedí llamara a Rony y ambos vinieran al salón.
Ambos entraron en apenas unos minutos, les pedí cerrar la puerta y ambos al terminar de entrar; miraron con cierto asombro en sus rostros que allí frente a mí tenía la regla de madera del otro día.
Una regla de un tamaño largo y de madera que ya habían sentido un par de días atrás.
Yo les miré por unos minutos en silencio, pensando como iniciar y les dije que necesitaba una explicación a esa situación que había encontrado entre ellos y que necesitaba saber desde cuando venía ocurriendo.
Ambos intentaron hablar a unísono, les mandé a hablar uno a uno.
Aníbal, dijo que solo había ocurrido dos veces y que nunca antes lo habían hecho.
Rony, afirmó lo dicho por su “amigo”.
¿Y desde cuando son pareja?, ¿Cómo fue que ocurrió esto?
Me contaron que fue hace un mes, estaban ambos en turno de la noche, Rony como chofer de turno y él como seguridad nocturna.
Rony le indicó que se iba a bañar y se dirigió a la ducha de los conductores y Aníbal lo acompañó para seguir con la plática que tenían.
Las instalaciones eran seguras y podrían charlar.
Rony estaba bañándose cuando comenzaron a bromear y Rony lo mojó y Aníbal le tiraba jabón y se ensució el uniforme de Aníbal y este terminó quitándoselo.
Una cosa llevó a otra y Rony al ver a su amigo en calzoncillos solamente, se salió de la ducha y lo tomó por detrás obligándolo a meterse a la ducha y lo mojo por completo.
Con todo el roce y forcejeo, la verga de Rony se paró y comenzó a frotarse en Aníbal y este respondió a los avances de su compañero.
Cuando Aníbal se percató, Rony le estaba haciendo una suculenta mamada de verga y luego lo volteo para mamarle el trasero y de vuelta a la verga y lo arrodilló para que ahora fuera Aníbal el que le mamara a él.
Luego Aníbal, levantó su cuerpo y se besaron muy arduamente; ambos hombres me decían todo, sin percatarse que había una cámara grabando todo y lo que decían y hacían, todo era guardado para ser revisado posteriormente por mí.
Luego Aníbal tomó por los hombros a Rony y volvió a la carga con aquel trasero grande y firme, recubierto de una abundante mata de pelos y subió por su columna hasta alcanzar la nuca y depositando con su mano el glande de su verga, hurgó entre los pliegues de sus nalgas y poco a poco con el agua como ayuda le fue introduciendo la pija y era grandioso, esa verga entró la cabeza, luego parte del cuerpo y finalmente toda.
La pija de Aníbal estaba dentro de Rony y este la recibía, Rony gritaba fuerte ya que era la primera verga que lo penetraba; no sabía cómo habían llegado a aquella situación pero allí estaban, Rony recibiendo verga de su compañero de trabajo y para colmo ambos casados, con hijos y nunca habían estado con otro hombre.
Un burdo juego los llevo a una cosa y luego a otra y otra, desencadenando en aquella cogida que se propinaban en la ducha de la oficina.
Luego Rony, sacó la pija de Aníbal de su trasero y le indicó sin ninguna palabra que era su turno de penetrar y así lo hicieron.
Aníbal, apoyó sus manos en las paredes de la ducha y separando las piernas por primera vez; para dejarse penetrar por otro macho lo hizo.
Las manos de Rony eran las que tomaban sus caderas y las atraían hacia sí y pudo posicionar su pija en el apretado agujero de Aníbal y el lubricante natural del agua que les caía hizo el resto.
La verga de Rony era de cabeza puntiaguda y fue mucho más fácil que entrara.
En cambio, el tronco era grueso y plano y allí comenzó el suplicio de Aníbal en su penetración.
Ambos machos se mostraban algo agitados por estar narrando esto a su jefe.
Yo, me mostraba muy serio pero interesado y pude notar que ambos hombres por estar parados frente a mí; no podían ocultar unos bultos crecientes en sus pantalones de mezclilla que formaban parte de su uniforme.
Aja, ¿y la vigilancia de esa noche que pasó, completamente descuidada?
Fue lo que se me ocurrió para marcar la falta de hacerlo en el trabajo.
No, nooo no no jefe no … balbuceaban ambos.
Por favor guarden silencio ambos, les dije.
Mi voz era firme pero baja, a ambos los note que estaban descontrolados y nerviosos y en un momento moví la regla y la plasmé contra la mesa y su ruido fue seco y estridente.
Ambos hombres se tensaron en los lugares en que estaban, los miraba fijamente a los ojos sin parpadear.
Ahora bien, cuando Yo los encontré; ¿hacía cuanto lo estaban haciendo?
Jefe, dijo Aníbal; hacia solo un ratito, era la segunda vez que lo hacíamos y estamos arrepentidos.- Por favor, no nos vaya a correr; ambos necesitamos muchísimo la chamba.
Fue cuando me paré y ambos se quedaron de piedra en sus lugares, Yo llevaba con migo la regla y sin decirles nada les di un reglazo a ambos de una sola vez, gracias a lo largo de la misma regla.
Fue más el sonido que en sí el reglazo.
Escuché un sobresalto de ambos e inmediato me dije a mi mismo: “a estos me los voy a gozar aquí y ahora”.
Quítense los pantalones, fue una orden seca.
Ambos no chistaron para nada y se los sacaron a la par de los zapatos.
Los calzoncillos también dije y ambos me voltearon a ver pero estaban obedeciendo la orden.
Ahora así como están, boca abajo sobre el borde de la mesa.
Y ambos obedecían cual niños y sin decir mucho, con el canto de la regla toque ambos pares de nalgas y les dije: “¿Cuál creen ustedes que es el mejor castigo que les puedo poner?
Se hizo un silencio, entre ellos en la posición en que estaban se miraron y no pronunciaron palabra.
Pasaron como 15 segundos y al mismo tiempo les estampé un reglazo suave pero firme, luego un segundo más fuerte y ahora sí deje marca roja del ancho de la regla.
Ambos brincaron en sus respectivos puestos y fue Rony el que habló.
Creo que nos merecemos una buena tunda, no nos portamos bien y nos la merecemos; solo que le pedimos que no nos corra.
Sí, por favor dijo Aníbal.
Yo sin decir nada, le di un reglazo a cada uno un poco más fuerte y vi como esos traseros se tornaban rosados por el cinchazo.
Así mismo, les di como siete reglazos más y sus traseros eran colorados para ese momento.
Podía ver la expresión de sus caras, era una mueca de dolor.
Me fui al otro lado de la mesa y les ordené: “levántense” y así lo hicieron.
Al levantarse, en ambos pude ver una semi erección a consecuencia del castigo recibido.
Quiero que sepan que esto no ha terminado, solo que no quiero encontrarlos cogiendo como conejos en las esquinas de la oficina.
Todavía tienen pendiente el hecho que no sé, si voy a sacar a luz tal falta de parte de ustedes; ya que eso implica despido inmediato y se van sin un cinco de prestaciones.
Posiblemente tenga que hablar nuevamente con ustedes, no se me anden muy lejos por si los llamo hoy o cualquier otro día.
Sí, no hay problema jefe; le agradecemos que lo piense, disculpe lo que hicimos, no volverá a ocurrir.
No se habían puesto el pantalón y sus vergas seguían semi erectas.
Ambos tenían un buen material por frente, como por detrás.
Di la vuelta a la mesa y esta vez directamente con mi mano, estampé una sonora palmada fuerte y firme a cada trasero: “Ahora vístanse y salgan y si escucho murmullos de lo ocurrido aquí, se me van a largar de inmediato”.
No jefe, no; no se preocupe que sabemos lo tenemos merecido, perdónenos.
En el transcurso del día, ambos estuvieron bien calladitos y escuche a la recepcionista preguntarles que porque los había regañado, puesto que estuvieron una hora en el salón y salieron todos cabizbajos.
Ninguno dijo nada, solo se limitaron a decir: ”Olvídalo, cosas de la chamba”.
Espero que no les haya aburrido, pronto procurare continuar.
LUDAVAGI
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