Un caso muy dificil (08) - FINAL

Ficcion: Un caso judicial, con una violación, una victima que no dice todo lo que pasó... y una abogada ... que va a terminar averiguando lo que pasó.

Un caso difícil

Capitulo VIII

Gustavo hizo una seña y los dos hombres se retiraron de dentro de ella. Ana sentía que aun estaba volando y su mente estaba poco clara. Colgando de las ataduras miraba a los hombres reírse delante de ella.

-Creo que la doctora tuvo el mejor orgasmo de su vida... ja ja ja ja...- rió Alejandro

-Si, y lo tengo filmado para la posteridad.- aseguró Gustavo.

-Ya no tiene sentido que nos protejamos con las máscaras.- agregó Alejandro

-Esperen...- interrumpió Gustavo

-Se que la doctora sabe quienes son Uds. dos, pero le intriga mucho saber quien soy yo.- inició diciendo Gustavo

-Es por eso que le voy a hacer una proposición.- continuó Gustavo

-Yo me quitaré la máscara si ella accede a sentarse sobre la verga de uno de Uds. en su propia cama. Yo me sacaré la máscara mientras se la meto por delante.-

Ana, mareada y obnubilada por la reciente sensación pensó en la proposición. Le interesaba conocer quien era, pero mas le interesaba repetir ese orgasmo de recién... y apostaba a hacerlo. Asintió con la cabeza y José y Alejandro se quitaron las máscaras y se apresuraron a liberarla.

Alejandro se arrojó sobre la cama y frotó bien su verga haciéndola ponerse dura y tiesa mirando el techo. Ana lo miró y no pudo creer lo que iba a hacer. Se subió a la cama y dándole las espalda a él bajó lentamente hasta sentir como la verga de él acariciaba su ano. En ese momento él la tomó de la cintura y la obligó a bajar de golpe sobre él.

-¡¡Auuuuuu.....!!- se quejó ella

Con movimientos de pelvis él la comenzó a violar por debajo mientras ella miraba a Gustavo que se acercaba con su verga en la mano. Suavemente acarició su vagina y con un movimiento rápido la penetró. Ana volvió a revivir todas las sensaciones de unos momentos antes. Su cuerpo volvía a temblar. Recostada sobre Alejandro y aprisionada por Gustavo era un sándwich humano mientras su cuerpo era penetrado por los dos lados al mismo tiempo.

En ese momento, Gustavo se quitó la máscara. Ana casi no lo podía creer. Sin poder reaccionar ni decir nada por las deliciosas sensaciones que le estaban dando, su sorpresa fue mayúscula al ver al abogado de los dos acusados mientras la violaba a ella.

-Realmente doctora.... es un placer...- le dijo mientras la violaba mas fuerte.

-¡Desgraciadooo... ahhh.. uuugggg....!- decía Ana entre gemidos

Pero su boca no pudo decir nada mas. A un costado, tomándola del cabello estaba José que le metía toda su verga en la boca y la obligaba a chuparla metiéndola y sacándola dentro de ella. Sin ninguna cámara que los registrara, Ana sentía que ya no aguantaba mas. Otro orgasmo crecía en su interior. Otra vez iba a explotar. Temblando y gimiendo sobre la verga de José se dejó explotar en un orgasmo que la dejó mas exhausta que nunca.

Arqueando su espalda José sintió que tampoco podía aguantar mas y todo su semen se derramó dentro de la boca de Ana, que sorprendida no hacia mas que dejarse llevar y tragar lo que podía.

-¡¡Ahora voy yoooo....!!- grito Gustavo saliéndose se dentro del sexo de ella y metiéndosela en la boca en cuanto José le dejó el lugar.

Ana no pudo hacer nada. Otra tremenda descarga de semen le llenaba la boca y ya comenzaba a derramarse por sus comisuras corriendo su labial. Ana tragó todo lo que pudo, pero su lengua quedaba cada vez mas blanca y el sabor del semen parecía no querer abandonar su boca.

Por último, tomándose de los pezones de Ana y apretándolos con fuerza Alejandro se descargó dentro de su culo y con un grito de placer la inundó por dentro.

En cuanto los tres hombres terminaron, se volvieron a vestir y luego de besar a Ana y agradecerle por la hermosa noche, aprovecharon que estaba indefensa y rendida, y tomando un bolígrafo cada uno, firmaron su pubis.

Ana cayó rendida de cansancio y sin siquiera poder asearse otra vez se durmió. Nunca había tenido tanto cansancio, nunca había disfrutado tanto como esa noche. Nunca se sentía tan avergonzada como esa noche.

A la mañana siguiente Ana se despertó muy tarde. Apurada arregló todos los desastres que habían quedado en la casa y tomando su agenda buscó con desesperación el teléfono de Carmen. Cuando la llamó al teléfono celular Carmen se sorprendió. Mas aun se sorprendió cuando ella le dijo que tenia cosas muy importantes para contarle.

En un apartado café de las afueras de la ciudad, las dos se encontraron. Ana estaba muy nerviosa y Carmen lo notó enseguida. Tomaron dos vasos de whisky cada una y por fin se calmaron un poco y pudieron hablar. Ana le contó que había tenido la visita de los violadores de ella, y que le habían contado con lujo de detalles todo lo que había sucedido. Fue entonces que Ana le pidió a Carmen que la acompañara al baño de señoras. Una vez allí, le pidió que si no tenía inconvenientes, le mostrara sus muslos y su pubis. Carmen la miró extrañada y se sonrojó.

-¿Te contaron lo de las firmas también?- le preguntó extrañada

-Algo mas que eso.- respondió Ana

Lentamente Ana le subió la falda a Carmen y pudo verificar las mismas firmas que le habían dejado en su cuerpo. Con su rostro lleno de vergüenza Ana tomó la punta de su falda y la levantó también. En cuanto Carmen vio las firmas en el pubis de ella también se sorprendió.

-¡¡¿A vos también?!!- le preguntó extrañada

-Si.- respondió secamente Ana

-¿Y como fue?- preguntó Carmen.

-Me sorprendieron cuando llegaba a casa- respondió Ana.

Las dos se miraron con miradas cómplices y supieron enseguida lo mucho que habían disfrutado las dos. Carmen entonces le contó que el problema de ella había surgido de que por culpa de ellos había sido encontrada por un vecino mientras dormía en ese estado que la habían dejado.

-Tengo una idea.- le dijo Ana cuando ya regresaban a la mesa

-¿Si?- preguntó Ana

-¿Querés verlos otra vez?- le preguntó ella

Carmen se enrojeció de vergüenza pero apretó nuevamente sus piernas. Para ser exactos, las dos apretaban sus piernas y Ana sentía su bombacha humedecerse de solo pensar en ello. En ese momento Ana abrió su maletín y con una hoja de papel en blanco redactó:

"Nueva audiencia conciliatoria, viernes entrante 23:00 hs. a ser realizada en el domicilio de la Dra. Ana. Favor de llevar todas las evidencias y elementos utilizados en los hechos de autos. Será necesario la concurrencia de varios testigos adicionales que estarán a cargo de la defensa. Esperando ansiosamente reencontrarme con Ud. y a la espera de una firma adicional, lo saludan. Ana y Carmen".

En cuanto Carmen leyó lo que Ana escribía, su rostro se puso colorado de vergüenza. Ana la tomó de la mano sonriéndole

-No tengas miedo. La vamos a pasar muy bien... y por sobre todo.. nos tendremos una a la otra.- le dijo

-Bueno.. y voy a enviar este escrito antes que me de mas vergüenza y me arrepienta.- rió Ana

-No lo harás... - dijo Carmen

Ana la miró sorprendida

-No te arrepentirás.. y si vos te arrepentís... lo envío yo.- rió ella

Luego de algunos tragos mas, y con sonrisa en sus rostros se fueron cada una por su lado. Ese viernes se encontrarían otra vez.... pero esa es otra historia.

-FIN-