Un camino muy corto para un día tan caliente
Era verano, y me dejo manosear por un desconocido en el camión.
Tenía 18 años, acababa de entrar a la universidad, ahí conocí un chico y nos hicimos novios de inmediato. Era verano y él vivía en otra ciudad así que decidí ir a visitarlo, estaba emocionada y muy caliente, tenía rato que no teníamos sexo y por suerte sus padres estaban fuera dela ciudad, y él había tenido que quedarse por trabajo.
Llevaba puesta una playera azul agua, con un escote en V que resaltaba mis pechos; me empecé a desarrollar desde los 12, así que para ese momento ya era una copa D, con una cintura pequeña y aunque yo nunca lo creía, buenas pompas mismas que iban cubiertas con una falda corta de mezclilla con algo de vuelo, quería verme linda, sexy y deseable. No me gustan los tacones así que coroné mi atuendo con unos tenis estilo converse blancos.
En el camino a la central de autobuses, escuché toda clase de improperios, podía sentir mis pezones rozando la tela de mi bra de encaje, al llegar a la central de autobuses podía sentirme ya muy caliente, húmeda, en mi mente sólo estaba la idea de llegar con mi novio y desquitar el tiempo perdido.
Al llegar compré mi ticket y me dirigí al andén, podía ver a todos los lobos viejos babeando por mi y decidí dejarlos disfrutar un poco de la vista, así que encendí un cigarro mientras paseaba de un lado a otro moviendo la cola.
Subí al autobús, tomé un asiento casi hasta atrás, un poco después de sentarme un hombre se sentó junto a mí. Moreno, alto, era grande, yo sólo mido 1.56 y me parecía un hombre inmenso como de unos 30 años, esbozando una sonrisa mientras acomodaba sus cosas, podía ver su mirada fija en mis pechos. Ese día traía puesto un collar, una amatista morada engarzada, algo bastante hippie, con la que jugaba todo el tiempo, al soltarla quedaba colgando junto en el inicio de mi canalito.
No tenía mucho de haber arrancado el bus cuando el comenzó la conversación, todo inició normal, un saludo de buenas tardes, preguntas casuales sobre mi motivo de viaje, sin pena ni gloria, pero el no dejaba de ver mis senos y yo seguía llamando su atención jugando con la piedra que colgaba entre ellos. Cuando finalmente se decidió y tomo la piedra con sus grandes dedos rozando suavemente mi piel son sus dedos, sin dejar de moverlos acariciando mi piel preguntó: “¿Qué clase de piedra es esta?”, “Es una amatista” respondí casi sin aliento con una vos muy baja, terminando por un suspiro, él lo tomo como señal de aprobación e inmediatamente introdujo sus dedos por mi escote y aprisionando mi durísimo pezón entre ellos comenzó a presionar suavemente al tiempo que me preguntaba: “¿y que tenemos aquí?”. Yo sólo atinaba a morder mis labios mientras respiraba agitadamente no quería decir nada o más bien no podía mientras el seguía pellizcando suavemente mi pezón. Me di cuenta que el volteaba para todos lados, pero yo no lograba distinguir si alguien nos estaba viendo y no me importó realmente. Usó la mano que tenía libre para abrir mi escote y sacar mi seno fuera del bra y la playera, pero de pronto me asusté y puse mi mano sobre la suya y le dije tímidamente que se detuviera pero me miró con una sonrisa morbosa y me dijo “ándale sólo una probadita” y con destreza logró liberar mi pezón de la ropa y comenzó a succionar con desesperación, podía sentir su lengua jugando con mi pezón, yo estaba muy caliente, podría sentir como emanaba mi flujo y acariciaba la piel depilada de mi vagina, podía sentir como se escapaba a través de mis labios y se escurría hacia mi ano. No podía creer lo que sucedía, un desconocido estaba succionando de lo lindo mi pezón haciéndome gozar como loca y mi novio estaba esperándome en la central. De pronto un roce inesperado me saco del trance entre el gozar y la duda, había una mano que se escurría lentamente por debajo de mi falda acariciando gentilmente la piel de muslo y cada vez subía más, bajé mi mando para detener la suya y lo separé de mi pecho al tiempo que le decía: ”ya por favor”, rudamente me besó mientras metía su mano bajo mi falda sin importar mis suplicas, acariciaba el encaje mojado de mi cachetero, en el momento en que sentí sus dedos casi grite del extremo placer que sentía, el enorme suspiro que emití hizo que mi atrevido acompañante soltara mi boca y sonrió :”¿ya ves mi niña?, yo se que te gusta”, mientras sus dedos presionaban con más fuerza introduciendo al tela entre mis labios y haciéndome mojar aún más. Mi respiración de agitaba y yo no me movía, aprovechó que estuviera nuevamente en trance para sacar mi otro seno de playera, no dudo que para estas alturas estoy que habría más de un mirón pero no note nada extraño en los alrededores.
Su boca se acercó a mi oído y me decía: ”Que rica estás niña” y finalmente recorrió la tela y acarició completamente toda mi raja, estaba yo sólo gemía mientras el succionaba uno de mis pezones y pellizcaba el otro con gran experiencia.
Cuando introdujo su dedo en mi agujerito chorreante mi espalda se arqueó y mi cuerpo se cubrió de espasmos, la excitación del momento hizo que terminara
De pronto el autobús empezó a bajar la velocidad y se empezó a ver movimiento entre las personas, el reaccionó de una manera rápida y subió mi blusa rápidamente sin sacar su mano de debajo de mi falda.
Miré por la venta para descubrir tristemente que era mi parada a la que nos acercábamos, saque su mano de mi entre pierna y comencé a acomodar mi ropa, “¿ya te vas?” me dijo, “si, mi novio me está esperando en esta estación” respondí, “Vente conmigo yo me bajo en un pueblo a dos hora de aquí imagina todo lo que puedo hacerte en ese camino” me dijo susurrando mientras acariciaba mi duro pezón por encima dela ropa, pero yo tenía que llegar con mi novio así que me negué y en cuanto el autobús se detuvo bajé rápidamente sin mirar atrás.
Cuando mi novio me vio descendiendo del bus corrió a abrazarme, y presiono su cuerpo fuerte contra el mío y me dijo al oído: “hoy te ves buenísima “….
Después de varios años de ser lectora asidua de esta página, por fin me he animado a subir mi primer relato, quisiera que me dieran su opinión y me impulsaran a seguir escribiendo.