Un cambio de vida, sigue la historia (8)
Que puta soy y como lo humillo.
Un cambio de vida, sigue la historia VIII
Pasó casi un mes de ir a la casa de Fernández día por medio, me estaba empezando a aburrir, se estaba convirtiendo en una rutina. Hacía un mes que no tenía relaciones con mi marido y los días que estaba en casa casi no nos hablábamos, sólo charlábamos acerca de Nerea y de cómo estaba creciendo, lo hermosa que estaba y demás. No me había hecho bien esto de hacer una rutina mi contacto con Fernández. Otra vez un miércoles que es un día especial para mi y siempre lo ha sido, salí temprano del trabajo, fui a comprar al supermercado y a preparar una cena en casa.
Hacía unos días que me había indispuesto, estaba tranquila con el tema embarazo, por el momento. Lo llamé a Fernández a su oficina y el me habló acerca de que notaba algo semejante, demasiada cercanía no era buena para el tipo de relación que teníamos. Puse música y me puse a cocinar con Nerea en la cuna junto a la mesa de la cocina. Me parecía que la había descuidado un poco y que no me hacía bien eso tampoco. Me puse una de las tangas más bonitas que tengo y una remerita cortita, estábamos en invierno pero estaba calentito en casa. Cuando mi marido llegó se sorprendió al verme, esperaba encontrar a la chica que cuidaba a Nerea. Nos saludamos desde lejos, nos miramos como estudiándonos. Era algo cómo: ¿vos quién eras?. Empezamos a charlar, le convide una copa de vino y seguimos charlando y cocinando, cada vez nos pasábamos mas cerca, rozándonos.
Empezábamos a acortar la distancia. En un momento se acerco desde atrás y me tomo de la cintura apoyándome, mientras me acariciaba las tetas, gire mi cabeza y nos besamos, me di vuelta y empezamos a franelearnos, estábamos cada vez más calientes. Nerea lloró en ese momento, le preparé su mamadera mientras mi marido aprovechaba para darse una ducha mientras estaba la cena. Cenamos a la luz de las velas, nos acariciábamos las manos y nos besábamos como dos enamorados. Le pregunté si tenía alguna historia por ahí, y me recordó que yo sabía que aunque a veces el quisiera toda su atención estaba puesta en mi. Lo agarré de la pija y le dije mejor así, mientras se la apretaba y lo pajeaba suavemente, empezaba a jadear. Hace mucho que ni siquiera me masturbo, no voy a aguantar demasiado, que lastima le dije. No vamos a coger entonces, porque sino me vas a dejar caliente.
Ya en la cama, se puso mirando hacia el costado y me apoye desde atrás en su espalda, mientras con la mano le agarraba la pija y empezaba a pajearlo suavemente.
-¿Te gustaría que te alivié un poco?
-Si..., por favor!!!
Deje de pajearlo y le dije: no creo que te lo merezcas la última vez te hiciste el ofendido y te fuiste a dormir dejándome caliente. Me di vuelta dándole la espalda. Se acercó al instante como esperaba y apoyándome me dijo, perdoname es que fue muy difícil la situación. Me gire hacia él y nos besamos y franeleamos durante un largo rato.
Lo puse mirando hacia el costado nuevamente y volví a tomar su miembro mientras me acercaba a su oído y le decía. ¿Queres que te perdone?, sin esperar respuesta seguí mientras lo pajeaba, el sábado invitalo a cenar a Cesar y encargate de la cena y quizás te perdone. Le dije mientras lo pajeaba hasta hacerlo acabar. Se fue a limpiar y me abrazó desde atrás quedándonos dormidos. El resto de la semana no hablamos más del tema. El sábado me tocó trabajar, recién iba a poder irme alrededor de las nueve de la noche a casa.
No sabía que me esperaba, ni que habría hecho mi marido. Cuando llegué a casa había música suave en el living y luces tenues, fui hacia la cocina y lo vi a mi marido, tenía puesta una tanguita de las mías y preparaba la cena mientras canturreaba. Me acerque desde atrás lo abracé, giro la cabeza me besó y me dijo apúrate para arreglarte que Cesar llega a las diez, Nerea esta en la casa de mi hermana. Me duche y me arregle no demasiado, la situación me resultaba rara. Cerca de las diez sonó el timbre, yo abro, le dije.
Cuando abrí la puerta, lo vi a Cesar con un ramo de flores me beso en la mejilla y lo hice pasar, era la primera vez que no estaba Fernández presente y se lo notaba inseguro y con miedo. Tome las flores, las puse en el florero del living, me acerque a Cesar que se había quedado parado en el medio del living, me puse de rodillas y mirándolo a los ojos le baje el cierre y liberando su miembro empecé una chupada de campeonato. Justo vino mi marido hacia el living y se acercó con una copa de vino que le dio a Cesar, quien de inmediato calibro como venía el juego. Me puse de pie y nos besamos, mientras mi marido volvía a la cocina.
Luego de un rato nos llamó a cenar, la mesa estaba puesta para dos nos corrió la silla a Cesar y a mi para que nos sentaramos y se dedico a servirnos durante la cena. Nos besábamos y toqueteábamos como en una cena romántica. Cesar de vez en cuando también le tocaba el culo a mi marido cuando este lo servía. El ambiente estaba cada vez más caliente, pasamos al living y enseguida estaba totalmente desnuda acostada boca arriba en el sillón y Cesar también desnudo me cogía con dureza, mientras mi marido permanecía de pie al costado del sillón.
En un momento me giro y poniéndome culo arriba y sólo lubricado por mis jugos me la metió en el culo bien al fondo. Si!!!, que lindo por favor, dame bien duro, me encanta. Mi marido se arrodillo al lado nuestro y me beso mientras Cesar me seguía dando duro por el culo. En un momento me tomó de los pelos y me cogió bien fuerte hasta que no dio más y exploto llenándome el culo con su rica leche.
Me la dejo clavada un rato y la saco aún dura y se la acerco a mi marido para que la limpiara con la boca. Cesar estaba de pie y mi marido de rodillas delante de él chupandole la pija que brillaba y seguía redura. Cesar se separó y fue a buscar su copa de vino y se sentó en el sillón de un cuerpo a descansar, me acomodé al borde del sillón arrodillada y mi marido empezó a chuparme el ojete con deleite, mientras me pajeaba con las manos, tuve un orgasmo que me hizo sacudirme en el aire como estaba, mi marido fue a buscar su copa, él era el único que no había llegado. Al verme así expuesta Cesar se acerco y me empezó a serruchar de nuevo, ahora mi marido se había instalado en el sillón y miraba lo que me hacía. En un momento la saco y me dijo que quería que mi marido me hiciera el culo. Me recosté en el sillón boca arriba porque quería verlo, mi marido se puso de rodillas al borde del sillón y lo ayude a que la metiera lentamente en mi culo. Nos comimos la boca un rato mientras el permanecía inmóvil en el fondo de mi culo.
Cesar se acercó desde atrás y empezó a acariciarle el culo a mi marido que ni fingió revelarse, sino que lo saco más, Cesar estaba recaliente y se la clavo y empezó a cogerlo duro, mi marido acabó al instante llenándome de abundante leche, pero como hacía mucho no pasaba su pija seguía aún dura. Te gusta en el culo, ¿eh cerda?, le dije. Si!!!, fue su única respuesta, Cesar lo siguió cogiendo duro y acercando su boca a la mía nos besamos apasionadamente, lo cogió duro un rato más hasta que se contrajo y lo lleno de leche. Al rato mi marido también volvió a explotar llenándome a mi también.
Nos fuimos saliendo de a poco, Cesar se quería bañar, nos pidió permiso. Se fue al baño y con mi marido nos besamos y enseguida fuimos hacia ahí. Empezamos a enjabonarlo y lavarlo, que fuera más joven nos calentaba a los dos. Nos pusimos de rodillas y los dos le chupábamos la pija alternativamente, cuando estaba por acabar eligió la boca de mi marido y tomándolo de la nuca se la empezó a llenar. Cuando se la sacó se la termine de limpiar y mi marido me tomó la cabeza y me paso parte de la leche que guardaba en su boca. Cesar salió de la ducha y nos dijo que se cambiaba y se iba. Nos duchamos juntos con mi marido, buscamos después las copas de vino, brindamos por el reencuentro y nos fuimos a dormir juntos y abrazados.
Comentarios a sebirra2003@yahoo.com.ar
PD: Me encanta publicar mis relatos con el mail de mi esposo, porque el recibe en su oficina montones de mail que me dedican y algunos muy subidos de tono. a veces los abrimos juntos. "No mando fotos a nadie." No insistan por favor, que trabaje vuestra imaginación.
Si alguno me quiere escribir sin que lo lea el cornudo mi dirección es: lareinadellugar@yahoo.com.ar