Un cambio de vida, sigue la historia (4)
Me encanta ser tan perra.
Un cambio de vida, sigue la historia IV
Salí profundamente angustiada de la oficina de Fernández, Llamé por teléfono a casa y le pregunté a la chica si podía quedarse hasta que viniera mi marido. Necesitaba darme un baño sentía todavía la leche pegajosa en mis nalgas.
Pero sobretodo me sentía sucia, sentía que estaba atentando contra algo que había nacido entre Jorge, Ricardo y yo. Me fui al trabajo y aproveche para bañarme en los vestuarios, además tenía ropa para ponerme. Sentir el calor del agua me ayudo a reintegrarme, me sentía confundida, pero me resultaba evidente que había gozado como una cerda lo sucedido en la oficina. Estaba asustada, pensaba por momentos en Nerea, en Ricardo, en Jorge, las imágenes se sucedían rápidamente.
Salí del trabajo y camine un rato, sentía la necesidad de hablar con alguien, en realidad quería hablar con Fernández. Lo llame a su celular, me preguntó donde estaba y me aseguró que en veinte minutos me pasaba a buscar. Vi un coche que se detuvo y lo vi asomándose por la ventanilla, me subí a su lado y me dio un beso profundo, que me puso muy caliente.
En realidad quiero hablar, le dije. Vamos a buscar un lugar tranquilo dijo el, no me gusta hablar cuando manejo, se bajo el cierre con su mano derecha y tomándome de la nuca me llevó hacia su pija, que empecé a degustar lentamente. Así esta muy bien, dijo, lentamente, que me permite relajarme y manejar más tranquilo. Estuve un largo rato chupandolo y sentí que el coche se detuvo. Levante la cabeza y vi que estábamos en Palermo al costado del planetario.
El Sr. Fernández guardo su pija y me miro, la escucho, me dijo: Bueno, en realidad, me cuesta pensar. Pero me parece que siento que usted invade mi vida. Estaba organizando mis cosas y de repente todo vuelve a ser un caos, no se, estoy confundida. Sra. Tense, para mi todo es muy claro. Desde el primer momento en que la mire Ud. sintió una profunda atracción hacia mi. Yo he conectado con una parte instintiva suya muy profunda, Ud. dice que siente que la invado, y si hace memoria se dará cuenta que jamás la he buscado yo. Ud. es siempre la que viene a buscarme.
Claro una vez que Ud. esta en mi terreno es otra historia. Creo que por mas que intente Ud. alejarse, jamás lo lograra. Es muy fuerte la atracción que siente por este costado que siente tan oscuro. Por ejemplo yo le indique venir a verme el próximo miércoles, pero si Ud. no viniera yo no haría nada por ir a buscarla, podría Ud. no venir en meses, en años. Pero es Ud. mi querida amiga, la que necesita vivir lo que vive conmigo. Si yo le ordenara en este momento que se desnudara y bajara a caminar por el parque así lo haría. No lo entiende, pero le encanta, no se enrosque demasiado, disfrútelo.
Ahora en este momento Ud. está en el juego, y cada vez que me busque será así, pero la decisión es únicamente suya. Por supuesto que para mi es uno de los mayores placeres de mi vida y me encantaría jamás perder esta situación, pero escapa a mi dominio. Muéstreme su culo..., sepárese las nalgas y muéstremelo.... quiero ver como le quedo. Me arrodille en el asiento del acompañante mirando hacia atrás levante la pollera, me baje la tanga y separé los cachetes como me indico. No le preocupa que la gente que pasa pueda verla?, no está oscuro aún, o cree que si cierra los ojos los demás no la ven. Me quede quieta en esa posición y lo sentí acercarse y jugar con su dedo en mi culo. Está un poquito irritada, pero se lo ve muy bien.
Quédese como está, me indico. Le dio marcha al auto, y lo llevó hacia debajo de uno de los puentes del ferrocarril mas alejados de la vista de la gente. Me indicó que me pusiera en la misma posición pero en el asiento de atrás. Así lo hice pasando entre los asientos vino detrás mío y bajando solo su cierre empezó a frotar su pija por mi vulva y luego la paseaba por mi culo. Ud. jamás pensó que esto iba a pasar, me dijo mientras me la clavaba en el culo, pero es lo que más disfruta en el mundo. Me empezó a coger duro agarrandome de las caderas. Me la clavo profundo y la dejo un rato.
Luego se salió y me recordó que ya estábamos cerca de la hora de cenar que preferiría ir a cenar a casa. Se paso al asiento delantero y me acomode a su lado, Relájeme mientras manejo, me dijo y su pija estaba otra vez en mi boca, mientras el manejaba destino a casa. Cuando entramos al domicilio, nos vio Ricardo que se quedo como petrificado, tenía a Nerea en brazos y se notaba que acababa de bañarla, el Sr. Fernández, le estrecho la mano y le dijo. Ricardo parece Ud. sorprendido, no esperaba verme.
Mi marido solo le estrecho la mano y sonrió mientras yo me iba con Nerea hacia el cuarto. Fernández se sentó en el living, mientras mi marido iba hacia la cocina a servirle algo de beber. Ricardo ha preparado ya la cena?, todavía no lo hice, Sr. Despreocúpese que ordenamos algo en algún delivery, que tal unas pizzas, nada complicado. Así lo hizo mi marido, cuando salí de la habitación de Nerea estaban sentados ambos en el sillón charlando y bebiendo como si fueran viejos amigos. Sra. Franca, me dijo Fernández, vístase Ud. para recibir al repartidor nosotros la observaremos desde la habitación, entreténganos un rato por favor. Me sentí caliente, mi alma decía si a gritos. Me puse un baby doll con una tanga negra bien metida en el culo. Nada serio por favor, señora solo caliéntelo un poco por favor, Ud. sabe que no la vamos a andar regalando por ahí. Me dijo y me sonrió.
Mi marido estaba con la boca abierta como hipnotizado. Mientras esperábamos Fernández me sentó en su regazo y empezó a comerme la boca y sobarme las tetas suavemente mientras mi marido permanecía sentado a nuestro lado sin siquiera mirarnos. Tocaron el timbre me incorpore y ellos se fueron hacia la habitación que estaba a oscuras. Abrí la puerta y era el muchacho de la otra vez, lo hice pasar, y me gire otra vez haciendo que buscaba la plata, con tan mala suerte que se me cayo al piso y me agache a buscarla, dándole un primer plano de mis cachetes al natural, con la tanga incrustada y también creo que se notaba que estaba dentro de mi vulva.
Cuando me incorpore el muchacho respiraba con dificultad, se le notaba un prominente bulto en el pantalón y estaba como petrificado. Acorté la distancia hacia él y le pregunte te sentís bien. Me miró sin decir nada. Me acerque un poco más y le agarre el bulto sobre el pantalón. Estas calentito? Te gusto lo que viste..., seguía sin emitir sonido, sólo se dejaba hacer. Me puse de rodillas y bajándole el cierre la libere del encierro, en eso sentí que Nerea lloraba, le guarde la pija en el pantalón, dándome vuelta e incorporándome, le grite a mi marido, querido fijate que le pasa a la nena que llora. Paso de nuestra habitación al cuarto de Nerea, el muchacho estaba temblando, cuando mi marido termino de pasar me puse de nuevo de rodillas y se la saque del pantalón y me la metí en la boca. Lo pajie un poquito y enseguida me estaba llenando la boca de leche. Ni bien acabo volvió en si, se subió el cierre y salió disparado sin agarrar el dinero ni nada, cuando me gire los vi a mi marido y a Fernández saliendo uno de cada habitación, me acerque a mi marido dándole un beso y pasándole toda la leche a su boca. Es usted realmente deliciosa dijo Fernández.
Mi marido puso la mesa en el living y cenamos manteniendo una charla muy amena sobre distintos temas, yo sentía que Fernández se transformaba, por momentos parecía un caballero muy dulce y por momentos parecía el mismo demonio, cuando finalizamos de cenar. Fernández dijo que pensaba quedarse a dormir conmigo, por lo que le sugirió a mi marido acomodarse en el cuarto de Nerea. Le di un profundo beso a mi marido y salimos abrazados con Fernández al cuarto matrimonial. Este cerró la puerta del cuarto, y me dijo.
La veo feliz y relajada, me parece que está empezando a entender. Por toda respuesta me acerque y lo bese profundamente sus manos fueron derecho a sobarme los cachetes. Me hizo acostar cola arriba en la cama y sentado sobre mi espalda mirando a mi cola empezó a masajearme con el aceite de mi marido. Tiene algún objeto que pueda meter en esta culo me pregunto. Le indique lo que solía usar y salió desnudo hacia el baño a buscarlo. Volvió a su posición y con sus dedos muy suavemente empezó a lubricarme el culo. Me parece que Cesar se portó hoy de forma muy obediente, me parece que se merece que lo tengamos en cuenta, y sentí que me empezaba a coger suavemente con el desodorante, me parece que si el muchacho es discreto, y no anda por ahí con cuentos, podríamos invitarlo otro día, le va a encantar volver a cogersela, ¿No le parece?, si..., si..., siii..., lo que Ud. diga; me seguía cogiendo y me dijo, inclusive con el tiempo si nos responde bien quizás lo podamos traer a su casa, y sentí que empezaba un orgasmo descontrolado dentro mío.
Me sentía en manos del mismo demonio y me encantaba. Me siguió cogiendo un rato mas con el desodorante, luego lo retiro y abrazándome desde atrás con su pija dura apoyada en mi culo nos dormimos profundamente. Me desperté y empecé a chuparle la pija muy suavemente aspirando todo su aroma, que me encantaba, sentía un olor a macho exquisito, lo oí a mi marido en la cocina, que estaba preparando el desayuno.
Al rato golpeo la puerta y nos dijo que ya estaba listo. Fuimos a la cocina con Fernández los dos desnudos, él tomo asiento y me sentó sobre uno de sus muslos. Luego me tomo y poniéndome boca abajo sobre la mesa separo mis nalgas y empezó a comerme el culo como un desesperado chupaba con deleite y de a ratos daba lengüetazos en mi concha que me volvían loca, mientras mi marido terminaba su desayuno, luego se incorporó y me la clavo de una en la concha y me dio por un largo rato tirandome fuerte de los pelos.
Se salió de dentro mío y le dijo a mi marido que le alcanzara la manteca, me ordeno apretar la cola y apoyo su pija entre mis cachetes mientras le pasaba manteca por arriba, ahora aflójese, y me paso el pan de manteca por el culo, lo dejo sobre la mesa y apoyo la cabeza de su pija en la puerta de mi culo, se acerco a mi oído y me dijo que no había besado a mi marido, Querido, le dije, dame unos besitos por favor, en ese momento me la clavo en el culo, me tomo del pelo, juntándolo bien cerca de la nuca y lo uso como una rienda, mientras me serruchaba cada vez más duro, me la dejo clavada en el fondo y yo aproveche para moverme tratando de sentirla lo más posible, luego me volvió a bombear y la saco, acabándome toda la leche en la puerta de la cola. Ricardo, le dejo un regalo para que saboree dijo y salió de la cocina hacia el baño.
Mi marido se puso de rodillas y empezó a limpiar suavemente la leche con su lengua, estuvo un largo rato limpiándome, luego me incorpore girándolo, y metiendo mi dedo medio de la mano izquierda en su culo empecé a pajearlo con la derecha. Te amo mi cerdita, le dije. Te está gustando mucho la leche, no?, no va siendo hora de que la tomes directo del envase, le dije, mientras sentía que empezaba a contraerse y le apoye la pija en su panza para que sintiera su leche, que rica cerdita tengo en casa, le dije.
Comentarios a sebirra2003@yahoo.com.ar
PD: Me encanta publicar mis relatos con el mail de mi esposo, porque el recibe en su oficina montones de mail que me dedican y algunos muy subidos de tono. a veces los abrimos juntos. "No mando fotos a nadie." No insistan por favor, que trabaje vuestra imaginación.
Si alguno me quiere escribir sin que lo lea el cornudo mi dirección es: lareinadellugar@yahoo.com.ar