Un cambio de vida, sigue la historia (2)
Todas las cosas siguen cambiando para siempre.
Un cambio de vida, sigue la historia II
A pesar de todas las fantasías que tenía, el regresar al trabajo me acomodó de una manera diferente. Realmente amo mi trabajo y creo que desarrollo mi puesto de jefa con pasión. Durante las dos primeras semanas, me aboque de lleno al trabajo, no tuve ningún contacto ni siquiera telefónico con Fernández y con Jorge sólo nos cruzábamos en el medio de un duro día de trabajo. Si bien podía quedarme tres horas solía quedarme entre seis y a veces ocho porque estaba apasionada con mi trabajo. Una chica se encargaba de cuidar a Nerea. Cuando llegaba a casa cenábamos con mi marido y hacíamos el amor con mucho placer. Parecíamos un matrimonio clásico, pero igual siempre tenía la sensación que si bien disfrutábamos este clima, mi marido disfrutaba muchísimo más nuestras jornadas de locura.
En la tercera semana de trabajo, a mitad de la misma, empecé a sentir que mi energía se había acomodado, y tenía un excedente que enseguida se dirigió a lo que más me gusta, el sexo. Era miércoles y decidí que ese día si trabajaría solo tres horas, salí del trabajo y fui al mercado a hacer las compras para preparar una rica cena, pensé en cocinar un pollo al verdeo. Llegué a casa y disfruté de jugar un rato con Nerea, ella ya había empezado a tomar mamadera, como yo había empezado a trabajar y realmente me resultaba muy difícil sacar la leche con un sacaleches, decidimos empezar con la leche en mamadera. Cuando se fue la chica me puse esa bombacha culote que me cubre media nalga y que nos encanta y arriba el baby doll, que ya son símbolos inequívocos de calentura para nosotros.
Nerea dormía placidamente en la cunita que estaba ahora en el living, me dedique a cocinar sirviéndome una copa de vino tinto que había comprado para la ocasión. Cuando llegó mi marido del trabajo, su cara se transformo al momento, enseguida empezó a excitarse, su pantalón ya abultaba. Me acerqué a él y lo apreté sobre el pantalón. Te veo así y tiemblo, no se que sorpresa tendrás para hoy, me dijo. Quedate tranquilo solo una cena en pareja.
Cenamos placidamente a la luz de las velas, en un par de oportunidades interrumpimos la cena porque Nerea lloraba. Después nos quedamos escuchando música en el living mientras bailábamos y nos besábamos como recién casados. Fuimos a ver a Nerea que dormía placidamente y nos fuimos a la cama. Me desnudé y me acosté, mi marido se desnudo, y note que estaba bien al palo. Le ordené ponerse un forro, y empezar a comerme la concha, lo hacía con mucha dulzura; Te gusta aunque no tenga lechita adentro, cerdita. Lo sentí empezar a chupar con más brusquedad; Te calienta que me llenen eh?. Vení a cogerme. Sentí que entraba suavemente y empezaba un suave bombeo, me sentía como en una nube con los efectos de la cena y el vino. Lo tome de la nuca y le puse su cara junto a la mía para empezar a hablarle al oído. Bueno hablando un poco en serio del tema ni bien me indisponga me voy a poner el diu, si bien me encanta la leche todavía no quiero que me llenen...., y cada vez con voz más de puta, igual ya sabemos que vos no vas a ser el que me llene la próxima vez, pero por el momento todavía no decidí quien va a ser y quiero disfrutar un poco más de este tiempo.
El sábado lo voy a invitar a Jorge a bailar, me parece mejor que vos te quedes cuidando a Nerea, ... igual cualquier cosa que pase te llamo al celular, y la fiesta igual la vamos a terminar en casa, ... Que te parece?..., mi cerdita, le dije mientras le clavaba un dedo en el culo y lo empezaba a dedear sintiendo como enseguida su pija latía como loca y llenaba el forro de leche provocándome un placentero orgasmo. Se salió de mi y se acomodó a mi lado mientras le acariciaba la nuca y le decía que lo amaba. En realidad al día siguiente me indispuse lo que supuso un verdadero alivió para mi en ese momento. Postergué la salida del sábado para el sábado siguiente y me fui a colocar el diu.
Me sentí feliz, por no haber quedado embarazada. El miércoles de la otra semana prepare también una rica cena. Pero esta vez lo vestí a mi marido con una bombacha tipo culote, lo acomode sobre mi sintiendo la dureza de su pija y lo empecé a cachetear duramente. Se movía y se restregaba, calentándome cuando lo sentía pasar cerca de mi vulva. Después le baje la bombacha por la parte de atrás y seguí nalgueándolo duro durante un rato, mientras le decía, ¿Te gustaría que le entregue tu colita a Jorge? Levanto su cabeza, como queriendo terminar el juego, pero lo inmovilice con una mano apretándole el cuello y sentí como le latía la pija.
Tu pija me dice otra cosa cerdita. Me levante a buscar el aceite y el desodorante que uso para estas ocasiones, lo lubrique bien y empecé a cogerlo suavemente, no te estoy cogiendo ahora acaso?. No te gustaría sentir la pija que limpiaste cerdita. Lo empecé a coger más violentamente y sentí que acababa un montón dentro de la bombacha. Cerda me mancho la bombacha le dije, dejándole el desodorante metido y empezando a cachetearlo de nuevo duramente. Pasada la calentura nos acostamos lo abrace por detrás y le dije que en realidad no se si me gustaría verlo cogido por otro hombre. Nos dormimos abrazados.
Finalmente llegó el sábado, mi marido me ayudo a escoger la ropa, a bañarme, secarme y luego me miraba mientras me iba vistiendo, me puse una mini con medias con liguero sin tanga, una remerita top sin sujetador y unos zapatos de taco alto. Estábamos cerca del inicio del otoño, pero era uno de esas hermosas noches de fin de verano. Cuando Jorge toco el timbre mi marido fue a abrir mientras terminaba de pintarme. Al entrar al living, Jorge se me quedo mirando como no dando crédito a lo que veía.
Te gusta lo que ves?, Richard me preparo para vos. Le dio la mano diciéndole, gracias Richard, buen trabajo. Ni bien subimos al auto nos besamos profundamente, salimos en dirección a una disco, y mientras manejaba sin siquiera haber cruzado una palabra, me incline sobre él y bajándole el cierre y sacando su pija que estaba redura se la empecé a chupar como desesperada. Así no vamos a llegar muy lejos, me decía mientras se la seguía chupando como desesperada, no sigas, me dijo y me hizo incorporar alejándome de él. Ni bien entramos en la disco noté que muchos hombres me miraban.
Era la primera vez que salía sin mi marido, la situación era rara, porque estaba en pareja, pero no con mi marido. Nos acercamos a la barra a tomar unas copas, el ambiente era bastante raro, más que yo hacía tiempo que no salía a un lugar de estos. Había un tipo alto de musculosa que me miraba descaradamente, lo mire a Jorge que pareció no darle importancia a la situación. Fuimos a bailar, la pista estaba muy llena. Bailamos solo un rato y nos fuimos a sentar. El lugar era muy oscuro y se notaba en la penumbra que estaban pasando cosas alrededor. Jorge se sentó y me puso sobre él, me empezó a acariciar la cola, sentía la dureza de su bulto bajo mío, metí mi mano y libere a su miembro y me fui acomodando sobre el lentamente, que placer le dije al oído. Me empecé a mover duro sobre él por momentos sentía que me clavaba contra él para que no me moviera y así aguantar más.
Tomé el celular y lo llamé a mi marido. Hola mi amor..., Sabes donde estoy?..., clavada en la pija de Jorge en un reservado. Que placer mi amor.... No aguanto el momento de que me llene de leche la concha..., la ultima vez no pudo pobre..., porque me quería cuidar.... pero hoy se lo merece..., ... no. Hay mi amor está explotando no sabes como, ay... me llena..., cuanta leche mi amor. Y le corte. Me quedé adormilada sobre la pija de Jorge nos seguimos besando y ya lo notaba duro de nuevo, me la volvió a meter y mientras me comía los pechos me dijo de seguirla en casa. Dale me muero de ganas. Salimos del lugar y me asustó pasar junto al tipo ese de musculosa, parecía un mafioso.
Mientras caminábamos hacia el auto me di cuenta que la leche me chorreaba hacia fuera manchándome las medias, no tenía ropa interior por lo cual salía con mayor facilidad.
Al rato llegamos a casa, mi marido estaba sentado en el sillón individual del comedor, no te levantes, le indique, me senté en el de tres cuerpos y le ordené que viniera a limpiarme, se acercó y empezó limpiando los restos de leche que tenía en las medias y después siguió lamiendo mi concha como desesperado, Jorge se desnudo y subiendo al sillón parándose a ambos lados de mi cuerpo me dio su pija para que se la chupe, así estuvimos un rato, hasta que Jorge se bajo del sillón y tocando en el hombro a mi marido lo hizo salir, quedo arrodillado delante de Jorge que estaba en plena erección, su boca a escasos centímetros de la misma, Hubo como una pausa en el tiempo, mi marido tomo la pija de Jorge y se la metió en la boca empezando a chuparla, este lo tomo de la nuca y empezó a cogerle la boca, la situación me estaba por enloquecer, Jorge lo separo y poniéndose de rodillas me la clavo hasta el fondo, mi marido se paró a un costado mío y me la dio para que se la chupe, ¿estaba rica, cerdita, le dije?, me tomo de la nuca y empezó a cogerme con fuerza. En un momento lo separé, no quería que me acabara en la boca, sentate un rato a mirar que estás demasiado caliente y te olvidas del placer ajeno. Se sentó en el sillón de un cuerpo mientras Jorge me seguía cogiendo duro. Le hizo una seña para que se acerque y le indicó sentarse en el sillón a mi lado. Se salió de mi y me dijo que me cogiera a mi marido.
Lo mandé a buscar un forro y ponérselo mientras nos besábamos de pie con Jorge en medio de la sala y sus dedos se metían en mi culo. Trae el aceite le gritó. No hagas ruido que duerme la nena, le dije. Mi marido volvió con el forro puesto y se sentó en el sillón y me acomodé sobre el sintiendo su pija que me iba entrando lentamente, levante la cola y sentí a Jorge lubricarme la cola mientras mi marido me comía los pechos dulcemente. Sentí que Jorge se acomodaba y me la metía lentamente. Que placer, por favor, nunca creí que la más gorda la iba a tener en el culo, eso porque sos un calentón le dije a mi marido, si no la tuya sería la que estaría en el culo y sin usar forrito. Jorge le ordeno a mi marido quedarse quieto, diciéndole que el marcaría el ritmo y empezó a cogerme rápidamente.
Empecé un orgasmo que parecía no tener fin y de repente sentí que mi marido se tensaba explotando en mi concha, sentía los latidos de su pija que me vuelven loca y a la vez sentía que Jorge se detenía y me la dejaba clavada bien al fondo pero sin acabar. La pija de mi marido se deslizo hacia fuera y nos corrimos para permitirle salir. Jorge me la saco aun dura y nos sentamos a descansar mientras mi marido iba por champaña. Brindamos por nosotros y Jorge levanto su copa y tomándome de la cola, dijo es hora de ira a la cama, le di un beso a mi marido diciéndole hasta mañana, cuida a la nena. Entramos a la habitación, Jorge cerro la puerta de la pieza. Me acosté en la cama boca arriba y Jorge se puso de pie a mi lado y me dio su pija para que se la chupe, lo hice lentamente como agradeciéndole todo el placer que me daba. Que linda pija tenés me encanto lo que hicieron con Ricardo. Me hizo levantar y poniendo una almohada me hizo acostar cola arriba, se puso detrás mío y me metió solamente la cabeza de su pija en el culo y descanso todo el peso de su cuerpo sobre mi, me encantaba sentir su peso sobre mi. Los voy a venir a visitar más seguido, me dijo, total mi mujer esta acostumbrada a mis congresos en el interior. Se quedo un largo rato así hasta que en un momento me la dejo ir hasta el fondo y permaneció un largo rato con la pija en el fondo de mi culo. Nunca pensé que te iba a coger de esta manera, ni en mis mejores fantasías, dijo.
En un momento me empezó a bombear, sentía el mete y saca de su pija en todas las paredes de mi culo, me sentía hipersensibilizada. Me bombeó un rato muy largo, ya no aguantábamos más ninguno de los dos. ¿Queres la leche perrita?, damela por favor..., le dije mientras empujaba la cola para sentirlo en lo más profundo, en un momento me la clavo bien a fondo y lo sentí explotar. Permanecimos un largo rato en la posición, su pija tardo un largo rato en bajarse, estaba muy excitado, me pareció. Luego lo escuche salir hacia el baño y me quede dormida.
Me desperté sintiendo que me comían la cola, era ya de día y era mi marido el que lo hacia. Hola cerdita, le dije, queda algo de leche todavía, póngase una tanguita mía y venga a acostarse un rato. Lo hice acomodar mirando hacia el costado me pegue a su espalda, con mi mano le agarre la pija que sobresalía por el tanga y lo empecé a pajear suavemente, mientras le hablaba: Le gustó a la cerdita la pija de Jorge, ¿no?... me pareció o la chupabas con ganas anoche...., te gustaría que te llenara la boquita...o lo preferirías en la cola... sentí que su pija se contraía y explotó y se la apoye en su panza que se lleno de su leche. Lo mande a limpiarse.
Comentarios a sebirra2003@yahoo.com.ar
PD: Me encanta publicar mis relatos con el mail de mi esposo, porque el recibe en su oficina montones de mail que me dedican y algunos muy subidos de tono. a veces los abrimos juntos.
Si alguno me quiere escribir sin que lo lea el cornudo mi dirección es: lareinadellugar@yahoo.com.ar