Un cambio de vida, sigue la historia (13)
Soy la mas puta del barrio.
Un cambio de vida, sigue la historia 14
Por suerte el lunes me indispuse, los últimos acontecimientos me habían hecho dudar de mi deseo de volver a ser mamá, no podía estar todo el tiempo poniéndome un d.i.u. y sacándomelo con cada cambio de ánimo se me ocurrió que lo mejor sería probar con las pastillas anticonceptivas.
La semana paso normal, el jueves estaba muy caliente como siempre que me indispongo, necesitaba sentir una buena pija clavada en mi y por supuesto contaba con mi marido. Cenamos en calma, nos quedamos besándonos en el living y pasamos al cuarto, lo puse a mi marido abajo y lo deje que me dedeara él a mi el culo, siempre me encanta estar arriba y mientras manejo el ritmo que me metan algo por el culo. Preferí no hablarle de nada para que aguantara más, me cogió por un largo rato hasta que explotó y me deje caer sobre él, nos quedamos besándonos y abrazándonos por largo rato.
Me desperté más temprano que mi marido, le prepare el desayuno y se lo lleve a la cama, puse la bandeja sobre él y me baje a chuparle la pija, se la chupe con detenimiento un largo rato y después me acosté en la cama boca arriba, vení a cogerme, le dije. Se acomodo sobre mi y me empezó a bombear suave y a besarme dulcemente. Lo tomé del pelo y le puse su cabeza al costado mío, decime: ¿hablaste con tu papá?, sentí como su pija daba como un saltito. ¿no te comento si le gusto el sabor que le quedo en los dedos el otro día?, me empezó a coger violentamente, me encantaba.
Me parece que tenía razón yo ¿no?, me miraba de una forma especial.... Me pareció que estaba muy cerca por lo que deje de hablarle y le dije que se quedara quieto que no acabara todavía. Espere un rato y le dije: Ya saboreó la entrada, seguro que va a querer probar el resto del menú..., sentía que la pija le latía como loca. Dame duro, le dije, me empezó a coger duro, le metí un dedo en el culo y le dije al oído, va a ser cuestión de tiempo para que el también este en esta cama cogiendome, ¿no...?, sentí como explotaba, era una inmensidad de leche la que le salía, parecía que hiciera semanas que no se corría. Le gire la cabeza y lo bese, te quiero, cerdita le dije.
El fin de semana paso tranquilo, llamo Fernández para avisarme que el lunes estaba de regreso, que no me sintiera presionada, solamente por si quería pasar. Ya había empezado a tomar las pastillas anticonceptivas y me sentía más relajada y en paz.
La semana pasó tranquila, por fin era miércoles, no veía la hora de ir a verlo a Fernández, después de almorzar y pasear un rato fui hacia su oficina. Me anuncie con la secretaria, que me dijo que golpeara y cuando escuchara el timbre empujara la puerta. Había puesto un nuevo cierre en la misma. Entre a la oficina y Fernández estaba de pie esperándome, se acerco hacia mi y me beso. Me comento que había puesto el cierre en la puerta pensando en nosotros para que pudiéramos jugar tranquilos.
Me pregunto como había estado y le conté los sucesos con mi suegro, su cara se transformaba, parecía estar a punto de explotar. Pensé que ya tenía ud. un macho adulto para que la sirviera, dijo. Y..., ud no estaba, que iba a hacer. Se acercó hacia mi y tomándome del pelo, me puso de rodillas, me restregaba mi cara por su bragueta, que puta que es, me decía. ¿No puede estar un minuto sin pija, eh?, me ordeno desnudarme. Me quede parada en el medio de la oficina desnuda, su escritorio no tenía nada arriba, estaba preparado para la ocasión. Fue hacia él y saco de un cajón unas cuerdas con las que me ato las manos juntas atrás en la espalda. También había sacado un pañuelo, es para vendarle los ojos, me aclaro. Me llevó hacia su escritorio y me apoyo en él con el culo ofrecido. Me vendó los ojos tomo asiento en su sillón, me ordeno quedarme quieta que iba a llamar a su secretario. Puede venir a mi oficina le dijo.
Golpearon la puerta y sentí unos pasos que se acercaban a mi. La señora necesita un escarmiento, sentí que la persona se ubicaba a mi lado y primero me acariciaba el culo con detenimiento para luego empezar a golpearme con furia, no podía creer que Cesar pudiera ser tan violento, pero la situación me tenía muy caliente. Fernández le paso el lubricante y sentí como corría el liquido por la raya de mi culo y una pija ya me lo estaba metiendo directamente, no había habido dedos. Me tomo de las caderas y me empezó a bombear duro durante un rato, luego se detuvo y me la dejo clavada en el fondo. Fernández se puso de pie, me tomó del pelo y me empezó a comer la boca, que rica que es mi puta, le gusta mucho la pija verdad, ¡me encanta!, le conteste. Debe haber hecho algún gesto porque me empezó a bombear fuerte en el culo hasta que lo sentí explotar y dejármela clavada.
La pija seguía bien dura en el fondo de mi culo y estaba teniendo yo un hermoso orgasmo, ya puede retirarse dijo Fernández, sentía como la sacaba lentamente disfrutando la salida de mi culo y se quedaba mirándolo un rato mientras me separaba las nalgas con ambas mano, no dijo nada, sólo se retiro de la oficina. Fernández se acomodó detrás de mí, me la metió y me la dejó ir despacio hasta el fondo, que jugoso tiene el culo, me dijo, me empezó a pasar las manos por el cuello y me lo empezó a apretar de a ratos, me resultaba delicioso, parecía saber exactamente cuando apretar y cuando aflojar, me cogió un largo rato sacándome otro orgasmo y se acerco a mi oído y me dijo que el sábado pensaba visitarme en casa con su asistente que por favor dispusiera yo todo para su visita y que tuviera especial cuidado en la vestimenta de mi marido. Me la dejo clavada en el culo sin moverse mientras me apretaba y soltaba el cuello de a ratos, me saco la venda de los ojos, me giro hacia el la cabeza me comió la boca y bombeándome lo sentí explotar dentro de mi culo.
Me ayudo a arreglarme y despidiéndome en la puerta de su oficina me dijo que nos veíamos el sábado, me dio un beso profundo y me metió un dedo en el culo, mientras duro nuestro beso. Salí de su oficina y las piernas me temblaban, necesitaba una ducha y un buen descanso.
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