Un cambio de vida, sigue la historia (10)
Sigue la fiesta...
Un cambio de vida, sigue la historia 10
Hacia casi dos meses que no veía a Fernández, era cierto que estaba en un período excelente con mi marido y Cesar, pero a la vez sentía algo dentro mío que me empujaba a ir a verlo a Fernández, me detuve a pensar en el tema y me daba terror presentarme en su oficina y tener que pasar delante de Cesar, sabiendo que el estaba al tanto del motivo de mi visita. Estuve varios días pensando en el tema y sin poder decidirme. Empezaba la primavera y realmente me sentía plena y deseosa de verlo al Mr. Ese día, me desperté caliente y me vestí de forma especial. Me fui antes de que mi marido se despertara no deseaba verlo.
Tuve una jornada de trabajo complicada y salí a almorzar a mi restaurante favorito, ya sabía donde terminaría la tarde, me sentía mojada y latiendo mi entrepierna, nunca podía entender lo que me pasaba, además tenía la percepción de que Fernández estaba sintiendo algo parecido y me estaba esperando. Me anuncie con la recepcionista, que me anuncio y de inmediato me hizo pasar, trate de pasar lo más rápido posible y nadie me vio, era justo la hora del almuerzo. Me sentí aliviada. Entre a la oficina de Fernández y empecé a desnudarme, ninguno de los dos dijo palabras. El escritorio estaba vacío por lo que al terminar de desvestirme me acosté con el culo ofrecido sobre él. Fernández solo se sonreía y empezó a acariciarme saboreando un dulce triunfo, yo no lo miraba.
Estuvo un largo rato acariciándome con detenimiento. Así que empezaba a parecerle una rutina, dijo. Sacó el frasco de aceite del cajón y me lubrico el culo con detenimiento, me sentía desfallecer del placer. Abrió otro cajón y saco un consolador de tamaño considerable y empezó a juguetear con el por mi culo repartiendo el aceite por todo él. En un momento empezó a jugar con la punta de él en la puerta de mi culo, hasta que lo metió casi hasta la mitad, lo dejo ahí y empezó a cachetearme los glúteos, me sentí morir. Tomó el teléfono y le dijo a su secretaría señorita pídale por favor a Cesar que me traiga el informe sobre la compañía chilena. Lo miré a los ojos y tomándome de los pelos me puso otra vez mirando al frente. Sentí que golpeaban la puerta y mi corazón latía con fuerza. Adelante, por favor dijo Fernández, Cesar entró y se quedo duro en medio de la oficina, ahí estaba yo sobre el escritorio. Fernández me empezó a coger con el consolador, mientras le preguntaba a Cesar cual era su opinión sobre la propuesta que hacían los chilenos. Tuve un orgasmo como hacía tiempo no tenía. Cesar estaba callado y Fernández le dijo que dejara el informe sobre el escritorio y saliera.
Cuando Cesar salió Fernández dejo quieto el consolador y empezó a cachetearme bien fuerte, casi no habíamos hablado, sacó el consolador y colocándose detrás mío me dejo ir su pija hasta el fondo del culo. Me tomo del pelo y levantándome la cabeza mientras me cogía empezó a morderme el cuello, mientras me cogía mas duro. Empezó a decir dos meses es mucho tiempo, mientras seguía dándome y con una mano me tomaba del pelo y con la otra empezó a apretarme el cuello, como para ahorcarme, sentí que me faltaba el aire, tenía miedo y a la vez sentí crecer un orgasmo mucho más fuerte que el anterior, me soltó el cuello y apoyo mi cabeza sobre el escritorio. Lloriqueé un poco, no sabía muy bien porque.
Fernández no había tenido su orgasmo se sentó y tomando el teléfono hizo un llamado: ¿Pierre?, más o menos en media hora estoy en tu casa, dijo. Me ordeno vestirme, salimos juntos de su oficina, al pasar junto al escritorio de Cesar, le dijo que tenía que visitar a un amigo, que cualquier problema urgente lo llamara al celular, y le regalo una sonrisa sarcástica. Ya en su auto y sin que el dijera nada me acomode para chuparle la pija mientras manejaba. Llegamos a un edificio e ingresamos directo al estacionamiento del mismo, el de seguridad lo saludo a Fernández mientras yo seguía con lo mío.
El auto se detuvo finalmente y bajamos del mismo, entramos a un ascensor que nos llevo directo hacia el piso13. Fernández toco el timbre y la puerta se abrió, era un living hermoso con un amplio ventanal, se veían todos los bosques de Palermo debajo y a lo lejos el río. Me quede detenida observando lo que me parecía una vista excelente. Entro un hombre de unos sesenta y cinco años gordo y bastante desagradable en su apariencia. ¡Fernández!, que placer, se abrazaron en el medio del living, Fernández se corrió como dándole paso y el individuo se acerco hacia mi. Soy Pierre, para servirlo, me dijo y acercándose me tomo de la nuca guiándome a ponerme de rodillas. Cuando me llamaste me tomé un par de pastillas de las mejores, y con esta hembra seguro que van a hacer efecto. Baje el cierre de su pantalón y apareció una pija de dimensiones normales, de un olor muy desagradable.
Estaba apenas empezando a pararse, se la empecé a chupar y enseguida me empecé a calentar, me sentía sucia y puta, lo mire a los ojos mientras se la chupaba y su pija empezó a reaccionar poniéndose bien dura, el viejo casi babeaba, estaba con la mirada perdida , se la seguí chupando un buen rato y como imagine seguro que los culos era lo que le encantaban. Me acomodo sobre el sillón y como pudo me la fue metiendo lentamente y me la dejo clavada. Que rica hembra Fernández, ¿de donde la sacaste?. Es una larga historia, pero no es una cualquiera, eh. El marido es gerente de la empresa y tiene una beba cerca del año ya.
Me calentaba escucharlo y al viejo parece que también porque me tomo del pelo y mientras me cogía todo lo duro que podía, me decía: cerda no te da vergüenza ser tan puta. ¿ y si te viera tu hija...?, con la pija de un viejo en el culo, explotó enseguida y sentí solo un poco de leche que entraba en mi culo. Se quedo quieto un rato, su pija salió sola y se puso de pie arreglándose y estrechándole la mano a Fernández, yo me quede en mi posición en espera de alguna indicación. Fernández se acerco y me cogió el un poco el culo, pero sin acabar. Me ayudo a levantarme y nos fuimos. En el auto no me dejo que se la chupara me llevo hasta casa, estaciono en la puerta, ya estaba oscuro. Ahora si me dijo y se bajo el cierre, se la chupe hasta que lo sentí explotar en mi boca mientras me decía que no la trague. Se acomodo su ropa y bajo a abrirme la puerta me acompaño hasta la puerta y toco el timbre.
Abrió mi marido, Fernández le tendió la mano, con una amplia sonrisa. Lo bese a mi marido y le pase toda la leche que pude estaba segura que eso era lo que Fernández quería. Le pidió a mi marido que me esperara un instante que yo ya entraba, me gire hacia él, me miro a los ojos. Sra. Franca, parece que se hicieron muy amigos de Cesar, Ud. sabe que yo no tengo condiciones que imponerle. Pero cada vez que deje pasar tanto tiempo sin venir a verme mi enojo va a ser mayor. Me tomo de la nuca y me dio un profundo beso, mientras con la otra mano me metía el dedo en el culo. Me soltó y corrí a esconderme en casa.
Comentarios a sebirra2003@yahoo.com.ar
PD: Me encanta publicar mis relatos con el mail de mi esposo, porque el recibe en su oficina montones de mail que me dedican y algunos muy subidos de tono. a veces los abrimos juntos. "No mando fotos a nadie." No insistan por favor, que trabaje vuestra imaginación.
Si alguno me quiere escribir sin que lo lea el cornudo mi dirección es: lareinadellugar@yahoo.com.ar