Un cambio de vida, sigue la historia (1)

No hay nada mas hermoso que poder llegar a hacer lo que uno desea

Un cambio de vida, sigue la historia I

Faltaba poco para que tuviera que reintegrarme a mi trabajo, y me daba vueltas en la cabeza la propuesta del Sr. Fernández, igualmente me interesaba seguir con mi trabajo de enfermera, sobretodo ahora que podía ser jefa y desarrollar mucho de lo que deseaba en cuanto al trato hacia los pacientes, y tenía algunas ideas que me parecían interesantes para llevar adelante. Después de mucho pensar se me ocurrió que podía citarlo a Jorge en mi casa, y comentarle la propuesta que me habían hecho, tampoco descartaba la posibilidad de volver a retomar mi relación con él, sobretodo que sentía que esta vez yo manejaría la situación.

Lo llamé a su celular y le dije que deseaba hablar con él, porque tenía una nueva propuesta de trabajo y quería ver si podíamos arreglar algo para no tener que dejar mi puesto de enfermera. Se mostró encantado de que lo llamara y prometió venir al día siguiente, le sugerí que alrededor de las 15 hs. estaría bien así podríamos charlar a solas.

El día siguiente me vestí con esa calza que me encanta que me marca toda la cola y marca mi vulva, que siempre uso en casos especiales como este, sin ponerme ropa interior. Arriba la remera con elástico sin sujetador me pareció excelente. A las 1515 hs sonó el timbre, fui a abrir la puerta y se quedo en el vano de la puerta sin habla, creo que no esperaba verme así vestida, y además la última vez que lo había visto estaba embarazada de cinco meses.

Tenía un ramo de rosas blancas en la mano le di un beso muy cerca de los labios y lo invite a pasar, lo hice tomar asiento, mientras tomaba las flores y me dirigí a buscar un florero tratando de mover mi cola de forma que la notara lo más posible pero a la vez que no resultara como algo antinatural. Puse un florero en la mesa de la cocina, lo sentí acercarse. Le agradecí las flores y le reproche que no hubiera pasado por la clínica antes así la conocía a Nerea. Le dije que me acompañara hasta el cuarto de ella, sin hacer ruido, se acerco a verla mientras dormía.

¿-No es hermosa?

-Casi tanto como la madre

  • Lástima que seas tan posesivo y hayas despreciado a la madre- y me dirigí a la cocina a preparar café. Lo sentí acercarse desde atrás y se fue acercando hasta apoyarse suavemente mientras me envolvía con sus manos que fueron a acariciar mis tetas, Se las saque, y le dije dándome vuelta y alejándome, no te equivoques acabo de ser mamá, no soy una putita barata.

  • No quise ofenderte, perdóname, es que estás así vestida, me citaste en tu casa, me parece que algo queres.

  • Se me hizo tarde cuidando a Nerea y no tuve tiempo de cambiarme, me parece que no podés ser tan ignorante.

  • Vuelvo a disculparme, pasemos al living y hablemos de lo que querías hablar.

  • No preferís que me cambie, ... a ver si no té podés contener.

  • Por favor, Franca, no es para tanto.

Se sentó en el sofá y yo me senté a su lado, perdoname me vestí así a propósito, dije, porque me parece que después del embarazo estoy horrible y no le puedo gustar a nadie y me apoye en su pecho fingiendo llorar. Con su mano derecha empezó a acariciar el costado de mi cuerpo y detuvo su mano en el costado de mi pecho. Levanté la cara para mirarlo y nos besamos, le metí la lengua lo más profundo que pude, sentí su mano bajando por mi costado y empezando a sobarme la cola. Seguimos apretando un largo rato, me levantó la remera sobre mis pechos y empezó a chuparlos como desesperado. Suave que tengo los pezones muy sensibles y están llenos de leche. Sentí que Nerea lloraba y apoyándome en su pecho empuje para levantarme.

Enseguida vuelvo le dije levantándome y yendo hacia la pieza a buscar a Nerea, Me senté en el sillón de un cuerpo que está justo enfrente de donde Jorge estaba sentado. Perdóname le dije mientras acomodaba a Nerea en mi pecho, estoy un poco desubicada, perdóname la escena, por favor, quizás es mejor que te vayas.

-Pero todavía no hablamos del trabajo.

-Bueno, mirá, me propusieron un puesto en el trabajo de mi marido que me pagan lo mismo pero tengo que ir sólo un par de horas dos veces a la semana-

-Vos sabés que si bien yo soy el director médico igual no puedo ofrecerte nada como eso.

¿-Y, qué podrías ofrecerme?

  • No sé, que te parece si venís tres horas todas las mañanas cosa que organices toda la jornada y después te vas, y te llamamos si llega a surgir alguna urgencia.

-Es una propuesta bárbara, le dije pero no sé si pueda estar muy cerca de vos, no me gustaría que pase algo como lo de recién. Guardo silencio y se levanto, voy a servir café, termina con la nena y luego seguimos charlando. Ya esta pensé, y sentí como mi concha se empezaba a mojar cada vez más, me moría de ganas de volver a sentir su pija era la más cabezona que había probado y me llenaba de una manera deliciosa. Vino de la cocina sirvió el café y se sentó en el sillón. Nerea se durmió placidamente, fui a la pieza la cambié y la acosté.

Me acerqué caminando lentamente, se puso de pie tomándome de la cintura y me besó profundamente, nos apretamos como desesperados parados en medio del living, fingí arrepentirme, le dije, no está bien lo que estamos haciendo, me apretó mas hacia él, y sentí la dureza de su miembro, me puse de rodillas y le desabroché su pantalón, se lo bajé y vi como abultaba hermosa su pija bajo el slip, se lo bajé solo un poquito para que saliera su cabeza y empecé a juguetear con mi lengua en la cabecita de su pija. Que cabezona que la tenés..., por toda respuesta me apretó de la nuca hacia su pija. Seguí jugando con mi lengua y después empecé a darle suaves mordisquitos. Se corrió hacia atrás y se sentó en el sillón.

Desnudate, me ordeno y luego me pregunto: ¿ Y Ricardo?... No le contesté nada me desnude lentamente disfrutándolo lo más posible. Me acerqué hacia él, mira que no me estoy cuidando y no tengo ganas de quedar embarazada y me senté de cara a él metiendomela lentamente y sintiéndome derretir al sentir como su pija se abría paso dentro de mí, era la que mejor me llenaba de las que había probado. Cuando la sentí en el fondo me quede quieta ensartada en él, me hubiera gustado permanecer así una eternidad. Sus labios volvieron a jugar con mis pechos y sentí nacer un orgasmo desde lo más profundo de mi interior, le apreté la cabeza hacia mi pecho, mientras acababa sacudiéndome sobre él. Me arrepentí de haber sido tan posesivo, realmente esperaba esta oportunidad. Me voy a tener que hacer tiempo para ir a la mañana al trabajo y no descuidarte, así aprovechamos las tres horas de trabajo, por lo menos algunos días, dijo mientras me ponía sobre el sillón y me la clavaba bien al fondo y empezaba a serrucharme con dureza.

¿Dónde te voy a dejar la lechita?, Y... a vos donde te gustaría...?, le dije. Por toda respuesta, la saco de dentro mío, me giro y me puso de rodillas sobre el sillón. ¿Me vas a lubricar un poquito...?, y sentí su cabezona jugando en la entrada de mi cola, Despacito por favor, que es muy gorda tu cabeza... . Sentí que me escupía y empezaba a jugar con los dedos en mi cola. Se levanto y tomando el teléfono inalámbrico, me lo dio y me dijo, porque no lo llamas a Ricardo y le contás que tenés visitas, seguro se va a alegrar. Se volvió a arrodillar y sentí que su cabeza entraba en mi cola y se quedaba quieto, dale llamalo, me dijo. Que guacho pense, seguí así y me parece que él que me va a gustar que me llene y me haga un hijo vas a ser vos guachito.

Esta bien yo lo llamo, pero porque no vas a la pieza y buscas el aceite en la mesa de luz de Ricardo así lo disfrutamos más. Por toda respuesta sentí que la sacaba y se iba hacia la pieza; ¿Queres que lo vaya llamando a Ricardo?, dale, contesto desde la pieza. Sentí que se acercaba y me puse a temblar como una adolescente, mientras discaba el teléfono . Hola Richard, ...¿a que no sabes quien me vino a ver?, mientras sentía que Jorge me empezaba a pasar el aceite por toda la cola y me lo introducía suavemente con los dedos. Jorge, le dije, en realidad lo invite yo. Sabes que esta....ah....ah....ahh!!! haaaciendo mientras sentí que me la deslizaba suavemente hasta el fondo y la dejaba clavada ahí. Me la acaba de enterrar hasta el fondo de la cola; Que importa como paso?, lo bueno es que esta..., hay... ahh!!..., si bombeame duro guacho, dame con todo, es la pija más cabezona y más linda que conozco, dame duro por favor, no pares... y empecé a mover la cola para ayudarlo con la cogida, cuando lo sentía entrar sacaba la cola lo más que podía y luego volvía hacia delante, mientras seguía gimiendo cada vez más para que Ricardo escuchara del otro lado del teléfono.

¿Porqué no te venís mi amor?, dale así aprovechas que me va a dejar bien lubricada y abierta, no querías entrar directo por la cola, dale vení que hoy te dejo; Lo único que me parece que la vas a encontrar re abierta y superllena de lechita de macho..., ¿venís mamoncita?, sentí que cortaban del otro lado y esboce una sonrisa. Sentí que Jorge me la sacaba y sentí una sensación de profundo vació. Me acostó en el sofá boca arriba y me la volvió a meter en la cola, así te veo la cara de trola que tenés y te puedo comer las tetas guacha.

Me empezó a serruchar cada vez más duro mientras se detenía de a ratos a juguetear con mis pezones. Que rica, que estás, esta vez no te voy a dejar ir, si mi mujer fuera lo mitad de perra que vos, creo que no me hubiera cogido ni a la mitad de enfermeras que me cogí. ¿Que suerte que me encontraste, no?, le dije. La volvió a sacar y tomó asiento en el sillón, se tomo un sorbo de café. ¿Cuánto tardara tu marido?; En quince minutos más debe estar por llegar. Tengo ganas de esperarlo así te encuentra recién llenita, dijo. Me senté de frente a él y empezamos a besarnos, mientras sentía su pija dura en la entrada de mi concha, me moría de ganas de clavármela, pero me aguanté. Seguimos besándonos y acariciándonos.

En un momento la puerta se abrió, y entró Ricardo, me salí de arriba de Jorge que se levantó a darle la mano, mientras fingía taparse la pija con la otra, disculpa como me encontras pero estábamos trabajando. Te estaba esperando así podías ver el final del trabajo y tomándome de la muñeca se sentó y me la clavó en lo profundo de la cola. Mi amor deberías darle las gracias a Jorge, por lo atento que es; Vení a comerme la concha y de paso pasa la lengua por la pija de mi macho, que después vas a tener tu regalito. Me excitaba al límite verlo con su traje, de rodillas a mis pies chupandome la concha y sintiendo la dura pija de Jorge que se movía lo más que podía en esta posición. Me bombeo un rato más hasta que sentí que me la clavaba y abundante leche salía de su pija, es una sensación realmente difícil de describir. Permanecimos un rato inmóviles Jorge y yo mientras mi marido seguía en su tarea de mamona.

En un momento sentí que la pija de Jorge se empezaba a deslizar hacia fuera, me puse de rodillas sobre el sillón culo en pompa y le dije a Ricardo, mi amor, acá tenés tu premio, pero primero en agradecimiento límpiasela un poquito a Jorge. Me calentó al máximo ver como agarraba la pija de Jorge y se la metía en la boca con un gesto de disgusto, le dio un par de chupeteadas y se la saco como si tuviera veneno. Jorge dijo que se iba a bañar, cosa que me extraño y me encanto. Mi marido se bajo el cierre y de rodillas detrás mío me la clavo de una hasta el fondo.

Que linda sorpresa, no cerdita?, le dije. No esperabas algo así, eh?. Te gustó la pija de mi macho. Por toda respuesta me tomó del pelo y me empezó a serruchar con dureza, me produjo un placentero orgasmo. Mira que machito, que estas?, queres que te la exprima, eh? Y empecé a juguetear con mi culo apretando y soltando y en unos momentos le saque toda la leche, que fue un montón. Se quedó dentro mío durante un largo rato, luego se levanto nos besamos. Jorge ya cambiado se despidió, asegurándome que había aprendido una gran lección y que jamás la olvidaría.

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PD: Me encanta publicar mis relatos con el mail de mi esposo, porque el recibe en su oficina montones de mail que me dedican y algunos muy subidos de tono. a veces los abrimos juntos.

Si alguno me quiere escribir sin que lo lea el cornudo mi dirección es: lareinadellugar@yahoo.com.ar