Un cambio de vida (12)
Una forma nueva de amarnos.
Un Cambio de vida XI
Me costó conciliar el sueño; aunque era de día no había dormido demasiado. Me sentía un poco preocupada porque sentía que la cosa se nos iba de las manos. Pero me daba cuenta plenamente del placer que la situación me daba y no podía detenerme. Me encantaba lo que me hacía gozar el sr Fernandez, y a la vez disfrutaba cada vez más humillando a mi marido. A veces tenía momentos de arrepentimiento y sentía algo de culpa; pero a medida que me ponía caliente de nuevo no me importaban en lo más mínimo.
Hasta el jueves estuve tranquila en casa sin tener noticias de nadie. Por momentos me venía el recuerdo de la pija del presidente y como me había cogido en la oficina de Fernandez y tenía ganas de repetir. Mi marido llegó en la noche del trabajo y me comentó que el sr Fernandez y el sr presidente, nos invitaban a cenar en Rodizio de costanera, y después veríamos para que daba la fiesta. Cenamos tranquilos, en la cama le ordene a mi marido desnudarse y acostarse boca abajo. Fui a la cocina y agarre el aceite de cocina le tire un chorro en la cola y lo empecé a repartir y lo sobaba con deleite, le separé las nalgas y le tiré un chorrito en la cola, empecé a jugar con mi dedo medio y se lo fui metiendo de a poco, y le fui haciendo un lento mete y saca, mientras lo escuchaba gemir, lo hice poner de costado para poder ver su pija que se sacudía como loca.
Decidí parar, porque tenía miedo que acabara y lo quería supercalentito para el sabado. El sabado me puse el mismo vestido que para la recepción, me encataba, en el viaje al lugar le fui calentando la cabeza a mi maridito. Siempre con mucha voz de putita..., Te parece que con esta panza si tienen cuidado podremos hacer una doble penetración..., ¿Cómo será la pija del presidente?, pregunté como si no supiera. La tendrá grande? Lo sobé un poco sobre el pantalón a mi marido y comprobé lo caliente que estaba. Cenamos en el restaurant como si se tratara de un grupo de conocidos.
El sr presidente tomó la palabra: Ricardo, no me canso de elogiar la fortuna que ud ha tenido al encotrar una mujer así; Y por lo que me contó Fernandez, nosotros somos más afortunados por haber encontrado alguién que tenga a una mujer así y sea una mamona cornudita; Levantó su copa brindando y dijo vayamos a mi casa, por favor.
En su casa, le ordene a mi marido desnudarse y sentarse en el sillón de un cuerpo que había en medio del living. La casa era hermosa pero no pienso detenerme en descripciones, porque en ese momento era lo que menos me interesaba. Pusieron una música muy suave y el sr Fernandez me saco a bailar y empezó a acariciarme la cola con detenimiento. El sr presidente se fue a servir champán y volvió con una bandeja que apoyo en una mesita que había junto al sillón en que estaba mi marido. Sirvase por favor Ricardo, le dijo. Se acercó a nosotros y tocando el hombro del señor Fernandez, le pidió permiso para bailar conmigo. Enseguida me apretó contra el me beso profundo en la boca y me acariciaba la cola con detenimiento. El sr Fernandez se ubicó junto a mi marido, tomó una copa y brindó con él; Por que esta noche pueda usted llevarse imagenes que nunca pueda olvidar, Ricardo.
Apoyó su copa en la mesa, se acercó por atrás y sus manos fueron directo a mis pechos que empezó a acariciar con rudeza. Me apretaban todo lo que mi panza permitía. En un momento Fernandez me empujó de los hombros haciendome arrodillar, el presidente bajo su cierre y apareció esa pija cabezona que ya conocía, pero fingí sorpresa como si fuera la primera vez que la veía, me la fui metiendo en la boca de a poco, y empece un lento chupeteo y por momentos sólo jugaba con la lengüita alrededor del capullo de esa hermosa herramienta. Sentí que el sr Fernandez me acomodaba sacando más cola, me levantaba el vestido y corriendo la tanga me la metió suavemente en la vagina, que ya estaba echa un charco.
Me empezó a bombear mientras pasaba sus manos bajo mis pechos y me tomaba de los hombros. Así estuvimos durante un largo rato hasta que el sr presidente dijo que el también quería saborear esa carne Argentina de exportación y se rieron. Pasamos a la habitación, había una silla donde mi marido pudo tomar asiento, miré su pija que estaba loca de excitación. El sr Fernandez se acosto en la cama y me hizo acomodar encima de él, sentí una profunda penetración y tuve mi primer orgasmo. Me acerque a su pecho lo más que mi panza me lo permitía pero tuve que levantarme, porque era muy incomodo.
Sentí que el presidente se acercaba por atras y ya estaba lubricando mi cola, no creía que pudieramos hacerlo, realmente mi panza lo dificultaba bastante. El sr presidente se arrodilló a ambos lados de Fernandez y apoyó su gruesa cabeza en la entrada de mi cola. La posición era bastante difícil me incliné lo más que pude hacia adelante y Fernandez empezó a mordisquearme los pezones volviendomé loca,.
Ricardo, te gusta lo que ves..., alguna vez pensaste que podía ser tan puta, le pido a los sres que paremos mi amor...¿Querés que lo dejemos así...? En ese momento sentí que la pija del sr presidente empezaba a entrar lentamente en mi culo. Era un corcho perfecto, me llenaba a full; Dos machos para mi y mi marido mirando como un adolescente como se cogían a su esposa embarazada de cinco meses, empecé a acabar en forma ininterrumpida, casi pierdo el conocimiento.
Viste mi amor como el sr presidente me coje, y eso que es un viejito casi..., esto pareció calentarlo y tomandome del pelo empezó a cogerme con rudeza; Me da miedo que le dé un infarto mi amor..., y sentí que me la clavaba bien a fondo dejandomela ahí enterrada, me tiro fuerte del pelo llevandome hacia él y me comió la boca. Que puta es usted, ¿No hay pija que le alcance, no?. Va ud a cogerme o me invitó a charlar, le dije; Me tomó de las caderas y me empezó a serruchar con más dureza aún empecé a sacudirme como sacada y sentí que en un momento me la dejo enterrada y sentí que explotaba en un profundo orgasmo que me depositaba su leche en lo más profundo de mi cola.
El Sr Fernandez me acostó en la cama, y acomodandose sobre mi pecho como podía me la pusó en la boca y me empezó a coger, me la metía hasta la garganta y con su mano derecha me dedeaba la concha, lo sentí contraerse y sentí que me inundaba la boca. No tuve necesidad de indicarle a mi marido que se acercara ya estaba a mi lado, se acostó lo besé prolongadamente dandole toda la leche que pude y empecé a pajearlo lentamente cuando sentí que se empezaba a contraer se la apoye en su panza y se llenó todo de su propia leche. Se mancho la cerdita , que sucia que es, le dije. Limpiame la cola cerda. Al ratito ya estaba al palo de nuevo, yo en cuatro sobre la cama y el limpiandome la cola con su lengua. El presidente me la puso en la boca y le costaba recuperar su erección. Pero creo que la imagen de mi marido, más lo profundo de mi mamada hicieron un buen trabajo.
Le ordenó a mi marido que se sentara me dió vuelta arrastrandome hasta el borde de la cama, se arrodillo en el piso y me la metió de una hasta el fondo de mi concha me dió por un rato largo mientras se deleitaba comiendome las tetas. Quería que me llenara de leche y se lo pedí a gritos, si viejito..., llename de lechita caliente, sentí que su pija latía y sentí su leche dentro de mí pero no había sido tanta como esperaba. Mi marido estaba otra vez de rodillas y tomaba toda la leche que podía, se levanto y nos besamos. Me ayudo a levantarme, y nos miramos los dos como hacía mucho tiempo que no nos mirabamos. Nuestras miradas estaban llenas de dudas, placer, miedos y mucho más...continuará.
comentarios a sebirra2003@yahoo.com.ar
Pd: Me encanta publicar mis relatos con el email de mi esposo, porque el recibe en su oficina montones de mails que me dedican y algunos muy subidos de tono. a veces los abrimos juntos.
Si alguno me quiere escribir sin que lo lea el cornudo mi dirección es: lareinadellugar@yahoo.com.ar