Un cambio de vida (10)
Sigo sin poder manejar los sucesos de mi vida.
Un cambio de vida IX
Llegué a casa y me acosté a descansar, no quería ver a mi marido, por primera vez sentía que lo había engañado y lo que era peor, no veía el momento de volver a la oficina de Fernandez. Ni siquiera me había lavado quería sentir su leche el mayor tiempo posible. Mi marido vino a saludarme a la habitación, me beso y me preguntó que me pasaba; No es nada, me duele mucho la cabeza, necesito dormir un rato. Lo escuché prepararse la comida y ver un rato la tele, no podía dormirme en lo más mínimo.
Cuando vino a la pieza me abrazo y sentí su erección en mi cola. Dejame por favor, no me siento bien. Está bien mi amor, estuve pensando en lo de hacerte la cola y si querés podemos intentarlo. Mirá por el momento sólo quiero dormir.
A la mañana siguiente cuando me levanté prendí el video y estaba casi por el final, mi marido lo estuvo mirando obviamente. Cerca de las once tocaron el timbre era un mensajero con un paquete para mí, cuando lo abrí ví que había ropa en su interior una falda elastizada muy corta y una remera de esas cortitas que tienen elástico justo bajo lo pechos y nada más, me bañe y me apresuré a cambiarme, me sentía una adicta. Salí corriendo, casi, a la calle, paré un taxi y fuí hacia la oficina de Fernandez.
Al entrar me saqué el tapado, me recibió con una sonrisa y me sentó sobre sus muslos, en ese momento ví a un señor sentado en una silla del costado, tendría unos 50 años de muy buen ver. Fernandez habló mientras me levantaba la remerita dejando mis pechos al descubierto y empezaba a acariciarlos. El sr es el presidente de la empresa, con el cual compartimos muchos gustos y una profunda amistad, él está al tanto de lo nuestro y me pareció justo invitar a mi amigo que nos viera un rato. Un gusto sr presidente, dije. La mano de Fernadez entró habilmente entre mis piernas y empezó a darme un tratamiento directo en mi conchita que estaba al descubierto. Mis pechos seguían al aire para el deleite del señor presidente.
Pongase cómodo por favor señor, dijo Fernandez, el presidente se desnudo y se volvió a sentar, me quedé viendo su pija que me recordaba a la de Jorge y a la de Sebastián, esas pijas bien cabezonas que había sentido que me hacían sentir super llena. Se la acarició un poco y como una autómata me levante del señor Fernandez y arrodillandome delante del sr presidente se la empece a chupar con glotonería, me sentía morir; Fernandez dijo: Le dije señor presidente como la abeja a la miel.
Sentí al señor Fernandez levantandome la pollera que enrosco en mi cintura y sentí el aceite derramandose por mi cola. Sra Franca teniendo en cuenta su condición no queremos que se sienta forzada a nada así que si usted desea que el señor presidente siga adelante por favor pidaselo. Me oí decir, señor presidente rompame bien el culo, por favor; Se levantó apoyandome a mí en la silla que el ocupaba, lo sentí arrodillarse atrás de mí y dejarla apoyada en la entrada de mi cola. Sra Tense, para un hombre de mi edad es este un regalo que pocas veces puede uno soñar, y en ese momento me la metió, empecé a sacudirme como una posesa;
Me sentía la reina del mundo con esa pija en mi culo se la apretaba lo más que podía. Estoy a su disposición para lo que desee, estoy pensando que su marido merece ya mismo un puesto de gerente. En ese momento empezó a darme duro, me serruchaba a un ritmo lento pero parejo, para ponerlo más loco empecé a empujar como si quisiera rechazarlo, y así fue me empezó a cojer más duro y me la dejo clavada en el fondo sin acabar, trate de exprimirsela con mi culo, pero no podía, la sentía muy adentro. En un momento la sacó, me ayudó a pararme y se sentó él en la silla haciendome sentar en su pija. me sentía más libre para moverme, de a ratos sentía que con un movimiento de cintura me la clavaba un poco más.
El señor Fernandez se arrodilló y empezó a chuparme la concha provocandome una catarata de orgasmos y encima sentí que el sr presidente se tensaba llenandome el culo de leche. Tire mi cabeza hacia atrás apoyada sobre él, sentía que me desmayaba. Me salí de a poco lo besé y le dí las gracias. Me besó en la boca profundamente mientras acariciaba mi panza. Me sente en la silla mientras Fernandez lo acompañaba hasta la puerta de su oficina.
Cuando regresó me ordenó ponerme de pié. Me tomo de la muñeca y me apoyó en su regazo. Me empezó a dar palmadas fuertes diciendome lo puta que era y lo mal que me portaba, otra vez me hizo acabar con sus golpes. Me ordenó sentarme sobre él habiendome dado primero papel y lápiz. Su pija entró muy profundo en mi culo y ahí la dejo dura. Me empezó a dictar: Estimado sr. Ricardo Tense: Habiendome enterado del feliz estado que vuestra pareja atraviesa quisiera tenga a bien ud y su amante esposa venir a una recepción en su honor que se organizará en mi domicilio el dia.... Lo espero con mis mejores deseos. Aprovechó esta para anunciarle su nombramiento como gerente de la sucursal...
Me ayudó a levantarme y apoyandome sobre su escritorio me empezó a serruchar violentamente, le gusta mi perra? , Si mi sr!!!. El sabado a la tarde te va a llegar el vestido para la fiesta. Me siguió bombeando un largo rato parecía que no iba a acabar más en un momento sentí que su pija latía y empezaba a escupir chorros de leche bien calentita. Acercandose a mi oido me dijo que lástima que no esté Su maridito para saborearla, y me arrancó otro orgasmo.
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