Un calzón por mi culo!

Nada del otro mundo, la rica cogida que tuve ayer con un caliente extraño en mi estacionamiento, en excelente sexo casual, y de recuerdo su calzón!.

Con el pretexto de comprar unos cigarros, tomé el auto y salí de mi casa a las 3 de la mañana, calculando que sería buena hora para encontrar una buena verga que mamar, mínimo.

La verdad fue decepcionante, había un chico en una esquina que me sonreía cada que pasaba por ahí, pero no era de mi agrado, con bastante sobrepeso y unas facciones muy feas, nada que ver. También me encontré a un señor como de unos 45 años con el cual si me detuve a ver qué onda, pero yo creo que el tipo buscaba otra cosa porque se desapareció tras intercambiar unas palabras. Enseguida me topé con un señor en una camioneta negra en un semáforo, como de 40 años, moreno, con cachucha, que me miraba insistente, así que le hice la seña de que me sugiera para estacionar los vehículos, pero el tipo no se decidió y se quedó parado cuando arranqué. En mi ciudad hay dos o tres cuadras en el centro donde se puede putear a gusto, con discreción, es un lugar muy socorrido para los señores casado que buscan sexo gay en la clandestinidad sin mayor problema, pero de cualquier forma es divertido

Total que me estaba aburriendo y decidí irme a mi casa que está muy cerca de ese lugar, cuando me alcanzó una camioneta roja con vidrios polarizados, no podía ver el interior. La camioneta me siguió y yo me dirigí a mi casa, llegue a la puerta del estacionamiento de mi edificio y me acerqué a la camioneta. Ahí vi un chico muy varonil, de cabello un poco largo, guapo, de 34 años, informal, limpio y muy atractivo. Le dije que qué onda, qué hacía?, me dijo que andaba dando la vuelta, y yo directamente le pregunté si quería coger, me respondió que sí, que a él le gustaba coger y mamar, así que le dije que se estacionara, que iba a meter mi coche al estacionamiento y que entrara después de mi. Como es un estacionamiento subterráneo yo estacioné mi coche y el chico ya venía bajando a pie. Le dije que podíamos estar ahí porque había gente en mi casa, Joaquín, que así se llama, se puso nervioso, pero comenzó a acariciar mis nalgas, yo cerré la puerta del estacionamiento y me quité mi chamarra, el se quitó la suya y recargados en mi auto comenzamos a acariciarnos

Joaquín seguía nervioso, pero yo le dije que no había nada que temer, al momento de desabrochar su camisa y encontrar un pecho moreno claro, marcado ligeramente y cubierto por oscuros vellos… sólo nos mirábamos. Mis dedos recorrieron sus pectorales macizos, sus pezones oscuros, pequeños y duros, sus manos fueron introduciéndose bajo mi pantalón deportivo, dándose cuenta que yo no llevaba ropa interior, así que yo sentí de golpe sus manos frías acariciar la suave piel de mis nalgas y provocándome una creciente e inmediata excitación. Ambos comenzábamos a disfrutar del cachondo encanto que tiene un encuentro sexual casual, anónimo y perfecto, que es tan exquisito.

Con sus manos calentándose en mis nalgas, yo me agaché un poco para lamer su pecho, aspirando su aroma le quité su camisa y me dediqué por unos momentos a lamer sus tetillas, sus deliciosas axilas, Joaquín solo profundizaba su respiración y mis manos inquietas bajaron a desabrochar su pantalón, dejándolo hasta sus rodillas, y pude admirar una trusa blanca pequeña que parecía reventar por la verga erecta que apenas contenía

Me separé un poco y mi pantalón flojo marcaba ya una carpa de circo por mi propia erección. Yo le bajé su trusa y él me bajó mi pantalón, nuestras vergas brincaron para chocar entre ellas, duras, paradas. Sin decir nada me agaché para mamarla, yo estaba hambriento de verga y mi lengua experta se dio vuelo con aquella verga circuncidada, morena, gorda, lo suficientemente grande para llenar mis expectativas… arrancándole gemidos y provocando que Joaquín dirigiera la mamada con sus manos, que delicia, sus huevos peludos, limpios, me llenaban con su excitante olor, y el líquido salado que salía de su verga llenaba mi boca.

Joaquín me levantó sacando su reata de mi boca para evitar venirse tan pronto, y me dijo que también quería chupármela. Me recargué ahora en el coche, y él se agachó frente a mi. "Que rica verga tienes, está güerita, gorda, como a mi me gustan!" me dijo, y de golpe se la metió en su boca hasta rozar mis huevos, se la tragó toda y yo sentí como le llegaba hasta su garganta (siempre he admirado esa capacidad que tienen algunos de tragarse vergas hasta la raíz, sin importar el tamaño) y su lengua jugando con todo mi tronco, definitivamente sabía lo que hacía el cabrón ese, y lo hacía muy bien.

Cuando el güey se levantó los dos estabamos a punto del orgasmo, y yo le pregunté: "No te gusta besar?", y él me respondió juntando su boca a la mía y enredando nuestras lenguas, nos dimos un beso de putísima madre!

"Te la quiero meter" me dijo Joaquín, yo caliente y lujurioso le dije que sí pero con una condición: "Que me dejes tu trusa de recuerdo", "No mames, como mi trusa, para que la quieres?" me dijo, "De recuerdo güey, además yo te voy a dar mi culo, es justo, no?" respondí yo, y aceptó de buena gana, claro que aunque no hubiera aceptado yo igual le hubiera soltado mis nalgas, si precisamente eso era lo que yo quería!

Así que me volteé recargado en el cofre del coche con mi pantalón en mis tobillos, abierto de piernas, y Joaquín con su dedo lleno de saliva comenzó a lubricar mi hoyito caliente y apretado. Apuntó la cabeza de su verga en mi ojete y fue empujando poquito a poco. Yo aunque me encanta que me la dejen ir, siempre experimento un poco de dolor, y me excita ese dolor, sin embargo no se qué chingados hizo Joaquín que de inmediato sentí entrar toda su verga hasta que sus peludos y gordos huevos golpearon con los mío, y agarrándome de la cintura comenzó a cogerme rico, alternando embestidas rápidas y lentas, fuertes y suaves, con su mano derecha masturbando mi verga que seguí durísima, y lo más curioso fue que experimenté un placer distinto, sin molestias, como que mi culo era a la medida de su verga, y sentía encabronádamente rico, un placer absoluto y total

No tardó mucho en venirse, tampoco teníamos mucho tiempo para eso, y el movimiento de su cuerpo y su respiración me anunciaron su orgasmo, a lo que yo que también tengo mis mañas, apreté los músculos de mi ojete estrangulando su verga, lo que casi hace gritar al mi cogedor al momento de explotar en varios chorros de mecos calientes que me llenaron por completo.

El cabrón sin sacarme su verga, me movió un poco y con su mano derecha arreció la masturbada que me estaba dando, y como sentí que me venía aventando mi leche en su mano, apreté mas mi culo y su verga haciéndolo gemir todavía más

De chingadazo todo se aplacó, nos quedamos unos segundos sin movernos y en silencio, hasta que yo me moví y su verga salió semierecta de mi culo. Nos miramos así, desnudos, sudorosos, relajados, y nos dimos un rico beso. Saqué unos pañuelos desechables de mi chamarra y nos limpiamos un poco nuestras leches.

Yo me acomodé mi ropa y me sorprendió cuando vi que Joaquín se quitaba el pantalón, me miró y me dijo "Que no querías mis calzones?", se los quitó y me los dio junto con el último beso que nos dimos. Desgraciadamente no quedamos en nada, quizá una noche caliente nos volvamos a encontrar, pero al menos nos quedamos con el recuerdo de la exquisita cogida clandestina de ayer, y yo con mi verga dura ahora que traigo puesta la trusa de este güey, y mi colección de calzones de topos con los que he cogido va en aumento

A sus órdenes para lo que gusten, y un saludo caliente para todos los que entran a esta excelente página brunno69@hotmail.com