Un caballero cada noche (2)

Continuación de la saga. ¿Quien es este hombre que se ha metido en nuestra casa?

Ambos se quedan mirándose por unos instantes, pero el primero en hablar es el desconocido, quien dice:

1        Sé que hace mucho que no nos vemos pero… ¿No me vas a dejar pasar, hermano?

Mi padre no dice nada, pero se aparta y hace un ademán para que pase. Así que el otro hombre que me resulta tan familiar es en realidad… ¿Mi tío?. Él entra en la casa y tras dejar la maleta se me queda mirándome como si leyese una situación escrita ene la aire.

1        Hola.- me dice muy cordial.- Soy Ben.

2        Hola…- le respondo yo muy cortado por la situación.

Le observo y realmente tiene un algo que le hace parecerse a mi padre. Pero no era exactamente ese parecido que tiene todos los hermanos entre sí, porque he de admitir que físicamente no se parecían demasiado. Éste, aunque alto es más bajo que mi padre, más delgado pero atlético, y con un tono de piel más dorado (mi padre es tirando a un moreno tostado), tiene una presencia mucho más juvenil y menos rígida que mi padre, y a la vez más fría. No es un frío de mala persona, sino un frío de misterio y secretismo, como si no le gustase demasiado abrirse a los demás. Pero no por miedo como lo hacía Papá, sino por naturalidad.

Mi padre, tras cerrar la puerta mira a su hermano y le exige una explicación.

3        No tenía otro sitio a donde ir, Marcus.

4        ¿pero qué…? ¿Otro sitio? ¿Otro sitio dices? Pensé que para ti todo lugar era pequeño, que EL MUNDO ENTERO era tu sitio. Te vas de nuestras vidas de ese modo, y ahora, cuando yo he rehecho la mía, ¿apareces aquí diciendo que no tienes a donde ir?

5        No te puedo decir lo contrario Marcus, yo

Pero en ese momento mi padre le arreó un puñetazo en la cara con todas sus fuerzas que tiró a su hermano al suelo y éste, sin querer, tira una pequeña escultura de porcelana moderna y la rompe. Yo me asusto porque nunca había apreciado en mi padre un comportamiento violento, y su hermano se levanta tapándose la cara y chorreando sangre por la nariz.

6        Siento lo que te hice, hermano.

7        ¡Y un cuerno!- le grita mi padre.- eres un egoísta que no sientes nada. No se qué haces aquí o que esperas de mi, pero ten muy claro que aunque puedes quedarte unos días, te buscas otro lado y te marchas. No quiero volver a verte hermanito. Y tú.- me dice.- vete a tu habitación por favor.

Yo obediente me marcho a mi cuarto, donde termino de vestirme. Aún era temprano y sé que aunque luego me moriré de sueño, no me acuesto. La llegada de mi nuevo tío me había descolocado, pero desde luego no tanto como a Papá, quién aún gritaba a su hermano enseñándole su habitación y diciéndole más cosas que no llegaba a entender.

Luego oigo como mi padre se marcha a su habitación. Creo que se ha metido al baño o algo así, supongo que para relajarse. Yo no me aguanto y salgo de la habitación. Veo luz en una de las habitaciones del pasillo, por lo que deduzco que ahí se encuentra mi tío. Voy al baño del pasillo, abro el botiquín, cojo unos algodones, algo de agua oxigenada y me dirijo a la habitación de invitados. Golpeo con los nudillos en la puerta entreabierta y pido permiso para entrar. Pura cordialidad, porque sin esperar respuestas entro en la habitación. Ahí está el hombre, sentado al borde de la cama, con una maleta a un lado y mirando la habitación. Supongo que estaba haciéndose a la bienvenida de su hermano.

8        Será mejor que te cures eso.

9        Muchas gracias.

10    Debes ser muy especial, porque eres el primero que veo que desate así la furia de mi padre.

11    Lo que me parece que he desatado bien es su puño derecho.- sonrío y termino de mirarle el golpe en la nariz.

12    Ha sido un buen derechazo, pero no parece que te haya roto la nariz. Métete estos algodones y dato esto para que pare la hemorragia. – le digo acercándole dos pequeñas bolas preparadas de algodón, pero él, en vez de cogerlas, me agarra la mano con determinación y delicadeza y me mira. Acto seguido me dice algo que me deja roto:

13    Te pareces mucho a tu madre.

14    ¿Qué? ¿Cómo es posible que…?.- le digo yo con los ojos desorbitados. Es imposible que este hombre conozca a mi madre.

15    Bueno, a Marcus no te pareces, así que has debido de salir a ella.- me dice serio, mientras acepta las bolitas de algodón. La explicación me tranquiliza así que le confieso la verdad.

16    Ya, es que no soy hijo de Marcus. Al menos no biológico. Llevo viviendo con él menos de dos años. Antes vivía en un orfanato.- Los ojos de mi tío reaccionan un instante ante el dato, pero luego siguen impasibles como si tampoco le hubiera sorprendido demasiado.

17    Pues parece que os queréis mucho.- un comentario extraño puesto que no nos ha visto nunca juntos.

18    Eh… ya bueno… eso es porque no nos has visto discutir, jeje.

19    Claro.

La situación se vuelve un poco incómoda. Yo no sé que decirle y él me mira sin tener intención de decir nada. Le digo que es mejor que vuelva a mi habitación y me despido de él. Regreso a mi cuarto con el corazón desbordado. Su presencia es extraña. Fría e independiente. Casi electrizante. No es una sensación desagradable, pero sí muy diferente a la calidez de la presencia de mi padre. El corazón me vuelve a un ritmo normal y me tranquilizo.

Fin del capitulo 2.

Siento haber tardado tanto en continuar la serie. he tenido (y tengo) muchos examenes, pero voy a intentar seguirla escribiendo. Espero que os guste.