Un buen sacerdote
Javier igual delgado, rubio, con vello en el cuerpo, una verga normal, con buenas nalgas y eso si tiene una fuerza impresionante más en brazos y piernas, además el alzacuello hace ver a los curas extremadamente prohibidos y a la vez deseados.
Soy un chavo que desde pequeño he profesado la fe católica. Eso no va en contra de lo que les quiero contar.
Conocí a un cura hace un par de meses en una reunión de unos amigos en común. Y bueno la historia comienza con un simple juego de miradas, ya saben el de siempre, el que te indica que le gustas al otro, y si bien no lo di importancia por que estaba con varios amigos y amigas.
Alrededor de media noche me tenia que retirar y comencé a despedirme de todos, incluyendo a este pedazo de cura, que estaba buenísimo y que me había excitado mucho. Después supe que la atracción había sido mutua, ya saben que los rumores se esparcen de manera rápida, pero yo sabia que si teníamos algo seria demasiado fugaz.
Pasó como dos meses hasta que en una fiesta que era en mi casa, invite a mis amigos y les hice hincapié que si le decían a este "padrecito" no me incomodaría en lo más mínimo y mi sorpresa fue que si llegó a mi casa.
La verdad es que yo estaba caliente, con muchas ganas de coger con alguien. La fiesta estaba en un muy buen ambiente y tanto el como yo sabíamos que lo que buscábamos era una revolcada en la cama de lo más salvaje.
Yo soy alto mido 1,86, soy flaco y de ojos grises, con unos buenos abdominales, una verga de 16 cm., algo ancha y con unos huevos de locura, pero eso si me faltan nalgas. Javier igual delgado, rubio, con vello en el cuerpo, una verga normal, con buenas nalgas y eso si tiene una fuerza impresionante más en brazos y piernas, además el alzacuello los hace ver a los curas extremadamente prohibidos y a la vez deseados.
Así que busqué la oportunidad de llevarlo a mi cuarto, ya que vivo solo, y lo logre, la verdad que no me costo mucho. Ya estando ahí cerré la puerta; lo que menos me interesaba era platicar así que comenzamos a besarnos, el tiene una lengua maravillosa, me beso estábamos mojados, con las vergas a mas no poder, se quito poco a poco su traje negro, mientras yo hacia lo mismo, lo bueno es que solo llevaba mezclilla y una playera negra.
Me tiró sobre la cama y me ordenó que me volteara, ahí comenzó a mamarme el culo de una manera rica, sucia y fuerte, mientras yo me retorcía de placer en la cama, el con su mano se jalaba su verga, después quise compensarlo, le di una mamada de verga, de esas que casi te quieres venir en la boca.
Le chupaba los huevos, la verga era como un dulce para mi, el también se retorció de gozo, estábamos tan calientes que decidió meterme la verga sin piedad, y asi lo hizo, me dolió tanto que sientes las lagrimas rodar, pero no me importaba, me estaba cogiendo un cura, serio, guapo, limpio y con una fuerza increíble.
Siguió cogiendome, el mete y saca me comenzaron a gustar, quería mas, mientras el con su mano apretaba todo mi cuerpo. Yo me masturbaba frenéticamente, me dijo que con unas palabras que terminaron por excitarme aun mas: "Quiero mojarte el culo, ¿Puedo?"
Esas palabras me pareciron tan excitantes que lo único que puede decir es, has lo que quieras. Se corrió en mi culo, y yo me corrí en su mano, después de eso nos tiramos a la cama por unos pocos minutos.
El se vistió, se metió al baño, mientras que yo hacia lo propio, salimos del cuarto como si nada y aparte nadie notó que no estábamos. Este sacerdote es alguien excelente en su trabajo con los de la universidad, seguimos frecuentándonos y de verdad que me gusta tenerlo como amigo y amante.