Un buen día

Fué su gran día exhibicionista, relato casi 100% real ...

Era uno de esos días de “ponentà” en Valencia, la temperatura superaba los 30 grados y la sensación de calor era todavía mayor, uno de esos días en que no quieres salir de la piscina, pero pongámonos en antecedentes antes de relatar esta historia.

Mi chica llevaba por aquel entonces un tiempo en paro y andaba un poco decaída, en esa tesitura nuestras relaciones y juegos sexuales se habían resentido sensiblemente, siempre nos han gustado los juegos (sobre todo en público), ella se convirtió en una exhibicionista, en realidad fui yo quien la indujo a ello, salir sin ropa interior, abrir las piernas a los camioneros mientras los rebasábamos con el coche por la autopista, mostrarse descuidada al salir de un taxi y cosas así. Todo esto había quedado aparcado debido a su situación laboral, yo tampoco quería forzarla pues no la veía con ánimos para ello, pero fue ella misma la que un día se levantó más caliente de lo normal.

Ese día tenía cita con el callista, así es que se levantó, se puso unas braguitas casi completamente transparentes y una faldita “a ras parrús”, quería verse atractiva y así se presentó en la consulta, según ella misma me contó, estaba sentada en una butaca y el médico en una banqueta baja frente a ella, primero con una pierna levantada y después con la otra, en otras palabras, que tenía el coño perfectamente visible con sus bragas transparentes a palmo y medio de la cara del doctor.

Salió de allí calentita y decidió irse de compras al centro, lo primero que hizo fue meterse en un Sex Shop para, según ella, curiosear un poco, había 3 o 4 tíos (eran las 11 de la mañana), pensó en ponerse uno de los picardías que tenían en la tienda y dejar que las cortinas del probador quedaran un poco abiertas pero el empleado le dijo que eso se consideraba ropa interior y que no estaba permitido probársela, paseando por la tienda se encontró a un chico agachado mirando algo en la parte baja de una estantería, se puso a su lado de espaldas a él y se agachó ella también doblando la cintura para dejarle ver el culo, mientras me lo contaba, en ese punto yo le pregunté “¿Qué hubieras hecho si en ese momento el tío hubiera metido la mano entre tus piernas y hubiera subido hasta el coño?”, su única respuesta fue, ¡Ójala lo hubiera hecho!”, después dice que se agobió un poco porque el tío la perseguía por la tienda así que salió de ella y el chico detrás pero lo perdió de vista enseguida.

Se dirigió a uno grandes almacenes, de esos que tiene 3 o 4 plantas de aparcamiento en el sótano, aparcó, subió y se compró un vestidito de verano, era un vestido de esos de tela muy fina que marcan bien los pezones, con un escote bastante exagerado, muy pegado al cuerpo y largo por debajo de la rodilla, una vez comprado pensó que le apetecía estrenarlo así es que me llamó al trabajo para preguntarme si podía salir a comer algo a un restaurante de la playa, yo le contesté que sí, sin imaginar cómo estaba siendo su día. Colgó y bajo al parking a por su coche, cuando iba a guardar la bolsa en el maletero decidió ponerse el vestido para ir ya con él puesto a la playa, total, ¿quién iba a verla en un aparcamiento oscuro y semioculta detrás del coche? Pues bien, primero se quitó el suéter y se puso el vestido nuevo por la cabeza hasta la cintura, se sacó el sujetador y en ese momento paró un coche delante del suyo, el hombre vio el maletero del coche abierto y decidió esperar a que ella saliera para aparcar, desde donde estaba podía verla, ella era consciente de ello, solo tenía que moverse unos centímetros para que el coche la ocultara, iba a hacerlo cuando, siguiendo un impulso tiró de la falda para abajo, quedando a la vista del hombre con falda y bragas por los tobillos y el vestido nuevo arremolinado en la cintura, no tuvo prisa, disfrutaba sabiéndose observada, se irguió y lentamente dejó que el vestido descendiera primero por su cadera y después por sus piernas, dando fin al espectáculo, se subió al coche dedicándole una sonrisa y el respondió saludando con la mano. Acalorada, salió de los grandes almacenes, no sin antes volver a subirse el vestido casi hasta la cintura, si alguien se acercara al coche ella podría decidir si abrir un poco las piernas y enseñarle su coñito depilado o no.

No me contó nada de lo sucedido durante el trayecto en coche desde el centro hasta la playa. Habíamos quedado en un chiringuito, cuando llegué me di cuenta al primer vistazo de lo escotado del vestido y que no llevaba puesto el sujetador, estaba sentada en la última mesa, con los pies apoyados en el travesaño de la silla que tenía delante y tras esa silla había una papelera (ya en la arena) donde la gente que estaba en la playa se acercaba a tirar sus desperdicios (hasta ahí todo normal), me senté a su lado y durante la comida me abría las piernas coqueta, para mostrarme que no llevaba ropa interior, pero conversando como si no pasara nada, yo disimulaba que no me daba cuenta pero me puso a mil. Ya a los postres (después de una botella de vino) me empezó a contar todas sus aventuras matutinas, así como haciéndose la inocente “Como iba yo a saber que el callista se iba a sentar justo delante de mí” o “menudo salido el tío de la tienda” y también “yo pensaba que en el parking no me iba a ver nadie”, yo le dije que me hubiera gustado verla que me gustaría que hiciera cosas así estando conmigo, la respuesta me dejó un poco descolocado al principio “eso es que no te fijas” , entonces me fijé un poco mejor, había vuelto a poner los pies sobre el travesaño de la silla, en ese momento se acercaban dos chicos a tirar sendas latas de Coca Cola a la papelera, ella fue abriendo las piernas poco y para disimular se acercó a darme un beso, lo cual, con su postura la obligó a abrir las piernas todavía más (quedaban casi dos palmos entre sus rodillas), no habría más de metro y medio de distancia hasta ellos, sonreía mientras me besaba (yo también), los dos sabíamos que los chicos tenían los ojos clavados en su coño. Al despedirla en el coche, le di un beso y le dije, “cuidado no te vaya a ver alguien”, sonrió de nuevo y mirándome coqueta se volvió a subir la falda casi hasta cintura, arrancó y se fue, yo me volví al trabajo más caliente que el tío del tridente.

Retomo ahora la historia que iba a contar en el primer párrafo pero he preferido dejar claro primero por donde iban los tiros. Ese día en que hacía tantísimo calor, habíamos quedado para ir a comer a casa de unos amigos, estuvimos mucho rato metidos todos en la piscina (10 o 12 personas) con el agua hasta la cintura y bebiendo una cerveza detrás de otra, comimos muy tarde y también cayeron unas cuantas botellas de vino y unos cubatas, después de todo eso nos fuimos mi amigo y yo de nuevo a la piscina y nos pusimos a jugar con una pelotita y una especie de cubo flotante que hacía las veces de canasta, al rato vino mi chica y empezó la fiesta, ella saltaba para tirar a canasta y cada vez que lo hacía “accidentalmente” se le salían las tetas del bikini, la cosa se iba calentando, mi amigo se acercaba cada vez más a ella para cubrirla e impedir que tirara, desde mi posición daba la impresión de que más de una vez, su mano no iba precisamente a la pelotita (más tarde me confirmó el mismo que sí que la había sobado) hasta el punto que una de las veces ella gritó “¡joder!, me lo has roto” y efectivamente se le había roto la braga del bikini, quedando completamente desnuda de cintura para abajo, ella parecía enfadada, así es que salí de la piscina para ir a buscarle unas bragas de repuesto, ellos se quedaron solos en la piscina, para ser sincero no sé si pasó algo más entre ellos durante mi ausencia, pero cuando regresé ella estaba muy caliente y mi amigo estaba saliendo de la piscina aunque quedándose al borde, no recuerdo exactamente como empezó pero en un visto y no visto mi chica estábamos pegando un polvo en el agua, ante la situación mi amigo hizo amago de largarse y cuando se iba le dije que me trajera una cerveza (todo esto mientras la embestía), en realidad no quería otra cerveza, lo que quería era que se quedara allí, como mínimo de espectador pero volvió, me lanzó la cerveza y se largó, el polvo fue bastante largo, estábamos ambos muy excitados, cuando acabamos, nos fuimos a cambiar a una habitación y al ver el vestido (un vestido rosa calado con forro debajo para que no deje a la vista más de lo debido) que se iba a poner le dije, “ahora cuando volvamos a la mesa, quiero que le enseñes el coño a mi amigo sin que nadie se dé cuenta, solo él”, ella estaba encantada con la idea pero él estaba demasiado borracho y se fue a dormir. Nosotros nos despedimos y nos fuimos, pero íbamos demasiado borrachos y demasiado calientes para irnos a casa, así que fuimos a un bar por nuestro barrio, era bastante tarde y apenas había 7 u 8 personas, describiré un poco la escena.

El bar es uno de estos tipo taberna irlandesa que comparte el acceso al cuarto de baño con la recepción de un hotel, nosotros nos sentamos fuera, en la mesa de al lado había una pareja que, según me dio por imaginar en ese momento se habían conocido por meetic y era su primera cita, un pequeño grupo de chicos y chicas en otra mesa más alejada y un hombre solo, con una melopea bastante considerable bambando por ahí. Seguimos bebiendo y charlando y la cosa empezó a calentarse otra vez, le dije que quitará el forro de debajo del vestido, para ello se fue al cuarto de baño, era de dos piezas así que ella decidió quitarse la parte de arriba y dejar “recogida” la de abajo, a la vuelta pasó por la recepción y el chico que estaba de guardia de noches, la paró para preguntarle tonterías, tales como que sí seguía haciendo mucho calor fuera, si había mucha gente en el bar … si vieras como le quedaba el vestido en ese momento, entenderías por que el recepcionista la entretenía con nimiedades, volvió de nuevo a la mesa con fuego entre las piernas y mientras me narraba la escena decidió que el hombre que andaba por ahí medio borracho era la víctima ideal, estaba apoyado en un coche hablando solo, así que ella se levantó y fue a pedirle fuego, según me contó, le acercó tanto el mechero que pensó iba a llegar a rozarle el pecho con sus manos, se le marcaban las tetas y se le veía el coño perfectamente y el hombre, con la turca que llevaba no le quitaba los ojos de la entrepierna mientras hablaban, ningún tipo de disimulo, ella se encontraba en ese momento, tan caliente, tan salida y tan segura de sí misma que incluso le pregunto al tío si le gustaba su vestido mientras daba un paso hacia atrás abriendo los brazos y girando sobre sí misma para mostrárselo bien, según su parecer, “total, mañana no se va acordar de nada”.

Ahorraré los detalles del resto de la noche, al llegar a nuestra cama.

Voy a volver de nuevo a la escena de la piscina, hasta ahora todo era real, a partir de ahora voy a relatar como he pensado muchas veces que podrían haberse desarrollado los acontecimientos. Estábamos los 3 en la piscina “¡joder!, me lo has roto” y efectivamente tenía las bragas rotas, entonces yo decía “ven para a acá que eso tiene arreglo” y al decir esto la coloqué entre mi amigo y yo, poniéndola boca arriba en posición de “hacer el muerto” y le dije a mi amigo que la mantuviera a flote mientras yo trataba de anudarle las bragas de alguna manera, él la sujetaba con una mano en la cintura y otra a la altura de los omoplatos y ella con los ojos cerrados, se dejaba hacer, bastó un simple gesto con los ojos para que mi amigo entendiera lo que yo quería y enseguida movió su mano izquierda de su posición para sujetarla por el culo, ella seguía con los ojos cerrados y dejándose hacer, como si estuviera dormida. Mi amigo cogió un para churros de corcho que flotaban por la piscina y se los colocó por detrás del cuello, de esta forma liberaba su mano derecha para poder “ayudarme” , intentaba atar la parte rota pero se me escapaba todo el rato así es voluntariosamente optó por poner la mano encima de la tela para sujetarla, en la misma posición que usarías si quisieras masturbar a una chica, solo que sin meter el dedito, entonces yo tiré ligeramente de la tela dejando su coño completamente al descubierto y la mano de él directamente apoyada sobre su piel, me miró como buscando aprobación y solo con mi mirada empezó a masturbarla, ella sonreía, parecía que llevaba tiempo esperando ese momento, estábamos los 3 muy excitados, le indiqué a mi amigo que se sacara la polla y yo hice lo mismo, al momento ella tenía una en cada mano (que yo sepa, por primera vez en su vida) y nos masturbaba poco a poco, yo ya no podía aguantar más, así es que le abrí las piernas para colocarme entre ellas y penetrarla, entonces mi amigo se colocó detrás de su cabeza y le metió los brazos por debajo de las axilas y una mano en cada teta para sujetarla mientras yo embestía, la visión de sus manos sobre sus pechos y de su polla rozándole la cara me hacía enloquecer, pero más aún cuando ella giró ligeramente la cabeza para meterse el rabo de mi colega en la boca, nunca pensé que me excitaría tanto verla con el miembro de otro tío en su boca …