Un buen chico IV
Diario Abierto. "tócate para mi" le pedí a N y éste aceptó dudoso.
Cuando salí de la ducha me senté en el borde de la cama. Mi cabello y mi cuerpo ambos envueltos en una toalla, N tumbado boca arriba a mi lado aún con su toalla a la cintura.
Después de secar mi cuerpo busqué mi ropa, los dedos de N tocaron mi espalda en un ligero roce, no presté más atención a ello hasta que lo sentí removerse arrodillándose detrás mío, sus manos posadas en mis brazos, sus labios delineando mi hombro, un beso en la curva de mi cuello y un suspiro soñador escapando de mi boca.
Sus manos se sentían tibias en contraste a mi piel, por el movimiento la toalla en mi cabello se desarmó y terminó cayendo sobre mis hombros, N la tomó y la dejándola a un lado.
- Me tengo que ir- le mencioné sintiendo algo contra mi espalda. Sus brazos se aferraron por mi cintura.
- No~- se quejó casi de manera infantil descansando su barbilla en mi hombro. Mis manos buscaron las suyas tratando de soltarme, su mano subió tomando uno de mis pechos, resoplé con una leve risa, su boca ahora rondando mi mejilla dejando un beso bajo el lóbulo de mi oreja y una pequeña mordida juguetona a mi cuello.
- Es enserio- le recordé mientras mi brazo se echaba hacia atrás para darle una palmada a su costado, su punto débil porque ahí tiene cosquillas lo que hizo que me terminara dejando y se recostara derrotado nuevamente en la cama.
Me giré a observarlo, su miembro delineándose bajo la tela de la toalla y negué con la cabeza en desaprobación. Me puse mi ropa interior y me levanté de la cama buscando el resto de mis prendas en mi bolso N me miró descreído y yo solo atiné a fruncir mi ceño.
- ¿De verdad te vas a ir?
- Te dije que tengo que irme a las ocho- dije riendo.
Sé que el lema es cada erección es una bendición pero ya habíamos tenido sexo como tres veces ese día, yo estaba más que satisfecha no era mi culpa que N estuviese como un adolescente calenturiento, además de verdad tenía gente que ver y cosas que hacer.
- Tócate vos mismo- mencioné y su cara se fue enrojeciendo como si le hubiese dicho algo de lo más escandaloso. Él negó con la cabeza- lo vas a hacer cuando me vaya, así que podés hacerlo ahora- dije deteniéndome para mirarlo, había algo en su expresión avergonzada e inquieta que encendía algo en mí.
- No lo voy hacer mientras me miras…
- ¿Por qué no?- su mirada conflictuada me causaba gracia- es sexy verlo-
- Una mujer masturbándose es sexy- me miró cuestionándome- no quiero ver a un tipo haciéndolo
- No tienes que ver nada, la que quiere mirar soy yo- le confirmé recostándome de costado a su lado.
- Si tienes tiempo para mirarme podríamos…- lo ignoré buscando mi crema que descansaba en la mesa de noche y tomé solo un poquito de esta para retomar mi posición anterior, sostuve su miembro en mi mano y recorrí su largo con delicadeza más de la que N hubiese deseado por lo que él también puso su mano guiándome y yo solté la mía.
N me miró sin comprender hasta que me sonreí, había caído en la trampa.
Me llamó por mi nombre quejándose.
- Te dije que quiero ver cómo te tocas, déjame- pedí y su mano libre fue a pasarse por su cabellos miel acomodándolos hacia atrás.- cierra los ojos si te hace sentir más cómodo.
Haciéndome caso cerró los ojos, sus mejillas ligeramente teñidas de rosado contrastando con su piel clara, su pecho subiendo y bajando respirando calmo por el momento, su mano en su miembro bombeando sin apuro endureciendo bajo el tacto de su palma, mi mano recorrió su pecho logrando sobresaltarlo de repente, como si un pequeño escalofrío lo recorriera, me sintió cerca de su rostro y abrió los ojos por un segundo los tenia brillosos levantó un poco la cabeza exigiendo besarme, de manera desprolija nuestras lenguas chocaron entre sí, gimió exhalando un poco, su mano ahora moviéndose más rápido e impaciente, apretando su glande acercándolo al placer y haciendo que echara su cabeza nuevamente contra la almohada y cerró los ojos concentrándose en perseguir su orgasmo.
Sus respiraciones eran ahora irregulares, su boca ligeramente abierta quejándose de gusto, su mano libre nuevamente me buscó, sus dedos rozando a penas mis pezones endureciéndose al instante agarró uno de mis senos y lo masajeó con cuidado, gemí exagerando un poco la reacción pero sirvió porque N gimió en respuesta al parecer apretando el agarre en su pene y luego volviendo a bombear con rapidez.
Sus piernas parecían tensarse y los dedos de sus pies curvandose ligeramente, supuse que no le faltaba mucho para terminar.
Me acerqué nuevamente acomodando mi rostro contra la curva de su cuello buscando no recostarme sobre él para no distraerlo de su ritmo, fui besándolo siguiendo el largo de su cuello.
Mi mano una vez más recorriendo su cuerpo, pasé a alternar entre besos y uno que otro mordisco de repente haciéndolo exhalar fuerte, mis labios ahora contra su oreja gimiendo de manera provocativa, su ritmo cada vez más errático llevándose al borde su clímax, mordí el lóbulo de su oreja y gimió casi de manera gutural mientras eyaculaba, su mano subió y bajó con cuidado cubriendo su pene con su semen hasta calmarse completamente, su respiración fue relajándose nuevamente mientras yo sólo lo observaba con mi cabeza reposada en su hombro.
Posé un ligero beso sobre su clavícula.
Cuando por fin abrió los ojos su mirada me encontró como buscando aprobación ahora que estaba más consciente de si mismo, me senté en la cama cuando lo vi tratando de levantarse mirando a su alrededor mientras buscaba algo con que limpiar su mano así que la tomé por la muñeca, N me observó mientras mi lengua hacía camino desde la palma de su mano hasta llegar a su dedo del medio probándolo, relamí mis labios para luego terminar tirando de la tolla que estaba debajo del cuerpo de N para limpiar su mano, su pene y alguna que otra gota de semen sobre su abdomen.
Me recosté a su lado una vez más y lo besé en su mejilla aún colorada y tibia.
- Muy sexy- le confirmé. N se rió cansado tomando mi rostro para besarme.