Un buen aprobado
Laura sabe qué hacer cuando necesita un aprobado y no pudo estudiar lo suficiente.
Un buen aprobado
Debo confesarlo: a veces soy un poco puta. No es tiempo de dilemas morales, no es tiempo de valores, es tiempo de actuar y yo soy un poco puta. No deseo engañaros en mi relato. ¿Qué podría conseguir? ¿acaso un aplauso barato que nada me importa?.
Esto ocurrió hace dos años. Era época de exámenes y necesitaba 4 aprobados más en esa evaluación para poder acceder a beca. La beca me daba la vida. Podía trabajar fines de semanas con la tranquilidad de que estaba todo el curso pagado, y quedarme yo mis ganancias. Claro. Si no había beca, trabajaba para estudiar. Tendría que escuchar las charlas moralizantes de mis padres durante cuatro meses largos. No me compensaba.
Por aquel entonces tenía un novio. Pero me importó bien poco. Mi novio no trabaja por mi los fines de semana.
Quizá penséis que doy excusas. Quizás las doy. Ya lo avisé: soy un poco puta. Y mi relato lo confirma.
De las 6 asignaturas a las que me presenté sólo pude aprobar 3. Mil veces mierda. Pensé. Me enfadé muchísimo. Ese tarde no hablé con mi novio para nada. Me puse el pijama, me harté de helado de chocolate, me cogí una revista de modelos, y me hice una paja pensando en los que estaban más buenos. Me froté mucho el clítoris. Me los imaginaba follándome. Me cabalgaban como la puta que soy. Yo me recostaba ligeramente de espaldas sobre un diván con las piernas abiertas esperando que me la metieran. Les daba suerte antes de salir a desfilar. Se sacaban sus enormes y brillantes pollas, y yo les ofrecía mi coño con cara de mal humor por culpa de los putos exámenes. Me follaban, me daban placer, se me corrían adentro y me llenaban de lefa. Al sacármela había una poca que se me escurría. Y el cornudo de mi novio en su casa. Pensaba yo en aquella ensoñación.
Hubo un momento en que la imagen cambió en mi mente. Ya no eran aquellos modelos que iban a desfilar, sino los profesores de mis asignaturas.
Yo seguía en la misma postura, pero ahora eran los profesores los que acudían en fila india y me follaban. No sólo se había contentado con "follarme" en el examen, sino que ahora lo hacían literalmente. Se me corrieron enteritos todos. Por puta. Por mala estudiante.
Pero aquello me dio una idea. La idea de ir a revisar el examen y ofrecerle realmente al profesor lo que aparecía en aquella ensoñación que tuve mientras me pajeaba aquella tarde. Pensé en cual de los 3 profesores que me habían suspendido, sería lo suficientemente cerdo para aceptar algo así.
¿Miguel? ¿aquel chiquito de treinta y pocos? puff... no lo veía. Un chiquito joven, del montón, pero normal... y aburrido. Quizá tenía novia. Una novia del montón, como él. Un poco fea. Con algún kilo rebosándole en la chicha. Una pareja de aburridos. Seguro que sería un moralista. Tenía cara. Se escandalizaría. Seguro...
No... no era él. De ahí no iba a sacarme el aprobado.
¿Don Armando? puff... si ya en mi propia mente lo estaba llamando "Don Armando". Y ese hombre, ya... al borde la jubilación. ¿Ese iba a ser capaz de follarme?
Fui un poco hija de puta, pero es que me entró la risa de lo que estaba visualizando... negué con la cabeza con la sonrisa en la boca, y la mirada perdida hacia arriba, mientras me mordisqueba la uña del dedo índice.
Si alguno pudiera ser, sin duda ese era Jorge. Cuarentón ya adentrado, con tripita y barba. Casado desde hacía bastante. Con niñas adolescentes. Ojos tristes, cansado de su trabajo. El típico que me imaginaba yéndose de putas. En fin, que en esta ocasión sería la "puta" la que iría hacia él.
Y no me lo pensé mucho, la verdad. Me puse una camisa con un escote que se hubieran sacado las pollas media universidad para machacársela delante mía. Bueno. También es que había materia prima, aunque esté feo que yo lo diga. Pero las cosas como son. Yo soy una de esas tías que "da asco", así, tal cual. Le doy asco a las tías, le doy asco a los tíos. Doy asco. Y lo asumo. Tengo una larga melena castaña oscura, los ojos verdosos (aunque no es lo más bonito de mi, la verdad), un par de tetas de impresión, como lo que me sale del coño y aún así, estoy "delgada". No hecha un palo, pero sí lo suficientemente delgada como para que me pueda poner los bikinis todos los años, y me queden de puta madre.
Estoy MUY buena. Pensarás que soy una estúpida y una creída. Bueno, mis razones tengo para creerme las cosas. De todas formas, me da igual lo que acabes pensando de mi. Ya he dicho que suelo dar asco... por pura envidia. Sé que a muchísimas tías les gustaría tener un cuerpo así. Y sé que a muchísimos tíos les gustaría acabar con su polla metida en mi boca. Lefarme la cara. Follarme bien duro la almeja. Y luego criticarme. Pero criticarme después de haberle puesto bien los cuernos a su novia conmigo.
Esa tarde hacía calorcito, y la camisa la adorné con un short vaquero. Me fui directa al despacho y sólo había una persona delante. Uff, menos mal. Pensé.
El chico de delante empezó a mirotearme y yo sencillamente, no le hice ni puto caso. No vengo a por ti, chavalín. Sigue pajeándote. Le dirigí una mirada de asco, la primera vez que tuve ocasión de cruzármela con él. Bajó los ojos resignado. Aquí no hay nada que hacer.
Salió una chica con un poco de cara de circunstancias, y marchó rápida por el pasillo. Ésta no ha tenido suerte, pensé. Y entró el "ligonetti" de delante. Todo esto lo pensaba partiéndome de la risa mentalmente... joder, es que cuando quiero, mira que soy imbécil.
Me aburrí como una auténtica ostra esperando los putos 5 minutos que tardó el "fucker" en salir de una puñetera vez del despacho. Me dirigió una última mirada y me dijo: "adios". Puff... este chaval era tonto. Se ve que no le daba para más al pobre. Después de la mirada de antes y el tío seguía intentando un mínimo contacto. "Adiós", le dije yo mientras procedía a entrar en el despacho sin más dilación. Adiós chaval, vete a tu casa ya, que yo tengo cosas que hacer. Pensaba.
El despacho era... bueno... un despacho. Mesa grande de madera, cuadros de diplomas y tonterías varias, muchos papeles. Un poco desordenado todo, en fin. Cerré la puerta tras de mi, y dirigí la mirada hacia el profesor que me miraba con cara de póker. Bueno. La que tenía. No había otra.
¿Nombre? Laura González Vergara... un momento. Sacó mi examen de la pila y me habló aseverante:
Mira Laura, aquí tienes tu examen. Lo puedes revisar, pero como entenderás, con un 3.25 es muy complicado que apruebes. Aquí suele venir gente que tiene un 4.5, un 4.75, intentando arañar algunas décimas... algún esperanzado con un 4. Pero ya un 4 incluso es mucha tela. Y lo tuyo es que hasta del 4 está lejos. Del 5 ni te hablo. Pero bueno, revísalo, que estás en tu derecho.
Era ahora, o nunca. El pescado estaba todo vendido. El profesor tenía razón. Aquello estaba lejísimos de un aprobado, y además yo ya sabía que ni siquiera arañando alguna décima podría hacer nada, porque yo recordaba mi examen, y sabía que es que no había más nada. Tenía poco más de un 3 y era justo. Era más o menos, lo que yo pensaba que habría sacado cuando me marché del examen. No había mayor objeción.
"Mire Jorge, yo ya sé que esto no está aprobado ni de lejos". El profesor arqueó las cejas hacia arriba con gesto sorprendido mientras se echaba ligeramente hacia atrás. "Yo no he venido aquí a arañar puntos del examen, porque es que no tiene más. Yo he venido porque me hace falta aprobar, y para negociar con usted una alternativa".
Hija... mira, yo entiendo tu interés en el aprobado. Contestó él con voz vehemente. Pero es que yo no ofrezco más alternativa que la de aprobar el examen. No sé si algún compañero propondrá trabajos extra para subir nota, pero no es mi caso.
"¿Y follar?". El profesor no daba crédito a lo que estaba oyendo. Se le desencajó la mandíbula. "¿¡!!!!QUÉ????!"
Me desabroché un par de botones de la camisa, dejé que se me viera bien el sujetador, mostrando bien mis tetas y me puse de pie mientras me desabrochaba el short. El profesor seguía completamente estupefacto, de piedra.
Me bajé rapidamente el short mostrando mis braguitas negras, puse una pierna en la silla para que se me viera mejor el coño. "¿Y follar, digo?. Profesor, yo necesito aprobar, Soy una jovencita deseable, tengo unos padres muy pesados, una beca que sacar, y el coño mojado. Usted me va a poner un puto 5, pero se va a calzar mi coño y me a comer las tetas. Es un excelente trato para esta aburrida tarde."
Al profesor se le cambió la cara y permanecía blanco, sudoroso. Había conseguido lo que quería. No me había echado a patadas de allí ni nada por el estilo. SE LO ESTABA PENSANDO. Había opciones.
Pensé que había que darlo todo. Me saqué las tetas por encima del sujetador negro y con la mano izquierda me ayudé para mantenerlo apartado hacia abajo para mostrarlas en todo su esplendor. Acto seguidó y casi instantánteamente me metí el dedo corazón derecho en la boca, lo chupé con fuerza y apartando cuidadosemente hacia un lado la parte de abajo de la braguita, dejé que me viera bien el coño: "Sácatela. Que te voy a hacer una puta maravilla con el coño".
No... yo no... señorita yo no sé qué decir, me ha dejado sin palabras. Jamás me había pasado esto con una alumna. Yo no...
Me quité el sujetador y me dirigí hacia su asiento bordeando la mesa del despacho. Me puse de rodillas delante de él y le comencé a desabrochar la bragueta para mamársela. Él se dejó hacer. Estaba casi en shock.
Le saqué la polla, que estaba rebosando casi ya del calzoncillo de lo dura que se le estaba poniendo, y la apreté firmemente con la mano. Le miré una última vez, y sin más dilación, me la metí entera en la boca. "Aaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh". Exclamó en un gemido de puro placer. Comencé a mamar de arriba a abajo, haciendo ruidos con la boca, y moviendo la lengua alrededor de su capullo en el interior de mi boca. Poco a poco se iba dejando hacer, y notaba como disminuía su tensión. Aproveché para bajar sus pantalones, y apretar sus huevos. "Esto está hecho". Pensé con una sonrisa de satisfacción. "¿Pero cómo podía ser TAN PUTA?". Me había superado. En cierto modo, me sentía orgullosa de mi misma.
Ahí estaba yo, con la polla y los huevos de mi profesor metidos en la boca. Tragando y tragando polla, como yo había imaginado. ¿Qué digo como había imaginado? ¡¡Aún mejor que había imaginado!!. Aquello había ido RODADO. De la puta satisfacción que me entró, le agarré bien firme los huevos al profesor y con la boca haciendo una especie de zig-zag, me la metí ENTERA en la boca. Noté como casi me rozaba la campanilla. Me dio un poco de arcada, pero me aguanté, porque estaba tan sumamente feliz que ese sentimiento de plenitud me inhibía casi por completo cualquier otro.
"AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH. Maaaaaaaaaaaaadre del amor hermoso, ¿de dónde COÑO HAS SALIDO?. Maaaaaaaaaaaaadre de mi vida, QUÉ ALUMNA MÁS PUTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!. Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh"
No aguantó más. Pensé que follaríamos y tal, pero no hubo ni siquiera opción. Se me corrió ENTERO en la boca. ME LEFÓ ENTERA, el muy hijo de puta. Menuda LEFADA que me echó. Pufffffff, aún me acuerdo. Yo no me lo podía ni creer. Intentaba guardarla en mi boca pero es que se me derramaba por los lados. Había pensado en hacerle una cubana, dejarle follar mi coño en varias posturas, pero es que no hubo lugar...
Miré hacia arriba mostrándole la corrida, hice acopio de todas mis dotes de guarra que pude, y me lo tragué mientras le miraba, dejándole verlo con todo lujo de detalles.
"Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaadre de mi vida..." Repetía él una y otra vez, sudoroso, pálido... sin saber qué más decir.
¿Quiere usted FOLLAR?. Le susurré con mi mejor voz de puta.
"Lo siento hija mía, me has dejado... aún no me puedo creer lo que he hecho. Esto me ha pillado totalmente fuera de juego y de verdad, no imaginé nunca que fuera a hacer esto. Es decir, yo... no... tú... has jugado tus cartas y chapeau! Madre mía, qué bien lo haces, yo... jamás me habían hecho eso de esta manera... me has dejado sin palabras, yo... yo no... no he podido hacer nada. He sido simplemente un espectador de la tremenda felación que me has practicado. No he podido siquiera articular palabra... pero... ya está, esto... es excesivo. Me estoy metiendo en un terreno que...
Tienes tu 5... de verdad, ahora mismo te cambio la nota... tienes tu 5... pero márchate... por favor... yo no... eres espectacular pero yo no..."
¿De verdad no me quiere follar EL COÑO?. Le pregunté levantándome, poniéndole las tetas cerca de la cara, y la pierna en la mesa, mostrando mis armas. Tenía mi 5, pero ahora tenía además la sartén por el mango y quería pasármelo bien, encima. Quería disfrutar MI VICTORIA. ARRASAR.
"No... digo sí... claro que sí... pero no... yo no... ¡¡MI MUJER!! y ... ¡las niñas! yo no... yo jamás había..."
¿No? ¿Jamás se había dado usted una "Alegría" sin... su mujer? Pregunté muy sutilmente, con una sonrisa pícara...
"No... la verdad es que no... esto no sé lo que..."
¿Ni lo había pensado nunca....?
"No... sí claro... pensarlo... claro... pero... ¿quién no piensa? son... muchos años"
Me lo estaba pasando en grande. Mi profe se había convertido en "mi juguetito". Demasiada zorra para él. No hacía más que "balbucear". Parecía un niño pequeño. ¡¡Aquello era divertidísimo!!.
Me bajé las bragas y me puse firme con un brazo en jarras mostrándole todo el potorro a aquel pobre bobalicón. El efecto fue inmediato. Su polla resurgió como el Ave Phoenix.
Así, tal cual estaba aquel pobre hombrecillo, sentado, con sus pantalones y sus calzoncillos hechos un trapo, reliados por entre sus tobillos. Ocultando sus elegantes zapatos. Con la polla de nuevo firme, enhiesta. Me acerqué a él hasta casi esconder su cabeza entre mis tetas y descendí con mi cuerpo refregándose por su cuerpo, hasta que mi coño hizo tope con su polla. Hice un gesto para abrir mi almeja un poquitín más y me la metí mientras continuaba aquel erótico descenso hasta que descansé mi culo entre sus piernas.
"Ohhhhhhhhhhhhhhhhh.... ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.." Jadeaba él sin poder evitarlo.
Comencé a mover la cadera de adelante hacia detrás, más y más rápido, más y más rápido y A FOLLAR como es debido, mientras mis tetas le botaban a un palmo de su cara.. MENUDO PUTO ESPECTÁCULO que se estaba llevando mi "maestrito".
"Aaaaaaaaaaaahhh... ahhhhhhhhhhhhh... aahaahhhhhhhhhh.. ahhhhhhhhhhh... " Gemía él mientras yo no emitía ningún sonido y le sonreía con cara de zorra. Me lo estaba follando. Menudos cuernos le estaba plantando a su mujer. Era mi osito de peluche.
Empecé a jugar con mi melena con mi mano derecha mientras me chupaba el dedo de la mano izquierda y continuaba follándomelo. Empecé a gemir para animar aún más aquello. "Mmmm.... mmmmm.... así.... así... quiero polla.... mmm"
"ooooooh ... ohhhh ohhh ohhhh... me corro... me corro..."
Me descalcé su polla, y la cubrí con mis tetas. Ayudándome de mis manos le terminé de cascar una paja y no pudo hacer otra cosa que corrérseme encima: "AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH".
Me levanté y susurré: Espero que le haya gustado... hasta pronto...
Me vestí mientras el profesor continuaba exhausto, sudoroso y aún perplejo por la situación y me marché de aquél despacho.
Tuve mi 5, y mi beca. Pero aparte de eso, tuve muchas imágenes en mi cabeza para recrearme en ellas cuando me apetece hacerme un dedito.
Y es que... ya lo comenté al principio. No puedo evitarlo... soy un poquito puta.