Un brindis por las dos
Reflexiones de una chica lesbiana sobre la decisión tomada.
Un brindis por las dos
Ya había pasado un cierto tiempo desde la última vez que tuve relaciones lésbicas con otra chica, de la que todavía somos pareja… La distancia hace mucho y me encontraba sumida en una pequeña depresión porque aunque el contacto físico es lo más importante, también valoro mucho que se acuerden de mí, como yo correspondo… Y eso notaba que me faltaba desde hacía un tiempo.
A mis 26 años había tenido diversas aventuras con chicas con escasa duración de pareja… A veces muy cortas porque no llegaba a sentirme a gusto con ellas… Ahora mi llama estaba encendida con mi pareja pero me veía cada vez más inmersa en una depresión de la que quería escapar a toda costa y no tenía nada que me favoreciera al encontrarme viviendo en una pequeña aldea de mi Galicia natal.
Mataba el tiempo viendo películas lésbicas en las que buscaba siempre que me era posible encontrar a una mujer mayor que yo y lo combinaba leyendo relatos y de esa forma pasaba los días y los días.
Soy una chica tímida, sincera y cariñosa… No me considero una belleza porque no lo soy pero tengo cosas que atraen a la persona con la que comparto la cama o incluso conversaciones por internet… Tengo unos pechos pequeños pero en cambio mis pezones son muy grandes y eso gusta muchísimo… Y mi cuerpo no está mal proporcionado.
Creo que debido precisamente a mi timidez, no soy lo suficientemente activa en proporcionar placer a mi pareja y eso es lo que estaba intentando aprender no sólo visualmente, sino también con lo que dicen los relatos… Y me gustaban… Y me excitaban… Todo hay que decirlo.
Un día, hace apenas un par de semanas, no más, leyendo uno de los relatos, me atreví hacer una cosa que para mí era impensable… Vi que la autora del relato mostraba su dirección de correo y con el corazón acelerado, le escribí… Pero no me atrevía decirle nada… Su respuesta fue una simple palabra ‘Hola’… Y ahí empezó todo.
Me volví atrever a responderle comentándole que me gustó mucho el relato que había publicado y su respuesta y su trato afectivo, crearon en mí una confianza que jamás pensé que podrá suceder, intentando lograr que en mí desapareciera la palabra prejuicios, rechazo e inseguridad aunque esté siempre presente la discreción, que es lo que a ambas nos gusta.
Y que el camino para ninguna de las dos sera fácil a pesar de estar ya inmersas en el siglo XXI pero día a día lo iremos superando… Por todo nos decíamos: gracias.
En un periodo extraordinariamente corto, he llegado a tener una gran confianza en ella y viceversa… Hemos hablado abiertamente y, en la distancia, mira si eso puede ser difícil para la que no lo crea, hemos llegado hacer el amor virtual… Un amor que jamás pensé que eso podría existir… En la distancia y de forma virtual nos hemos entregado la una a la otra… Y puedo decir que fue maravilloso y lo hemos disfrutado como jamás lo hubiera pensado.
Y lo que al principio me pareció una barrera el tener entre nosotras una diferencia de edad que supera los 15 años, con esa felicidad en la que me encontraba, no llegué ni a planteármela… Era muy feliz y disfrutaba de su compañía virtual y me olvidaba de mi pequeña depresión y de lo mal que he llegado a pasarlo, porque todo lo que encontré fueron palabras de afecto hacia mi persona.
Pero en mi interior sentía miedo, miedo de perderla, miedo de enamorarme demasiado, miedo de estar haciendo cosas malas, miedo de todo y de todos… Y, sin más, le escribí:
‘ Estuve pensando que no estoy preparada para continuar con esto, al menos por ahora… Te soy sincera… No te mentí en ningún momento… Espero que lo entiendas y no me guardes ningún rencor porque todo lo que hicimos, lo hicimos para disfrutar tu y yo… Estoy segura de que te echaré de menos… Siempre estarás en mi corazón… Y creo que volveré… Tiempo al tiempo… Mientras tanto, seguiré leyendo tus relatos… Un beso. ’
¿Hubo respuesta?... ‘ Si… Una respuesta inesperada’ … Pero la hubo.
Me envió un ramo de rosas rojas, símbolo del amor… Y una frase que llevo grabada en lo más profundo de mi ser: ‘ Cuida a tus padres y procura ser lo más feliz posible. ’
Esté donde esté, sé que me echara de menos… De eso no me queda la menor duda… Y el caso es que yo la adoro y también la echo de menos.
F I N