Un bolero llamado -Efraín

Empezó a acariciar mis piernas mientras me besaba en la boca, yo estaba contenta por estar con él y me deje llevar sumisamente por sus manos traviesas. No se porque, pero puse mi manita sobre su pierna muy cerca de su verga, acaricie un poquito para ver si me permitía sentirla, tomo mi mano y la puso donde yo quería, por fin la podía sentir por sobre el pantalón, se palpaba de muy buen tamaño y ya estaba dura y caliente.

UN BOLERO LLAMADO EFRAÍN

Hola que tal, espero que mis anteriores relatos les hayan gustado, mi nombre es Lupe y hoy les narrare como conocí a un hombre muy especial en mi vida.

Como cada tercer día estaba yo lavando ropa en la azotea de la casa, tomé la cubeta y me dirigí a tender una de las cargas de ropa ya limpia, en eso estaba yo con mi mente entretenida en tender adecuadamente la ropa cuando sentí la sensación de que alguien me estaba viendo.

Frente a la entrada a la casa había un pequeño terreno baldío que hoy en día tiene un edificio muy bonito, pero en ese tiempo estaba con muchas yerbas y algo de basura.

Entre la maleza y acuclillado estaba un hombre mirándome fijamente, solo podía a esa distancia ver sus ojos y un poco de su cuerpo, en mi primer pensamiento creí que estaba haciendo del baño, pues muchas gentes entraban a ese terreno a orinar, pero no fue el caso de este hombre.

Volví a mi trabajo dándole la espalda, pero seguía sintiendo esa mirada sobre mí, me giré para ver si aún estaba este hombre y si ahí estaba viéndome, me sentí un poco incomoda, pero seguí con mi labor.

De pronto un sonido llamo mi atención, pisch pisch pisch, busque de dónde provenía ese sonido y vi que el hombre ya no estaba donde antes, sino que había cambiado de lugar y desde ahí me estaba haciendo ese ruidito, lo mire y le hice señas con la cabeza como preguntado qué quiere, me hizo señas de que bajara a la puerta de la calle. Hizo esto dos veces más, me asome a ver si me decía que alguien estaba tocando, pero no era nadie, lo que quería es que yo bajara a la puerta, le hice señas apuntándome a mi misma y haciendo de que si quería que bajara y me hizo señas de si que eso quería.

Lo dude un poquito, pero termine de tender esa tanda de ropa rápido y baje las escaleras para llegar a la puerta de la casa cuando abrí el estaba en la esquina del callejón y camino hacia mí.

Era un hombre delgado, moreno, de cabello negro lacio con entradas en su frente un poco prolongadas, sus manos grandes se le marcaban mucho las venas, ojos negros de mirada profunda y muy morbosa, como de unos 45 o 47 años de edad, vestía un pantalón café obscuro holgado, camisa blanca con las mangas remangadas, traía en una de sus manos un cajón de madera de esos que se usan para bolear zapatos.

Yo vestía un short negro playera azul con estampado y miz chanclas pues estaba trabajando en la lavada de ropa y mi cabello todo despeinado, pero con el fleco cubriéndome la frente.

Eran como las 11 de la mañana, hola buen día le dije y pregunté ¿se le ofrece algo?

Hola ¿no tienen algo para bolear? Me pregunto.

No creo pues aquí yo soy quien hace eso.

¿También sabes bolear zapatos? ¿y te quedan bien o quedan sucios?

Me quedan muy bien respondí con cierto orgullo sabiendo que mi quehacer lo hacía siempre bien.

No te creo me dijo haber enséñame con que lo limpias.

Bueno ahorita vengo le dije y me metí a mi cuarto que estaba aun lado de la puerta de la calle, Sali con mis cosas de boleado y se los enseñe, mire ve como si tengo las cosa.

Si ya veo, siempre que paso por aquí te veo haciendo quehacer, me dijo.

¿Vive por aquí? Pregunte pues nunca lo había visto pasar por la calle.

Si aquí ceca en una de las calles del cerro Macuiltepetl, yo vivía a las faldas de este bonito cerro en la esquina de la Avenida de las Américas y calle revolución, pero paso todos los días para ir al mercado del centro el Jauregui a bolear o me voy al fraccionamiento Las Palmas donde tengo ya clientes que me dan hasta cinco o seis pares para bolear, pero a ti te veo a veces cuando me voy al centro o cuando regreso para ir a mi casa.

Me puedes regalar un poco de agua por favor-

Si claro espere tantito, subí a la cocina y prepare un baso grande con agua y hielo, baje con el vaso y la jarra por si quería más.

Cuando llegue me dijo, hace mucho calor hoy y el sol esta muy fuerte, no se porque se me ocurrió, pero lo invite a que pasara al pasillo de entrada de la casa y sentándose sobre su cajón junto a la puerta de mi cuarto empezó a beber su agua.

Esta bien fresca muchas gracias, mirando hacia la puerta de mi cuarto me pregunto ¿y esta puerta es para entrar a tu casa?

No ese es mi cuarto, respondí, nada más que también lo ocupamos como bodega pues tengo cajas con cosas que la familia ya no usa.

¿cómo que guardan?

Pues ropa y cosas viejas ¿quiere ver? Le pregunte

Haber enséñame, ¿no te regañan? Pregunto preocupado por si alguien baja de la casa, pero no estaban mis hermanos solo mi mamá y estaba en su cuarto tejiendo.

Pero rápido porque eso si tengo que terminar de lavar, lo pase a mi cuarto y le mostré las cajas con ropa y la de los zapatos, se probo unos que le quedaron y me los pidió regalados, yo le los di y lo apure a salir del cuarto.

¿Te puedo ver en la tarde cuando regrese del centro? Pregunto

Si claro como a qué hora pasa de regreso le dije.

Como a las seis y media antes de que obscurezca ¿te parece bien?

Si esta bien me voy a apura con el quehacer para tener tiempo libre para platicar.

En cuanto se fue como torbellino hice todo lo que tenía pendiente para estar lista a la hora en que el regresara, cuando dieron las seis me metí a bañar y a las seis y media ya estaba yo en la azotea buscando la figura delgada de este hombre, con un sentimiento de rareza, pues no sabia quien era y en sí que quería de mi este flaco bolero.

De pronto entre la gente descubrí su delgada figura, mi corazón empezó a latir muy aceleradamente y las manos me sudaban de emoción, aunque no sabía bien porque, pero cuando me vio me hizo señas y baje rápido a la puerta para encontrarme con él.

Anda vestida con un short blanco una playera azul cielo y mis sandalias, abajo me había puesto una pantaleta blanca y arriba nada, hacia algo de calor y quería andar fresca.

Abrí la puerta y cuando él venía dando la vuelta para entrar al callejón, nos saludamos y lo invite a pasar a mi cuarto, yo sabía que ya nadie me llamaría pues había terminado todos mis pendientes de la casa y podía subir hasta la hora de cenar si quería, así que tenía yo libre casi dos horas para estar con este hombre.

¿Cómo le fue en el centro? Pregunte con cierta curiosidad.

Mas o menos tuve pocas boleadas, pero me apure para llegar a tiempo aquí contigo, me dijo con una amplia sonrisa en sus labios, su mirada recorrió todo el cuarto tomo su cajón de bolear y se sentó sobre él y me pregunto por la ropa que guardaban las cajas, saque algunas piezas y se las mostré, no sé porque me dio la confianza y le hable de que tenía una ropa apartada mía escondida debajo de la cama, la saque y se la mostré.

Haber póntela para ver como te ves, me dijo muy emocionad, está bien, pero cierre los ojos para que no me vea y sea una sorpresa, cuando los cerró yo rápido me empecé a cambiar.

Me puse una minifaldita negra con medias y una blusa azul marino de mangas largas, miz zapatillas negras y le dije ábralos, su mirada brillo como nunca había visto una, era una combinación perfecta de gozo, alegría, lujuria, morbo y lascivia en una sola mirada que hizo que me estremeciera de pies a cabeza.

Haber camina y date vuelta para poder verte mejor, me dijo.

Así lo hice recorrí el cuarto caminando muy coqueta y dando vueltas para que pudiera verme por todos lados, su mirada me tenía embobada.

Me tomo de la mano y me jalo hacia él, me sentó sobre sus piernas y me empezó a dar pequeños besos en mi cara, yo no dije nada lo dejé hacer, una de sus manos acariciaba mi pierna sobre la media y eso me prendió, mi anito esta empezando a palpitar, mis manitas estaban recostadas sobre mi regazo, pero quería abrazarlo.

Te ves muy bonita así vestida, ¿Cómo te llamas chiquilla? Me pregunto hablándome al oído.

Me llamo Lupe y ¿Usted cómo se llama?

Me llamo Efraín me dijo sin dejar de acariciarme y de besar mi cuello y cara.

Yo estaba muy feliz sentada en sus piernas, de pronto una de sus manos empezó a bajar para acariciar una de mis nalgas, me acomode par que pudiera alcanzarla y sentir su mano tersa sobre ella.

Me dio un beso en la boca introduciendo su lengua la cual yo recibí con mucha ternura, de pronto siento como un dedo de la mano que acariciaba mi nalga toca por encima de mi pantaleta mi pequeño y tierno anito, pegue un pequeño respingo, pero me acomode abriendo las piernas para poder sentir mejor ese dedo juguetón.

Me pidió que me pusiera otra ropa y se la modelara, lo hice una tres veces y me sentaba en sus piernas, de vez en cuando se metía la mano y se acomodaba su verga, pero yo cuando me sentaba no la sentía, pensé que la tenía peque, pero no me importaba.

Así paso la tarde yo cambiándome y él fajándome a lo rico, pero solo eso.

Pasaron varias tardes en este tipo de visita, yo me apuraba con mi quehacer para tener la tarde libre y estar con Efraín jugando a los novios. Me ponía la ropa que él quería, se la modelaba y me sentaba en sus piernas para besarnos y que el metiera mano por donde quisiera.

Una tarde me dijo que no podría venir que tenía un mandado que hacer que iba a subir para su casa por otra calle, yo angustiada le pregunte por dónde era, me menciono una calle que estaba a gunas seis o siete cuadras de distancia de mi casa, le pedí bien la ubicación y la hora para poder verlo, me estaba enamorando de este hombre flaco y grande.

Me dijo que a las 5 de la tarde estaría en la esquina esperando haber si llegaba yo, me dio un beso y salió de mi cuarto y mi casa para salir a la calle e irse.

Estuve toda la noche y parte de la mañana pensando en Efraín y nuestro encuentro fuera de la casa, sería mi primera cita con un hombre y estaba entre nerviosa y emocionada.

Al otro día me apure con mi quehacer para estar libre en la tarde, avise que tenía tarea en equipo y que iría a la casa de una compañera, me la creyeron y baje temprano a mi cuarto para ver que me iba yo a poner para ir a mi cita.

Me bañe me arregle y me vestí con un short de mezclilla negro, una playera negra con la letra de una canción en inglés que estaba de moda (flay Robin flay), unas calcetas azul marino y mis tenis, abajo mi pantaleta negra y arriba nada.

Salí a las cuatro y media corriendo pues se me estaba haciendo tarde y no quería perder la oportunidad de ver a Efraín.

Llegue a la calle Nevado de Colima esquina con Américas y no lo vi, me preocupe porque pensé que ya había pasado y no me espero. En eso estaban mis pensamientos cuando a lo lejos veo la silueta flaca de mi hombre acercándose.

Las piernas me temblaban de nervios, el corazón latía al máximo, las ideas me daban vuelta en la cabeza, puse mi mejor sonrisa para recibirlo.

Pensé que no vendrías Lupita me dijo dándome un beso en la mejilla.

No podía dejarte esperándome le dije muy coqueta.

No pasaba casi nada de gente por las calles, pues no es una zona muy transitada donde estábamos.

Caminamos tomados de la mano como media cuadra y nos detuvimos junto a una barda que tenía un portón negro de metal.

Aquí vine un día porque tenía ganas de orinar y me brinqué la barda, me dijo, y esta con mucha yerba, pero hay lugares secos donde puede uno sentarse y no ve nadie de las casas que rodean el terreno porque tienen bardas muy altas, me dijo ¿quieres entrar a ver?

Lo dudé un poquito, pero al fin di mi si, primero me cargo para alcanzar lo alto de la barda, me subí y brinqué al otro lado, luego el hizo lo mismo.

Era un terreno algo grande, bien bardeado y efectivamente las casas aledañas tenían una barda mas alta que no se veía nada ni de allá para y viceversa.

Busco un lugar donde casi no había yerba, puso su suéter para que me sentara yo.

Yo estaba muy nerviosa pues estábamos en un terreno baldío a media tarde y sin permiso con la preocupación de que nos descubrieran y nos hicieran algo malo.

Se sentó junto a mí y tomándome de las manos me tranquilizo diciéndome que ya había esta muchas veces ahí y nunca había pasado nada que era un lugar muy seguro, luego me dio un beso en la boca y con eso quedó resuelto el temor que tenía yo.

Empezó a acariciar mis piernas mientras me besaba en la boca, yo estaba contenta por estar con él y me deje llevar sumisamente por sus manos traviesas.

No se porque, pero puse mi manita sobre su pierna muy cerca de su verga, acaricie un poquito para ver si me permitía sentirla, tomo mi mano y la puso donde yo quería, por fin la podía sentir por sobre el pantalón, se palpaba de muy buen tamaño y ya estaba dura y caliente.

Como pudo así sentado se saco la verga y me la enseño, era morena con su piel tersa y suave, se le notaban las venas y tenía una cabeza como una bala, estaba dura bien parada, le salía el líquido pre  seminal abundantemente no espere más y me la metí a la boca para probarla, estaba deliciosa su liquido me sabia saladito pero delicioso, empecé a lamerlo, chuparlo mamarlo con una combinación de ternura y pasión, el gemía y me tenia tomada de la cabeza marcando el ritmo de la mamada, me entraba toda hasta la garganta, sus huevos chocaban con mi barbilla sus manos estaban entretenidas acariciando por encima de mi short mis nalgas y recorría totalmente mis piernas.

Me saco la verga de la boca, yo hice un intento de no volverla a atrapar con mi boca, pero no me dejo, me estaba robando mi chupón preferido. Me puso de pie y dándole la espalda desabrocho con maestría el botón del short y me lo bajo con todo y pantaleta, me jalo hacia él y sentí su boca besando mis nalgas mientras sus manos tomadas de mi cadera me jalaban hacia él.

Las besaba las lamia les daba pequeños mordiscos, yo me empecé a empinar para facilitarle la entrada a mi anito que palpitando lo esperaba, por fin lo encontró y me dio la lamida y chupada de mi vida. Abría con sus dedos largos mis nalgas a la altura de mi ano, jugaba con el dedeándolo y lamiéndolo, yo estaba que me derretía del placer tan inmenso que sentía.

Me soltó y rápido se quitó el pantalón completamente acostándose sobre la yerba haciendo con su suéter una almohada, ven siéntate sobre ella me dijo, yo obediente y caliente le obedecí me pare frente a él y me fui inclinando hasta sentir la punta de su verga a la entrada de mi apretado anito, yo solita me fui empalando sentándome sobre esa suculenta verga dura y deliciosa.

Casi no me dolió ya estaba bien lubricado mi hoyito por la tremenda lamida que me dio Efraín antes. Cuando la tuve ensartada hasta el fondo empezamos a movernos de manera sincronizada en un mete saca riquísima, ambos gemíamos y nos movíamos como si no volviéramos a hacerlo nunca más. Así estuvimos cogiendo como quince minutos, luego me la saco y me acomodo de a perrito de un solo empujón me la dejo ir toda hasta el fondo.

Yo puje sintiendo como mis entrañas eran abiertas por esa verga maravillosa, me tomo de las caderas y me dio una cogida deliciosa, entraba y salía haciéndome sentir en las nubes, no pensaba si nos podían ver o descubrir, mi mente estaba concentrada en la maravillosa sensación de tener un hombre dándome una cogida única.

Casi no hablamos, pero no era necesario palabra alguna, nos entendimos a la perfección y me estaba entregando total y planamente al amor de mi vida en ese momento.

Después de un rato me dio a que se la mamara cosa que hice no solo con gusto sino también en agradecimiento por lo que me estaba dando, esa verga estaba echa para mi de manera especial, tenía el tamaño ideal para hacerme su hembra.

Ya casi me voy a venir me dijo, acuéstate sobre el suéter me dijo.

Cuando me acomode, tomo mis piernas y las puso sobre sus hombros, con su mano dirigió su verga deliciosa a la entrada de mi culito, cuando lo hayo me la dejo ir de un solo embiste, mirándonos a los ojos puse la carita de niña putita que mejor pude y le dije mientras me empalaba gracias por lo que me estás dando papitoo.

Me la estuvo metiendo en esa pose como unos diez minutos hasta que me dijo, me voy a venir y ando bien cargado por todos estos días en que hemos estado juntos y no me he chaqueteado para nada, te los guarde para este momento especial.

Mirándolo fijamente a los ojos que brillaban con esa lujuria y morbo que me encanta le dije dámela toda hasta el fondo papito, seré tu novia para siempre, cuatro o cinco embistes más y sentí como esa verga empezaba a escupir en lo profundo de mis entrañas unos tremendos chorros de semen bien caliente, mis piernas sobre sus hombros se movían al ritmo de cada empujón que él me daba, bufo y gruño con cada chorro que escupía su verga en mi interior, fueron seis o siete los que pude sentir su verga palpitaba muy fuerte dentro de mí.

Mi ano también palpitaba y apretaba al máximo ese tronco delicioso que lo estaba empalando. Nos besamos en la boca aun tenía su verga dura dentro de mi y mis piernas sobre sus hombros, pero aun así nos pudimos besar con una pasión desbordante.

Cuando salió su verga ya medio flácida se la limpié con la boca y le di muchos besitos en agradecimiento.

¿Te gusto Lupita, quieres ser mi novia y amante? Me pregunto con una sonrisa.

Me encanto le dije y si quiero ser tu novia y amante lo abrace y me entregue a él con un beso tierno en la boca.

Nos empezamos a vestir y salimos como entramos a ese terreno baldío, nos despedimos y quedamos de vernos al otro día a la misma hora en mi casa-

Ya eran las siete de la tarde cuando llegue a mi casa, avise de mi llegada cene un pan con un vaso de leche y me fui a encerrar a mi cuarto para recordar lo que había vivido con el bolero Efraín, en mi cabeza había muchas cosas e imágenes, me habían cogido en tres maravillosas posiciones, me encanto la ultima que era con mis piernas en sus hombros, recordaba como sentí los chorros de leche que deposito en lo profundo de mi culito, por cierto que no me salió nada aun estaban a buen resguardo dentro de mi y eso me hizo sonreír.

Tenía un novio y estaba contenta y expectante de lo pudiéramos seguir viviendo, no me importaba la edad o a que se dedicaba lo que me importaba era estar con él y disfrutar de su maravillosa verga todo lo más que se pudiera. Con esos pensamientos me fui quedando dormida.

Espero que les haya gustado este relato, agradezco a tod@s los que me han contactado a través de mi correo fjgsousa60@gmail.com hasta el próximo relato, les mando muchos besos tiernos.