Un asalto sexual

Estoy en mi oficina un sábado por la noche, y entran unos asaltantes, que mientras roban deciden violarme. son dos hombretones muy grandes y muchos miran su faena, donde cada cual quiere demostrar que es el mejor.

Un asalto sexual.

estoy en mi oficina, es sábado y son las 10 de la noche. en este edificio solo estamos el vigilante y yo, ya todos los inquilinos y empleados salieron. Estoy canzada, cierro mi computador, me peino un poco, me perfumo y salgo hacia el pasillo.

a esta hora el asensor está fuera de servicio así que bajo la escalera hacia el primer piso. todo está muy oscuro, pero he recorrido este edificio durante muchos años y sé el camino con los ojos cerrados.

en el rellano entre el primer piso y el segundo un hombre me detiene. me arroja contra la pared y me inmoviliza. Luego otro sujeto se acerca, me pone una cinta en mi boca, benda mis ojos y me ata las manos.

Mientras forcegeo inútilmente, los sujetos hablan entre ellos y se preguntan qué hace una mujer en el edificio a esta hora. Deciden igual dejarme en el patio mientras los hombres trabajan.

Pues bien, uno de ellos me alza en hombros, baja cnmigo hasta el primer piso, me lleva al patio  y me acuesta en una alfombra que algún inquilino sacó a secar al patio, mientras el otro le dice a los demás hombres que deben requisar todas las oficinas hasta que encuentren la droga. Yo me entero de todo solo por los sonidos, ya que estoy inmovilizada y a merced del hombre que me llevó al patio.

en fin, este hombretón cambia de idea y en lugar de irse con los demás hombres, se acerca y me baja el pantalón. como yo me revuelvo con fuerza, llama al otro jefe para que le ayude. sí, parece que estos dos sujetos me van a violar.

-tranquila mamita, relájese que usted también lo va a disfrutar-. Entre los dos me quitan el pantalón, la blusa, cortan mis pantis y me arrebatan el sostén, con una experticia que me sorprende. es como si estuvieran acostumbrados al trabajo. al menos no me van a violar un par de tontos, estos son maestros.

al estar desnuda tiemblo visiblemente. Es la primera vez que voy a tener sexo y tengo miedo. Mientras los hombretones dan órdenes a todo pulmón, gritan y animan para que sus subalternos se apresuren, empiezan a lamer y morder con habilidad mis pesones, mi ano y mi vagina, a exploraar mi cuerpo con sus manos y a pelliscar mi clítoris y mis caderas.

Empiezo a gemir y a tener espasmos, no puedo creer lo que está sucediendo! entonces uno de ellos al fin se decide a penetrarme, lo que ya involuntariamente yo aguardaba con impaciencia.

su pene es duro y gruezo, que entra a mi vagina lentamente, como degustando cada centímetro conquistado. Mi cuerpo lo anhela y comienzo a moverme para ayudarle a penetrar pronto, mientras el otro desconocido se ocupa de mis orejas, mi cueyo y mis pesones.

Siento el dolor del rompimiento pero no tengo tiempo de lamentarme, porque el que está dentro de mi cae sobre mi cuerpo y me frota toda para asegurarme que ahora soy su esclaba y que me debo a mi dueño. Yo me desconozco, mi cuerpo responde con profundos espasmos a sus embistes, y gimo con un ritmo constante como acercándome a un momento culminante.

tras unos minutos de placer, el desconocido se viene dentro de mi y me llena de su semen, dejándome completamente complacida y sin fuerzas. se levanta y le da una fuerte palmada a mi vagina, diciéndole a su compañero que ha llegado su turno, que mire a ver si puede hacerlo mejor. De inmediato ocupa su lugar en frente de mi entre pierna el segundo hombre, quien empieza a masagearme, a pelliscar mis caderas y a meter sus dedos en mi ano. me encanta, pero no logro responderle. acabo de terminar con el otro y aún lo tengo en mi piel.

entonces éste le señala algo al primer violador, quien se aleja y abre la llave de agua del patio. No sé qué hace ni me importa, porque el otro hombre cada vezz me acaricia y pellisca con más esmero. de pronto siento un valdado de agua fría que me deja sin aliento, y que aprovecha el segundo sujeto para penetrarme brutalmente.

El hombre es brusco y poderoso. Me embiste como un toro y me mueve para aautocomplacerse. me duele y me encanta este bruto, al que recibo entero mientras chorreo agua y gimo fuertemente. se esmera como para ddemostrar sus habilidades, como en una competencia en la que yo soy el medio.

el hombretón finalmente termina dentro de mi, y se levanta, pero el otro hombre toma su lugar y me echa un nuevo valdado de agua fría y me laba toda, especialmente mis genitales.

Mi adolorida vagina me arde, pero estos dos sujetos no tienen descanzo.

El que esperaba se sienta y me obliga a cabalgarle, mientras el otro hombre le da más órdenes a sus hombres, los cuales constantemente entran al patio y nnos echan vivas. me siento exhitada por los espectadores, y sin que me lo pidan, rodeo con mis piernas las caderas del desconocido que tengo dentro de mi y me muevo frenéticamente, lo que hace a mi amante gemir con gusto. algunos aplauden desde las ventanas de los pisos superiores, mientras el hombbre que se encuentra de pié me observa fijamente y ordena a su gente que siga trabajando.

Estoy como una posesa, lamo el cueyo del hombre que cabalgo y logro que se venga dentro de mi, quien me levanta por los hombros y me entrega al otro caballero, quien, como sintiéndose retado, me aprieta contra la pared y me penetra brutalmente, levantándome varios centímetros del suelo para que quedara a su altura.

Yo estoy inmovilizada, así que el sujeto se mueve dentro de mi con un ritmo constante, que cada vez aumenta furioso, como si quisiera recordarme que esto es una violaación y que no voy a salir tan tranquila de la experiencia. Yo estoy desbanecida y sin fuerzas, pero me dejo hacer. Después de todo, esto es delicioso!

al terminar, al fin toco el suelo y quedo de pié entre los dos hombres, quienes me laban con más agua y comienzan a lamer y explorar mi ano. Yo gimo de placer, no puedo evitarlo! Y cuando ya el más bruto decide empezar a penetrarlo, otro sujeto se acerca y les informa a mis amores que ya los demás terminaron, que encontraron la mercancía y que los están esperando.

Entonces todos entran al patio y yo quedo entre todos ellos. No los veo, pero siento sus miradas, su lujuria, su deseo. Uno de los jefes pide que le muestren la droga, y supongo que lo hacen porque escucho expresiones de alegría. Quedo relegada a un segundo, a un tercer plano, pero un hombre se acerca y mete su mano en mi bagina mientras los demás hablan. Me siento como un simple juguete sexual, y no sé por qué la idea me exhita tanto. El jefe dice que es hora de irse, pero que primero alguien borre las cintas de las cámaras de seguridad. sus hombres le respoden que está hecho, pero que guardaron y extrayeron la cinta de la violación, por si alguien desea conservarla.

Los jefes se dan a la risa, y uno promete que la subirá a la página de pornografía a la que está suscrito, para que la gente aprenda cómo se toma a una mujer. todos ríen y yo me alegro, me exhita saber que alrededor del mundo alguien verá mi aventura y mis artes recién aprendidas... Esto lo pienso mientras el hombrecito masturba mi clítoris distraído y dejo salir un gemido sin darme cuenta.

todos salen y el gran jefe se acerca a mi, me dice que lo hice bien, que dentro de esa abogada tan tímida hay una ninfómana complaciente, y vuelve a darle una fuerte palmada a mi bagina.

quedo sola.

tras unos minutos en los que trato de recobrar el aliento, intento desatarme y lo logro, desbendo mis ojos y me qito la cinta de mi boca. Busco mis ropas, recupero mi caartera, me peino, me perfumo y salgo del edificio. al salir observo al vigilante caído en un rincón y supongo que está muerto... Pobre hombre.

al volver al lunes siguiente todos se esmeran tratando de ordenar sus oficinas. me cuentan que unos asaltantes entraron al edificio, que requisaron todas las oficinas pero que solo se llevaron la caja fuerte de un abogado colega. Yo muestro mi pesar con esfuerzo, entro a mi oficina y empiezo a trabajar, mientras mi bajina arde con fuerza y me maravillo de la calidad de los ladrones de esta ciudad.

Fin