Un ardiente despertar...1
Me excitó tanto y tan por sorpresa que fui su sumisa por una noche...
Era domingo y estaba muy cansada. Nos metimos en la cama a las diez de la noche y pusimos la tele para que nos entrara la morriña y yo enseguida caí rendida sin importarme siquiera el ronquido lineal y sostenido de mi novio. La tele se apagó a la hora programada y yo soñaba con los angelitos hasta que, de repente, noto que alguien se me pega por detrás.
Al principio, creía que estaba soñando. Estaba agotada y me pesaban los párpados. Dormía de lado y él también, ahora, hacia el mío. David se había pegando a mí. Su erección estaba pegada a mi culo y su mano derecha se adentraba por dentro de mi pantalón del pijama.
-Cari... son las... ¡dos de la madrugada!
-Shhhhh.... Cállate y déjate hacer...
No sé si sonó más a petición o a orden, pero de repente la idea de someterme a la persona que más placer me ha dado me resultó de lo más seductora. Así que obedecí. Cerré los ojos y volví a ponerme de lado. Como si durmiera. Él no había parado de acariciarme por dentro del pijama y yo quería más. No dije nada pero me arqueé para hacerle ver que quería más.
David entendió mi gesto y metió la mano dentro de mi tanga. Yo estaba ya mojada y él lo quería disfrutar. Me acarició el clítoris un rato. No tenía ninguna prisa. De hecho, eso era lo que deseaba, tenerme a la espera. Ardiendo en deseos de que me hiciera suya. Y yo quemaba...
-Más... por favor...
-No hables...
-David...
-Es solo un juego... Voy a jugar contigo... Te voy a follar hasta que no puedas más...
Aquella frase me paralizó. Y me enloqueció. Y David lo notó y entonces, sin más metió dos dedos dentro de mi coño y empezó a meterlos y sacarlos son problema dándome más placer aún.
-Joder nena...para estar "dormidita" estás muy cachonda eh??? Mmm pero cómo me pones...
Yo iba a contestar pero recordé que parte del juego era que debía estar callada. Entonces, sin sacarme los dedos, me puso boca abajo. Se puso encima de mí y se agachó para lamerme el culito. Dios mío, aquella sensación iba a volverme loca. Era algo totalmente nuevo, nunca lo había hecho así, de esa manera tan intensa. Entre más me lamía más rápido metía y sacaba sus dedos de mi coño. Aquella sensación era la gloria...
-Cariño me voy a correr!!!
Y de repente, me pegó una torta en el culo. Fuerte. Me dolió. Noté que mi nalga se enroquecía.
-Te he dicho que te quiero calladita -dijo y me besó la zona donde segundos antes había recibido la torta- Voy a darte placer. Te lo prometo. Pero lo voy a hacer a mi manera. Hoy vas a ser mi sumisa. Solo hoy. Y yo voy a hacer que te corras una y otra vez. Pero no hables, porque si lo haces vas a querer gritar de placer. Y no queremos que los vecinos vuelvan a tocarnos la pared, ¿no?
Me di la vuelta. Lo miré a los ojos y supe que no me haría daño. Que todo era parte de un juego. Y yo quería jugar a ser follada. Así que asentí con la cabeza y a cambio recibí un beso en los labios. Un beso largo y apasionado que volvió a tenerme encendida y que paró cuando él así lo quiso.
Entonces volvió a ponerme boca abajo. Noté que se acercaba a la mesa de noche. Abrió el cajón y lo cerró. En seguida supe lo que era. Y enseguida también noté un líquido frío en la entrada de mi culito. Un dedo empezó a abrirlo sin mucha dificultad mientras su otra mano se encargaba de mantener mi coño húmedo y ardiendo. Tres dedos ahora entraban y salían de mi interior haciéndome delirar de placer. Yo me movía como podía para aumentar la sensación. Me iba a correr pronto y David lo sabía. Así que con más lubricante introdujo dos dedos en mi ano. Y aquello que al principio de los tiempos habría sido un dolor mortal hizo que me corriera sobre sus dedos y manchara sus dedos como regalo.
David paró. Sacó los dedos de mi interior y me dio la vuelta. Encendió la luz y metió su polla en mi boca. Estaba más dura que nunca. Y yo más excitada que antes. Se la chupé sin parar y hasta el fondo intentando no atragantarme. Comenzó a follarme la boca con rapidez pero paró al poco tiempo.
-Nena... para un poco porque si sigues comiéndomela así me voy a correr... Y yo te voy a follar. Te quiero follar... ¿Quieres que lo haga?
-¡¡¡¡SI!!!!!!
-Dímelo..l. Pídemelo...
-Fóllame por favor... Necesito que me la metas...
-¿Dónde la quieres?
-En todas partes...donde tú quieras pero hazlo ya...
Y lo hizo. Me volvió a poner boca abajo y me la metió entera en el coño.
-AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH- no gemí, chillé de gusto-.
-No grites! -dijo dándome otra nalgada en el culo-. Eres una nenita mala y me obligas a follarte... Y si gritas... a darte tortas en el culo...
-Sí, sí, lo que tú quieras pero por favor no pares...
-Joder nena! Estás empapada...Nunca había visto tu coño así...
-Tú me pones...me provocas... Joder no pares...
-No... levanta, ponte a cuatro patas para mí...
Yo obedecí y entonces comenzó a follarme más fuerte. Su polla entraba y salía de mí resbalando por mi coño mientras yo me contenía para no chillar de placer y mordía la almohada. Me agarraba el culo con las manos y yo ardí de placer hasta que me derramé cuando noté que su dedo se metía en mi culito mientras su polla me follaba con fuerza el coño.
-¿te gusta Pau? ¿Quieres más? Ehhh!!!?
-SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
Y metió otro dedo en mi culo. Y reventé en un orgasmo infinito y lo arrastré conmigo a él. Noté como el semen salía a chorros calientes e inundaba mi vagina. Él jadeaba de gusto hasta que acabó y cayó encima de mí rendido y sudoroso.
-Joder Pau... eres...increíble... Te deseo tanto... -dijo a mi oído-.
-Y yo a ti pero... deja que me levante...y...saca los dedos de ahí... me quiero duchar...estoy pegajosa...
-Seguro? Yo solo quiero reposar... Me quedé con ganas de follarte el culito tan rico que tienes...
-Ah sí??
-Sí... ¿me vas a dejar?
-Hoy soy toda, toda, tuya...
Continuará...
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