UN AÑO SABATICO CON SOBRESALTOS Capitulo 4
La pequeña Alison sigue en serios problemas, ahora incluido un nuevo sistema de reeducacion llamado REJUVENECIMIENTO.
UN AÑO SABATICO CON SOBRESALTOS Capitulo 4
Alison aguardaba en su habitación, estaba esperando el momento para abandonar su vivienda. Estaba castigada sin salir de la habitación y sobre todo de la casa, iban a ser sus últimas horas del fatídico año sabático que había decidido tomarse en su día. Su abuela se lo había dejado bien aclarado, hasta ese día no había visto en la desvergonzada jovenzuela que estaba convertida su nieta, iba a dejar de una vez por todas de hacer lo que le viniera en gana, se había acabado el malgastar el dinero. Durante años había estado abusando de la confianza de su abuela, pero eso había pasado a la historia, su abuela aunque tarde, al fin había abierto los ojos descubriendo la verdad.
Los efectos de la azotaina por haber faltado el respeto “Mili” y a “los convecinos del pueblo” eran las causas que habían acabado por hacer que su abuela dejarse de creer a su nieta. Después de haber escuchado toda la retahíla de embustes y diabluras que había realizado Alison, y que la hija de su buena amiga había descubierto la verdad y que Mili, tomara las medidas oportunas. Apenas podía permanecer sentada en aquella endiablada silla de asiento de madera. De muy buena gana se hubiera levantado de esa maldita silla, pero Mili, había dejado su sabueso para que Alison no pudiera dejar de hacer su tarea. El Sr. Felipe, el agente de policía local, no dejaba de observarla desde el sofá, veía como la pequeña se removía en la silla, o como intentaba levantar el trasero soportando su peso apoyando las dos manos en el borde de la silla y la veía como menear sus caderas intentando acomodar el trasero. Mili, la había mandado unos deberes. Debía escribir quinientas veces “No volveré a faltar el respeto a nadie y respetare a mis mayores”.
.- Jovencita, deje de remover ese culo en la silla y vaya acabando de hacer esas copias! La señora alcaldesa espera que recoja sus cosas y haga su maleta, en breve debemos salir para la hacienda que la señora tiene en las afueras del pueblo. Así, que vaya abreviando con esas líneas de una vez, que se nos echa el tiempo encima.
.- Vaya! El esbirro de la señora alcaldesa ha hablado!
.- Niña, como me hagas levantar vas a lamentar tales palabras!
.- Como si fuera capaz de hacer algo sin que su Dueña se lo ordene… esssbbbiiirrrrrrrooooo…!!
.- Te,… la estas ganando Alison!
.- UUUuuuuyyy!!! Que miedo…
Por el espejo de la pared Alison pudo ver como cambiaba el semblante del rostro del agente, su rostro congestionado, sus ojos inyectados en sangre de ira, hizo que Alison se estremeciera, temía haber ido demasiado lejos, sobre todo al ver como se levantaba del sofá, al estar de pie empezó a caminar hacia ella, al tiempo que se iba desabrochando la hebilla de su cinturón, a Alison que lo veía a través del espejo se le hacía un nudo en la garganta, ahora que lo podía ver más claro, veía el grosor del cinturón de unos cuatro dedos, pudo ver incluso, de que estaba fabricado. Algo que la hizo estremecer de la cabeza a los pies, era ni más, ni menos, que un cinturón de piel de serpiente, no es que Alison fuera una experta en cinturones, pero el tallado del cuero era inconfundible. Ahora que veía como lentamente se lo sacaba de las presillas del pantalón de su uniforme, metódicamente ya que él veía el rostro de temor de Alison a través del espejo, al igual, que él podía ver que Alison le estaba mirando. Lo doblaba a la mitad sujetándolo por los dos extremos, y que este se mantenía erguido, rígido, tenso, en vez de balancearse, lo que indicaba que debía ser un material fuerte y nada ligero, Alison ni la saliva podía tragar, al ver como se acercaba a ella blandiendo el cinturón en su mano izquierda.
Estuvo tentada a levantarse y salir corriendo, no le gustaba nada la idea de sentir aquel cinturón en el trasero. Tenía la mirada fija en aquel cinturón a través del espejo del mueble de la pared del fondo, ya estaba detrás de ella. Sentía en su espalda al agente, escuchaba su respiración acentuada por estar enfurecido, Alison asustada ya ni le veía en el espejo, solamente veía aquel cinturón. Ahora se estaba arrepintiendo de haberlo provocado, Felipe estaba detrás manteniendo doblado el cinturón a la mitad, mientras la miraba por el espejo a ella y la cara de espanto que expresaba su mirada. Así como Alison le miraba a él, entonces fue cuando en un arrebato pretendió levantarse de la silla y escapar, pero unas terribles punzadas en su trasero dolorido, la obligo a detener aquel intento de escapar llevándose sus manos a su trasero, intento que la dejo sobrecogida, aletargada por el intenso dolor de sus nalgas recientemente castigadas, lo cual aprovecho Felipe para asirla por el brazo, tirando de ella hacia su propio cuerpo, y retirando la silla con su pierna derecha, haciéndola a un lado. Al ser un hombre alto y fornido, arqueo su pierna izquierda hacia adelante, manteniendo firme su pierna derecha, tirando del brazo que mantenía sujeta a Alison, esta quedo trabada sobre esa pierna arqueada izquierda, mientras el brazo izquierdo bajaba y rodeaba su cintura para mantenerla bien sujeta, su corta faldita de jugar al tenis, apenas le cubría las bragas, que en esa forzada posición quedaba al descubierto la parte baja del trasero de Alison, no tardando en demasía en sentir como el cinturón le cruzaba sus nalgas, por la base de estas y en el inicio de los muslos, el contoneo de sus nalgas al sentir el abrasador azote en el culo, la hizo estremecer del intenso ardor en sus ya doloridas nalgas, intentó con sus manos cubrirse el trasero, sus bragas de algodón con margaritas apenas la protegían, se sobo con fricción el culo. Entonces sintió como sus manos eran sujetadas a su espalda, para luego sentir de nuevo como el cinturón de piel de serpiente volvía a impactar sobre su trasero indefenso, ahora de manera seguida, una y otra vez, sin pausa alguna. Dada la posición nada, o poco podía hacer ella para evitar que el cinturón impactara en su trasero, y si se movía era peor, pues este la azotaba en sus muslos, pues la hacía retorcerse sobre si misma a cada quemazón que sentía en su trasero, aunque tenía las braguitas puestas, estas, no le protegían nada. Después de veinte buenos correazos en el culo, el agente Felipe la libero soltando sus manos y retirándose hacia atrás, Alison al estar liberada daba varios saltitos, ahora si, con sus manos libres de las manos que las sujetaban, cayó al suelo echa un ovillo, friccionándose el dolorido trasero con sus dos manos, introduciendo estas por dentro de sus braguitas, el culo le ardía horrores, el cinturón del marido de la alcaldesa el Sr. Antonio no le había dolido tanto el día que la azotó en el salón. Aunque no vio como era el cinturón, pero si había notado en estos momentos, que el cinturón del Agente dolía mucho más.
.- Levántate del suelo y vete hacer tu maleta… Ya veremos qué opina la Sra. Alcaldesa cuando la informe que no has aprendido la lección, y te he tenido que corregir de nuevo… Deja de hacer copias! Ya no es necesario que las acabes!! Eso también deberás explicárselo después, por qué no las has hecho. Me recalco bien antes de irse, que si sucedía esto, te condujera ante ella inmediatamente…
Alison se puso en pie, la falda se le había subido quedando enganchada con el cierre de cremallera de su costado, dejando su trasero al descubierto solo con las bragas de algodón blancas con margaritas, sin dejar de sobarse el trasero con las dos manos, friccionándose de arriba a abajo con las manos extendidas, mientras miraba al agente con el rostro congestionado por el dolor de su trasero, como el agente Felipe volvía a colocarse el cinturón presilla a presilla con parsimonia, con el cual la había dado una corta, pero muy dolorosa azotaina. Sobándose el trasero sobre las bragas, se dirigió hacia su habitación, miraba de reojo hacia atrás por si el esbirro de la alcaldesa la seguía, pero solo pudo ver como el muy… la observaba con una irónica sonrisa en los labios, el cómo se iba sobando el culo, así como las marcas que había dejado el cinturón en sus muslos, y las marcas moradas asomaban por el borde del elástico de sus bragas de la azotaina con el cepillo que le había dado la Sra. Alcaldesa hacia tan solo unas horas.
Entro en la habitación, vio un vestido estampado de flores sobre la cama, unos calcetines blancos, unas bragas blancas de algodón con unos dibujitos de osos alegres juagando con una pelota, al pie de la cama unos zapatos estilo Merceditas negros. En unos minutos salía de la habitación vestida, no se había demorado al vestirse a pesar de lo mucho que le dolía el trasero. El vestido era muy cortito, apenas le cubría el inicio de los muslos y así la vio el agente Felipe. Mientras el cargaba con una maleta ya preparada en la entrada, Alison paso por delante del agente Felipe sin mirarle a la cara. El vestido apenas le cubría el culo, la parte baja de las braguitas quedaban a la vista, el abultado trasero debido a la inflamación de la azotaina recibida, hacía que el vestido apenas cubriera la parte baja de sus braguitas, aunque al caminar la brisa levantaba la falda del vestido al tener cierto vuelo, la cual dejaba claramente sus braguitas a la vista.
Alison hubiera deseado viajar en un taxi, pero la Sra. Alcaldesa por lo visto lo tenía todo pensado. Estaba claro que quería el pueblo viera que la responsable de los sucesos de los últimos días había recibido su castigo, Alison mirando al suelo roja de la vergüenza caminaba por la acera de la calle, con el esbirro de la alcaldesa caminando a su costado cargando con la maleta. Alison escuchaba los susurros de los vecinos al pasar, ella de tanto en tanto sentía la necesidad de estirar el elástico de sus braguitas, pues este la mortificaba, por la presión en sus inflamadas nalgas, aprovechando para sobárselas por el picor, así como el ardor que se iba acentuando sobre todo intensificado por el fuerte calor a esas horas del día.
Deseaba llegar cuanto antes fuera cual fuera su destino, la casa de la alcaldesa desde luego no se dirigian a ella, ya que era en sentido contrario al que llevaban. Tras cruzar todo el pueblo, en las afueras vio que había un camino sin asfaltar con árboles frondosos a sus costados, agradeció ir bajo la sombra de estos, al caminar ocultos a los rayos solares comenzó a sentir cierto alivio en su trasero, aunque continuaba sintiendo ciertas molestias al andar, pero estas molestias lejos de ser desagradables, resultaban todo lo contrario. Pero aunque ahora el sol ya no acentuaba el calor de sus nalgas, sentía la necesidad de acariciarse el culo, aunque lo hacía cuando el esbirro no la miraba a ella, pues varias veces en el trayecto había hecho comentarios obscenos cuando la sorprendía sobándose.
Después de caminar como quince minutos por el camino, al fondo pudo observar una gran casa que se vislumbraba entre los árboles. En diez minutos estaban ante la entrada de una casa de tres plantas, en cada planta había varios balcones, franqueados por varias ventanas entre balcón y balcón. Era un edificio antiguo, una vez flanquearon la entrada principal abrió la puerta un señor que claramente debería ser el mayordomo por el uniforme que llevaba puesto. Al entrar había un gran vestíbulo con varias columnas a los costados, al fondo unas escaleras amplias y señoriales ascendían hasta un primer rellano después de unos quince escalones, ahí se dividían en dos escaleras una a la izquierda y otra a la derecha. Ascendieron por la derecha, en la primera planta se habría un largo pasillo con muchas puertas a cada lado, fueron caminando por el pasillo hasta el final donde había una puerta en la que ostentaba un letrero. “Dirección” el mayordomo llamo a la puerta y entro. Minutos después volvió a salir dejando la puerta abierta e invitando a entrar al agente y Alison. Al entrar la puerta se cerró desde fuera por el mayordomo, era una estancia espaciosa con librerías a ambos laterales y una mesa de despacho al fondo. Frente a la mesa había dos sillas separadas entre ellas por unos dos metros de una a otra. Al otro lado de la mesa había un enorme sillón de cuero negro, el cual transcurrido cierto tiempo se giró, el sillón era giratorio sobre sí mismo. Una señora entre unos cincuenta y cinco o sesenta años apareció ante Alison y el agente Felipe.
.- Así que tú eres Alison, he oído hablar de ti. Quieres girar sobre ti misma-. Alison, lentamente se giró sobre sus pies, dando la espalda, y tras unos segundos parada, para luego volverse y a mirar a la señora. .- Ya veo que has tenido cierta dosis de disciplina. Felipe, que tal se ha portado la joven? La presidenta de esta fundación me ha informado que debía traer unas tareas para mostrarme, dónde están?
.- Señora no las trae, porque no las ha acabado. Y en cuanto a su comportamiento, no ha sido muy oportuno después de las consecuencias de las últimas horas, ya puede ver usted. Que ha vuelto a ser necesario inculcarle castigo por mí mismo, hace muy pocos minutos según las instrucciones proporcionadas por la señora alcaldesa.
.- Ya veo… O sea jovencita que no has aprendido… la lección. A eso le vamos a poner remedio de manera inmediata.
La señora giro el sillón hacia la derecha, levantándose de él. Era toda una señora, pues debería medir sobre un metro noventa, iba vestida con una blusa blanca, y una falda gris oscuro de tubo por debajo de las rodillas, medias negras, zapatos de tacón negros. Dio la vuelta a su mesa, caminando lentamente hacia una de las sillas en la cual tomo asiento.
.- Ven, jovencita!
Alison se acercó a ella decir nada.
.- Bien, al parecer pequeña necesitas que te aclaren bien lo importante que es la disciplina. Debo decir que estoy bien informada sobre tu comportamiento y que hasta el momento no has tenido cerca alguien que sepa darte las explicaciones pertinentes, de la única manera posible dada tu conducta pero sobre todo, lo que sucede cuando no se obedecen las reglas, o cuando estas no son debidamente acatadas, las consecuencias que pueden tener, verdad? Pues, pequeña! Para eso justamente es mi ocupación en este lugar. Corregir las conductas de jovencitas desagradables como tú, sí. En esta fundación, nos ocupamos de comportamientos de otras jóvenes que han tenido problemas o los ocasionan. Jóvenes que tienen la facilidad o dificultad para comportarse como se debe en esta sociedad, vienen aquí, o mejor dicho las internan aquí para que se reinserten en la sociedad. Nuestros métodos son infalibles, pero tienen ciertas repercusiones que no suelen gustar. Pues no son nada agradables para quienes tienen la mala fortuna, de ser internadas en este centro. Sabes joven, en el futuro no existirán cárceles o instituciones penitenciarias donde los delincuentes, ladrones, o asesinos sean internados. Tendrán un juicio, tendrán sus derechos en ellos, y como no, tendrán el derecho a un abogado que les defienda. Pero los que sean hallados culpables, pasaran por un centro similar a este, en donde serán sometidos a un tratamiento de rejuvenecimiento, dependiendo de sus delitos, existirán varios grados de “Rejuve”… En el día de hoy, simplemente es un método en investigación en el cual, son sometidas las jóvenes que tienen dificultades de reinserción. Como cualquier investigación tiene unas dificultades de adaptación preliminares, pero con el tiempo se emplearan unas máquinas ya en investigación con muy buenos resultados logrados hasta el momento, pero aún no han sido probadas en seres humanos, en donde el “Plan Rejuve”… será total y al pie de la letra, pero hoy día, este método aún no se lleva a cabo. Temporalmente usamos únicamente medicamentos, los cuales entorpecen los movimientos o comportamientos que podría tener una joven de tu edad, pasando a comportarse como una chiquilla, la cual durante el inicio del tratamiento tiene ciertos requerimientos o tratamientos paliativos temporales, ya que quienes padecen esa merma en sus funciones corporales, requieren ciertas atenciones primarias. Vas a pasar, de ser una joven autosuficiente, a una joven que ni tan siquiera podrá atender sus funciones. No podrás usar el servicio, ya que no podrás retener tus necesidades fisiologicas. Esto será por un espacio reducido de tiempo, en cambio, cuando requieras disciplina te parecerá que una simple azotaina, sea un verdadero suplicio. En eso consiste el “Plan Rejuve” o simplemente “Rejuve” como nosotros lo bautizamos. Este plan del gobierno, en el que están implicados varios países. Lo que tratamos es que a las delincuentes se les pueda educar de nuevo desde la infancia, ya que está comprobado que tarde o temprano vuelven a recaer en sus malos hábitos, con encerrarlas en una cárcel o centro penitenciario no tienen la capacidad de rehabilitarse. En cambio con este nuevo sistema la mente es la misma, recuerdan perfectamente todo lo que ha podido realizar en la vida, pero con la variante que su cuerpo será transformado a una edad temprana, según sentencie el juez en el juicio, según sea la condena se les aplicara el “Plan Rejuve”, a una edad más temprana o no, según cada caso. En otras palabras, serán niñas o niños, con la mente de un adulto, pero sus cuerpos serán rejuvenecidos, por lo cual, cuando sea necesario aplicar un correctivo, este será tan estricto como se le aplicaría siendo adulto, pero en el cuerpo de una adolescente, o según qué casos, incluso más jóvenes para así lograr los efectos deseados. Con lo cual se lograra variar su comportamiento en un futuro, pues por nada del mundo una vez reinsertados de nuevo a su vida normal, desearan volver a delinquir, pues el tiempo que estén dentro del plan será un verdadero infierno, eso sin tener en cuenta la vergüenza por la que deberán pasar. Hasta el momento los casos que han sido sometidos, no han vuelto a sus antiguos hábitos delictivos, teniendo un éxito del noventa y nueve por ciento. En tu caso Alison, solamente te someteremos a un tratamiento “9”. O sea que tu mente será la que tienes actualmente, recordaras todo, pero tu cuerpo será el de una niña de nueve años, y cuando seas castigada… bueno puedes imaginar, te dolerá tanto que te parecerá lo más horrible que hayas podido imaginar, ya que las azotainas que recibas serán a una niña de nueve años, pero con una mente de una chica de veinticinco años. Para mayor vergüenza para ti, mientras estés sometida al tratamiento, volverás al colegio. Y como no funcionaran bien tus órganos de evacuación natural, durante el día vestirás como una niña, y tendrás que pedir permiso para ir al baño. Durante la noche, al no disponer que tu organismo funcione con regularidad, deberás dormir con pañales durante un tiempo. Como aun no disponemos de las maquinas, pues estas aun tardaran una década en tener los avances necesarios para su fabricación, tu cuerpo no menguara al de una niña de nueve años, pero si sentirás que tu cuerpo no funcionara con normalidad en su funcionabilidad. Con el paso del tiempo, estos centros únicamente se dedicaran a la transformación de cuerpos al “Plan Rejuve”, y los que hayan sido rejuvenecidos no ingresaran a ningún centro, si no, que serán ubicados en familias sin hijos las cuales habrán sido debidamente instruidas en la terapia que deberán proporcionar a los reclusos o reclusas. Estas familias serán estratégicamente ubicadas en urbanizaciones, con colegios, centros médicos, serán como pequeñas ciudades donde todos sus vecinos, habrán sido instruidos para aplicar disciplina férrea. Ahora Alison, ha llegado el momento de arreglar ese comportamiento de esta mañana, así que nos has hecho tus tareas, además de haberle faltado el respeto a Felipe!
Alison estaba perpleja y sorprendida, en su mente aun rondaban las palabras de esa señora a las cuales no lograba dar crédito a lo escuchado, iba a ser rejuvenecida… Como podía ser algo así, parecía que estaba en una pesadilla y deseaba despertarse pues era un horrible sueño, pero por otro lado deseaba que no despertase de ella, llevar pañales… Huuummm, cuantas veces se había imaginado lo que sería volver a la infancia y poder hacerse pipi en su pañal como una niña. El ser tratada como una bebe, “Little Baby Girl”. Cuantas veces había entrado en internet en blogs y foros donde había más chicas como ella misma, con aquellas fantasías y ella iba a tener la suerte de vivir en ese mundo. El fondillo de sus braguitas estaban completamente empapadas, su rostro estaba rojo de la vergüenza que sentía en esos instantes, …“como diablos puedo tener tanta suerte”… su mente calenturienta no la dejaba pensar con nitidez, en cualquier momento podía ser descubierta pensando en voz alta, y ello la hacía ser prudente.
.- Alison!!! Despierta!!! Estas en babia?
Esos gritos de la señora Directora del centro del “Plan Rejuve” la obligo a salir de la nube en la que se hallaba sumida. Pero, lo que la hizo salir de su somnolencia fue cuando sintió como la habían cogido del lóbulo de la oreja izquierda, y sentir como tiraban del lóbulo hacia abajo, entonces despertó de su trance. Viendo que la señora la obligaba a tenderse boca abajo sobre su regazo, al ver que ya estaba prácticamente sobre las piernas tumbada boca abajo, no opuso resistencia alguna, acomodándose ella misma sobre el regazo. Seguidamente sintió como la corta falda del vestido era levantada, y como sin demora, sus bragas eran bajadas, sintió como los dedos sujetaban el elástico de la cinturilla de sus braguitas y como se las bajaban a las rodillas. Como una autómata ella misma puso su brazo derecho sobre su espalda, y sintió como era sujetada firmemente a la altura de su muñeca, acto seguido pudo oír una fuerte palmada en sus nalgas, tras ese azote que sintió como le abrasaba en el centro de sus doloridas nalgas, otros azotes muy seguidos y sonoros le siguieron al primero, Alison sentía como su trasero le abrasaba cada vez más y más, se sorprendía a si misma pues aunque el culo le estaba abrasando, no sentía deseos de echarse a llorar, todo lo contrario estaba disfrutando de la azotaina, la cual acabo por tener un… orgasmo.
.- Bien Bien pequeña! Ya veo, te ha gustado verdad desvergonzada!!! -.
La señora volvió a sujetar el elástico de la cinturilla de las bragas de algodón de Alison, subiéndoselas lentamente ajustándoselas a su cintura, luego estiro el elástico de las perneras de las braguitas, dejándoselas bien estiradas y tensas. .- Bien, jovencita levántate!
Alison apoyando sus manos en el suelo, desplazo su cuerpo a la derecha quedando arqueado ayudándose de sus pies apoyados en el suelo, así con un poco de esfuerzo se levantó del regazo de la señora por si misma. Una vez en pie, se sobaba el trasero con delicadeza, con una sonrisa en sus labios que intentaba ocultar mirando hacia otro punto.
.- Ahora mi pequeña Alison. Acompáñame vamos al despacho de la Presidenta.
Salieron del despacho por una puerta que se abrió en una de las estanterías de la librería, entrando en un ascensor. Al salir de este, la directora hizo esperar a Alison mientras ella entraba por la única puerta que había.
.- Hola Sra. Emilia! La pequeña Alison está afuera esperando.
.- Buenas tardes Karen. Estoy esperando al notario, notaria en este caso. La envía la Sra. Stuart la abuela de Alison, que por cierto ya debería de haber llegado hace una hora. .-
En ese instante llamaron a la puerta entrando el mayordomo, informando que había llegado la señorita Smith, haciéndola entrar y cerrando la puerta. -. Debes de ser Laura Smith verdad? Llega usted tarde, hace una hora que debería de haber llegado.
.- Lo lamento Sra. Emilia. Aquí le traigo una carta de mi clienta para usted, la Sra. Stuart me ha pedido que se la entregue en mano antes de dedicarnos a otro tema.
.- Bien! A que está esperando para entregármela…!!!
Karen la Directora avanzo hasta la mesa del despacho, tomando asiento en una silla situada enfrente de la mesa. Con sorpresa vio el atuendo que llevaba la notaria, un vestido muy provocativo para su gusto, no era el vestuario más adecuado para ser quien era. Al pasar por delante de ella, le pudo ver las bragas sin esfuerzo debido a lo corto que era el vestido, y cuando se inclinó para entregarle la carta a la Sra. Emilia, pudo verle las braguitas blancas de algodón con unos lunares de colores, verde, amarillo, colorado, azul, los colores de las fichas del parchís.
La Sra. Emilia abrió el sobre con un abre sobres de plata, extrajo la carta que leyó muy interesada, cambiando su semblante según iba leyendo la carta. Al acabar de hacerlo, la doblo a la mitad y se la entregó a la joven.
.- Laura! Quieres hacer el favor de entregársela a la Sra. Johnson.
Karen, la miro sorprendida. Nunca la llamaba por su apellido de casada. Al entregarle la nota, la desdoblo leyendo el contenido en silencio, al acabar de leerla comprendió al instante.
.- Sra. Johnson, puede usted leer la carta en voz alta para que nuestra invitada conozca el contenido de la misma, y luego encárguese de actuar en consecuencia…
.- Claro Sra. Emilia. Lo hare encantada desde luego…
“… Mí estimada Mili: Espero que mí ahijada Laura te haya hecho entrega de esta carta.
Siempre estaré en deuda contigo por encargarte de mi nieta Alison, espero si no es
pedir demasiado, que te hagas cargo también de mi ahijada. Sé que es algo mayor pa-
ra ser castigada por sus faltas, pero basándome en lo apalabrado para mi nieta, te ad-
junto un documento firmado por su marido, el cual aprueba tus métodos y espera que
cuando vuelva en unos meses, sea otra mujer distinta…”
… Al parecer esta joven necesita disciplina. Y bien que tienes que decir a esto Laura?
.- No sé a qué se refiere, pero está claro que esa vieja chocha ha perdido el norte, debe tener Alzheimer seguramente.
.- No creo que sea así, pero tú… desvergonzada! Te puedo garantizar que no vas a tardar en disculparte por tus palabras…
Karen, tenía a Laura muy cerca de ella, solamente tuvo que alargar su mano derecha, y agarrar a Laura por el talle de su cintura, atrayéndola hacia ella, haciéndola caer sobre sus rodillas. No tuvo que hacer ningún esfuerzo para mantenerla sobre su regazo, la corta falda se le había levantado, dejando a la vista las bragas de lunares de colores. Cuya prenda íntima, no le costó hacerla descender por los muslos de la joven, que ahora parecía que si sabía lo que la esperaba, comenzando a forcejear e intentar ponerse en pie. Karen por el contrario empezó a azotar aquellas nalgas mullidas, que a cada manotazo quedaba una marca roja de su mano bien marcada en cada nalga, no era para nada un pequeño trasero como el de Alison, este estaba más formado y con curvas más pronunciadas. Laura por el contrario no se rendía a la azotaina que estaba recibiendo, no paraba de contonearse abriendo sus piernas lo cual no era mucho lo que las podía abrir, al estar trabadas sus rodillas por sus propias bragas e intentando poner sus pies en el suelo, para así poder hacer fuerza y levantarse. Pero a cada intento que hacía, lo único que lograba era que Karen aumentara la fuerza de los azotes. Entonces la Sra. Emilia se levantó de su sillón, detrás de su mesa había un mueble tipo archivador, abriendo el primer cajón extrajo un feo cepillo de madera. Por el tamaño del mango, no era un simple cepillo, era un viejo cepillo de baño. Esta, se acercó a Karen por detrás y cuando levanto la mano para darle un nuevo azote en el culo desnudo, la Sra. Emilia le puso el mango en la mano. Karen la miro complacida y viendo lo que le acababa de hacer entrega, lo utilizo para azotar a aquella mujer que no cesaba en su intento por liberarse y levantarse del regazo. El primer azote del cepillo no hizo más, que hacer que la mujer pusiera más entusiasmo en levantarse, el segundo azote, la hizo gritar de dolor. Por lo cual, se agito con más ahínco contoneando sus caderas, y forcejeando con su antebrazo izquierdo, sobre el estómago de su azotadora, que al sentir aquel golpe en su estómago, no hizo más que hacerla enfurecer más, y comenzó a asestarle tremendos azotes con aquel cepillo de madera. Cada vez los azotes eran más rápidos y certeros, las nalgas mullidas a cada impacto del cepillo se aplanaban y sobre el punto que había impactado el cepillo, a su alrededor salían como olas hacia el exterior de sus nalgas, apareciendo en ese punto una marca más roja cada vez a cada nuevo azote. Laura, era una mujer fuerte y de carácter. No se rendía a la terrible azotaina que estaba recibiendo, seguía luchando por liberarse. De su garganta empezaron a graznar fuertes gemidos de dolor, sus piernas seguían arqueándose, las hacia subir y bajar o abrirlas todo lo que podía, pero sus bragas le hacían de fuelle, no dejándole abrirlas como hubiera deseado, los azotes continuaban fuertes y bien sonoros. Logro liberar su mano derecha y forcejear apoyándose sobre la rodilla de Karen su azotadora, estuvo a punto de lograr su objetivo, si no hubiera sido por la Sra. Emilia que situándose frente a ella le sujeto las dos manos, manteniéndolas estiradas y tensas. Ahora solamente podía arquear su cintura, y agitar sus piernas alocadamente, mientras que en ese instante el cepillo caía implacable en su nalga derecha e izquierda, sin poder hacer nada con su forcejeo. Las primeras lagrimas aparecieron haciendo mella en Laura, Karen tenía su rostro sudoroso por el esfuerzo que estaba haciendo, pero a pesar de estar algo agotada, continuo alzando el cepillo una y otra vez, el culo de Laura cada vez estaba mucho más colorado, cada vez iba adquiriendo un tono más oscuro. Sus piernas ya no se agitaban tanto, el agotamiento estaba haciendo presa en ella, con lo que Karen aprovecho ese momento para darle tremendos azotes en la base de sus muslos, donde hacían convergencia con sus nalgas. Al fin, Laura fue vencida. Los azotes del cepillo seguían azotando sus nalgas desnudas, ahora sin que nada entorpeciera la tremenda azotaina. Unos azotes más, fueron suficientes para que Laura dejara de luchar por completo, ahora sí, su culo estaba siendo castigado a placer. Laura, comenzó a suplicar que se detuvieran que se portaría bien, pidiendo perdón y que haría lo que le mandaran. Pero, la experta Karen en aplicar disciplina deseaba que tuviera que rendirse aún más. Por lo que continuo unos minutos más la azotaina a Laura… Cuando se detuvo, estaba completamente sudorosa, al igual que la Sra. Emilia por el esfuerzo realizado en sujetar los brazos a la joven Laura.
Por el contrario, Alison desde fuera lo había escuchado casi todo. Aunque solamente podía solidarizarse con quien estuviera recibiendo tan colosal azotaina dentro del despacho. Había intentado espiar por la cerradura, pero no había logrado ver nada, solamente oír. Aun pasaría una hora, antes de que le permitieran la entrada al despacho. Durante ese tiempo, solamente había escuchado a Mili y la voz de la Directora que regañaban a alguien, y como ese alguien sollozaba. Aunque escuchaba sus voces, no podía entender con meridiana claridad los regaños y de lo que hablaban. Pasada la hora, la puerta se abrió viendo a la Directora que la invitaba a entrar. Alison una vez dentro del despacho, no podía apartar la mirada del cepillo que estaba sobre la mesa. En ese instante Mili, se dirigió a ella hablándole desde su mesa donde estaba sentada en su sillón.
.- Alison ven aquí, frente a mi mesa y siéntate!
Alison se acercó y tomo asiento en la silla, a su lado estaba la directora sentada en la silla contigua. Entonces fue cuando vio a Laura de pie cara a la pared, tenía la falda levantada sujeta con algo a su cintura, y sus bragas bajadas a la altura de sus muslos, vio horrorizada el estado de su culo todo morado. Aunque estaba mirando a la pared, la reconoció ya que era la ahijada de su abuela, aunque no llegaba a comprender el porque estaba ella allí, y en esa situación. Era una mujer casada de treinta años más o menos.
.- Bien Alison. Como bien sabes estas aquí para someterte a un tratamiento de rejuvenecimiento, por orden expresa de tu abuela. Laura!!! Ven aquí!!! Ya seguirás después en el rincón castigada, ahora debes hacer tu trabajo que es en parte por lo que estás aquí. Puedes subirte las bragas por el momento!
Laura, se dio la vuelta e iba caminando hacia la mesa, cuando se le dio autorización de subirse las bragas. se detuvo un instante, y se agacho para subirse las bragas, las presentes la miraban a ella y todas pudieron ver, incluso la pequeña Alison las muecas de dolor que hacia Laura al subirse las bragas de algodón con lunares de colores, las cuales quedaron a la vista de los presentes, pues su falda seguía sujeta, ahora Alison pudo ver que era un imperdible lo que hacía que la falda no se bajase. Alison vio con pesadumbre como congestionaba su rostro Laura, al pasarse las bragas por el castigado trasero, así como al ajustárselas a la cintura. Continuo acercándose con claros signos de dolor al caminar hasta llegar a la mesa, como no había ninguna silla más, se mantuvo de pie. Aunque de haberla, no la hubiera utilizado dado el estado de su trasero.
.- Bien, la Directora de esta fundación la Sra. Johnson hará el favor de ponernos en antecedentes.
.- Bueno, no hay mucho que se pueda añadir. Puesto que Alison ya ha sido informada debidamente, y Laura como notaria que nos trae los documentos pertinentes para hacer legal la transformación de Alison, y dado que ella también va a ser sometida al mismo tratamiento, no creo necesario señalar más que una pequeña precisión hacia Laura, puesto que el “Plan Rejuve” al cual será sometida Alison será de “Rejuve” “9” y el “Rejuve” de Laura será: “7”, indicando de que durante el proceso este podrá ser aumentado a un “Rejuve” de “9” según como vaya progresando. Pero en previsión dado el duro comportamiento de hoy, será preciso comenzar por un “Rejuve” menor.
Leídos lo documentos acreditados por la notaria, estos fueron firmados por ambas chicas.
.- Bueno Sra. Emilia, me llevo a las dos chicas a la enfermería para que sean inspeccionadas por nuestra doctora.
Salieron por la puerta la Directora seguida por Laura y Alison, ambas caminaban tras la Directora sin mediar una palabra, estaban en la planta baja por lo que solamente tuvieron que andar unos metros hasta la enfermería. Una vez adentro, Alison se sentó en un banco en la sala de espera, mientras Laura permanecía de pie. Entre ellas no hablaron nada, aunque Alison miraba a Laura en silencio, pues esta solía llevarse las manos a menudo a su trasero, Alison se imaginaba lo que debía de sentir la mujer. No debía de ser nada fácil para ella tener que aceptar aquella situación, al fin y al cabo, Alison de alguna manera deseaba vivir esa experiencia nueva para ella. En cambio para Laura, había sido forzada a someterse a aquella situación, aunque esta ignoraba el motivo del porqué.
.- Laura! Entre a la sala de curas 4 y desnúdese, cuando esté lista póngase la bata verde.
Alison la vio entrar por aquella puerta, la falda aun sujeta en su cintura dejaba al descubierto su trasero revestido por las braguitas de algodón de lunares de colores. Una vez dentro…
Transcurrió como unas dos horas cuando Laura volvió aparecer, ahora vestía una blusa blanca, y una falda a cuadros grises claros, con cuadros a tonos grises más oscuros, falda tableada de vuelo. Cuando paso por delante de ella le dio la impresión que no la había visto, como si fuera drogada. La acompañaba la Directora cogida de la mano, salieron de la enfermería. Alison se las quedo observando, la falda de Laura por detrás abultaba como si…llevara algo bajo ella, en su mente imagino que debía de ser un pañal, a cerrarse la puerta de vaivén de la enfermería, la brisa levanto la falda unos centímetros entonces salió de dudas, era un pañal.
.- Alison! Entre a la sala de curas 3 y desnúdese, cuando esté lista póngase la bata verde.
Alison obedeció y se dirigió hacia la sala de curas indicada. Se desnudó y se puso la bata indicada, esperando a que le dieran nuevas instrucciones. Pocos minutos después se abrió la puerta una enfermera vestida con una bata verde, pantalón verde, un gorro verde sobre la cabeza que le cubría todo el cabello, con una mascarilla en la boca mismo color.
.- Acompáñeme! .- Alison la siguió por un pasillo y entraron a lo que parecía un quirófano o algo similar. .- Quítate la bata y túmbate en la camilla boca arriba. -. Se quedó como vino al mundo, se sentó en la camilla con cierta dificultad por las molestias en su trasero, luego se tumbó como le habían indicado . .- Entre gire un poco el cuerpo a la derecha, bien aguante así un momento. -. Sintió que le humedecían con algo una nalga, luego sintió un pinchazo. .- Bien, ya puede acomodarse de nuevo.
Así estuvo unos minutos hasta que la enfermera volvió a entrar, vio como le abrían las piernas. Alison entonces se percató que su cuerpo no reaccionaba, la habían sedado. Vio sin poder hacer nada como la enjabonaban el sexo y seguidamente era rasurado su sexo y axilas. Entonces entraron dos celadoras vestidas de azul, igualmente ataviadas como la enfermera. Poco después entro lo que dedujo que sería la doctora, hablaban entre ellas pero no llegaba a comprender que es lo que decían, la habían sedado y por lo visto todo su organismo no respondía a sus intentos por moverse o escuchar lo que hablaban, solamente podía mirar. Sintió como la sujetaban y le daban la vuelta colocándola boca abajo. Entonces pudo ver que la doctora pasaba por delante de ella, y como le iba poniendo unos sensores con algo como adhesivos, pronto pudo ver que tenía cables por todo su cuerpo, lo veía a través de un espejo que tenía delante de ella. En unos minutos, la parte superior de su cuerpo empezó a tener sensibilidad, y sintió como en su brazo izquierdo se le puso una inyección, por el espejo pudo ver que era un líquido azul transparente, luego en su brazo derecho la misma operación. Unos minutos después sintió un fuerte pinchazo en nalga izquierda, por el espejo, pudo ver que era otra inyección con el mismo líquido azul transparente e incoloro. Seguidamente la nalga derecha vio como era inyectada con el mismo líquido azul transparente e incoloro. Según iban pasando los minutos su cuerpo comenzaba a reaccionar, entonces sintió algo muy desagradable para ella, le acababan de poner un termómetro rectal en el culo. Pasados unos minutos se lo sacaron, pero entonces sus ojos se abrieron como platos al ver que ponían un depósito blanco colgado de un gancho, y luego vio una cánula era introducida en el recto. Sintió como el líquido la llenaba en su interior, cuando se sintió llena y que comenzaba a hacer muecas de cierto dolor, le sacaron la cánula para seguidamente darle la vuelta. Aquello comenzaba a ser demasiado frustrante para ella, cuando vio espantada que le colocaban bajo sus nalgas una cuña para que se aliviara interiormente. Pensaba que al menos la dejarían sola para evacuar, pero no, permanecieron con ella las dos celadoras, la enfermera y la doctora, mirándola permanecieron durante varios minutos, Alison intento aguantar todo lo que pudo, pero aquello que le habían puesto debía de llevar algo que ella no podía saber que era. Pero cada vez le resultaba más difícil aguantar, y el esfuerzo resultaba cada vez más doloroso. Entonces recordó las palabras de la directora cuando le informo que el tratamiento mermaría su capacidad de retener las necesidades fisiológicas, y que sería necesario el usar pañales. Lo intento todo, pues aquello estaba resultando muy vergonzoso para ella, tenía veinticinco años e iba a evacuar delante de unos extraños sin poder evitarlo o poder hacer algo para evitarlo. Y sucedió, llego un momento que su esfínter no aguanto más. Soltando ventosidades todo aquel líquido que le habían introducido a través de un enema, se abrió paso sin que ella pudiera hacer nada por impedirlo, sencillamente sus músculos anales no le obedecieron. Por si fuera poca la vergüenza, tuvo que cerrar los ojos mientras la aseaban. Al poco tiempo, después de sentir como su cuerpo era manoseado constantemente abrió los ojos, viéndose que la habían vestido con una blusa blanca. Se maldijo así misma por haber abierto los ojos, pues se vio así misma más desnuda que nunca. Aun sentía que sus parte intimas estaban desnudas, entonces fue cuando vio que la enfermera venir con algo en la mano, intento maldecir, pero de su garganta no salió sonido alguno. Atónita vio como la enfermera le levantaba las piernas, y pudo sentir como algo era introducido en su culo, dedujo avergonzada que era un supositorio, trato de hacer fuerza con el esfínter para expulsarlo, pero no logro nada, solamente le quedo sentir como aquello entraba en su culo, ayudado por el dedo anular de la enfermera. Poco después una celadora entro, la hizo levantar de la camilla y de la mano la llevo a la sala de al lado, en donde aguardaba la directora. La puso sobre una camilla más baja, y allí delante de la directora le puso polvos talco en sus partes íntimas, además de una crema en el culito anti-irritaciones, luego vio aterrada como le pasaba un pañal bajo su trasero, y como este era acomodado, como le abría las piernas y le era ajustado el pañal. Luego unas bragas de algodón blancas más grandes de las que ella hubiera imaginado, se las pasaron por sus piernas y ajustadas a su cintura. La incorporaron y la misma directora le puso la falda, vio como en sus pies le eran puestos unos calcetines blancos, con unos zapatos modelo Merceditas de color negro. Vestida así, y con la incomodidad de caminar con el pañal fue conducida por la directora, igual que lo había sido Laura. Alison siempre había fantaseado con esto, en cambio ahora que llevaba el pañal puesto, solamente deseaba quitárselo de inmediato. La directora la llevo de la mano como si fuera una bebe, subieron a la tercera planta entrando en una gran sala donde habían varias camas, en esos momentos estaban las camas vacías, solamente había una ocupada y era Laura que estaba sentada sobre ella.
.- Que diferencia se supone que se debe sentir bajo ese tratamiento de “Rejuve” Sra. Directoraaa… Vaya bobada se han inventado…
.- Laura, no deberías hablarme así. Ahora te mirare el pañal como esta! Espero que aun este seco y limpio o vas a ver muy pronto para qué sirve el ser rejuvenecida… Túmbate boca arriba, voy a mirártelo.
.- Y si no me da la gana? Que va a pasar, eh? Voy a buscar el cepillo, Sra. Directora! Ya ha visto que una azotaina con la mano no me hace mella alguna…
.- Tú te lo has buscado, pequeña!
.- No soy su pequeña, tengo treinta años y no siete…
La Sra. Johnson se acercó a Laura y sin esfuerzo alguno la puso sobre sus rodillas, le bajo las bragas y le soltó el pañal, el cual estaba mojado de pis. Laura trato de soltarse y patalear, pero se vio sorprendida así misma al ver que no tenía la fuerza para forcejear como había hecho hacia tan solo unas horas. Los primeros azotes sobre el trasero empezaron a caer, y Laura rompió a llorar al cuarto azote, cierto era que tenía el culo dolorido, pero en cambio para su sorpresa, los azotes que estaba recibiendo le estaban resultando tan duros que ni siquiera pudo aguantar cuatro, algo había cambiado en ella, ahora se daría cuenta si no fuese porque su preocupación en esos momentos eran el que la azotaina parase, pero la azotaina proseguía sin pausa alguna. Su trasero le ardía como si le hubieran puesto brasas candentes en él. No comprendía como podían dolerle tanto aquella azotaina, estaba sobre las rodillas de aquella mujer, y a pesar que pataleaba como una descosida, no lograba ni moverse un centímetro, en cambio cada vez le dolía más y más su trasero, que había sucedido? No entendía nada, aunque tampoco tenía tiempo para pensar en nada en esos instantes, solo hacía que llorar desconsolada…
.- Y bien. Que te sucede pequeña Laurita, te duele el culito mi niña? Ahora te traeré un pañal seco.
.- Seré buena, seré buena, lo prometo! Qué es eso que decías que tenías treinta años? Recuerda para la próxima vez que desees revelarte, que no hemos cambiado tu mente, el “Plan Rejuve” lo que hace es cambiarte el funcionamiento corporal, adaptándolo al de una niña de siete años. Recuerda para tu próxima rabieta, que ya no posees ni la fuerza, ni la voluntad de una mujer. Tienes tus recuerdos intactos, pero tu cuerpo aunque sea de una mujer, interiormente eres una niña de siete.
Laura estaba echada sobre la cama boca abajo, no comprendía aun como había podido ocurrirle algo así, pero si recordaba cómo había sido esa azotaina. Le había dolido como si la hubieran castigado con el cepillo, pero era consciente que había recibido una azotaina con la mano. Aún tenía las bragas en sus tobillos, cuando la Directora reapareció con un pañal seco. Laura en breves instantes volvía a tener puesto el pañal, esta vez estaba solamente con el pañal y las braguitas por encima, para que este no mojara la cama en el caso de tener alguna pérdida. Estaba metida en la cama, la directora la había desnudado y puesto un pijama de cuerpo entero como una bebe. Estaba castigada a acostarse sin cenar por ese arrebato de rebeldía.
En la cama de al lado estaba Alison sentada, esperando que volviera la Directora a cambiarle el pañal. Pues irremediablemente lo había mojado sin apenas haberse percatado que lo hacía. Quizás eso le había sucedido a Laura, que se hubiera mojado su pañal sin ella haberlo percibido. Lo que no comprendía era como había berreado como una bebe, al recibir esa azotaina. Si en el despacho, ella había escuchado como le daban a Laura una tremenda azotaina con el cepillo y sin lograr que ella llorase, hasta bastante haber recibido en el culo. Y ahora con una simple azotaina había llorado como una niña.
Era la hora de acostarse, las 20,00 horas de la noche. La hora que las niñas deben acostarse, y en ese momento apareció la Sra. Directora llevando en las manos el pijama para Alison y un pañal seco.
.- Buenas noches pequeña Alison! Como tienes el pañal?
.- Yo… lo siento Sra. Directora, no me castigue por favor!
.- Te has hecho pipi, verdad? Tranquila mi pequeña, ahora mismo te pongo uno seco, pero antes de eso… Te tengo que dar tu azotaina de castigo. El “Plan Rejuve” tiene ese problema sabes. No requiere simplemente el ser rejuvenecida, ello conlleva que debes ser castigada, cada día antes de acostarte y al levantarte. Además de otros castigos que te puedas ganar durante el día, en eso justamente es en lo que se basa el “Plan Rejuve”. Ven aquí y ponte sobre mis rodillas.
Alison se acercó a la directora, pero no pudo acercarse más. El miedo a la azotaina fue mayor de lo que ella hubiera imaginado, así que sintió como era levantada del suelo y acomodada sobre el regazo de la directora, levanto su falda y le bajo las bragas, luego solo tuvo que soltarle el pañal y sacárselo con cuidado. Tomo unas toallitas húmedas y la seco con cariño, una vez estuvo seca…
.- Preparada? -. La azotaina empezó con unos simples azotes, Alison empezó enseguida a llorar como no hubiera podido imaginar, aquellos azotes sabía que no estaba dándoselos fuertes, pero a ella le dolían horrores, enseguida tuvo el culo ardiendo, pataleaba con sus piernas en todas direcciones posibles, simplemente esperaba que durase poco la azotaina. Pero no fue así, se prolongó por varios minutos . .- Bien pequeña, ya está, ya está… venga cálmate ya ha terminado por esta noche. -. Alison se abrazó a la Directora, y se dejó consolar por ella mientras la acariciaba la espalda. .- Ven, te pondré una cremita en el culo, así. Y ahora tu pañal seco.
(Continuara…)