Un Amor Probado 2
Pero, no guardaba mi verga, ni tampoco él la suya, fue entonces cuando con mi mano izquierda en su hombro, estiré mi mano derecha y tomé la pija de Fernando y la comencé a acariciar haciendo un leve movimiento semi circular y con el dedo gordo toque su punta, la punta del glande y lo moví hacia el frenillo y la apreté un poco más.
Un Amor Probado 2
Habiendo cogido tan rico con mi hijo aquella noche, mi mente no dejaba de desear volver a ser suyo; mi mujer, ni que se enterara, la grabación que se había hecho la tenía muy bien guardada en el cajón con llave de mi escritorio y la miraba de vez en vez para remembrar todo lo gozado con Mauricio.
Mauricio por su parte se comportaba con migo igual que siempre, aquella mañana al despertar todo fue fantástico y él se comportó muy maduro que hasta parecía que Yo era el menor.
y ya transcurrida una semana no habíamos hablado al respecto, pero ambos estábamos conformes con lo vivido.
Una tarde de media semana en mi trabajo pedí permiso pues quería charlar con Mauricio y el siempre en las tardes estaba en casa después de la universidad ya que la oficina en que laboraba cerraron y le dijimos que terminara primero la carrera y luego trabajara que su madre y Yo lo apoyaríamos.
Su novia era asidua en la casa y Yo al llegar aquella tarde a eso de la 1 p.m. me extrañé que toda la casa se escuchaba que estaba en silencio, pase de un solo a mi cuarto y pude escuchar unos quejidos suaves y continuos que venían del cuarto de mi hijo, la puerta estaba cerrada y me pegue a ella para poder escuchar lo que ocurría adentro.
Sí, era los sonidos mas bien guturales que emitía una mujer, no sabía que mujer era pero asumí que era la novia de mi hijo; mi curiosidad fue mucha y pensé como verlos y salí de la casa y al llegar al patio por donde está la ventana de ese cuarto pude notar que las cortinas no estaban totalmente cerradas y en un arbusto que pegaba allí pude asomarme para ver a través de la ventana y pude observar como mi hijo era montado por su novia que saltaba abiertamente sobre la estaca que tenía mi hijo apuntando al cielo y notaba como al estar este apoyado en la cabecera de su cama, sus manos alcanzaban perfectamente el ano de su novia y le insertaba uno de sus dedos al tiempo que esta se ensartaba ella sola y sus prominentes pechos rebotaban frente la cara de mi Mauricio que tenía una cara de gozo espectacular.
Yo estaba súper excitado al ver el cuadro sexual de esta pareja joven y hermosa.
Al tiempo que estaba excitado me sentía celoso de no ser Yo quien estuviera gozando de tan sabroso macho, un macho que era una bestia al momento de coger.
No podía seguir viendo eso, me sentía muy mal al no poder ser Yo el que estaba siendo ensartado por ese leño y al cerrar los ojos al tocarme por sobre mi pantalón en donde tenía mi propia verga bien tiesa y palpitante de tan erótico y brutal momento, solo podía imaginar lo que ella podía estar sintiendo puesto que ya había tenido la oportunidad de estar en su lugar.
Yo me encontraba con mi ropa empapada de sudor y mis hormonas no se hacían esperar al tiempo que miraba mis manos jugaban con mi verga, mi pecho y Yo estaba totalmente vestido, hasta la corbata llevaba puesta y en un momento dado que no supe cual fue, mis ropas comenzaban a caer y mis manos a acariciarme mas directamente en mi piel.
Mis hormonas y mi calentura sexual al ver a mi hijo, a mi amante montando a alguien más, pudiendo observar toda su hermosa musculatura tensándose en cada movimiento de sus caderas al meter y sacar esa hermosa verga dentro de un coño joven y jugoso.
Desde mi posición podía ver la amplia espalda de nadador de Mauricio pudiendo observar una vez mas su forma en “V” que terminaba en donde comienzan esas hermosas nalgas, duritas y con una especie de hoyuelos que se formaban a sus lados al apretarlas en los movimientos de vaivén y que demarcan perfectamente el bronceado de nadador que hacía sobresalir esos glúteos más claros que el resto de su piel bronceada por el sol de tanto entrenamiento y pude observar que al embrocarse sobre ella hizo resaltar su culito y la raja se le abrió dejando ver un ano fruncido y protegido por una pelusita oscurita alrededor del ano.
Mi verga volvió a saltar y mi mano la abrazó, allí pude sentir como una briza de aire me bañó y comprendí que estaba desnudo en el patio de mi casa espiando por la ventana del cuarto de mi hijo y que podría llegar a ser visto por alguno de los vecinos si llegaran a salir a sus patios.
No me importa me dije Yo mismo, mi calentura era mayor.
Viendo ese hermoso culo que me saludaba desde adentro, mi mano pajeaba fuertemente a mi verga y no me podía contener.
No lo podía soportar y lo hice con más fuerza, la piel de mi verga se estiraba y recogía al ritmo de huracán de lo fuerte que lo hacía y mis piernas sentía no me iban a sostener; desde muy adentro de mi un sonido gutural salió, un grito ahogado quedó y mi semen salió.
Fueron un montón de chorros de semen que tiré y un palo de rosa floreado, quedó pringado tal cual fueran copos de nieve adornando los pétalos y hojas de toda la planta, aquello fue brutal; era como un adolescente que espía a su hermano mayor y goza al igual.
Después de descargar todo lo mío sobre aquel rosal, caí en la cuenta de lo peligroso de todo lo que había hecho allí; desnudarme en el patio de mi casa, espiar a mi hijo que cogía con su novia en su cuarto y que cualquiera de mis vecinos me pudo llegar a ver mientras me desnudé, me masturbé y también cuando acabé.
Pero el riesgo corrido valió la pena, ver a mi macho coger es genial.
Recogí toda mi ropa y entre a mi casa a bañar, desde mi cuarto pude terminar de escuchar como se la terminaba de tirar.
Note el agua de su baño caer, note cuando salió y la despidió; luego sentí que él regresó y entró a su cuarto y cerró.
No supo que Yo estaba allí y no me importó, el sueño me invadió y no supe cuanto tiempo fue, pero al despertar estaba oscuro y en la sala se escuchaba ruido de gente, era la tv, salí de mi cuarto y todos ya estaban allí; incluida la novia de Mauricio que había vuelto, Fernando el novio de mi hija, Regina mi hija y mi esposa, mi mujer se acercó a mi preguntando que porque había llegado tan temprano y si me ocurría algo por haberme dormido en la tarde; cosa muy inusual en mi.
Le explique que no había mucha chamba y pedí permiso para descanzar esa tarde y que la había pasado muy bien.
Todo aclarado y sin más que detallar ofrecí salir a cenar, Yo invito dije eufórico de estar toda mi familia y sus queridos y nuevos allegados.
Salimos a comer pizza, todo transcurrió esplendido, Yo goce a lo loco viendo a mi familia alegre y en buenas armonías, de vez en cuando Mauricio después de besar a su chica me miraba del otro lado de la mesa y me guiñaba un ojo como queriendo picarme y en verdad que lo hacía.
Mi mujer en su dis que morbosidad a ratitos y muy ligerito me tocaba la pija por sobre el pantalón sin que se dieran cuenta los demás.
Yo estaba que reventaba el zíper de mi pantalón de la presión que me tenía en esa área, como pude fui al urinario y estando en aquel cuarto solo saqué a respirar a mi verga, en verdad no es pequeñita, es regularona tirando a grandecita, aunque la de Mauricio me gana; en esas estaba cuando alguien entra al baño y resulta ser Fernando, si el novio de mi hija y se dirige al otro y único urinario libre que había y para desgracia mía no hay divisiones entre ambos y Fernando a penas llega saca su tripa y como auto reflejo mira la mía que Yo estoy tratando de ocultar con mi mano, pero…, imposible, está muy bien parada y es imposible de ocultar y no dice nada, pero me voltea a ver a la cara y regresa su vista a mi verga y dice algo que me impresionó pues no lo esperaba… “Que verga tan grande”, y se lleva su mano a la boca como si aquello salió sin que el lo hubiera permitido, lo volteo a ver y le digo, disculpa Fernando, pero es que tu sabes… bueno, últimamente ando muy calentón y se me paró…. En mis adentro me dije, que pendejo, mejor me hubiera quedado callado.
Fernando no dijo nada, por unos segundos siguió con su mano tapando su boca y dijo, perdone Don Luis, es que y tartamudeó un poco y dijo: “Yo no quería verlo … es que”, en lo que Yo intervine y le dije: tranquilo, tranquilo Fernando, esto es normal en un hombre, queda entre nosotros dije queriendo bajar el tono de la cosa.
Fernando me voltea a ver y vuelve de nuevo su mirada a mi verga que seguía sacando fluidos de mi cuerpo y fue cuando vuelvo a ver su propia verga que aún no orinaba ni la guardaba y pude ver que de estar en estado de reposo iba cambiando de forma y tamaño, iba engordando y también creciendo y creciendo y creciendo cada vez más.
Este Fernando a pesar de estar joven si que tenía una verga grande y gruesa, mucho más que la mía y eso que la mía es normal digo Yo.
Fernando reaccionó a su estado y dijo un “Perdón Yo no quise”… y extendiendo una mano hacia su hombro derecho sin meter mi pija que ya no orinaba me coloqué frente a él sin guardármela y lo miré a los ojos al tiempo que le decía nuevamente:”esto es normal en un hombre, queda entre nosotros”.
Pero, no guardaba mi verga, ni tampoco él la suya, fue entonces cuando con mi mano izquierda en su hombro, estiré mi mano derecha y tomé la pija de Fernando y la comencé a acariciar haciendo un leve movimiento semi circular y con el dedo gordo toque su punta, la punta del glande y lo moví hacia el frenillo y la apreté un poco más.
Fernando no dijo nada, no se movió y no se quejó, lo miraba desde su cara hasta su verga y volvía a mirar, apretaba su pija y la acariciaba con mi mano y comencé a pajearlo un poco, tomé conciencia que estábamos en el baño de la pizzería y que alguien podía venir y vernos.
Fue cuando le dije en tono de preocupación: “Fernando, disculpa, Yo no supe que hice, perdona; es que Yo lo hice sin saber” y él me dijo, no se preocupe Don Luis, Yo no voy a decir nada, creo que fue mi culpa, tal ves.
Retiré mi mano de su sabrosa verga y oculté la mía en mis pantalones; mi parazón no bajó, la de él tampoco.
Ambos guardamos nuestras vergas y salimos del sanitario sin hablarnos, al llegar a la mesa propusieron que nos fuimos y nosotros cuatro volvimos a nuestra casa y los dos novios de mi hija y de mi hijo se fueron cada uno en sus respectivos carros.
Yo no hablé en todo el recorrido a casa, mi mente estaba en lo que había ocurrido en el sanitario, el resto eran unas loras en guayabal que no paraban de hablar.
Al día siguiente Yo seguía pensando en Fernando y su apetitosa verga, esto nunca me había ocurrido a mí, primero me metí y deje que mi propio hijo me cogiera y que rico pensé; luego le agarro la pija al novio de hija e intento pajearlo, ¿qué me pasa? ¿Por qué esto me ocurre a mí?
En estas reflexiones estaba cuando entra mi jefa y me distraje y al solo estar nuevamente solo volvía a lo mismo y pasaba el tiempo y le daba vueltas hasta que tomé mi cell y llamé a Fernando pues tenía que hablar con él.
Cancelé la llamada varias veces, me decidí y llamé; un hola muy escuarrido se escuchó, Yo carraspeé un poco y luego dije: “Fernando, es Luis el papá de Regina” si, ya se, lo tengo anotado desde que Regina lo llamó el otro día desde mi cell.
Se escuchaba nervioso, Yo también lo estaba; solo atiné a decir, mira Fernando, tenemos que hablar y tiene que ser hoy, te espero en el parque central a eso de las 6 de la tarde no faltes, voy a estar por La Curacao.
Así fue, minutos antes de las 6 de la tarde llegué y a las 6 en punto llegó él.
No le dije nada, lo tomé por un brazo y le indiqué caminar hacia arriba, cuando llegábamos al parque Valle le dije: creo que este lugar es bueno para hablar y entramos al parque, habían un par de parejas en las banqueta y quedamos apoyados en la barda de cemento que hace las veces de pasamanos y cerco del parquecito y allí enfrenté a Fernando.
Fernando le dije, eso que pasó en ese baño no debió ocurrir.
Quiso hablar y le dije: escúchame primero que quiero que sepas que te llamé para pedirte disculpas por lo que hice y que no fue mi intensión ofenderte como hombre por lo que pasó y no quiero que tengas una mala imagen mía, pues eres el novio de mi hija y todo eso y …
Fernando me interrumpió diciendo: Yo no quiero escuchar sus disculpas, vaya la cagué me dije a mis adentros; Yo soy quien debiera darlas a usted.
Y con el dedo índice hice una señal de callarse.
Fernando educado se calló.
Luego de unos segundos le dije: Fernando, creo que esto entonces es mejor dejarlo así, como si nada pasó y aquí terminó.
Sí, me dijo en un tono muy convincente.
Yo le extendí mi mano y el la tomó dándome un apretón de manos, sellando así nuestro secreto.
Los días trajeron semanas y estos meses, las cosas pasaban de lo más tranquilo en casa.
Un día de esos mi esposa se fue a San Pedro Sula a visitar a su madre y en el recorrido tuvo un percance, fue a parar al hospital y de allí ya no volvió, enviudé y me dolió, mis hijos fueron mi consuelo y satisfacción.
Luego de unos días de su sepelio estaba en casa, mis hijos fuera, uno en la universidad, la otra en su trabajo y Yo en casa; sonó el timbre y era Fernando, dándome la mano entró; con su cara acongojada me pregunta sobre mi estado de animo, dando también ánimos y apoyando su mano en mi hombro me invitó a caminar y le dije que prefería estar allí, que no se preocupara por mi.
Él es un buen hombre, Regina ha sabido escoger; lo ocurrido en el baño de aquella pizzería nunca volvió a mencionarse.
Fernando tomó el control de la tv y se puso a buscar algo que mirar y me preguntó sobre mi preferencia para ver y le dije: escoge tú.
Y escogió canal Sony, las aventuras de Merlín en donde el joven Rey es muy parecido a él y así se lo dije, incluso le pregunté cuanto le habían pagado por hacer la serie y solo rió, una belleza de muchacho me dije a mi.
Tomé lugar al par de Fernando, el sofá nuestro es de esos de cojines que se separan y muy cómodo además, Fernando con la confianza que ya le damos se tiró a recostarse en el brazo del sofá y con su cuerpo a medio tender pues su pierna estaba hasta el suelo y la otra cruzada con el tobillo sobre la rodilla.
Yo al par en el otro extremo de lo más relajado, le invité a un refresco y fui por dos, al volver el recogió las piernas para que me sentara; volvió a su antigua posición y tomó su vaso.
Yo lo miré nuevamente y le dije que si quería me movía al otro asiento para que estuviera cómo y negándose se sentó derecho a lo que le dije: “ven aquí y contrario a lo dicho lo empujé a que quedara como antes, recostado en el brazo del sofá, tomé su pierna y la subí en las mías y le dije: entre nosotros hay suficiente confianza, Yo te quiero como si fueras mi hijo, tu me has sabido ganarme y haciendo el ademán de estirarme para tomar la otra, él mismo la subió.
Sus pantorrillas eran gruesas, mis manos las posé sobre ellas, y a través de su jean pude sentirlas sólidas y gruesas.
Viendo la tv estábamos cuando sin percatarme de lo que hacía, estaba sobando las pantorrillas de mi futuro ahijado, pero lo sentía normal.
Nos reíamos de algunas tonteras del tal Merlín en tv y luego en uno de esos movimientos al reír Fernando con su pantorrilla tocó mi bulto, estaba morcillón, sin días que no hacía nada y ahora con mi condición pasarían muchos más, Fernando dijo un “perdón” y retiró sus piernas, Yo lo volteo a ver y le vuelvo a tomar su pierna y la pongo en mi regazo con determinación, él me mira y se incorpora, recoge sus piernas y extendiendo su mano me acaricia mi verga sobre el bulto en el pantalón.
Yo me dejo hacer, el continua su caricia, Yo lo tomo de la nuca y lo acerco hacia mí y beso esos labios rojos y carnosos que él tiene, su lengua juega entre mis labios y luego con mi propia lengua, sus manos acarician mi pecho sobre mi camiseta y Yo lo tomo desde su espalda para besarlo con mayor propiedad.
Él se arrodilla en el sofá y tira de mi camiseta hacia arriba, Yo desabotono su camisa, me vuelve a besar, su camisa ya está en el suelo; su pantalón se comienza a abrir, mis dedos halan de su pantalón para urgirlo a levantarse y se para frente a mi, de un solo movimientos mis manos tiran hacia abajo y traen el calzoncillo y los jeans hacia el suelo al tiempo que él tira con un movimiento de pies sus tenis en otro lado y su verga bien tiesa se dispara frente a mi, termino de sacar los jeans y calzoncillo solo para tomar con una de mis manos su pija bien parada.
La pajeo un poco, el tira de mí para que me pare y comienza a quitarme la calzoneta tipo pescador que llevo, no hay más, estoy sin ropa interior y esa es la única prenda que me vestía.
Allí parado frente a él, nuestras pijas se rozan, nuestros brazos se entrelazan y nuestros labios se funden en un sabroso beso que me hace sentir su aliento fresco y varonil.
No se cuanto duro, pero Yo me senté en el sofá y teniendo esa verga a la altura de mi cara la tomé con mi mano y la comencé a pajear, luego a besar y luego la succioné, la lamí y metí hasta lo más profundo de mi boca, esa verga era solida y fuerte, su cabeza roja y brillosa; rápidamente pude sentir su precum en mi paladar y adiviné el sumo de su cuerpo a través ese sabor salado y dulce como frutas, es un muchacho sano pensé; sus manos tomaron mi cabeza y conducían la mamada, era genial.
Luego él se doblo un poco, tomó mi verga en su mano y me besó.
Después se arrodilló y metió su cabeza para engullirse mi pija entera de un tirón, se la sacó y la observó por unos instantes; la volvió a tomar entre sus labios rojos y comenzó a darme una deliciosa, riquísima y espectacular mamada que creo nadie me la había dado antes.
Como mama este bebe, que delicia, si así me mama la verga, las cuquitas de las mujeres debe tomarlas como un manjar.
Su espalda estaba frente a mí, la acaricié y sentí su calor, su piel tersa y suave, piel juvenil.
Su cabeza subía y bajaba en mi entrepierna y Yo sentía genial.
El me tumbó en el sofá y siguió mamando, se metió mis huevos a su boca, los dos, luego uno, después el otro y bajó a la zona anal; eso es genial.
Lamía mi ano con toda su lengua y la llevaba hasta mis huevos y volvía a mamar, luego volvía a comenzar desde mi ano y ahora su lengua dijo a entrar; eso era mejor.
Su lengua formando un cono buscó su lugar y me penetró y saboreó.
Fernando siguió hurgándome con su lengua y puyándome con su dedo y luego siguió otro dedo más.
Yo me deje hacer, mis piernas las levanté un poco más y pronto estaban mis talones reposando en la espalda de Fernando y pude sentir como este se incorporaba y como subía con su boca besándome hasta llegar a mi boca y me preguntó ¿te penetro? Yo dije Sí.
Quitó mis piernas y hurgó en su pantalón, sacó un condón y me lo dio; Yo se lo coloque acariciando ese pedazo de pija que me iba a entrar.
Lo coloqué y subiendo mis piernas a sus hombros me coloqué presto a recibirlo dentro de mí.
Fernando respiraba agitado de la excitación, en sus dedos untó un poco de saliva y me ensalivó el culo, tomando allí mismo su pija la colocó en la entrada de mi culo que sabrosamente ya se iniciaba a dilatar para él.
No me avisó y de una estocada metió su pija completa en mí, grite y sentí como una braza me inundaba y quemaba por dentro.
Esa pija me destrozó, me sentía fuera de mí, mi cabeza iba a estallar, mi culo y entrañas me ardían y él me tomó en un fuerte abrazo haciéndome quedar inmóvil y pegado a él.
Su respiración más agitada aún la sentía en mi oído y su resoplo en mi cuello.
Así se quedó un minuto mientras me pasaba el dolor, las piernas ya ni las sentía, lentamente pude sentir como su cadera retrocedió y luego volvió a su lugar, ese trozo de carne volvía a invadir mi interior; ya no dolía, no había ninguna satisfacción pero, comenzó algo que no esperé; Fernando comenzó a dar movimiento circular a su cadera y a meter y sacar su pija, eso es genial.
Este tipo, mi yerno, si que sabe culear; me a metido la pija de la forma mas ruda que pude imaginar y ahora con ese mismo nabo me esta dando un gran placer que me está haciendo olvidar que lo quería asesinar por haberme hecho eso tan cruel.
Pude sentir su peso sobre mi, su aliento en mi boca y sus labios en los míos; su cola se movía de forma singular y Yo en mi posición la podía sentir sabrosa en su cabalgar.
Me volteó y mi cara quedó viendo el sofá, me penetró desde atrás en forma de perrito y lo escuchaba resoplar allí atrás.
Su pija salía y entraba en mi, arrastraba todo y lo volvía a poner en su lugar a medida me pisaba y me hacía gozar.
Luego se sentó y con sus piernas abiertas me jaló hacia sí y quedé de espaldas a él sobre el sofá y sus piernas una bajada y la otra abierta a más no dar y fue allí que pude ver bajo de mi sus huevos rebotando de tanto brincar Yo sobre él y más abajo un nudo de pelos que cubrían su ano.
Con una de mis manos llegué hasta su culo y lo acaricié, el hiso un sonido muy especial que me indicó que le gustó.
Humedecí con saliva mis dedos y con uno lo hurgué y se dejó hacer, mi pija estaba tiesa, tenía la pija de Fernando en mi interior y Yo con un dedo lo estaba penetrando a él.
Detuve mi cabalgar y me saqué la pija de Fernando para voltearlo a ver, le quité el condón y comenzó mi mamada y él se dejó, no protestó.
Luego le mamé el culo, su ano estaba rico y sabroso para mí, sus pelos me hacían cosquilla en la lengua y le pregunté: ¿te dejarías coger por mí?
El no contestó, con su cabeza indicó que sí y extendiendo su mano tomó nuevamente de su pantalón otro condón y me lo entregó.
Fue genial, al colocar mi glande en su entrada podía sentir el calor que emanaba de allí.
Su culo se fruncía y dilataba a mí puyar, podía sentir como iba entrando en su interior y como el calor de su cuerpo se adueñaba de mi verga y la iba engullendo más y más.
Rápidamente llegue a tenerlo bien ensartado y nuestras cara una frente a la otra, mis labios lo besaron y mi pija lo pisaba.
Este chaval estaba rico, bien socado, estaba riquísimo y hermoso y en ese momento era todo para mi.
Lo coloqué en toda posición, bien hicimos un nuevo kamasutra gay.
Que culo, que pija, que boca que ricura este Fernando, me hizo acabar en un santiamén según Yo, no me fijé y llevábamos mas de una hora cogiendo allí y en cuanto saco mi pija para terminar encima de su verga aún dura y comienzo a tirar mi primer chorro de semen la puerta se abre y mi a mi hijo, miro a Mauricio entrar.
No dijo nada, se asombró, su cara era una historia completa; serró la puerta tras de si y se acercó justo a nuestro lado, Yo terminando de acabar sobre mi yerno y mi Fernando congelado con la acción.
Mauricio me miró serio, miró a Fernando y dijo: “es mejor que se vistan, este no es lugar para hacer eso; eso no se hace aquí”, se fue a su cuarto y nos dejo con la cara pasmada, llenos de leche y nerviosos sin saber que decirnos uno al otro.
Le dije a Fernando que Yo hablaría con él, que se tranquilizara y se fuera a su casa; un “Yo te llamo y te cuento” fue nuestra despedida.
Mauricio estaba en su cuarto cuando entré, no dijo nada y volteando a verme se levantó se acercó a mi y me dijo: “mira viejo, no te voy a juzgar ni a ti ni a Fernando, eres un tipo aún entero y guapo, solo te pido que tengas mas cuidado y usa tu cuarto”.
Eso me dejo pasmado y pensando, me fui, no dije nada, al entrar al cuarto recapacité un par de horas y llamando a Fernando le conté lo ocurrido y todo quedó así, sin nada de que volver a hablar.
En mis pensamientos supe que él sería un gran hombre para mi hija y que la sabría cuidar y también sabría complacer pues, ese es un amor probado.
Espero les haya gustado, hasta otra historia.
Lo de los nombres, lugares y otros detalles ya saben bala bla bla.
LUDAVAGI
Joanve09@gmail.com