Un amor perdido y una noche de Incesto ganada
La historia de como una dulce adolescente es engañada por un tipo y en medio de todo el dolor se siente protegida por la ternura y el sexo ardiente de su padre
Un amor perdido y una noche de Incesto ganada
La historia de como una dulce adolescente es engañada por un tipo y en medio de todo el dolor se siente protegida por la ternura y el sexo ardiente de su padre
Me encontraba en el balcón de mi casa, era sábado por la noche y desde ahí podía ver la casa de mi novio de 24 años, esperaba a que llegará de la universidad, y aunque mis padres se oponían totalmente ya que decían que era mayor para mi, pero igual lo amaba y no me importaba los casi diez años que me llevaba. Así que decidí como todos los días esperarlo. Era como las 9:00 p.m. pero no aparecía; estaba tiritando por la brisa fresca pero no podía irme sin verlo aunque sea un momento
Cerca a las 10:00, media adormitada pude ver los reflejos de los faros de su auto, me iba a levantar de la silla donde estaba esperándolo para hacerle señas y se acercará trepando por la enredadera como lo hacía siempre, para besarme y morrearnos un rato, ya que mi virginidad le prometí que se la entregaría en un día muy especial, por lo que siempre me negué a que me penetrará solo lo masturbaba o como en la ultima vez me hizo mamársela ahí en el balcón arrodillada pero no se si lo hice muy bien aunque se corrió muy rápido.
En ese momento algo me paralizo y pude ver lo peor que le puede pasar a una joven adolescente, Richard mi novio había llegado, su risa y su conversación me hizo pensar que estaba borracho y con él una muchacha siempre menor que él, me imagine que debía tener 18 o 19, era alta casi le llegaba a la altura del rabillo de sus ojos, claro que los tacones debía ayudar a eso, delgada con una hermosa cabellera rubia que caía por sus hombros, un culito respingon, y unos senos redondos, parecía toda una modelo, la hizo bajar del auto y con una mano le acariciaba la nuca besándola como si se la fuera a comer, mientras su otra mano acariciaba su culito, iba suavemente levantándole la falda, hasta que pude ver sus delicadas bragas de encaje negras, ella se dejaba hacer, estuvieron ahí un buen rato morreándose luego, claramente pude ver que le hizo una seña para que guardará silencio, entraron sigilosamente a su casa
Mi alma fue apuñalada en un segundo quería morirme era demasiado para mi me atragantaba con mis propias lagrimas, no podía creerlo, había traído a otra muchacha y la beso y seguro que terminaría haciéndole el amor esa misma noche. Lo único que pude ver después que entraron a su casa, que encendió la luz de su cuarto, y se distinguía las sombras de cómo la besaba y le iba sacando la ropa poco a poco hasta que desaparecieron entre las sombras de una lámpara al caer sobre la cama no era necesario verlo podía imaginar como la tocaba y todo lo que le haría lo conocía muy bien arrodillada en el suelo del balcón los ojos empapados de lagrimas queriendo gritar y teniendo que llorar en silencio, me estaba matando
No se cuanto rato paso hasta que pude verlo salir con ella de la mano y algo dentro de mi me levanto cual si fuera un resorte y de mi boca salieron llenos de ira y de rabia un te odio y mil insultos que podrían oírlos toda la cuadra pude ver luces que se encendían y gente que fisgoneaba por la ventana, a esas alturas ya nada importaba quería que todos el mundo supiera todo el mal que me había hecho
Unos segundos de lagrimas, mil gritos salio corriendo, se metió en el auto lo aceleró de pronto unos brazos me tomaron, me llevaron cargando al interior de mi habitación muchas lagrimas y un silencio sepulcral. Mi padre me puso en mi cama, seco con su pañuelo mis lágrimas, y con su voz suave me dijo - mi niña tranquilízate.
Sus palabras eran tan dulces, tan suaves que calmaron mi llanto, solo unos suspiros salían de mi interior una vez mas su melodiosa voz acariciaba mi alma tratando de calmar tanta rabia, tanto dolor, como arrullándome me decía que era su bebe engreída que ningún tipejo se merecía tanto dolor creo que eso me hizo entender, tranquilizándome, pero me sentía realmente sola no quería que se fuera de mi lado
Con señas hice que se echará a mi lado, sentado con la espalda apoyada en las almohadas y mi cabeza en su pecho, me sentía segura, haciendo que todo el sentimiento de furia y de ira quedará lejano como si la bruma se lo llevará sus brazos protectores acariciaban mi cabello, luego la nuca, sus dedos tibios con mucha destreza recorría mi espalda, su otra mano tocaba dulcemente mi rostro, estaba en un estado de trance de pronto mi padre me indico que me debía ponerme algo mas abrigado, solo tenía puesto el pequeño camisón blanco transparente, de tiras en los hombros, que no alcanzaba a medio muslo y por dentro no llevaba mas que las pequeñas bragas de encaje que no alcanzaban a cubrir mis nalgas de ese culito respingon. Hacia frío y todo el rato en la terraza estaba muy helada, pero no lo deje apartarse su cuerpo caliente, su pecho desnudo, estaba solo con un bóxer puesto, le dije que el calor de su cuerpo me calentaría, que sus caricias me reconfortaban que no se fuera
El tiempo trascurría lento, y con mis manos acariciaba el pecho de mi padre, desde su cuello hasta su ombligo hacia una vuelta circular y volvía a subir, en mi cabeza sentimientos extraños me invadían, nunca lo había tenido semidesnudo, cubriendo solo con el bóxer sus partes mas intimas, su piel bronceada, sus cabellos ensortijados color caoba que envidiaba, yo había sacado el cabello lacio y negro de mi madre; su cuerpo aún lo tenía marcado, mi padre era fanático de la gimnasia teníamos en casa casi un gimnasio completo, en sus 45 años lo único que hacia aparentarlos era esa pancita, creo que por sus cervezas de los sábados en la tarde, era infaltable un partidito de fútbol con sus amigos, parrillada en casa, luego sus cervezas heladas y cada quien a casa.
Mi mente divaga, en cuantas veces había escuchado decir que mi padre era todo un tipazo y mis caricias fueron cambiando de su niña inocente a verlo con ojos de mujer, mi cabeza daba vueltas y sin pensarlo jugueteaba en su pecho, luego bajaba casi rozando por encima de su bóxer, mi padre involuntariamente también cambio sus caricias apretando con mas fuerza, con pasión levante mis ojos chocando con los suyos, ambos color miel transparentes como si leyéramos nuestros pensamientos, nuestros latidos iban acelerando su frecuencia, mi piel con sus caricias se estremecía y al bajar la mirada pude ver que del bóxer sobresalía como asomándose, la cabeza rosada de su falo, estrangulado e hinchado parecía que rompería la tela
Momentos inmensos de silencio, mi padre apretaba mi espalda con tal fiereza, y su mano de mi barbilla se deslizo por mi pecho suave como bamboleándose de un lado a otro sin tocar solo rozando casi llegaba de un hombro al otro, luego siguiendo las líneas del camisón tocaba mis senos introduciendo dulcemente sus dedos, hasta que sentí como con toda su mano estrujo uno de mis senos turgentes para mi edad, su otra mano en mi nuca empujo mi rostro hacía el suyo, nuestros labios se encontraron en el beso mas intenso y mas largo que jamás nadie me hubiera dado, solo conocía los besos de Richard, mi padre era toda una fiera salvaje que sin reparó abrió mi boca con toda la dulzura de un pétalo de rosa pero con la fuerza de un volcán en erupción; ese beso me dejaba sin aliento textualmente me devoraba, su lengua cual víbora sigilosa recorría mis labios y envolvía en un ardiente velo de miel la mía, mordisqueaba mis labios, los succionaba, mientras sus ágiles manos no dejaban de acariciar mi cuerpo, la desnudes de su piel que solo nos separaba la delicada prenda de mi camisón.
En medio del morreo la lucidez llego a mi padre por unos momentos, aturdido se levanto de mi cama, como queriendo huir del deseo que lo estaba invadiendo, de tener a su angelical hija de labios rojos, su piel rosada como aún de un bebe, su dulce niña no podía creerlo se había sumergido en la perdición que eran esas curvas tan suaves, pero a la vez eran de infarto, una dulce sirena como había sido su madre, al verla era su viva imagen, hace mucho que murió Cecilia y Hernán volvió a casarse con Susan menor que él solo en unos años, morena de rasgos fuertes y de cuerpo voluptuoso; en cambio esa niña en sus manos lo había hecho recordar al amor de su vida, sus besos su dulzura, amaba a su hija pero en estos momentos solo la deseaba tanto como alguna vez lo hizo con su madre.
Antes de que logrará huir de mi habitación, de un brinco salí de mi cama hacia él, las palabras no me ayudaban no sabia que decir, pero mi cuerpo involuntariamente actuó sólo sin ayuda, mientras mis ideas pelaban entre ellas, mis manos tocaron su cuerpo deslizándose por todo su torso desnudo, mis pulgares atascándose en los bordes de su bóxer iban deslizándolo con dificultad por su erección que era prominente, mientras mi boca exploraba sus pectorales y mi lengua degustaba su piel, ese olor tan particular a sexo broto de su miembro al ser descubierto, nada comparable con Richard. Su falo era enorme con la cabeza rosada y aún no estaba en toda su erección, había llegado con mi lengua por su ombligo, me arrodille y luego sus caderas, las ingles, los bellos de su sexo, y ese enorme y babeante enemigo que doblegar
Mis latidos iban a mil por hora, sin pensarlo mucho pose mis manos en sus nalgas para empujar hacia mi ese delicioso pedazo de carne, iba introducirlo todo en mi boca con toda la torpeza de mi inexperiencia, pero mi padre me detuvo, me levanto del suelo dejando atrás su bóxer y besando mis labios por un instante dijo sabes lo que estas ha punto de hacer sonrojada negué con la cabeza pero con su dulzura me tomo y como si fuera una dulce melodía me canto al oído, - papi va a enseñar a su nenita
En un segundo de silencio, se levanto y delicadamente me quito el camisón, permanecí de pie junto a él que estaba sentado al borde de la cama, iniciando con este juego sin final. Sus besos fueron recorriendo todo desde mis labios, recorriendo cada rincón, con su lengua voraz, mis oídos, mi cuello, mientras sus manos como hiedra iban enredándose en mi cuerpo, podía sentirlas recorriendo mi espalda hasta rozar mi culito, estrujarlo, amasarlo en sus manos, con la otra acercaba mi nuca para besar mis labios luego se deslizaba por mi cuello se acercaba a mis pechos, sus labios en mis pezones mordisqueado, lamiendo desde la base hasta engullir mi pezón, realmente era un maestro, cada caricia era un show eléctrico recorriéndome las venas, era flotar en una bruma de placer
Además, del propio placer que me proporcionaba con cada caricia, era el morbo adicionado por ser el hombre que me trajo a la vida, era puro fuego, su fuerza su deseo, era mi padre mi fiera salvaje
Mis manos acariciaban lo que podía, no tenía ni la mitad de la destreza ni de la experiencia de mi padre, me hacia sentir torpe, pero para él con tocarme le era suficiente excitación mis intentos torpes por complacerlo eran vanos, al lado de la sola idea de tener a una jovencita adolescente, su hija y además virgen, que de eso aún no estaba enterado
Tuve un nuevo intento de deslizarme hacia sus ingles, pero esta vez con la orientación de palabras dulces de mi padre, me indicaba que la mejor mamada no era abalanzarme sobre su falo, si no mas bien provocarlo, ir acercándose poco a poco, rodeándolo, por sus costados, era dificultoso su pene totalmente erecto me chocaba al cuello por el costado de mis oídos, pero al mismo tiempo me excitaba muchísimo, con Richard lo único que siempre hice fue meterlo a mi boca e iniciar una succión incontrolable, casi me atragantaba, y la presión en su glande hasta que eyaculaba, solo me indicaba que me lo tenía que tragar todo para no ensuciar nada, y eso lo volvía loco, en cambio mi padre necesitaba mas que una caricia de una chiquilla inexperta.
Poco a poco estaba mas cerca, fui rozando la piel de sus testículos, me acerque mas y los metí en mi boca suavemente, ahora con mi lengua recorrí la base de ese pedazo de carne, rodeándolo queriendo llegar a la punta, mi padre suspiraba los músculos de sus piernas empezaban a tensarse, mi lengua y mis labios llegaban a la punta de su glande y de nuevo abajo con una de mis manos sostenía sus testículos y mi dedo índice masajeaba el perineo, su falo babeante, palpitaba, aumentaba su tamaño y en la base mi otra mano masturbaba su miembro subiendo suavemente sin dejar de recorrer con mi lengua su glande, las indicaciones de mi padre las seguía tal cual las mencionaba, pude ver que su excitación era indescriptible se inclino hacia atrás arqueado su espalda, corazón bombeado frenético, su pene brillante por el líquido que discurría por todo su miembro mezclado con mi saliva.
Mis ojos no podían evitar mirar a los suyos, como pidiéndole mas, eso lo excitaba ver a su pequeña como perrita en celo exigiendo su lechecita, succionaba cual si fuera una pajita, introduciendo todo su pene hasta rozar mis cuerdas vocales, al sentir mi garganta caliente, su cetro de placer se convirtió en fuego puro, ardiendo, palpitando y mi lengua aleteaba y por primera vez un gemido intenso, y otro cada vez mas fuertes, eran rugidos de mi fierecilla . de rato en rato quería decirme algo mas pero ya no podía el inminente orgasmo ya no lo dejaba hablar, posaba sus manos en mi cabellera sin empujar solo acariciando, el sonido y el olor del placer inundaba toda la habitación esta noche sería inolvidable uno segundos mas y claramente pude sentir su semen caliente derramándose en mi boca, era abundante, espeso no pude tragarlo todo, empezó a derramarse por las comisuras de mis labios sin dejar de acariciar esa polla que iba perdiendo su vigor por segundos, luego de unas caricias, estuvo en forma de nuevo la voz de mi padre me indico que me levantará que era hora de hacer vibrar es cuerpecito de la aún niña para convertirla en mujer.
Con sus poderosos brazos me levanto y puso en la cama, iniciando su tarea, ahora era mas vigorosos sus besos, su ternura era solo fuego haciéndome delirar, mi cuerpo gozaba por todo el placer que producían sus besos sus caricias que si intensificaban cada vez mas deslizándose hasta llegar a la cueva de los deseos para saciar de placer de inmenso placer el delirio unos minutos su lengua en mi ombligo, una mano en unos de mis senos la otra abriendo ligeramente mis piernas, mi sexo palpitaba, mis labios gemían
El mismo juego las ingles, los pocos bellos enredándose en una de sus manos, su nariz en un juego incesante, aspirando su aroma, como abriendo camino sus labios acercándose y la víbora húmeda arrastrándose ligeramente, rozando los bordes de esos labios calientes que piden más, ardiendo de deseo poco a poco humedeciéndose con su lengua haciendo un camino por todo el largo de esos labios que se abren como botones de rosas dejando ver el capullito en su interior mis gemidos ahh suaves inaudibles todavía como ahogados por mis dientes mordiendo mis labios
Su lengua húmeda puedo sentirla en mi interior hurgando mientras sus manos no permanecen quietas como un pulpo, cogiendo los pezones de mis senos cual si fueran unas bolitas de plastilina envolviéndolos, su lengua ha despertado a ese botoncito de placer mas gemidos, pequeños espasmos de mi cuerpo vibrando mi vientre contrayéndose, mi respiración agitada, los latidos irrefrenables
Bocanadas de aire, con sonidos guturales que salían por toda la habitación, sus lamidas iban acelerándose desde ese botoncito de placer recorriendo todo el largo de esa conchita húmeda incluso llegado a ese hoyito negro, los jugos de mi interior se derraman como torrentes por mis piernas, las sábanas húmedas, el aire espeso con intenso olor a sexo, a placer puro su lengua follándome suave e intenso a la vez, no hay forma de llamarle a sus caricias con un dedo humedecido por mis labios juguetea por esos lugares nunca explorados, arqueado mi espalda
Mis sentidos quieren explotar, de mis ojos salen lagrimas por la intensidad, mis oídos escuchan el incesante chapoteo de su lengua en lo mas intimo de mi ser, los poros de mi piel expiden cantidades ingentes de placer, mis labios por momentos humedecidos por sus dedos por momentos secos por las bocanadas de aire para poder mantener este camino al infinito un minuto, luego un segundo y el orgasmo inminente una explosión, gemidos intensos ahhhhgg mi cuerpo padece una convulsión mi entrepierna húmeda, trato de levantarlo quiero sentirlo dentro, quiero más, de pronto un dedo en mi culito me hace retorcer ahhh, un nuevo orgasmo más intenso que el anterior .
Mi cuerpo se remueve en la sábanas, mi padre dulcemente me atrae hacia él sus caderas se deslizan, mi sexo pide más, puedo ver su falo acercándose suavemente, deslizándose, las paredes de mi vagina dilatadas por los orgasmos recién disfrutados, aceptan gustosas esa irrupción, de pronto una pared delgada que lo separa de mi interior, del placer final, acercándose hacia mi cuidadosamente, puedo sentir claramente algo rasgarse y una sola envestida un pequeño respingo y luego calor mi sexo late y poco a poco su pene esta deslizándose adentro y afuera con suaves envestidas gemidos y rugidos se entremezclan melodiosos, besos me estruja los senos, cada vez mas intensos, no hay dolor solo placer, mis uñas clavadas en su espalda, acariciando su nuca, cogiendo sus cabellos, una y otra vez mis labios piden más, se repite insaciable más más dame mi vagina estrecha acabada de estrenar se acomoda perfectamente a ese cetro insaciable, se detiene un momento y como si de una muñeca se tratará me gira, y nuevamente me penetra fuerte no hay piedad y quiero más
Puedo sentir su calor en mi espalda, abriendo mis nalgas con sus manos, un dedo juguetea nuevamente en ese hoyito y nuevamente puedo sentir como la sangre sube hacia mi cabeza, para luego descender como en un tobogán con tanta velocidad, un orgasmo, otro mis piernas ya no pueden más siento que voy a perder la posición me contiene con sus manos, no se si son varios orgasmos juntos o es uno grande que viene como si de una carrera se tratará mas intenso, mis gemidos ahhh, mi cuerpo se resiste a perder la posición, el placer es inmenso, puedo sentir que se detiene un momento vuelve a girarme, nuevamente encima y sus gemidos se aceleran, y su orgasmo con su semen caliente en mi interior sigue bombeando reduciendo la frecuencia mas débil hasta quedar rendido encima de mi cuerpo, me besa
Se hecha en la cama, me pone encima suyo, que descanse en su pecho, me recubre con sus brazos, cubriéndome con el cobertor nos quedamos unos instantes inmensos ahí, por mis piernas escurre parte del liquido prohibido saliendo de mi interior
Unos minutos unas horas... no se cuanto dormimos el sol daba con fuerza en la ventana, asustados nos levantamos la nueva esposa de mi padre debe estar por llegar, en su trabajo tenía turno esa noche me dio un beso recogió su bóxer del piso y antes de salir me dijo. Ahora eres toda una mujer mi mujer para siempre aún tengo mucho que enseñarte con una sonrisa su mirada tierna salio de la habitación no me dio tiempo de decirle nada
Había sido una noche demasiado larga para mi y no quería levantarme pero pronto tuve que bañarme cambiar la ropa de la cama e ir a tomar desayuno la nueva esposa de mi padre era muy estricta con respecto a que todos debemos de estar en la mesa para el desayuno
Desayunamos todo juntos, ella se puso a lavar los trastes y me dirigí a mi cuarto para escuchar música, mi padre salio detrás mió tomándome por la cintura, levanto mi pollerita corta y con un dedo rozo mi culito diciéndome la próxima noche que no este Susan voy a romperte ese culito me volteo y me dio un beso en la boca como sellando un pacto .