Un amor inolvidable 5

Hablando del pasado.

UN AMOR INOLVIDABLE

CAPÍTULO 5

Al verlo ahí, en mi oficina, después de 3 años, con ese aspecto descuidado que jamás había visto en él, me di cuenta que sufría profundamente. Dicen que el tiempo no olvida ni perdona, y al final debes pagar por tus errores, es algo inevitable que, llegado el momento, debes afrontar, y a Carlos, la vida le empezó a cobrar su pasado.

Carlos es un chavo de ahora también 27 años, moreno, ojos cafés y pelo castaño, pero a través de sus ojos pude notar tristeza, dolor y remordimiento… en fin, ya no quedaba nada de aquel Carlos alegre que alguna vez conocí. Es mejor odiar a una persona que sentir indiferencia porque si odias es porque aun sientes algo por esa persona, pero si no sientes nada, es porque esa persona dejó de importarte en absoluto.

Se hizo un silencio dentro de la oficina que empezaba a ser desesperante, hasta que Carlos empezó la plática:

  • Carlos: Daniel, sé que te hice daño cuando te…

  • Yo (Totalmente inexpresivo): Cuando me dejaste. Carlos, ¿qué buscas aquí? – dije mientras lo miraba fijamente a los ojos - ¿Por qué después de que tú me dejaste tanto tiempo vienes a pedirme perdón? ¿Qué es lo que quieres exactamente?

  • Carlos: Quiero que volvamos a estar juntos, quiero sentir tu amor de nuevo… ¡Por favor Daniel! Dame una oportunidad para demostrarte que he cambiado – dijo desesperado - quiero estar junto a ti otra vez.

  • Yo: …no tienes ni idea de lo mucho que sufrí por ti… pero lo lamento, Carlos – dije - ¿recuerdas la plática que tuvimos el día que me dejaste?

  • Carlos: Por favor, mi niño… - empezó a decir - comprende que…

  • Yo: ¡¿Qué comprenda?! – dije empezando a alzar un poco la voz - ¡¿Comprender qué, Carlos? ¡Tú me dejaste, tú te fuiste con un chavito de 18 años! ¡Por favor, Carlos!… ¿Dónde está él ahora, eh? – le pregunté exaltado - ¿Creíste que alguien joven iba a amarte igual que yo lo hice alguna vez?

  • Carlos: Él me dijo que me amaba – empezó a decir mientras agachaba la cabeza – él dijo que quería tener algo serio conmigo, él fue el que se me empezó a insinuar…

  • Yo: ¿Y qué? – pregunté enojado - Carlos, ¡era un chavito de 18 años! ¿En verdad creíste que te amaba?

  • Carlos: Sé que fui un imbécil, no debí haberle hecho caso, sólo quería empezar una relación estable con él… - dijo mientras movía rápidamente sus manos.

  • Yo: ¿Y dónde está él ahora? – le pregunté mientras me recargaba en mi asiento - ¿Por qué no está él aquí contigo? ¿Acaso te dejó por uno de su edad?

  • Carlos: (Con lágrimas en los ojos y una desesperación que empezaba a notarse) ¡Sí! Él me dejó por un chavo de su misma edad que conoció en el mismo trabajo – dijo con el rostro enrojecido.

  • Yo: Sabes – dije mientras sonreía irónicamente - dicen que es mejor que te odien a que te tengan lástima, y yo te odié por lo que me hiciste, pero ahora lo único que puedo sentir por ti es simplemente lástima – dije mientras jugaba con una pluma negra que tenía en mi escritorio - ¿Recuerdas nuestra última plática? Hace ya algunos años – dije mientras empezaba a recordar - el día que te encontré con él en el estacionamiento de tu trabajo, decidiste dejarme por él cuando ya no tenías escapatoria, me dolió tanto verte ahí que me fui a la casa, y cuando llegaste me pediste perdón.

  • Carlos: ¡Porque te amaba! – gritó desesperadamente - ¡Te amo!

  • Yo: ¿Me amas? – dije totalmente enrojecido por la rabia y el coraje de ver el cinismo de Carlos – ¿El amor debe justificar tu error, tu infidelidad? – pregunté sintiendo una mezcla de sorpresa y rabia - ¿Cómo puedes decir que me amas cuando te divertías con él? ¿Acaso pensaste en mí cuando estaban juntos? ¿Alguna vez pensaste cómo me sentía yo cuando no querías tener sexo conmigo porque llegabas tan cansado después de hacerlo todos los días con él?

  • Carlos: Daniel… - empezó a decir con rapidez, como si no tuviera más tiempo para explicar las cosas, se notaba desesperación en su rostro - sé que me dijiste que lo que había hecho tenía consecuencias y que el daño era irreparable, pero no creo que hablaras en serio. Además, tú tuviste la culpa porque dejaste de trabajar.

  • Yo: Pues qué lástima que pienses así – empecé a decir - yo no tuve nada que ver en tus acciones, yo no tuve la culpa de que te enredaras con cualquier jovencito que lo único que quería era sexo gratis para después botarte como a un juguete viejo, pero ahora estoy rehaciendo mi vida, una vida en la que tú ya no tienes lugar, una vida plena, feliz, amando a un chavo que sí merece mi amor, un chavo que a pesar de sus 19 años, sabe valorar el verdadero amor, aquél que no tiene precio ni condiciones, tú ya estás pagando el precio por tu error, despreciaste un amor sincero e incondicional por una aventura, yo no puedo dejar a mi novio por alguien como tú. Y te lo advierto Carlos – le dije en tono amenazante - es mejor que te mantengas alejado de mi novio, porque si me entero que le tocaste un pelo, pagarás tu atrevimiento en una cárcel por el resto de tu vida. ¿Quedó claro?

Carlos se quedó sin palabras unos instantes mientras me observaba, hasta que logró articular de nuevo, me dijo:

  • Carlos: Está bien, quedó claro que ya no puedo corregir mis errores… - suspiró de nuevo - Ya me voy, y no te preocupes – dijo - hoy es la última vez que volverás a saber de mí. Adiós Daniel, y espero que seas muy feliz, te lo deseo sinceramente, porque tú te mereces lo mejor – dijo mientras se dirigía a la puerta.

  • Yo: ¡Carlos!... espera – le dije cambiando mi tono de voz - Toma asiento, por favor.

  • Carlos: Dani… - dijo - perdóname por todo el daño que te hice. Yo…

  • Yo: Lo siento – lo interrumpí – discúlpame a mí por haberte tratado muy mal desde que llegaste aquí, es sólo que aún me duele pero, si de alguna manera te ayuda, quiero que sepas que aquella vieja amistad que tuvimos en el bachillerato puede recuperarse, pero necesito tiempo.

  • Carlos: Gracias Dani – dijo mientras se dibujaba una tímida sonrisa en sus labios - espero recompensar mi error siendo tu amigo. Sé que no podemos ser los mejores amigos, pero trataré de llevar una buena amistad contigo.

  • Yo: Nunca des por hecho algo de lo que no estás seguro que pasará – le recordé - Mira, necesito pensar bien las cosas – le dije – ya te lo dije, dame tiempo, necesito meditar todo esto.

  • Carlos: Gracias Dani por esta oportunidad. Te quiero mucho y quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que sea, como antes.

  • Yo: Gracias, en verdad, pero dame tiempo. Por favor. Sólo eso, un tiempo – le pedí.

  • Carlos: Claro – dijo.

Carlos sonrió una vez más y salió de mi oficina. Cuando llegó la hora de la comida, Alberto y yo fuimos a un restaurante, en donde platicamos un rato y me invitó a comer el fin de semana con mi tía. Yo le dije que me gustaría ir pero me daba pena porque yo tengo pareja, él me dijo que no había problema, incluso podía ir con Will. Me desconcerté un poco cuando Alberto me preguntó por Carlos, yo le dije que era mi ex, que me había hecho mucho daño, pero que él quería ser mi amigo, como antes, y yo le pedí tiempo, entonces me dijo:

  • Alberto (meditó unos instantes y dijo): Así que ese hombre, Carlos, fue tu novio.

  • Yo: Ay primo, el amor duele cuando estás con la persona equivocada.

  • Alberto: Pues a mí me parece simpático – suspiró – Es agradable.

  • Yo: …wow – exclamé sorprendido - ¿es mi imaginación o te gusta?

  • Alberto: La verdad… si – dijo - me gusta, y quisiera conocerlo.

  • Yo: Pues, creo que él ya está pagando por lo que me hizo – empecé a decir - pero yo no tengo el corazón para hacerlo infeliz el resto de su vida. Si quieres conocerlo, puedo darle una cita en mi agenda para que hablen en mi oficina.

  • Alberto (con unos ojos que le brillaban de emoción): Gracias, gracias Dany, te quiero mucho primo – dijo – bueno, no se diga más, me avisas cuando es la cita, ¿vale?

  • Yo: (Sonreí) Está bien, espero que lo hagas recapacitar, pero Alberto, por favor – le dije - si él llega a herirte de cualquier forma, me avisas, por favor, no quiero que sufras. Te quiero mucho y recuerda que siempre contarás conmigo para lo que necesites.

  • Alberto: Gracias Dany – dijo sonriendo - te prometo que te avisaré. Me alegra haberme ganado tu cariño, tu apoyo incondicional y, sobre todo, tu confianza.

Alberto y yo platicamos un rato más y después nos despedimos, regresamos al trabajo y, al terminar la jornada, cada uno tomó su propio camino. Llegué a casa cansado después del día que había vivido, saludé a Doña Eva y me alegré de verla llena de vida, ya estaba bien, por lo que decidí planear su cumpleaños. Doña Eva me dijo que Will estaba haciendo tarea, y yo fui a verlo, él estaba estresado porque no entendía unos ejercicios de matemáticas, por lo que me senté a su lado y le expliqué la resolución de los ejercicios después de revisar sus apuntes, y él siguió solo con su tarea. Mientras Will se apuraba, yo fui a la cocina para preparar la cena, durante la cena, platicamos algunas cosas. Después de cenar, lavé los platos y fui a la habitación con Will y le platiqué lo sucedido en la oficina, le dije que Carlos fue el chavo con el que perdí mi virginidad, pero Will entendió que Carlos no es un obstáculo entre nosotros, e incluso, se interesó por conocerlo, cosa que no me pareció, pero Will me lo pidió de favor, por lo que se me ocurrió la idea de invitar a Sandy, Blanca, Alberto y a Carlos al cumpleaños de Doña Eva, quien ya la consideraba como mi suegra, así que le hablé a los chavos y acordamos de vernos en la fiesta, incluso sería una oportunidad perfecta para que Alberto y Carlos pudieran conocerse. No había más que decir, era hora de organizar todo.

ÚLTIMOS CAPÍTULOS DE LA PRIMERA TEMPORADA.


Bueno, una vez más, aquí estoy. Muchas gracias por leer esta historia, quienes la leyeron tiempo atrás, gracias por haberlo hecho, y quienes apenas van conociendola, gracias por dedicarle a mis relatos un poco de su tiempo. Espero que les guste, y ojalá, si Dios quiere, esta historia volverá a estar aquí en TR con sus 20 capítulos como ya lo estuvo alguna vez.

Saludos a todos los lectores, si desean contactarme, exponer dudas, etc., les reitero mi dirección de correo electrónico, que es daniel.perezuai@gmail.com , donde, con mucho gusto, les responderé. Nos estamos viendo en el capítulo 6 de esta historia. Gracias a todos ustedes, sin su apoyo, esta historia no estaría aquí hoy.

Les deseo un buen día, tarde, noche, madrugada, etc. Gracias por todo.

Un cordial saludo.

Guadalupe López.

P.D.: Si desean saber más de esta historia, visiten el blog http://unamorinolvidabletr.blogspot.mx/