Un amor inolvidable 4

El regreso de Carlos

UN AMOR INOLVIDABLE (IV)

Preferí quedarme esa noche en el hospital, así que llevé a Will a su casa y nos despedimos con un beso en la puerta principal y de inmediato regresé al hospital.

La noche transcurrió sin contratiempos, estaba tomando café por enésima vez para estar atento a cualquier noticia, pero al sentarme en la sala, me quedé dormido y por la mañana la enfermera me despertó:

-      Enfermera: Joven.. joven.. despierte, ¡joven!

-      Me desperté apresurado y me acomodé en la sala - ¿Qué pasa? – pregunté.

-      Enfermera: ¿Dónde está el hijo de la señora?

-      Fue a descansar, pero dígame… ¿pasó algo grave?

-      Enfermera: Para nada joven, la señora ya está estable, pero necesito que el hijo de la señora pase a hablar con el Doctor Méndez de Cardiología.

-      Muchas gracias señorita. Perdón por la descortesía. Me llamo Daniel Pérez Cruz.

-      Mucho gusto. Mi nombre es Diana Juárez. Le indico el trayecto al consultorio. Sígame por favor.

-      Gracias Señorita.

Al llegar al consultorio del Dr. Méndez me explicó que Doña Eva debía cuidarse mucho a causa de su pre – infarto, pero que si se cuidaba, si todos la cuidábamos, podría vivir tranquilamente. Dicho esto, me despedí del Dr. Méndez y pasé a pagar el servicio de hospital para poder llevar a Doña Eva a la casa, en donde la dejé descansando en su habitación.

Con las prisas que pasamos apenas llegar a la ciudad ya no pudimos festejar el cumpleaños de Doña Eva, por lo que acordamos planear algo más adelante. Las últimas dos semanas de Julio transcurrieron tranquilamente, Will se quedaba todas las mañanas con Doña Eva mientras yo iba a trabajar, y diario hablaba a la casa para saber cómo iba el día.

Es tiempo de saber en qué trabajo, antes que nada debo decir que renuncié a mi antiguo trabajo como mesero cuando murió mi madre, y mi siguiente trabajo fue como auxiliar administrativo en una empresa de importaciones y exportaciones de cerámica, fue justo en ese trabajo donde conocí a Will. Tiempo  después me ascendieron a la Jefatura de Producción con un mejor salario y prestaciones, motivo por el cual pude apoyar económicamente a Will y a su madre.

La primera semana de Agosto de 2006 fue una semana muy agitada debido a que comenzaron reparaciones en la empresa, por lo que nos pusieron a trabajar en oficinas provisionales, debía realizar mucho papeleo, hacer entregas a almacén, supervisar, etc., además, entró a trabajar un joven de aproximadamente 21 años llamado Alberto, al cual debía capacitar, ya que él iba a ser mi asistente, el día que recibí su expediente, vi que su apellido era Velázquez Cruz, por lo que me sorprendió, y en ese momento entró a mi oficina, era un joven que cuando lo vi recordé a mamá. Al presentarme formalmente, él recordó que su madre le dijo que tenía un primo mayor que él, hijo de su hermana Ana Cruz, por lo que supe sin lugar a dudas que se trataba de mí. Él me dijo que su madre le había pedido de favor que me buscara, por lo que decidí, al terminar mi horario de oficina, hablarle a Will para avisarle que iba a llegar un poco tarde, mientras tanto, le expliqué cómo debía manejar la documentación de la oficina, le mostré la ubicación de los departamentos a los que debía entregarlos, le indiqué el lugar donde estaba la copiadora, etc. Alberto resultó muy eficaz en su primer día de trabajo, cosa que agradecí enormemente porque de esa forma nos ahorrábamos tiempo.

Al finalizar el trabajo, le indiqué a Alberto la forma en que acomodaba los objetos del escritorio, le mostré el interruptor para las luces de la oficina y le facilité un juego de llaves de la oficina para que él pudiera abrir y/o cerrarla cuando no pudiera estar todo el día en ella, después de checar la salida, Alberto y yo nos fuimos a su casa, él me fue indicando el camino mientras yo conducía, durante el trayecto empezamos a hablar de trabajo, escuela, y fue cuando me enteré que él iba en la misma escuela de Will, con la diferencia de que Alberto había concluido su sexto semestre. Al llegar a su casa, me presenté con mi tía, se llama Tania Cruz, quien me recibió con un fuerte abrazo diciéndome que había estado buscándonos a mi madre y a mí y  por fin me había encontrado.

Nos quedamos platicando un rato, me contó que la última vez que vio a mamá yo tenía 5 años, y un año después nació Alberto, pero mamá había cambiado de trabajo y ya no supo más de ella. Tomamos una taza de café y platicamos un buen rato hasta que me despedí de ellos al ver que ya era tarde, le dije a mi tía que mamá ya había muerto y había quedado en llevarla a ver a mi madre en el panteón. Como ya era tarde, mi tía le pidió a Alberto que me acompañara a mi casa y así lo hizo, cuando llegamos, nos despedimos y él se alejó en su carro, yo abrí la puerta, subí a la habitación de Doña Eva y vi que dormía tranquilamente, y después pasé a la habitación en donde Will estaba leyendo un libro que encontró en la casa. Apenas llegué platicamos de lo sucedido en el día, le dije que conocí a mi primo Alberto, fui a visitar a mi tía, y después de eso, empezamos otra plática:

-      Will: Dani. debemos hablar.

-      Yo: ¿Qué sucede amor?

-      Will: No hemos tenido relaciones sexuales, pareciera que no quisieras estar conmigo.

-      Yo: Will, no es eso, es sólo que yo… es que… yo… Will… debo decirte algo.

-      Will: Dani, sabes que siempre voy a escucharte. Dime qué pasa.

-      Yo: Will, me da miedo, mira, hace años perdí mi virginidad con un chavo que amé mucho, pero me traicionó, él me dejó por un joven de 19 años.

-      Will: ¿Y hace cuánto tiempo te dejó?

-      Yo: Hace 3 años.

-      Will: …Entiendo…, Dani, lo lamento… yo jamás imaginé…

-      Yo: Amor, no pasa nada, es sólo que necesitaba decírselo a alguien, pero ya está bien. No te preocupes. Te amo – Dije, mientras lo abracé y lo arrastré a la cama quedando encima de mí – Will, hazme el amor, quiero sentir tu amor en cada parte de mi.

-      Will: ¿Estás seguro? Dani, en verdad, si no quieres que lo hagamos…

-      Yo: Nada de eso, Will, por favor, hoy quiero pasar mi primera noche junto al amor de mi vida. Gracias por estar aquí conmigo, compartiendo un momento magnífico. Y perdón por haberte evadido y por sentir miedo de hacerlo.

-      Will: No debes agradecer nada ni pedir perdón, amor, cuando uno ama, sabe esperar el momento preciso para hacer las cosas, sin presionar ni reclamar nada.

-      Yo: Amor, en verdad te agradezco tanto tus palabras, desde que entraste en mi vida, has reparado el dolor en mi corazón y me has demostrado que aunque el camino sea oscuro, siempre va a existir una luz al final del túnel. Gracias por pedirme ser tu novio. Eres lo mejor que me ha podido pasar en la vida.

Will me miró con aquellos ojos miel derrochando ternura y pureza en su interior, entre nosotros no había malicia, éramos dos amantes que se aman con un amor sincero, puro e indestructible. Nos besamos un rato, después Will fue bajando poco a poco por mi cuerpo besando mi cuello, mi pecho, fue recorriendo cada parte de mi cuerpo explorándolo, conociendo cada detalle, llegó a mi polla, la cual empezaba a expulsar líquido pre seminal, Will recorrió delicadamente con su lengua desde la cabeza del pene hasta la base, para después succionar aquel trozo de carne dura que palpitaba reaccionando a cada roce de Will, después me besó los testículos, los acarició, los saboreó, yo me sentía en la gloria, sólo gemía de placer, me encantaba el roce de su boca, sentir su cálido aliento, su lengua, después me volteó boca abajo para empezar a recorrer mi espalda, besando mis hombros, acariciando mis brazos, mi cintura, bajando lentamente hasta que sus manos tocaron mis glúteos, Will los masajeó con suavidad, después los separó para conocer mi rosado ano, el cual besó, lamió, y fue introduciendo uno a uno sus dedos, jugueteando, me ensalivó el ano, y cuando ya estaba preparado, buscó un condón en el cajón de la mesita de noche y se lo colocó, luego buscó la entrada de mi ano y empezó a presionar suavemente hasta que logró introducir toda su polla en mi ano, fue un momento mágico, la unión de dos amantes, él empezó la penetración a un ritmo lento, lo hizo con delicadeza, después cambiamos de posición, yo me puse boca arriba y Will comenzó de nuevo la penetración, mientras tanto, le acariciaba el rostro, y nos besamos nuevamente, hasta quedarnos dormidos. Fue una velada inolvidable.

Hay ocasiones que cuando uno piensa que la vida te empieza a sonreír, se deben enfrentar situaciones que ponen a prueba el amor, causando nuevas desilusiones y un nuevo dolor en el corazón a causa del pasado que regresa a decirte que siempre estará ahí, aguardando el momento preciso para aparecer.

Estaba en mi oficina cuando de pronto llega Alberto para decirme que una persona preguntó por mí y quería hablar conmigo.

-      Alberto: Buenos días Sr. Pérez

-      Yo: Buenos días, Alberto. ¿Pasa algo?

-      Alberto: Sr. Pérez, ha llegado un joven preguntando por usted, está en la sala de espera y quiere hablar con usted.

-      Yo: ¿Por mí? (¿Qué raro? Nadie viene a verme a la oficina en horarios de trabajo. ¿Quién será?) … Alberto, dije al joven que puede pasar.

-      Alberto: Sí, Sr. (Salió al pasillo) Adelante, joven, el Sr. Pérez lo está esperando.

Cuando lo vi entrar, me quedé totalmente sorprendido de verlo otra vez, no podía creerlo. Después de tantos años, ¿qué hacía ahora en mi oficina? ¿qué quería de mi? ¿Cómo me encontró? ¿Con qué objeto regresó a mi?

-      Yo: ¡Tú! ¿qué haces aquí, Carlos? Creí que te había quedado claro que no quería volver a saber de ti.

-      Carlos: He venido a pedir disculpas y a recuperar tu amor.


Guadalupe.

Saludos..!!