Un amor inesperado (9)

Camila apoyó su cabeza sobre el pecho de Valentina, sintió su mano recorrer suavemente su espalda, su cuello y su cabeza, dándoles un relajante masaje...

Valentina bajó inmediatamente del auto, despidiéndose con un seco hasta mañana; en cuanto estuvo en el hotel se dirigió hacía los elevadores, solo que la recepcionista la llamó para entregarle un sobre: dentro se encontró un mensaje de su jefe informándole que el cliente le había hecho saber lo satisfecho que se encontraba con el trabajo desempeñado por ella y Camila; esbozando una ligera sonrisa, guardó el documento en el sobre y en ese momento levantó la vista y lo primero que vio fue a Camila enredada en un apasionado abrazo con Saúl, mientras éste la besaba con ansia. Sintió como si algo le golpeara el estómago mientras la ira y los celos la invadían; cómo era posible que estuviera besuqueándose con ese tipo? Que clase de mujer era Camila? No cabía duda que de nuevo se había equivocado –pensó con amargura- pero ni hablar, al diablo con la rubia, ella seguiría en lo dicho: se olvidaría de Camila y punto, por lo que apartando la vista de esos ojos verdes que en ese momento estaban ya clavados en ella, giró en redondo y se dirigió hacía los elevadores.

  • Valentina! –alcanzó a decir Camila mientras se introducía presurosa en el elevador;
  • Si? –preguntó ésta en su acostumbrado tono frío mientras su ceja derecha inevitablemente se levantaba en un gesto de interrogación;
  • Perdón!, pensé que te ibas sin mi –dijo Camila intentando sonreír;
  • Ah! –respondió secamente mientras oprimía los botones del elevador.

Camila sintió el rechazo de Valentina, percibía su enojo aunque no entendía el porque de él; a Valentina que le importaba lo que ella hiciera o dejara de hacer?, además, qué pensaba? Que por ser su jefa y haber compartido uno que otro beso tenía algún derecho sobre ella?. A pesar de sus razonamientos, Camila no pudo evitar sentirse incómoda, pues la actitud absolutamente fría y distante de Valentina le dolía; le dolía darse cuenta que no le importaba, le dolía sentirse ignorada por ella. La veía de reojo y se sentía fascinada; apenas le llegaba a la barbilla, pues Valentina era algo más alta que ella y empezaba a sentir unas ganas infinitas de colgarse de su cuello y besarla hasta quitarle ese gesto adusto que tanto la hería. En medio de sus pensamientos, no se dio cuenta cuando llegaron al piso donde ambas tenían sus respectivas habitaciones, sino hasta el momento en que Valentina le dijo secamente:

  • Vas a bajar o pretendes quedarte ahí toda la noche?
  • Eh?
  • Vaya! Por lo visto el beso de Saúl te mandó a las nubes no? –dijo irónicamente Valentina mientras continuaba sosteniendo la puerta del elevador, impidiendo que se cerrara;
  • Valentina, por favor, como dices eso? –dijo Camila saliendo del elevador;
  • Lo digo porque es obvio que estás distraída, así que supongo que debes estar relamiéndote como el gato recordando el beso o no? – agregó Valentina;
  • Noo! Claro que no! Además, Saúl me pescó desprevenida, yo
  • Olvídalo, no me interesa oír tus explicaciones, buenas noches –dijo Valentina adelantándose hacía su habitación;
  • Valentina! –dijo Camila acercándose rápidamente a ella;
  • Si?
  • No pienses cosas que no son por favor –dijo mirándola fijamente mientras una de sus manos buscó el brazo de Valentina;
  • No pienso nada Camila, buenas noches! – contestó Valentina, intentando sin mucho éxito romper el contacto con la rubia que la estaba poniendo nerviosa;
  • Hasta mañana –dijo Camila dándole un intempestivo beso en la comisura de los labios a la sorprendida Valentina.

Porqué rayos siempre me ve en situaciones comprometedoras? -Pensó Camila mientras intentaba conciliar el sueño; debe pensar que soy de lo peor… aunque… porque se pone así?, será que realmente le intereso? Que hago con esta mujer por Dios! Me está enloqueciendo con sus actitudes –fue lo ultimo que pensó antes de caer vencida por el sueño; mientras tanto, Valentina daba vueltas en su habitación, como siempre que se sentía alterada, caminaba de un lado a otro mientras pasaba su mano por el sitio donde Camila había depositado su beso; porqué me besó?, que me quiso decir cuando me dijo que no pensara cosas que no son? Mmm… que hago? Que hago Dios mío? La amo, pero tengo miedo de esto que siento… Y si lo intento?, porque no? Ella es muy directa, así que eso haré… hablaré con ella, le diré lo que siento, sin mas rodeos y que truene lo que tenga que tronar!–pensó Valentina mientras se acomodaba para dormir unos minutos mas tarde.

Ambas mujeres se encontraron a la mañana siguiente en el lobby del hotel; Camila se sentía un poco triste, pues sentía que su relación personal con Valentina se encontraba completamente deteriorada y que ese amor que sentía por ella tendría que buscar la forma de ahogarlo pues de otro modo acabaría lastimándola; Valentina por su parte, se sentía algo nerviosa, había decidido hablar con Camila y decirle lo que sentía; sabía que no era el momento ni el lugar así que tendría que esperar la ocasión, pero definitivamente no dejaría pasar mucho tiempo.

Cuando por fin subieron al avión que las llevaría de regreso al D.F., Camila empezó a sentir ese desagradable cosquilleo en el estómago y a ponerse nerviosa; se sentía algo sofocada y empezó a sudar frio. Valentina iba caminando detrás de ella por el pasillo; Camila se detuvo y le pidió que cambiaran asiento, ya que le había tocado la ventana y la vista del exterior mientras volaba solo contribuía a incrementar sus nervios; Valentina accedió de buena gana, por lo que ambas se acomodaron en sus lugares, mientras Camila sentía que el corazón se le salía del pecho de los nervios, por lo que respiraba profundamente intentando tranquilizarse. Una vez que el avión empezó a tomar velocidad para despegar, intempestivamente Camila sintió como los dedos suaves y tibios de Valentina se entrelazaban con los suyos, apretando su mano cálidamente; Camila volteó a ver a Valentina:

  • Gracias… ehh… yo… me da miedo… -dijo Camila con un hilo de voz;
  • Si?, no te asustes, aquí estoy –respondió Valentina mientras pasaba su mano por las mejillas de Camila, donde silenciosamente rodaba una lágrima;
  • Si –alcanzó a decir Camila cuando el avión comenzó el despegue, mientras sentía que el estómago se le encogía y que le faltaba el aire.

Valentina sintió como Camila apretaba con fuerza su mano; vio a la hermosa rubia cerrar los ojos mientras el avión se estabilizaba y sintió una profunda ternura por la hermosa mujer; sin poderlo evitar, se inclinó sobre ella y la abrazó; Camila no esperaba esa reacción pero apoyó su cabeza sobre el pecho de Valentina, sintió su mano recorrer suavemente su espalda, su cuello y su cabeza, dándoles un relajante masaje que la hizo tranquilizarse un poco; le gustaba el olor de Valentina, su perfume era un tanto seco pero muy agradable; aparte, en la posición en la que se encontraba, podía escuchar el latido fuerte y un tanto rápido del corazón de Valentina; concentrada escuchándolo, empezó a tranquilizarse y deseo quedarse en esa posición para siempre, se sentía tan bien –pensó para sí Camila. Valentina mientras tanto, se sentía nerviosa, pero no por el vuelo del avión, sino por sentir el calor del aliento de Camila en su pecho, el olor a jazmines que despedía su cabello contribuyó a incrementar su nerviosismo; lo único que deseaba en ese momento era abrazarla fuerte, tranquilizarla y sin pensarlo, empezó a acariciarla suavemente, esperando con eso consolarla un poco; las caricias surtieron efectos distintos en cada una: mientras a Camila la tranquilizaban a Valentina le aceleraron el pulso.

Sin apenas darse cuenta, ambas mujeres fueron quedándose dormidas, abrazadas, disfrutando el momento, hasta que el avión inició su aterrizaje; Camila fue la primera en despertar, inicialmente desconcertada y algo adolorida del cuello pero ya mas tranquila y después Valentina, quién sentía entumidos los dedos, que todavía se encontraban entrelazados con los de Camila; al moverse ambas sus miradas se encontraron:

  • Hola ojos verdes –dijo Valentina dulcemente;
  • Hola –respondió Camila un tanto desconcertada por el mote;
  • Ya mas tranquila? –preguntó Valentina mientras retiraba un mechón de cabello de la cara de Camila
  • Sip, gracias por abrazarme –dijo Camila mientras pasaba uno de sus dedos por la barbilla de Valentina;
  • No me des las gracias –respondió Valentina besando los dedos que acariciaban su cara;
  • Ahh! –dijo Camila lanzando un suspiro y clavando su verde mirada en la boca de Valentina;
  • Todo bien aquí?, hemos llegado a la ciudad de México señoritas, ya estamos en tierra –dijo la inoportuna voz de la azafata, quién las veía con curiosidad;
  • Eh? Si claro, todo bien –dijo Camila separándose abruptamente de Valentina;
  • Si, todo bien –respondió Valentina lanzándole una mirada asesina a la impertinente que rompió el encantador instante.

Al darse cuenta en ese momento que solo ellas y la azafata ocupaban el avión, puesto que el resto de los pasajeros ya habían descendido, Camila no pudo evitar soltar una carcajada:

  • Jajaja! Ni cuenta me di cuanto aterrizamos
  • Ohh! Cierto… jajaja! Vaya! – respondió Valentina;
  • Gracias jefa, eres un encanto –dijo Camila mientras depositaba un tierno beso en la sonrojada mejilla de Valentina;
  • Ah!... mejor vamos a bajar porque si no nos llevarán con todo y avión al hangar, anda, vamos… -replicó con seriedad Valentina.
  • Si, claro, lo que Usted diga –dijo Camila poniéndose de pie tendiendo la mano para ayudar a Valentina a incorporarse;
  • Gracias, Usted también es un encanto señorita ojos verdes –dijo Valentina esbozando su ya característica media sonrisa.

Después de recorrer la sala de llegadas, recoger sus maletas y salir en la búsqueda de un taxi, ambas mujeres se quedaron paradas frente a frente, viéndose fijamente; ninguna quería irse, las dos deseaban estar mas tiempo en compañía de la otra, pero ninguna se atrevía a dar el paso.

  • Bueno Camila, ahí está tu taxi, nos vemos mañana en la tarde en la empresa, toma la mañana para que descanses si? –dijo Valentina mientras abría la puerta del vehículo;
  • Si jefa, gracias, nos vemos mañana –dijo Camila lanzando una mirada anhelante a Valentina;
  • Sabes? Mejor me voy contigo, no tiene caso irnos en dos taxis diferentes –dijo Valentina subiendo intempestivamente al auto- no te molesta verdad?
  • Nooo, claro que no, que bien que vayas tu también… así no me voy sola –dijo alegremente Camila;
  • Ok, entonces vamos, primero a tu casa y luego a la mía –dijo Valentina dándole la dirección al chofer.

Durante el trayecto, ambas guardaron silencio, pero Camila buscó la mano de Valentina, entrelazando sus dedos entre los suyos; ésta no opuso resistencia y se limitó a acariciar la mano de la rubia con su dedo pulgar; una vez que llegaron a su primer destino, el vehículo se detuvo, el taxista bajó a sacar la maleta de Camila mientras las miradas de ambas se encontraban y sin poderlo evitar, Valentina se inclinó sobre la rubia que la veía expectante, depositando un suave beso en sus labios entreabiertos.

  • Hasta mañana ojos verdes, descansa;
  • Hasta mañana jefa –dijo Camila con su mejor sonrisa
  • Camila –dijo Valentina mientras bajaba del auto
  • Dime?
  • No me digas jefa si?
  • Está bien jefa, ya no te diré jefa –respondió Camila con una pícara sonrisa en su bello rostro;
  • Jajaja! No tienes remedio verdad? –dijo Valentina mientras acompañaba a Camila a la puerta de su casa;
  • Nooo, je!
  • Ok, ok, te dejo entonces, hasta mañana –se despidió Valentina
  • Hasta mañana… Valentina –dijo Camila entrando a su casa.

Valentina abordó el taxi, pensando que tal vez hubiera sido buena idea intentar quedarse con Camila; de inmediato desechó la idea, era muy pronto aún y no quería apresurar las cosas; le sorprendió mucho sentirse tan bien, hacía mucho que no se sentía tan tranquila y sobre todo, contenta; estaba empezando a creer que si podría llegar a algo duradero con "ojos verdes".

Camila mientras tanto, estaba que no podía creerlo; Valentina le había demostrado una cara totalmente diferente y desconocida, aunque debía reconocer que se sentía encantada con esa nueva faceta. Pensar que le aterraba tanto volar y al estar entre los brazos de Valentina se olvidó de sus temores y del mundo, recordó con una gran sonrisa todo lo ocurrido y concluyó que si le importaba a esa enigmática mujer, se sentía feliz ante la posibilidad de que esto fuera el inicio de algo duradero y antes de dormir, sonrió recordando lo bien que se oía en la boca de su amor, que le dijera "ojos verdes".

Al día siguiente, ambas llegaron después de las tres de la tarde a las oficinas, ocupándose cada una de sacar sus pendientes; Valentina se sorprendió a sí misma viendo constantemente la hora; quería que el tiempo volara, pues pretendía abordar a Camila a la salida de sus labores, quería decirle lo que sentía, pues ya no soportaba la incertidumbre; Camila por su parte, pensó que quizá a la hora de la salida, le diría a Valentina que fueran a tomar un café o algo, pues tenía ganas de estar con ella; disfrutaba mucho de su compañía y mas aún cuando le sonreía y se portaba como el día anterior; había intuido desde mucho tiempo atrás, que debajo de la imagen dura y agria de Valentina, existía una mujer sensible y ella se moría por conocer mas de esa mujer.

Al dar las 8 de la noche, Camila apagó su computadora, pensando en agradarle a Valentina, retocó su maquillaje, se puso un poco de perfume y mientras se encontraba recogiendo sus papeles, fue sorprendida por la súbita aparición de Bárbara:

  • Hola chica, ya no quieres ni saludar –le dijo la coqueta morena;
  • Ahh! Hola Bárbara, cómo estás?;
  • No tan bien como tu, pero aquí andamos –dijo Bárbara mientras la veía de arriba abajo;
  • Si?, que bien –dijo Camila tratando de terminar la charla;
  • Te veo… no se, diferente;
  • A mí? No, para nada, soy la misma –contestó Camila;
  • Mmm… que tal te fue con la nazi en Monterrey? Te debe haber tenido como negra trabajando mil horas al día eh? –agregó Bárbara con sarcasmo;
  • No Bárbara, y no le digas nazi, en realidad Valentina es una persona muy considerada –respondió Camila sin poder evitar un tono de molestia en su voz;
  • Vaya Vaya! Con que esas tenemos eh??? –dijo Bárbara con ironía;
  • Qué tenemos??
  • Jajajaja! Yaaa!... Me queda claro!... Te acostaste con ella no???
  • Por supuesto que no! De donde sacas semejante cosa?? –dijo Camila sintiendo que se sonrojaba;
  • Bueno, es obvio, tienes cara de boba y lo entiendo… la nazi es un cañonazo en la cama, es toda una zorra no? –agregó Bárbara venenosamente;
  • Cómo? –preguntó una estupefacta Camila;
  • Ups! No me digas que no te lo dijo pequeña??? –dijo Bárbara llevándose la mano a la boca en un irónico gesto
  • No me dijo qué?
  • Mmm… bueno, te lo digo yo: fuimos amantes un tiempo, pero… como siempre, se cansó y me dio una patada, así que disfruta el momento y obtén el mejor provecho posible, porque créeme, cuando la nazi acabe contigo, no quedará nada –remató Bárbara.
  • Ay Bárbara, por favor! Deja de decir tonterías, porque dices eso? – preguntó Camila sintiéndose cada vez mas enojada
  • Bueeeno… por lo visto te tenía tan caliente que ni por error te has enterado de nada chica… veamos, te lo explicaré con manzanitas: la nazi es… una especie de vampiro emocional, te utiliza y te desecha, ya lo hizo conmigo y ya lo ha hecho con otras eh! –dijo Bárbara pacientemente;
  • Pues… no se Bárbara, en realidad no me interesa saber eso, no tengo nada con Valentina, ni pasó nada en Monterrey –dijo Camila intentando cortar la conversación;
  • Ohhh! Nooo! No me digas que te despreció??? Pobrecita de ti… pero no te preocupes, aquí está mami Bárbara para consolarte, que te parece? –dijo Bárbara mientras la abrazaba;
  • Bárbara, suéltame por favor, no me abraces, no me agrada que lo hagas ok? –dijo Camila soltándose bruscamente de la morena que sonreía con ironía;
  • Bueno, que sensible estamos hoy, jjejeje!; en fin pequeña, solo te daré un consejo: aguas con la nazi, no vaya a acabar matándote como a su última novia ehh! –se despidió Bárbara lanzándole un beso.

Valentina se dirigía hacía el cubículo de Camila, llegando justo en el momento en que Bárbara la abrazaba; se detuvo mientras veía el resto de la escena, era obvio que estaban teniendo una pequeña discusión; había ido a buscar a Camila pues necesitaba verla, quería decirle lo que sentía y de una vez por todas acabar con la duda que la carcomía; no atinó a reaccionar, por lo que se quedó inmóvil, de pie en medio del pasillo, lo que ocasionó que Bárbara se cruzara con ella cuando ya se retiraba; cuando Bárbara se cruzó con ella en el pasillo, le dijo en voz baja:

  • Disfruta a tu rubiecita, coge riquísimo –mientras le guiñaba un ojo.

Valentina no supo que contestar y solo se quedó parada, viendo boquiabierta la espalda de la morena que contoneando las caderas, se alejaba rápidamente de ahí; Camila mientras tanto avanzó hasta donde estaba parada su jefa, con cara de estupefacción:

  • Buenas noches Valentina, se te ofrece algo? –no pudo evitar el tono cortante en su voz;
  • Eh??... no… bueno, si –balbuceó la desconcertada Valentina;
  • Si o no? –preguntó impacientemente Camila;
  • Yo… er…. Pensé que… pues… quieres ir a cenar conmigo? –soltó abruptamente Valentina;
  • No gracias, me duele un poco la cabeza, discúlpame si? En otra ocasión será, hasta mañana –dijo Camila continuando su camino;
  • Si claro, hasta mañana –dijo Valentina quedándose de pie sin atinar a reaccionar.

Camila manejaba rumbo a su casa, sentía que los celos y el coraje la abrumaban; porque Valentina no le había dicho de su relación con Bárbara?... aunque… en realidad… qué derecho tenía ella para que Valentina le hablara de sus relaciones pasadas?. Recordó la charla que habían tenido meses antes y lo que ésta le había dicho: "quizá Bárbara no sea un buen partido para ti". Acaso Valentina sentía algo por la morena? Por eso le había insistido en que no era buena idea tener una relación con ella? Por Dios! Se sentía terriblemente confundida, a qué jugaba Valentina? Intentaba conquistarla para alejarla de Bárbara?.

Camino a su casa, Valentina también pensaba en lo ocurrido minutos antes; tenía la certeza de que Bárbara y Camila tuvieron una relación… tuvieron? O aún tenían? Porqué Camila estaba tan alterada? Y porqué Bárbara le hizo ese comentario tan grosero? Acaso el verla de nuevo había hecho que Camila se diera cuenta que la morena era lo que quería? Por Dios! Se sentía confundida, a qué jugaba la rubia? Qué haría ahora? Tenía algún sentido decirle lo que sentía por ella?.