Un amor inesperado (2)

Como vería a Bárbara el lunes siguiente despues de lo que había sucedido entre ellas?

El camino hacía la casa de Bárbara se le hizo eterno a Camila; se encontraba ardiendo y ansiosa por gozar del cuerpo de la hermosa morena que tantas noches de sueño inquieto le había dado; Bárbara mientras tanto, pegaba su cuerpo hacía la conductora, acariciando sus piernas mientras le susurraba al oído:

  • Cami, te puedo decir así?
  • Si claro, dime como tu quieras preciosa.
  • Me encantas, me tienes muy caliente nena.
  • Tu me tienes igual.
  • Que rico nos la vamos a pasar, cosita rica –dijo Bárbara mientras mordisqueaba el cuello de Camila.
  • Si sigues besándome así vamos a chocar preciosa.
  • Está bien, ya no te besaré así.

Sorpresivamente, Bárbara se inclinó sobre Camila besándole las piernas y acariciando sus caderas; ésta sentía que estaba siendo sometida a la mas deliciosa tortura mientras intentaba concentrarse en manejar; sintió que se estremecía cuando Bárbara metió las manos por debajo de su falda y pasó sus manos por la parte interior de sus muslos, arañándola suavemente con sus largas uñas, buscando llegar a ese lugar que se encontraba ya completamente mojado y caliente; sentía su sexo palpitar con fuerza y un cosquilleo que le recorría todo el cuerpo; gimió con fuerza cuando sintió uno de los dedos de Bárbara escurrirse por debajo del pequeño bikini que llevaba, rozando sus labios vaginales, jugueteando con sus vellitos:

  • Nena, vamos a chocar como sigas
  • Quieres que me detenga – dijo Bárbara poniendo en su cara una expresión de inocencia que resultaba mas excitante aún
  • No, no te detengas, sigue por favor, me tienes a mil
  • Mira nena, hemos llegado.

Camila no supo ni como acomodó el auto en el cajón del estacionamiento del edificio; se giró y tomó la cara de Bárbara con ambas manos, devorándole los labios; pasaba su lengua por ellos, por la comisura, frotaba sus labios contra los de ella; la boca entreabierta de la hermosa morena fue una invitación a la lengua ansiosa de Camila, que cautelosa, paseo entre esos labios excitantes y suaves, para entrar de lleno a la cavidad caliente y húmeda que con alegría la recibió; la danza de sus lenguas enredadas acariciándose mutuamente, era enloquecedora y excitante, sentir como se mezclaban sus alientos y la humedad de sus bocas, excitó mas aun a ambas mujeres, que gemían sin control.

  • Cami, tócame; tócame ya por favor! –imploró Bárbara
  • Donde quieres que te toque hermosa? –preguntó Camila interrumpiendo el delicioso beso
  • Tócame toda, donde tu quieras nena.
  • Donde yo quiera? Eso puede ser arriesgado.
  • No importa, necesito sentirte.

La invitación fue aceptada inmediatamente por Camila, quién continúo besando a Bárbara, le excitaba mucho sentir su aliento, la humedad de su boca la estaba poniendo a mil, sabía deliciosa, sus labios eran sensuales, invitantes, la hacían desearlos en su vagina, besándola y chupándola; bajó sus manos por la espalda de Bárbara, metiendo las manos por debajo de la blusa y en un hábil movimiento, desabrochó el brassier que a duras penas podía contener un par de hermosas tetas que al sentirse liberadas, cayeron plenas y ansiosas de caricias; abrió los botones de la blusa, regocijándose con la vista: los senos de Bárbara eran grandes, redondos, firmes, coronados con unos pezoncitos obscuros como si fueran gotitas de chocolate que invitaban a chuparlos y besarlos. El fuerte gemido que salió de Bárbara cuando empezó a besarle los senos, le indicó que iba por buen camino, por lo que pasó su lengua por toda la extensión de esos deliciosos globos: lamió la parte de en medio, por debajo, sus costados, sin tocar los pezones, haciendo que Bárbara se arqueara ofreciéndoselos:

  • Yaa, chupame los pezones por favor.
  • No nena, no seas golosa, espera.
  • Nooo, estoy que exploto Cami, bésalos ya!
  • Quieres que los bese nada mas nena? –preguntó Camila mientras sus manos apretaban esas hermosas tetas con suavidad.
  • Has con ellos lo que quieras pero hazlo ya!
  • Te gusta algo como esto? –dijo Camila mientras su lengua lamía uno de esos duros pezones.
  • Siiii
  • O prefieres algo como esto? –preguntó mientras sus labios apretaban el otro pezón.
  • Ohhh Dios!!! Me vuelves loca, no pares.
  • Nena, vamos a tu casa, este auto es muy chico.
  • Siii, vamos amor, quiero cogerte y que me cojas hasta hartarnos.

Ambas bajaron y se dirigieron hacía el edificio tomadas de la mano; la ansiedad y excitación que sentían era tremenda, por lo que al cerrarse las puertas del elevador, no pudieron evitar lanzarse una sobre la otra; al ser Bárbara mucho mas alta que Camila, le resultó muy fácil meter su rodilla entre las piernas de ésta, sintiendo en su muslo el calor del sexo de Camila, aprovechando para frotarlo contra ella mientras continuaban besándose apasionadamente.

  • Bárbara, me calientas mucho haciendo eso
  • Si? Eso quiero nena.

Bárbara tomó a Camila por su trasero, montándola prácticamente sobre su muslo, apretando sus nalgas con fuerza, arrancándole algunos gemidos a su dueña. Cuando por fin llegaron a su destino, la ropa de ambas mujeres voló por la estancia, acabando ambas en un enorme sofá donde Bárbara, totalmente desnuda, quedó boca arriba, abriendo completamente sus piernas lo que le permitió a Camila tener una panorámica completa de su rajita; lo que vio hizo que se estremeciera: un conejito completamente depilado, con unos labios gruesos que en ese momento se veían totalmente mojados; los dedos de Bárbara abrieron esa deliciosa cueva para enseñarle su joya mas preciada: un clítoris protuberante, rojo, y que anhelante parecía invitar a Camila a chuparlo y besarlo.

  • Que rica estás Bárbara!
  • Te parece?
  • Sii, con esa cosita que tienes entre las piernas, me dan ganas de
  • De que amor?
  • De mamarte hasta que me regales tus jugos.
  • Si nena, hazlo, mira como está mi cosita –contestó Bárbara mientras pasaba uno de sus dedos masajeando sensualmente su clítoris.

Camila no pudo contenerse, así que como un náufrago hambriento, tomó a Bárbara por los tobillos, haciendo que doblara sus rodillas exponiendo aun mas su delicioso agujero, pasando la punta de su lengua a lo largo de toda la raja mojada y caliente que tan alegremente se le ofrecía, arrancando un gemido de su dueña, lo que la motivó a seguir lamiendo, primero lentamente, y luego mas rápido, ese rico lugar; le excitaba mucho sentir en su lengua lo caliente y mojado de la vulva de Bárbara, saboreó los labios vaginales de la morena, que se estremecía sin control; tomó entre sus labios el clítoris palpitante y enrojecido, mientras su dueña empujaba golosamente sus caderas hacía su cara, mientras gemía sin parar y apretaba sus senos, pellizcando sus pezones obscuros que se encontraban completamente duros y parados; sentir la lengua de Camila penetrándola, arrancó un delicioso e intenso orgasmo en Bárbara:

  • Nenaaa… me matas! No pares! Me vengo… me vengooo ricooo… ahhhh!..... mmmmmm!..... ahhhhh!.... yaaaaaaa!

Los jugos de Bárbara bañaron por completo la cara de Camila; sentir esos fluidos dulzones y espesos en su boca, hicieron gozar a la rubia, quién dejó el lugar en el que estaba, subiendo por el cuerpo de Bárbara, alcanzando su boca, donde compartió un caliente beso.

  • Mmm que delicia, sabes a mi.
  • Si nena, te gusta?
  • Sii, me encanta el sabor de mis jugos en tu boca.
  • A mi también me gusta.

Bárbara se levantó del sillón y tomó a Camila de la mano, llevándola consigo a su recámara, donde las esperaba una amplia y cómoda cama; una vez ahí, Bárbara se sentó en la orilla de esta, jalando a Camila quien quedó montada encima suyo:

  • Te han dicho que tienes unas tetitas muy ricas corazón? –dijo Bárbara mientras chupaba con ansia los rosados pezones de Camila.
  • No, no me lo han dicho –respondió Camila mientras arqueaba su cuerpo ofreciéndole sus pequeñas tetas.
  • Están chiquitas nena, pero que ricas saben, me caben perfecto en las manos, mira que rico las puedo apretar, te gusta?
  • Sii, me encanta, sigue
  • Así preciosa?, así te gusta que te chupe los pezoncitos tan ricos que tienes?
  • Siii, me calientas

Camila sentía que estaba a punto de explotar; la lengua de Bárbara lamía con maestría sus tetas, dejándolas completamente mojadas, mientras sus largas uñas subían y bajaban a lo largo de toda su espalda, provocando que su piel se erizara; se sentía como una pequeña amazona cabalgando a una potente yegua; el roce de su vulva contra los muslos de Bárbara la estaba enloqueciendo y sentía que en cualquier momento terminaría; repentinamente, la morena se detuvo y giró a Camila hasta que ésta quedó boca arriba en la amplia cama; cuando sintió las uñas de Bárbara acariciando sus labios vaginales, gimió con fuerza, empujando su cadera hacía el frente, buscando alivio al hormigueo que insoportable ya recorría todo su cuerpo:

  • Ahhh! Que me haces???
  • Te cojo nena, solo eso… te gusta?
  • Siii, me encanta
  • Y esto te gusta? –preguntó Bárbara mientras frotaba uno de sus dedos en toda su vulva y su clítoris
  • Ahhh!! Siii, que ricooo!
  • Y esto? –volvió a preguntar mientras uno de sus dedos la penetraba lentamente.
  • Siiii, dame dedo nena, yaaa!
  • Solo uno o prefieres dos? –mientras introducía otro dedo en la cavidad mojada y caliente de Camila.
  • Todos, todos nena, mete los que quieras… soy tuya!
  • Me gusta tu rajita Cami, esa línea de vellitos rubios se ve sexi y rica
  • Si nena, es para ti, gózala.

La invitación no fue desaprovechada por Bárbara, quien empezó un mete y saca profundo con sus dos dedos en la vagina de Camila; ésta gemía y movía frenéticamente sus caderas, hasta que empezó a sentir esa sensación previa al orgasmo en su vientre, como sus paredes vaginales se contraían y sin poderse contener, explotó lanzado un largo gemido

  • Aaaahhhhhhhhh!... siiiiii!!! …. Ahhhhhhhhhh!

Bárbara la abrazó con fuerza, besándola en la boca mientras sentía los últimos espasmos de su delicioso orgasmo desvanecerse; el resto de la noche, transcurrió con las dos hembras amándose, cogiéndose una y otra vez, gozando de innumerables orgasmos, sorprendiéndolas el amanecer desnudas, con las piernas enredadas la una en la otra; Camila fue la primera que despertó, sintiéndose un tanto descontrolada al encontrarse en un lugar extraño; se levantó con cuidado para no despertar a Bárbara, quien se encontraba aun dormida, agotada tal vez de tanto ajetreo nocturno, se dirigió hacía el baño y ahí, vio su rostro en el espejo:

  • Vaya Camila, te ves estupenda! –pensó para sus adentros
  • Claro, con una sesión de sexo tan intensa como la de anoche, cualquiera se ve divina, jejeje! –continúo con sus reflexiones; se sentía feliz, tal vez esta era la oportunidad de iniciar una nueva relación; ya era hora de dejar su soledad y quien sabe, tal vez Bárbara podía ser una buena compañera… era cosa de tratarse un poco mas y con un poco de suerte….

En esas cavilaciones estaba cuando hizo su aparición Bárbara, quién dándole un beso en los labios, la tomó por la mano y la llevó de nuevo hacía la cama, donde quedaron acostadas de lado, frente a frente la una con la otra:

  • Buenos días nena, siempre te vas de la cama sin despedirte?
  • Jajaja! No me he ido, solo me levanté al baño preciosa, como dormiste?
  • Excelente y tu?
  • También muy bien
  • Tienes hambre nena?, que te parece si te invito un suculento desayuno colombiano?
  • Ups! Creo que no, tengo que estar temprano en casa, van a hacer algunas reparaciones y de hecho ya voy algo atrasada;
  • Si?, que reparaciones?
  • Van a pintar y quise aprovechar el fin de semana para que se haga todo eso, ya ves que entre semana no tenemos tiempo de nada.
  • Si claro, y menos con la nazi que tenemos por jefa, jijiji
  • Que mala eres, porque le dices nazi a la Ing. Valentina?
  • Ufff! Pues porque si, pero bueno… no hablemos de ella, mejor dime si te gustó lo que pasó entre nosotras –preguntó Bárbara haciendo un gracioso puchero con sus labios
  • Si, claro que me gustó y mucho, espero que podamos repetirlo en otra ocasión –contestó Camila esbozando una amplia sonrisa y apartando un mechón de cabello de su hermosa cara.
  • Sii… pero.. quiero decirte algo Camila –dijo Bárbara mientras pasaba sus dedos por los labios de Camila.
  • Dime preciosa –mientras besaba ese dedito travieso.
  • Que.. pues… no me gusta jugar con los sentimientos de las personas y por eso es necesario que sepas que… fuera de esto… no hay más.
  • No hay más?, a que te refieres Bárbara? – Camila sintió como su estómago se encogía.
  • A que… bueno… yo no soy lesbiana… me gustan las chicas, pero.. solo como una fantasía sexual… no podría tener una relación de otro tipo con una mujer… si me explico verdad?
  • No muy bien, podrías ser mas clara e ir al grano Bárbara? Porque no te estoy captando la idea eh!
  • Ok, ok, vayamos al grano entonces: me gustan las chicas para tener sexo, y si te interesa, podemos tenerlo, pero fuera de la cama, no estoy interesada en tener una relación de.. digamos… noviazgo; o sea, nada de salidas, cenitas, charlas, compartir tiempo y demás con una chica, ahora si me expliqué?
  • Ahhh! Si, claro, ahora si… no te preocupes, yo tampoco estoy interesada en tener una relación que no sea sexual con alguien, así que no te apures –contestó Camila sintiendo como un nudo se formaba en su garganta.
  • Perfecto, entonces… habiendo aclarado el punto, me alegra saber que lo comprendes y estamos en el mismo canal.
  • Si claro, a mí también me alegra.

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Las lágrimas rodaban por las mejillas de Camila mientras manejaba rumbo a su casa; se sentía triste y bastante desconsolada, enojada consigo misma.

  • Que estúpida eres Camila, en que demonios estabas pensando cuando te acostaste con Bárbara?
  • Qué creíste? Que por una simple noche de sexo explosivo serían felices para siempre como en los cuentos?
  • Vaya que eres tonta chica! A tu edad todavía andas con esas cursilerías??
  • Cuando entenderás que el que alguien tenga sexo contigo no implica que sienta algo mas por ti ehhh!

En medio de todas estas reflexiones llegó Camila a su casa; unas horas después, mientras reposaba cómodamente en su sillón favorita, se preguntaba: como hago ahora para continuar conviviendo con Bárbara después de lo que pasó?, como hago para no sentir algo mas que deseo?