Un amor imposible

Todo empezó hace medio año, aproximadamente.

Yo comenzaba a comprender que mis preferencias sexuales no son completamente heterosexuales, y entre algunos cuestionamientos llegué a la conclusión de que existían dos chicas que me gustaban.

Una ya había estado toda la preparatoria junto a mí, y la otra muchacha apenas llevaba conociendola unos cuantos meses. Fue ésta última mencionada la que compartió más tiempo conmigo por ir en el mismo salón.

No puedo mencionar su nombre, puesto que aún lo llevo tatuado en el corazón y lo pienso desprender.Así que tendré que ponerle un seudónimo, Ofelia.

Lo que quiero compartir con ustedes es una historia ficticia, de lo que pudo haber sido si me hubiera correspondido:

Ella estaba allí, sentada, trazando algunas líneas que iban creando un cuerpo humano, uno que era bello y al mismo tiempo parecía sufrir, sus ojos lo mostraban. Yo pasé cerca de ella, mi función principal es ir a molestarla, y de paso quedarmele viendo como babosa.

• ¿Y eso?...-despeiné un poco sus cabellos, los cuales al ser tan cortos tomaban inmediatamente su posición- me gusta como dibujas...-siendo sincera, repetía eso muchas veces, pero es la verdad, es muy buena artista.

Ofelia se encogió de hombros y apenas dirigió su mirada a mí, y yo con eso me conformé, ver esos ojos oscuros y grandes era algo único.- pues no me está gustando...-mencionó con su voz baja y latente.

Me senté a su lado recargándo apenas mi cabeza en su brazo. Ella me lo permitía porque ya nos teníamos confianza. Suspiré unos instantes, inquieta, estar allí era algo mágico, sentía que no había nadie más que nosotras dos en ese pequeño jardincito de la preparatoria.

-¿Te estás durmiendo?.-preguntó cuando el tiempo ya había avanzado bastante, y había notado que yo había cerrado mis ojos para simplemente disfrutar el momento. Yo apreté mis ojos un poco y me hice la dormida para que no se sintiera incómoda y, como es tan linda, me apretó la frente con su dedo índice levantando mi rostro.- ey, Ivonne... ya son las dos.

A las dos ella tenía que retirarse, me aparté de ella estirando los brazos y fingiendo un bostezo.- ay, no... quédate otro ratito más, total..-pestañeé mirando su hoja con el dibujo más desarrollado.- ya vas a terminarlo.

Se incorporó tomando su gran mochila negra y negó con su cabeza.- se me hará tarde y debo pasar por mis hermanos

Esta bien, lo admito, no puedo estar sin ella. Así que le seguí.- te acompaño a la salida y de allí al camión...-le mencioné tomando sin pedir prestado su cuaderno de dibujo.- en serio es muy hermoso.

No me respondió a eso, apenas y podía sacarle algún tema de conversación, pero no me importaba, me sentía cómoda y feliz.

Cuando por fin nos tuvimos que separar para irnos cada una a su casa no pudimos mencionar palabra, fue algo muy extraño, sólo nos vimos, atentas a nuestros gestos, nuestros ojos, estando cerca, muy cerca.

Al final no aguantó más y se subió a su camión.

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Aún no termino, tal vez iré por partes, si les ha gustado mi lectura, mm este es mi primer relato y ohh, jajaj gracias por leerlo.