Un amor imposible (2)

Sólo puede tratarse de una ilusión

Antes de seguir con la historia les agradezco a todos los que me dejaron un comentario, y también a todos los que leyeron esta pequeña historia que surgió de un amor que no se dio.

Continuemos


Al día siguiente, después de clases, todos mis amigos decidieron ir a comer a una pequeña fondita (donde se sirve comida corrida, arroz, quesadillas, etc.). Ofelia por su puesto iba con nosotros, y yo encantada por tenerla de compañía trataba de hacerle siempre plática con los demás.

El ambiente era puro escándalo, las risas se escuchaban por toda la calle, no podíamos callarnos. Pero, yo me detenía, y luego apegaba mi sonrisa cuando notaba que ella estaba distante, comiendo sin ver a los demás, pensativa.

Me preguntaba qué podría tenerla así, generalmente divagaba pero no tanto. Por eso me levanté y le propuse que salieramos para dar un pequeño paseo entre las calles. Ella aceptó titubeando un poco y se retiró conmigo.

Dimos tres  vueltas a la manzana, hablando de cosas sin importancia, la escuela, los amigos. Lo que me importaba, lo que realmente anheblaba era hacerla sonreír, era para mí un obsequio. Su sonrisa me deleitaba, se ve así más hermosa de lo que es.

En algún momento nos cansamos de caminar sin llevar algún rumbo fijo, y decidimos entrar a un pequeño jardincillo en el cual estaban en el fondo unos columpios. Fue allí donde nos sentamos y comenzamos a jugar, apenas sin hablar.

Luego, después de algunos minutos, sin poderme aguantar, le pregunté: -¿por qué estabas tan alejada de nosotros?

Bajó la velocidad y apenas volteó a verme.- bueno, estaba distraída...-realmente no me gustaban sus respuestas que no me dejaban conforme.

-¿Distraída?...a ver...¿en quién estarás pensando?..-reí, bromeando un poco. Esa pregunta no quería que me la contestara por miedo a escuchar otro nombre que no fuera el mío, pero ya que la había formulado.

-En...nadie.- Se tardó demasiado, eso no es bueno . Suspiré tratando de calmarme un poco, en fin, si no quería decírmelo no tenía por qué hacerlo.

-Oh...yo sé que pensabas en alguien....-Mentira, nunca podré dejar de preguntar hasta sacar la sopa.

Eso ya ni se molestó en contestar, simplemente miró al cielo diciendo.- creo que ya es tarde...

Allí va, esquivando cualquier cosa que le mencione y le desagrade.

Me levanté, rápidamente sin querer que hasta allí terminara el grato momento de estar solas y juntas, una oportunidad bastante grande para revelar mis sentimientos. Me paré frente a ella, mirando directamente sus ojos, y un poco sus labios que no me dejaban tranquila.- no, no...quedémonos un ratito más, además nos estamos divirtiendo.

-Pero debo de irme...-insistió. En ese instante la cosa estaba perdida, cuando ella decía ¡basta! todo debía detenerse. Así que me encogí de hombros, dejando ver que me rendía.

Eso sí, no pude evitar agacharme para quedar nuestros rostros más cercanos.- como tu gustes entonces.

Nos quedamos un rato congeladas, y me pareció eterno el tiempo en que fijamos miradas. No era cosa incómoda, sino que me alteraba más, me ponía nerviosa, mis manos sudaban y mi corazón parecía venirse sobre mí como una estampida de elefantes.

Bésala , pensaba, y mi cuerpo no reaccionaba para convertir el sueño en realidad. Olvídalo, siendo tan cobarde me hice a un lado y esperé a que se parara para dar marcha a la salida.

Volvimos por el caminito, y saqué el tema.- oh, el amor es muy extraño, ¿no lo crees, Ofelia?...yo sé que siempre estaré sola

Se detuvo un poco, levantando la ceja sin creer mis palabras.- no te creo, ¿por qué?

-Porque hay una persona de la cual estoy enamorada, pero sé que no siente lo mismo.- respondí herida, es triste mencionar aquellas palabras a la misma persona que jamás llegará a corresponderte.

Siguió caminando, ya no tan interesada.- eso aún no lo sabes...¿y quién es la persona?

No dejaba de recliminarme en la mente el no atreverme a besarla en los labios para no terminar aún más nerviosa con aquella interrogante, me decepcioné de mi misma.

Tranquila, aún estamos en el jardín, aún es tiempo. Y de pronto, sujetando su brazo, haciéndola retroceder mencioné mirándola.- estoy enamorada de tí