Un Amo para una perra 4

La perra empieza a entregarse para descubrir consternada que no es suficiente y que tarde o temprano su Amo la compartirá con otros.

CAPÍTULO 4

Las luces se encienden sacándote de tu sopor. Devolviéndote a la realidad. Recordándote que pronto volverá tu secuestrador y que debes prepararte tal y como te ha indicado.

Te levantas asqueada, dolorida y con algo de frio. Pero tratas de ignorar todas esas sensaciones y empiezas a acicalarte. Primero el pelo, luego te lavas los dientes y sin poder retrasarlo más te pones una lavativa tal y como te enseño el ayer, descubres que haciéndolo tu misma no se siente tan mal. Finalmente te inclinas en el agujero te vacías y orinas. Ya aseada te pones el corsé, aunque sientes que no consigues apretarlo tanto como cuando él te lo puso la primera vez y eso te pone algo nerviosa. La mordaza de aro en cambio es fácil de poner y aunque te cuesta acabas atando tus manos al gancho del collar. Bastante nerviosa por si él no considera adecuado algo de toda tu preparación te colocas de rodillas con el culo sobre tus talones y las piernas separadas mirando hacia la puerta.

El tiempo pasa, la posición es incomoda y la baba te cuesta que no gotee por la boca abierta. Empiezas a plantearte esperar en una pose mas cómoda cuando escuchas el característico ruido de la puerta del piso de arriba al abrirse y sus pasos bajando las escaleras. Inmediatamente sacas la lengua fuera del aro como una perra complaciente buscando agradarle lo máximo posible.

Pero los pasos no se detienen en tu puerta si no que pasan de largo, escuchas la puerta de la sala de entrenamiento abrirse y de nuevo lo oyes pasar en dirección contraria, para volver moviendo algo pesado.

Nerviosa por esos ruidos notas como al sacar la lengua babeas aun más, pero él está demasiado cerca si no te quedas en posición podría descubrirte y castigarte y desde luego no quieres arriesgarte a ello.

Durante varios minutos escuchas sin saber que hace. En tu posición de espera junto al espejo puedes ver de reojo como las babas caen en hilos sobre tus tetas mojándolas poco a poco. Y esa es la imagen que ofreces cuando por fin se abre la puerta, la de una perrita babeante aguardando por su Amo.

  • Veo que el castigo y el entrenamiento de ayer han servido para algo.

  • Guau guau guau -ladras con algo de dificultad por el aro.

Carraspea acumulando flemas y da un paso hacia ti. Sabes que va a hacer, sabes que ese es tu premio por cumplir adecuadamente y eso te tranquiliza. Sin que te diga nada inclinas la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados esperando recibir su esgarro. Y entonces al caer sobre tu lengua te sorprendes de que sabe dulce. Abres los ojos y te das cuenta de que esta comiendo un caramelo. Te sientes confusa por una parte tu paladar te dice que esta bueno pero al mismo tiempo sabes que son las flemas de tu secuestrador lo que se escurre hacía tu garganta. Pero el te esta mirando fijamente esperando e inmediatamente te das cuenta de que debes hacer. Tragas como puedes sin cerrar la boca.

  • Gua guau, más, más, Amo -dices con dificultad.

  • Luego perrita luego. -te coloca la correa y tiro de ella para que lo sigas a cuatro patas hacía el pasillo y la sala de entrenamiento. Gateas con los codos detrás suya, duele bastante, de la boca siguen cayéndote babas que van dejando un rastro en el suelo mientras lo sigues.

Al entrar en la sala de entrenamiento comprendes porque lo escuchabas ir arriba y abajo haciendo tanto ruido. Ahora en la habitación hay una especie de potro de gimnasia del que sobresale un consolador, enfrente una mesita con un teléfono conectado a un portátil y a una cámara de video sobre un trípode.

  • Ponte ahí en medio en posición de espera perrita -te ordena indicando el centro de la sala donde también esta el desagüe.

Miras todo asustada y sigues gateando hacia el sitio indicado. Te arrodillas, culo en los talones, separas las piernas y sacas la lengua en silencio, mirando de reojo lo que hace.

Lo ves ir a por la manguera en la otra esquina de la habitación, la puerta esta abierta, igual que la de las escaleras solo tendrías que levantarte y salir corriendo, pero entonces recuerdas el collar eléctrico que sigue en tu cuello, la sensación de asfixia, el picante en tu coño, los videos que tiene de ti, las fotos... bajas la mirada sintiéndote vencida y quedándote quieta.

Vuelve con la manguera en su diestra y agachándose junto a ti mete la otra mano entre tus piernas palpando tu sexo y tu ano.

  • Esto esta un poco sucio e irritado ¿verdad cielo? Vamos a darle con un poquito de agua limpia.

Apunta la manguera a esa zona y abre el chorro que sale frio.

  • AA aaa gu guauu guau guauu -ladras intentando disimular tus gritos de lo helada que está.

  • Por cierto perrita ¿Que has hecho con tus braguitas? No te las veo puestas.

  • Aaaah eees… están en mi co… coño Amo.

  • Ah, es verdad, bueno en cualquier caso una perra no necesita bragas ¿Verdad?

  • No… no Amo.

Tras limpiarte el coño y retirarte las bragas de su interior te hace gatear hacia el potro donde vuelve a enganchar, al collar, la cadena con la que te estrangulaba el otro día. Y tensándola te obliga a irte levantando. Aterrada niegas con la cabeza creyendo que va a volver a asfixiarte.

  • Yo... yo pe... perra buena, por... por favor Amo. ¡No no más por favor!

  • No te pongas revoltosa perrita. -es lo único que te dice pero no tiene intención de colgarte de nuevo. Cuando estas ya de pie te acerca un taburete para que te subas al potro y aliviada de que no pretenda asfixiarte de nuevo obedeces mansamente.

  • Sube y clavate ese consolador en tu coñito perrita.

Miras el consolador de plástico negro que se levanta desafiante sobre el potro, no es muy grande pero tu coño esta cerrado por el miedo y mal lubricado esa cosa te va a hacer daño si te lo metes así. Lo miras suplicante.

  • A... Amo es… estoy seca. No… no voy a poder.

  • Cielo no te preocupes yo te ayudo con eso.

Temerosa de que pueda hacer te sorprende cuando ves que realmente saca un lubricante y lo aplica en el dildo y en tu coño.

  • Gra… gracias Amo.

Te subes a la banqueta y con su ayuda te vas clavando el dildo que se abre paso a través de tu coño como una estaca. Haciéndote sentir empalada cuando finalmente quedas completamente sentada sobre él.

Aparta la banqueta, tensa la cadena del collar lo justo para obligarte a estar erguida sobre el potro, ata tus manos al corsé dejándolas a tu espalda y en tus tobillos cuelga unos pesos que te hacen casi imposible levantar las piernas.

  • Listo, así no te caerás. -dice dándote unas palmadas en el trasero y activando un interruptor que hace que el dildo empiece a vibrar.

Tras estos días ya sospechabas que iba a ser algo así, pero lo prefieres a todo lo que has vivido hasta ahora.

Mientras el vibrador va haciendo su trabajo ves como ultima los preparativos colocándote una diadema con un micrófono y unas orejas de perro en tu cabeza.

  • Que guapa esta la perrita vamos a sacar unas fotos mientras te cuento lo que vamos a hacer hoy. -dice con el móvil en la mano y empezando a disparar foto tras foto

  • Guau guau guau. -ladras sacando la lengua y mirando a la cámara posando para complacerlo y el sonríe como prueba de que esta conforme con tu actuación.

  • Tal como te dije ayer hoy vas a poder hablar con tu familia para contarles que estas bien y que no tienes pensado volver. No me importa que les cuentes mientras los convenzas de que no tienen que ir a buscarte ni avisar a la policía.

Asientes, mientras te vuelven a caer babas por la boca.

  • Pe… pero con el aro no puedo hablar bien Amo

  • ¡Silencio perrita! Aun no es momento de que hables, por eso no te he quitado el aro.

  • Guau guau -ladras agachando la cabeza.

  • Veamos por donde iba... -se queda callado pensativo dejando pasar probablemente mas tiempo del necesario, tiempo en el cual por la vibración tu coño empieza a estar caliente y pringoso- ...a si, decía que debes convencerlos de que no llamen a la policía. Y para asegurarme de que te esfuerzas en lograrlo hay dos normas…

Lo miras atenta para no equivocarte más adelante.

  • La primera, deben colgar ellos, si son tus padres quienes se rinden y acaban colgando el teléfono estoy seguro de que no harán tampoco nada más.

Asientes en silencio.

  • Y la segunda es que mientras no cuelguen ese juguetito que te esta haciendo ya chorrear no se va a detener.

  • Guau guau Amo.

  • Bien ahora que tienes las normas claras vamos a quitarte ese arito y hacer la llamada.

Te quita el aro y mueves la boca para relajar los músculos algo doloridos tras tanto rato en esa posición forzada.

  • ¿Llamamos a tu papi o a tu mami?

  • Ma... mama -respondes tras pensarlo un poco. No sabes que hora es, pero tu madre siempre esta en casa ya que no trabaja.

  • Ok, pues llamemos entonces a tu mami.

Le ves marcar el numero, supones que lo habrá sacado de tu móvil en algún momento. Lo que te hace pensar que tiene acceso a todos tus contactos, redes sociales, tu cuenta del banco etc. Pero no te da tiempo a pensar demasiado en ello ya que enseguida escuchas por un altavoz abierto como da tono.

  • Así podemos oír los dos lo que diga tu mami -dice guiñándote un ojo y dejando claro que se va a enterar de todo lo que habléis.

  • Si Amo.

Como es habitual tu madre no tarda en contestar.

  • ¿Si? ¿Quien es? -pregunta la voz de tu madre

  • Ho... hola, mama, como que quien es jajaja, ¿No me tienes guardada en el móvil? -dices intentando ser natural.

  • ¡Hija! ¿Eres tu? Es que no sale tu numero de teléfono. Me pone uno muy largo. ¿Estas bien? No sabemos nada de ti desde el sábado.

Esta claro que ha desviado la llamada para que no sea rastreable.

  • Si, si, estoy bien. -no sabes a que día estamos ni si ha pasado mucho tiempo desde el sábado pero no te atreves a preguntar para que tu madre no desconfié- Pues... que el sábado de fiesta... conocí a mi media naranja y bueno se me fue de las manos jajaja -ríes nerviosa esperando que suene creíble.

  • Niña, no puedes hacer estas cosas, nos tenias con el alma en vilo. Pensábamos que te había pasado algo, ya íbamos a llamar a la policía.

Mientras hablas él se acerca a ti y te toquetea las tetas, jugando con tus pezones como si se aburriera.

  • ¿Que? No mama, que exagerada, simplemente me he enamorado y el chico tiene mucha pasta y me fui de viaje con el... con su avión privado. -empiezas a inventar a lo loco esperando que cuele porque ahora mismo entre lo que sientes en tu coño y tus tetas no se te ocurre nada mejor.

  • Espera hija espera, ¿Que es eso de que te has ido con el en avión? ¿Es que no vas a volver?

  • No se, por el momento no, estoy enamorada y me dijo que íbamos a ver mundo y... y bueno, fo... folla como un toro también. -dices intentando ver si así él no se aburre y deja de tocarte, mientras sigues notando el dildo vibrar.

Tu comentario le hace sonreír pero sigue jugando con tus tetas apretándolas y retorciéndote los pezones haciendo que te muerdas el labio para no gemir.

  • ¡Lo que! -dice sorprendida por esa afirmación- Hija por muy bien que lo haga en la cama esa no es razón para desaparecer de esta manera. Que parece que te haya secuestrado.

  • ¿Eh? No no por dios, mama es amor, yo... yo le quiero...

  • Que lo quieres dices, pero si lo conoces de una noche.

  • Aaay -no puedes evitar acabar soltando un pequeño gemido de dolor cuando aprieta a tope uno de tus pezones.

  • ¿Que ha sido eso? ¿Te has hecho daño?

  • Eh, no, no. -niegas asustada y tratas de cambiar de tema- Pues por eso me ido con el, a ver mundo y conocerlo mejor.

  • Ay no se niña, pero ¿Y si te pasa algo? Tu móvil lleva apagado desde el sábado y ahora llamas desde este numero tan raro.

Sin dejar de tocarte tu secuestrador se pega a ti y te susurra al oído:

  • Dile que te hace sentir muy perra.

Tragas saliva.

  • Que estoy genial mama, mejor que nunca, me... me hace sentirme genial y una perra en la cama y me gusta mucho. Y el móvil esta apagado porque estamos en otro país y al cambiar de franja horaria no conseguía llamaros os pido perdón por eso.

  • Hija tu no eres la misma, estas diciendo unas cosas muy raras. Por que tu padre esta trabajando que si no le decía que se pusiera al teléfono.

  • ¿Que... que pasa, no puedo disfrutar de la vida y el sexo, mama?

  • No es eso hija, pero tu antes no hablabas así .

Notas como baja una mano hasta tu clítoris y lo acaricia aumentando las sensaciones que ya te proporciona el consolador.

  • YaAaah, yaa… -se te escapa un gemido- ya soy mayor, mama.

  • ¿Que ha sido eso? ¿Te esta haciendo algo ese chico?

  • Es... está un poco juguetón solo eso, ya... ya me entiendes mama.

Dices intentando ponerla incomoda a ver si así quiere colgar.

  • ¿Juguetón? ¿Es que no puede dejarte ni un rato para que hables con tu madre?

  • Dile como te estoy tocando perrita -te susurra de nuevo claramente divertido por los derroteros que esta tomando la conversación.

  • ¡Mama! Nos estamos conociendo y estamos disfrutando mucho de nuestros cuerpo, fu... fue el quien me pidió que os llamara para que no os preocupaseis y ahora me... me esta metiendo un dildo y juega con mi clítoris con sus dedos y me tiene muy caliente, por eso gimo.

  • Vale, vale hija, no hace falta que me des tantos detalles. Y perdona, esta bien que hayas llamado pero ¿Como hacemos para volver a contactar contigo? Tu padre seguro que quiere hablarte cuando vuelva.

  • No... no se. Vamos a seguir viajando con su avión, no siempre estará con cobertura y eso mama.

  • Entonces llama tu hija cuando puedas para que no nos preocupemos

Notas como acelera la estimulación de tu clítoris así como el vibrador. Parece que quiera que te corras estando al teléfono con tu madre.

  • Si mami, cu... cuando pueeeedaAAa llamaré intentando que papaAaaah este en caAaah... casa, ¿Te parece bien? Aa AAaaah ca... cariño por... por favor espera unos minutos, que termino de haAaAablar con mi madre. -Dices tratando de disimular la situación, ya que te cuesta aguantar los jadeos y los gemidos.

  • Si, si esta bien hija -dice tu madre con voz un tanto cohibida por tus evidentes gemidos- Voy a dejaros que esta claro que molesto.

  • Graaaacias por entenderlo mami, no se si saAaaaldrá bien o no con el chico, pe… peeaAaah... pero quiero arriesgarme y es… estoy bien. Os llamaAaaahre de vez… de vez en cuando.

  • Esta bien cielo, cuidate y llama pronto. -y cuelga y con el final de la conversación el consolador se detiene y el también deja de tocarte.

Respiras alterada, jadeando, aliviada, sientes tu coño hecho agua, estabas apunto de correrte pero no llegaste a hacerlo. Miras a tu secuestrador.

  • ¿Lo... lo hi... hice bien a Amo?

  • Muy bien perrita, muy bien. Has manejado estupendamente a tu madre y a tu amiguito de aquí abajo -dice metiéndote mano entre las piernas- Hay que ver como chorreas.

-Aah aah gra... gracias, Amo. En... entonces ¿Me... me dejara tomar la píldora?

  • Si, te lo has ganado. Y mientras seas una perra así de buena y obediente te la seguiré dando.

  • Guau guau en... entonces ¿Al ser buena hoy, comeré y beberé?

  • Eso aun te lo tienes que ganar, pero si sigues siendo así de buena seguro que podrás tener una rica comida y un gran cuenco de agua fresca.

  • Guau guau -Contenta intentas inclinarte hacia el para darle un lametón. Pero con el movimiento la cadena que va al techo se tensa tirando de tu cuello, recordándote cual es tu verdadera situación y haciendo que el miedo se pegue de nuevo a tu piel- Gra... gracias Amo

El parece ignorar el miedo que reflejan tus ojos y te frota la cabeza sonriente.

  • ¿Dime perrita te llegaste a correr mientras hablabas por teléfono?

  • No Amo, es... estuve apunto pero no lo hice guau guau.

  • ¿Y te gustaría correrte como la perra en celo que eres?

Lo cierto es que ahora mismo no tienes demasiadas ganas pero piensas que si le dices que no es posible que se enfade, por lo que asientes.

  • Si Amo guau guau

  • Ya sabia yo -dice mientras se ríe.

Te suelta una mano y te paso una botellita de agua con un contenido amarillento.

  • Ten para que repongas líquidos.

Coges la botella, pensando que será orina, pero ya te has sobrepuesto de ese trance y con una sonrisa un poco falsa se lo agradeces.

  • Gracias Amo, ¿Ten… tengo que beberla toda? -preguntas sujetándola cerca de tu boca.

  • Si claro es para ti.

Cierras los ojos y tratas de beber deprisa el liquido pero cuando lo pruebas descubres que es algún tipo de bebida isotónica para deportistas. Feliz por beber algo agradable te bebes toda la botella en unos pocos tragos.

  • Gracias Amo. -dices de forma sincera esta vez.

Él no obstante se limita a recuperar la botella y vuelve a atarte la mano a la espalda

  • Muy bien perrita tengo un cliente que quiere ver a una perrita tan linda como tu corriéndose como una loca. Así que vas a ser muy buena y dar un buen espectáculo.

  • ¿Cli.. cliente? -preguntas con los ojos muy abiertos sintiendo que el momento de paz que sentías se ha esfumado tan rápido como vino.

  • Si perrita y es un cliente importante así que espero que no me decepciones.

  • Pe... pero yo pensaba que so solo iba a jugar contigo. O... o sea ¿Tu... tu eres mi dueño, no? ¿Por... porque tiene que verme otro?

  • Porque me gusta presumir de mi perrita y porque como tu dueño puedo hacer contigo lo que quiera... excepto dejarte preñada ¿Ese era el acuerdo verdad?

Tragas saliva sintiéndote atrapada en tu propio trato.

  • Si Amo, pe... pero ¿Y si... si todo esto llega a internet y lo... lo ven mis amigos, mis hermanos, mis padres?

  • No llegará no te preocupes, mis clientes son de un circulo muy selecto, ya los conocerás.

Te dice con la sonrisa de un lobo hambriento.

  • ¿Co… co... conocerlos?

  • Si, y ya es suficiente charla. Ahora vas a poner tu mejor sonrisa y mirando a cámara vas a explicar que estas empalada sobre este potro pero que eres una perra muy caliente y que necesitas algo mas grande y que te llenen tus dos agujeros. ¿Esta claro?

Asientes en silencio al notar que su tono ha cambiado y que ya no tiene ganas de jugar contigo.

  • Si Amo, ¿Em... empiezo?

  • Cuando quieras la cámara está grabando desde que llegaste luego edito lo que haga falta.

Miras a la cámara, sonríes, empieza a resultarte sencillo fingir esa sonrisa.

  • Hola, soy la perra de vuestro amigo. A... ahora estoy empalada con un dildo en este potro -te inclinas hacia atrás intentando que se vea el dildo- Pe... pero soy una perra muy muy caliente que necesita algo mas grande y que le llenen los dos agujeros... Guau guau guau por favor Amo rellene los agujeros de esta perra para que pueda correrse Guau guau guau

Él levanta un pulgar para que veas que esta conforme y entonces pierdes la sonrisa al ver que agarra la cadena para volver a colgarte.

  • ¡AA aAagg Amo no! ¡Por favor! -Pataleas tratando de vencer el peso de tus tobillos y apoyar tus piernas de alguna manera en el potro.

Mientras estas colgada ahorcándote tu sádico Amo cambia el dildo que tenias dentro por una cosa formada por dos dildos uno mas grande que el otro y una pequeña protuberancia rugosa que estimulara tu clítoris. Luego vuelvo a dejarte descender asegurándose de que los dos consoladores encuentran un orificio en el que meterse.

Notas como empiezan a introducirse en tu coño y ano haciéndote algo de daño pero no te importa solo quieres notar tu culo sentado de nuevo y poder respirar.

  • ¿Por… porque Amo? Yo yo... es estoy siendo buena. -dices llorando cuando una vez sentada de nuevo consigues volver a respirar con normalidad.

  • Como que porque perrita, ¿No acabas de pedirme que te cambie los consoladores por unos mas grandes y que rellenen tus dos agujeros? Deberías estarme agradecida.

Lo miras aterrada, sin saber que decir, has sido buena y te ha ahorcado igualmente con una excusa cualquiera. Casi ni das importancia a los dildos, los notas, grandes, empalándote pero la sensación de la estrangulación aun esta muy presente y es mucho peor que lo que se clava ahora mismo en tus entrañas.

El te mira en silencio esperando algo de ti que sencillamente tu cerebro se niega a procesar. Finalmente se harta de esperar y te da una sonora bofetada.

  • ¡Perra estúpida! ¡Cuando tu Amo haga caso a tus peticiones, debes dar siempre las gracias! ¡Esto no quedará sin castigo! ¡Por ahora mira a cámara y agradece tal como deberías haber hecho ya hace rato! Ya lo editare luego para que quede bien y no parezca que tengo una perra desobediente.

Poco a poco te esta rompiendo mentalmente, entre la comida, bebida, torturas, asfixias...

  • Lo siento Amo. -sonríes de nuevo aunque tienes lagrimas en la cara esta vez- Gracias por cambiar los dildos Amo, guau guau

Enfadado pone en marcha el vibrador del potro haciendo que los dos consoladores y el pequeño apéndice que presiona tu clítoris se pongan en marcha a tope. No como durante la llamada telefónica, ahora si que los notas vibrar y prueba de ello es el ruido que hay en la habitación del motor del aparato.

  • AAAA AAaaaaaaaaa ufffff guau guau

No contento con eso tensa la cadena haciendo que tengas que estar bien erguida para poder respirar, no te esta ahorcando pero cualquier movimiento brusco te dificulta la respiración.

  • Aa Aa AMo Amo su... su perra ca... caliente se... se correeeera si... si... si... sigue así.

Te ignorá completamente y habla acercándose a la cámara para hacerse oír por encima de tus gemidos.

  • Ya ves, ahí la tienes lista para su primer orgasmo. La tenía preparada para ofrecértelo y no hacerte esperar con el típico video de calentamiento. Ahora voy a dejar aquí a esta campeona para que la disfrutes mientras se corre una y otra vez.

Se vuelve hacía ti con su sonrisa de sádico en el rostro.

  • Hasta luego perrita da un buen espectáculo para tu Amo.

Tu cara pierde la sonrisa al escucharle decir "dejarte" y "correrte una y otra vez" no sabes cuanto te va a dejar así, pero sientes que te volverás loca si te deja mucho tiempo.

  • A... Amo yo... yo preferiría que que usted me monte. -te ofreces esperando que eso lo tiente y te libre del suplicio que intuyes te espera.

Pero él sin mediar palabra sale de la sala cerrando la puerta.

-AAAah Aaah -con el chasquido de la puerta, los dedos de tus pies y manos se tensan, cierras los ojos, arqueas un poco la espalda y empiezas a correrte salpicando -Aaaaaah Aaah

Tienes un orgasmo mas intenso que ninguno que hayas tenido antes pero la maquina no deja de seguir vibrando misma intensidad, mismo sitio.

-Aah AaAAah diossss uffff

No hay nadie en la sala solo tu la cámara y los dildos machacándote por dentro y por fuera arrancándote un orgasmo tras otro sin pausa, haciendo que no tardes en volver a correrte, una y otra vez. Claro por eso te ha dado la botella, piensas. Pero ¿Cuanto te dejara así? Vas a volverte loca.

-AAAAAaaaaaaah

Gimes por enésima vez al llegar a un nuevo orgasmo pero lo haces entre lagrimas, el placer se ha convertido en molestia e incluso dolor, no sabes ya las veces que te has corrido, te arde el culo y el coño, tu cara es un poema, mitad placer, mitad dolor. El calor de las tuberías de calefacción hace que no dejes de sudar. Y aunque no lo notas sabes que tu olor se ha esparcido por toda la habitación y eso, de alguna manera, añade una punzada extra de humillación a tu situación.

No sabes cuanto tiempo ha pasado cuando la puerta se abre de nuevo y lo ves entrar tomándose tranquilamente una cervecita. Estas agotada y medio ida. De no ser por los pesos y la cadena hace rato que estarías en el suelo.

Llevas un tiempo en el que ya ni gemias, simplemente te corrías en silencio entre espasmos.

  • Aa Aa m Aamo...

  • ¿Que tal perrita? ¿Ha sido suficiente para la perra caliente que eres? -dice poniéndose a tu lado y agarrándote un pecho para apretarlo y manosearlo sin cuidado mientras por el potro y tus piernas gotean tus fluidos.

-A A Aah -gimes débilmente cuando otra corrida te viene sin poder aguantarla cuando te aprieta el pecho. Tu voz suena patética, de lo agotada que estas, lo miras intentando sonreír para complacerlo.

  • Ma... más... más... guau... guau...

Cada palabra la dices cogiendo aire, costándote hablar. Y solo ruegas que sea suficiente para que esta tortura acabe.

Él te mira sorprendido sonríe y luego mira a cámara.

  • Ya ves que es insaciable, si no la controlo se dejaría matar por tener una polla dentro.

Se vuelve hacía ti.

  • Pero no perrita, no. Se acabo por hoy.

Y por fin apaga el dichoso aparato. Al desconectarlo todo tu cuerpo se relaja al mismo tiempo como si tu también estuvieras conectada a ese botón. Te dejas caer, la cadena aprieta tu cuello, pero estas tan agotada que ni te pones recta.

Te deja "descansar" mientras apaga el video.

Estas mareada, lo miras con el cuerpo y la cabeza caída hacia delante. Tu respiración alterada, jadeante, agotada.

  • Vamos a bajarte de ahí y darte una buena ducha que hay que ver lo puerca que te has puesto.

Dice enganchando tus manos a la cadena y soltando el collar para levantarte pero colgándote de los brazos esta vez. Por tu parte no haces ni dices nada, lo miras sin hablar, realmente estas agotada. Aunque mentalmente agradeces que te cuelgue de los brazos y no te vuelva a ahorcar.

Tras un par de maniobras, en las que quedas colgando como un fardo de la cadena completamente estirada por tu propio peso y las pesas de los pies, te baja al suelo donde acabas tirada como una muñeca rota.

Tumbada boca abajo en el suelo, con las manos en la espalda, respiras aun alterada aunque poco a poco vas recuperándote. Notas como te da unos toques con sus botas en tus muslos para que separes las piernas. No sueltas una palabra, queja o ruido pero lentamente separas las piernas quedando espatarrada en el suelo.

  • Hay que ver podría pasar un tren de mercancías por estos agujeros ahora perrita ¿quieres verlos? -te pregunta mientras le saca unas fotos a tu coño hinchado, inflamado, rojo, reluciente de tus fluidos y a tu culo igual de dilatado y rojo.

  • No a... a… Amo. -se te cierran los ojos del cansancio.

Ignorando tu respuesta te pone el móvil delante de la cara con las imágenes de tu maltratada entrepierna.

  • Venga, no les puedes hacer ese feo a tus agujeritos después de todo el trabajo que han hecho hoy por ti.

Te obligas a abrir los ojos y los miras sin poder contener las lagrimas, pensando que aunque salgas de aquí nadie te va a querer, te esta destrozando el cuerpo y aunque intentas hacerte la fuerte la mente también.

Se ríe al ver la cara que pones viendo tus maltratada partes y va a por la manguera para darte la ducha prometida. Tu aunque estas desatada ni te mueves, simplemente no eres capaz. De alguna manera el parece consciente de tu lamentable estado y no te exige que hagas nada más. Con calma te quita el corsé, te enjabona y lava todo tu cuerpo con sus propias manos para finalmente levantarte en peso y llevarte de vuelta a tu zulo donde te deja en la camita de perro recostada.

En el suelo, en un rincón, hay un cuenco con agua y otro con comida para perro tal como te había prometido. Lo miras desde la camita, pero no te mueves, te quedas quieta tal como te ha dejado.

  • Hoy te has ganado la comida perrita. Nos vemos mañana. -y dándote un beso en la frente te deja descansando.

ADVERTENCIA: Todo lo anteriormente narrado es ficción y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Nada de lo descrito en el relato apoya los actos de sexo donde una de las partes no dé su consentimiento en la vida real. Dicho esto...

Gracias por haber leído este relato, espero lo hayas disfrutado y gracias a la musa que lo ha inspirado.

Se aceptan comentarios y criticas.