Un Amo negro
Un matrimonio de Amos tienen una joven sumisa con ellos y conciertan, en un hotel, una reunión con un negro tremendamente dominante para que les ofrezca una sesión de sumisión de la chica ¿Quedarán satisfechos?
Un Amo negro
En la ciudad de Los Angeles una limusina se abría camino a través del tráfico, manteniendo a sus tres pasajeros ajenos al mundo exterior.
Sentada entre Doris y Darren Smitt iba Gina, una joven que les suplicaba que la dejasen volver a casa porque no quería ir con ellos… Una fuerte reprimenda de Darren hizo que Gina se calmara pero sólo por unos minutos, porque pronto volvía a pedirle a los Smitt que no la llevaran al hotel donde se dirigían.
Exasperado, Darren amonestó a su esposa.
- "Coño, Doris, hazla callar... Dale pecho si es necesario, pero hazla callar… Me está poniendo nervioso."
Doris escuchó la orden de su marido y se abrió la blusa, se desabrochó el sostén y le dio a Gina su pezón para que mamase de su pecho lleno de leche.
Esto reconfortó a Gina y Doris le acarició la cara mientras mamaba… Ella sabia que amamantar a la joven era la mejor manera de calmarla porque era muy mamona, ya fuera chupando un pezón o chupando un pene grande.
Gina estaba viviendo con los Smitt desde hacía casi un año siendo su juguete sexual y, como ella era una sumisa total y los Smitt muy dominantes, satisfacía su natural deseo de que se le dijera qué hacer y cuándo hacerlo.
La mayoría de las noches, los tres se las pasaban jugando a todo tipo de juegos sexuales, con Gina cumpliendo las órdenes de sus dos Amos... Luego, cuando terminaban los juegos, Gina compartía su cama tamaño king y generalmente dormía con el pezón de Doris Smitt en la boca... Tener el gran pezón lleno de Doris en la boca para chuparlo era la única cosa que al instante la calmaba.
Hoy, Gina estaba particularmente molesta, porque sus Amos la llevaban a un hotel en el centro de la ciudad para tener una sesión con otro Amo dominante… La iban a entregar a él y disfrutar viendo como la adiestraba y se la follaba.
Normalmente esto hubiera emocionado a Gina, pero hoy la cosa era diferente, porque el hombre que iban a conocer se llamaba Sir Tomson, un conocido dominante en el mundo sadomaso.
¿Quién era Sir Tomson?... Pues, Sir Tomson era un gigante negro, conocido por su insaciable apetito sexual por las jóvenes blancas.
Gina estaba aterrorizada ante la idea de ser follada por este gigante negro, ya que había escuchado a sus Amos contar historias de cómo su enorme pollón había desgarrado a más de una chica... No podía creer que sus Amos iban a permitir que la maltratara, le hicieran una cosa así que posiblemente la lastimara por mucho tiempo, y aunque siempre los había obedecido sin cuestionarlos, esto podría ser demasiado para una sumisa obediente como era ella.
El viaje desde el ascensor hasta el piso treinta se realizó con poca o ninguna conversación, pero cuando finalmente estuvieron en frente de la habitación 3015, Darren miró a Gina y le dijo:
- "No nos avergüences hoy… Haz todo lo que te ordene Sir Tomson o serás severamente castigada… ¿Me entiendes?"
Gina bajó los ojos y respondió suavemente:
- "Sí, Amo… Obedeceré a Sir Tomson en todo lo que pida."
Llamaron a la puerta y unos segundos más tarde, una chica japonesa vestida con un kimono les llevaba al salón.
Sentado en un sillón estaba un hombre negro de aspecto poderoso, vestido con un traje de seda blanco y una camisa de color malva… Su cabeza estaba bien afeitada y cuando se levantó para encontrarse con sus invitados, le sobrepasaba al menos en 24 cm a Darren.
Los dos hombres se dieron la mano y el hombre negro dijo:
"¡Esta debe ser Gina… Ella es incluso mejor de lo que usted me la describió, Sir Darren!"
"Gracias, Sir Tomson… Ella es una perra bien entrenada… Creo que la encontrarás perfectamente idónea para cubrir todas tus necesidades!", respondió Darren,
Sir Tomson caminó alrededor de Gina, observándola desde todos los ángulos, hasta que se detuvo y ordenó:
- "¡Quítate ropa, niña, y sé rápida!"
Aunque no lo mostraba exteriormente, Gina, nerviosa, se quitó la ropa hasta quedar desnuda en el centro de la suite del hotel... A pesar de que tenía dieciocho años, con sólo 45 kg de peso y 160 cm de altura, podría haber pasado por una jovencita de catorce años, y para mantener esa apariencia joven, los Smitt mantenían siempre afeitada su área púbica para que sus labios vaginales tuvieran el aspecto de alguien mucho más joven.
La única diferencia era que los labios vaginales los tenía mucho más hinchados que los de una jovencita porque su coño estaba ya muy trabajado… Y tambien sus pechos, que aunque eran pequeños y no tenía ninguna necesidad de usar sostén, estaban más desarrolados que los de una adolescente... No obstante, su pequeña estatura y la ropa de niña que se le hacía usar, conseguían que Gina pareciera más joven de lo que en realidad era.
La chica japonesa llevó a Darren y Doris a sus asientos y les ofreció bebidas… Después de que estuvieron cómodos, se acercó y comenzó a quitarle la ropa a Sir Tomson.
Cuando le quitó la ropa interior, incluso Doris dio un grito ahogado… ¡Sir Tomson tenía el pene más grande que había visto en su vida!
Colgando entre sus piernas bien musculosas, tenía la cabeza del pollón, del tamaño de una pelota de golf… Y un enorme saco con dos grandes huevos a juego, colgando.
- "Ven aquí, niña", le ordenó a Gina, mientras estaba de pie con las manos en las caderas.
Gina se arrodilló rápidamente frente a él, todavía sin levantar los ojos del suelo... Sir Tomson le levantó su barbilla hasta que estuvo cara a cara con su enorme polla, y aunque estaba aterrorizada, la simple vista de sus genitales hizo que el coño de Gina se llenara de jugos.
- "Hazme una mamada"… Fue todo lo que dijo… Y Gina se llevó la cabeza del pollón a la boca.
Gina podía sentir el poder que este negro tenía y ahora entendía por qué Sir Tomson era todo una leyenda... Ella sabía que si él le ordenaba que se fuese con él, ella dejaría a sus Amos sólo con la esperanza de poder disfrutar de su enorme pollón.
A medida que crecía en su boca, comenzó a sentirse cada vez más dependiente de él... Ella sostuvo sus huevos en una mano y el largo y grueso tronco en la otra, mientras le daba placer, mamandosela.
Aunque sólo fue un pensamiento pasajero, Gina se preguntó cómo podría encajarlo dentro de su pequeña coño… Ella sabía que eso iba a suceder porque más pronto que tarde se la follaría, aunque ahora se encontraba tranquila sabiendo que este enorme pollón se lo iba a meter con delicadez y nunca con fuerza para lastimarla.
Tanto Darren como Doris estaban alucinados viendo a su ‘bebé’ arrodillada en el suelo con esta erección gigante en su boca dilatada.
La polla de Darren estaba dura como una roca y Doris se había metido su mano dentro de sus bragas y estaba frotándose arriba y abajo, la hendidura de su coño.
La chica japonesa se acercó y se ofreció a chupar la polla de Darren, la cual, con gratitud, se la sacó del pantalón y la metió en su delicada boca.
Doris no pudo soportarlo más… Así que se levantó, se quitó toda su ropa y se arrodilló para ayudar a la joven asiática a hacer la mamada a su marido.
Sir Tomson miró a Darren y le hizo un gesto de asentimiento con la cabeza, mientras las mujeres les chupaban el pene… Luego miró a Gina y le dijo que parara y que se pusiera de pie… Su pollón ahora estaba totalmente erecto y parecía tener al menos 24 cm. de largo y tan grueso como la muñeca de la chica.
Sir Tomson cogió a Gina como si no pesara más que un ligero fardo y posicionó el coño de ella sobre su pollón… Gina envolvió sus piernas alrededor de su cintura sintiendo la cabeza de su enorme pollón a la entrada de su orificio vaginal.
Ella retrocedió su culo tratando de facilitarle la penetración y, aunque costó, finalmente el enorme glande de Sir Tomson quedó metido dentro de ella… Y ahí le sobrevino a Gina el primero de los muchos orgasmos que iba a tener esa noche.
Ella notó que nunca antes la habían estirado así el coño… Y eso que hasta el momento sólo tendría metido en su vagina cerca de 8 cm de esa enorme polla.
Cuando comenzó un movimiento de balanceo rítmico, lentamente el gran pollón de Sir Tomson se fue metiendo poco a poco en su vagina… Y su coño esplotó en otro orgasmo… Ya iban dos.
Gina tenía sus brazos alrededor del cuello de Sir Tomson, y ella podía sentir el enorme poder que él tenía sobre ella… Cuando 12 cm de su gran polla estuvieron dentro de ella, él le preguntó:
"¡¿Cómo te sientes, niña?!"
“Me haces sentir muy abierta, Amo… Como notarás tengo el coño pequeño para semejante pollón pero lo me estas abriendo muy bien”, respondió Gina.
"¿Y qué necesitas más que cualquier otra cosa en el mundo."
"Su polla, Sir Tomson… Necesito su polla en mi boca o en mi coño… Donde mi Amo quiera metérmelo", le respondió ella.
"¿Qué es ahora lo más importante en tu vida."
"Lo más importante en mi vida es servir a su gran polla", respondió ella.
Gina aguantó y montó esa polla gigante hasta que le llegó al final… Para entonces, estaba encadenando orgasmos sin parar, perdiendo la cuenta de cuantos estaba teniendo.
Luego, Sir Tomson la levantó y la sostuvo en alto, en el aire, con su coño a tan solo unos centímetros de su boca… Su hambrienta lengua lamió los jugos de su ahora abierta abertura… Ella no se lo podía creer pero en segundos se corrió en su boca, al chuparle insistentemente su clítoris.
Él la acostó suavemente en la cama y tras dejarla, llamó su atención a Doris… Aunque no estaba pactado, su marido no era rival para el carismático hombre negro, así que con sólo un movimiento de su dedo, ella estaba en el suelo delante de él adorando a su magnífico pollón.
El coño de Doris comenzó a segregar gran cantidad de flujo cuando sintió la cabeza del pollón de Sir Tomson metido en su boca y empujandolo hacia su garganta, mientras Darren observaba la escena con los ojos medio cerrados, disfrutando de la mamada de polla que la pequeña niña japonesa le estaba dando.
Sólo cuando Sir Tomson montó a su esposa, parecía para prestar más atencion… Doris trató de relajar sus músculos vaginales para acomodar la enorme polla negra que empujaba hacia dentro de ella, pero era tan grande que sabía que estaba a punto de estirarse más allá de lo que alguna vez se lohabían estirado.
Al igual que Gina, cuando finalmente la cabeza del pollón se deslizó dentro, tuvo un orgasmo atronador, mezcla de dolor y placer, que se desdibujaron.
Gimiendo y jadeando, ella le rogó que la follara… Sir Tomson estaba muy feliz de complacerla… Le dió golpes fuertes con su gran polla que desgarraban sus entrañas, elevando su umbral de dolor y placer a cotas desconocidas.
Doris miró hacia abajo entre sus piernas y vio que el gran pollón se deslizaba dentro y fuera de su abertura abierta y sólo con la simple vista de ello, tuvo un nuevo orgasmo, que se extendió a una cadena de corridas sucesivas hasta que quedó agotada..
En una verdadera demostración de dominio absoluto, Sir Tomson le ordenó a Darren que se acercara a la cama y se pusiera de rodillas.
Cuando estaba en posición, Sir Tomson sacó su polla del coño de Doris y se la metió en la boca abierta de Darren... En segundos, su boca quedó llena de torrentes de chorros de leche, que goteaban por los lados y corría por su barbilla hasta caer sobre su pecho.
Doris se inclinó rápidamente y lamió el esperma derramado y se lo tragaba con avidez.
Sir Tomson se levantó y miró la carnicería sexual que había hecho… Finalmente habló:
"Me llevo a Gina conmigo… Podría devolverla, pero casi seguro me la quede… ¿Esta claro, Darren?"
"Sí, Sir Tomson", respondió con los ojos vidriosos y voz débil.
Momentos después, Darren y Doris estaban solos en la suite del hotel, tratando de reflexionar sobre todo lo que acababa de ocurrir.
Doris se tocó su coño, recordando la sensación que el enorme pene le había dado, mientras que Darren, que siempre era un dominante, todavía se tambaleaba por el hecho de que había chupado la gran polla al gigante negro, y no sólo lo habia rechazado, sino que le había gustado y mucho.
Desde ese momento, ambos sabían que volverían para otra sesión… Sólo que esta vez irían como completos sumisos para que Sir Tomson hiciera con ellos lo que le apeteciera.
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